✨ Capitulo 5 ✨

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[Editada 17/08/21]

Era su segunda noche en la mansión y no había salido en casi todo el día de la habitación, por esa misma razón empezaba a aburrirse de pasar todo el tiempo encerrado, así que decidió salir no iba a pasar toda la vida en esas cuatro paredes; vio por la ventana que la mansión contaba con un gran jardín con variedad de flora, eso sirvió de incentivo para convencerse de que tenía que salir, pero ya.

No hizo mucho ruido para no ser descubierto, al parecer todos estaban ya en sus habitaciones, porque para su suerte ni se dieron cuenta; cerró la puerta con cuidado y comenzó a recorrer casi de puntillas el amplio pasillo.

Camino hasta la puerta y al salir se topó con la tranquilidad de la noche y el aire fresco, el cielo estaba estrellado y la Luna iluminaba con su luz natural todo el lugar, Jimin por fin se sintió libre y pudo sonreír agradecido.

La noche era fría pero agradable, además el grueso abrigo que traía puesto lo protegía de la brisa gélida, se podía escuchar el canto de los grillos y el sonido del viento leve golpeando las hojas de los árboles las cuales bailaban al ritmo del viento.

Se sintió tan tranquilo y en paz al estar rodeado de ese ambiente.

Estaba tan concentrado apreciando la naturaleza hasta el momento que vio un pequeño conejo correr entre los arbustos ganado su completa atención, a Jimin le gustaban los animales y más los que eran peludos y esponjosos como los conejos así que lo siguió.

Corrió tras él hasta que vio que este se escondía entre los arbustos, detrás de unos árboles; dejándose llevar por su curiosidad el pequeño elfo se acercó a ver.

El conejo se convirtió en un hermoso hombre de piel blanca, alto y cabello negro; Jimin sintió sus mejillas arder cuando se dio cuenta que aquél joven estaba totalmente desnudo así que rápidamente se dio la vuelta.

─ ¡Ahhhh! ─ grito ─ ¡po-ponte algo! ¡estás desnudo! ─ jimin tapaba sus ojos con sus manitas mientras hablaba tartamudeando por los nervios.

Había visto de más y ahora se sentía culpable, luchaba por eliminar la imagen la cual seguía clara y nítida en su mente.

─ Si, por eso vine, porque aquí había dejado mi ropa, pero tu me acosabas y me seguiste ─ dijo el pelinegro poniéndose los pantalones a una velocidad exagerada.

─ p-pues porque pensé que eras un c-conejo ─ se defendió el más bajito.

Jimin podía sentir un calor furioso en sus mejillas, nunca se imaginó que el tierno conejito también fuera una persona y que lo fuera a ver en el momento más bochornoso de todos. Al peliceleste le daba vergüenza ver su propio cuerpo desnudo, ya no digamos el de alguien más y aún peor que este sea un completo desconocido.

─ Y lo soy, soy un cambia formas conejo. Ya puedes voltearte ─ dijo y jimin bajo un poco sus manitas y se dio la vuelta lentamente aún algo desconfiado, pero al ver que el pelinegro estaba terminando de ponerse la camisa y ya tenía los pantalones puestos se sintió más agusto y confiado.

─ Por cierto soy jungkook─ dijo el chico mostrando sus dientes delanteros en una bonita sonrisa, incluso en su forma humana seguía pareciendo un conejito.

─ Soy jimin ─ respondió tímido

─ Tu debes ser el nuevo, lo siento no había tenido la oportunidad de saludarte y darte la bienvenida ─

─ No te preocupes, ya habrá tiempo después de todo viviré aquí ─ su tono de voz decayó al decir esas palabras.

─ ¿Qué ocurre? ¿no te gusta la mansión? ─ pregunto extrañado.

─ La mansión no es el problema, es solo que jamás quise ser comprado por Yoongi ─ el conejo lo observó confundido, no entendía el porqué de sus palabras, ¿acaso prefería a aquellos viejos verdes, panzones y asquerosos que los compran para tenerlos de esclavos y juguetes sexuales?, Yoongi no es tan desarmado como aparenta, los consiente y los cuida; estando en la mansión no le iba a faltar nada, también contaría con la protección del vampiro.

Jungkook agradece haber sido comprado por Yoongi, y así es como ve las cosas.

─ Pero no es tan malo después de todo, Yoongi también me compró hace unos años, vivo aquí desde entonces y dejame decirte que estás más seguro aquí que allá afuera ─ Jungkook creía que Jimin también debería estar agradecido de estar ahí y no sentirse triste, pero su punto de vista era muy distinto, sobretodo por las experiencias vividas de ambos, las cuales eran totalmente diferentes.

Jimin pensó que tal vez jungkook no estaba del todo equivocado, pues Yoongi le había dado una habitación, comida, ropa y un techo donde vivir, además todas las personas habían sido muy amables con él; pero aún así no podía olvidar lo que Yoongi le había hecho la noche anterior, había sido un completo animal y de no ser porque se sintió mal no quiere imaginar lo que hubiera pasado.

─ ¿Oye Jungkook a cuántas personas ha comprado Yoongi? ─ no entiende a qué se debe la curiosidad.

─ Bueno, contigo ya van ocho ─ respondió como si nada.

Jimin estaba sorprendido; jamás pensó que fueran tantos

─ ¡Ya sé!, qué te parece si mañana te los presentó a todos, veras que todos nos llevamos bien, todos amamos a yoongi y estamos muy agradecidos con él, tú también deberías estarlo ─ mencionó animado.

Jimin asintió con la cabeza aunque no estaba de acuerdo con la última parte.

─ Bueno, nos vemos mañana, me voy a dormir y tu deberías hacerlo también ─ dicho esto jungkook regresó a la mansión, sin embargo Jimin se quedó un rato más contemplando la naturaleza y buscando la paz de tanto anhelaba encontrar.














Yoongi estaba en su despacho con Seulgi, una dríada del bosque que compró hace varios años, cabe recalcar que esta fue la primera en entrar en su harem, la chica era hermosa; alta, cabello largo y lacio, negro como la medianoche, ojos verde esmeralda, labios gruesos y rojos. Amaba a Yoongi, el vampiro bebía de su sangre muy a menudo, pues cuando el pálido sentía la necesidad ella se ofrecía voluntariamente.

Pero esta vez algo diferente pasó, algo que desconcertó a ambos y también asustó al más pálido; cuando el vampiro incrustó sus afilados colmillos en el sensible cuello de la dríada y succionó su sangre esta quemó su garganta, provocando que se aleje de ella de manera inmediata y escupa todo lo que había bebido.

Seulgi lo miró sorprendida ¿que había sido eso? ─ ¿Yoongi que te ocurre? ¿porque rechazas mi sangre? ─ preguntó aún conmocionada por lo ocurrido.

Yoongi aún se encontraba tosiendo mientras se sostenía de la silla de su escritorio, su rostro estaba exageradamente rojo y sus manos apretaban la fina madera de aquel mueble rayandolo con sus uñas.

─ N-no se que mierda paso ─ dijo con dificultad tratando de recuperarse ─ esta distinta, no sabe bien ─ sus ojos estaban llorosos por la fuerza que había hecho al toser.

Escuchar eso fue un golpe bajo para la hermosa mujer quien no pudo evitar aquel pinchazo en su corazón, por años Yoongi le había dicho que su sangre era deliciosa, muchas veces la había halagado y ella se había sentido intocable e importante para su adorado vampiro, por eso ver ese ese rechazo y la forma tan hiriente en la que dijo que su sangre sabía mal le había caído como balde de agua fría.

La chica lo miró confusa, eso era nuevo jamás le había pasado y no entendía qué ocurría pero se sentía herida y despreciada.

─ Seulgi será mejor que te retires ─ y eso no ayudaba en nada.

─ Muérdeme de nuevo, seguramente fue un error ─ pidió acercándose provocando que Yoongi se sintiera hostigado y le gruñera al ver que te está no pensaba obedecer, en estos momentos no pensaba con claridad, su cabeza dolía y el sabor desagradable no abandonaba su paladar ocasionándole ganas de vomitar.

Seulgi se detuvo en seco, el sentimiento de desprecio era inmenso, quiso llorar y no pudo evitarlo, salió casi corriendo saboreando el horrible sabor que la humillación que Yoongi le había dejado.

Luego de que la chica salió de su despacho se dejó caer en su silla tenia un debate mental enorme todo encajaba bien con lo que su madre le decía en su niñez, pero aún así se rehusaba a aceptarlo, su vida no podía estar tan jodida y condenada de esa manera y todo por un mocoso malcriado el cual seguramente lo odiaba.

Salió de la habitación hecho un desastre de nervios y dudas, necesitaba respuestas y esas respuestas solo se las podía dar hoseok.

A paso acelerado y sintiendo como su corazón martilleaba con fuerza seguía un rumbo fijo, su cabeza era un embrollo completo.

Caminó hacia la habitación del pelirrojo y cuando llegó ni siquiera se molestó en tocar la puerta, si no que solo entró sin permiso alguno empujándola con fuerza y desesperación, después de todo seguía siendo su mansión.

Hoseok al mirarlo tan alterado se preocupó ─ ¿que ocurre? ¿que te trae a mí a estas horas y en ese estado? ─ acaba de darse una ducha, en estos momentos se encontraba en una bata gruesa.

─ ¿Hoseok de casualidad tienes algunas reservas de sangre? ─ la manera tan repentina en la que lo dijo sorprendió al pelirrojo, quien no pudo evitar arrugar el entrecejo y mirarlo con preocupación. Desde que había traído al elfo a la mansión Yoongi había comenzado a actuar sumamente extraño.

─ Si, sabés que siempre guardo mis reservas por cualquier cosa ─ respondió mirándolo extraño ─ ¿porque lo preguntas? ─ no podía con la curiosidad, quería una explicación del comportamiento de su amigo.

─ Quiero comprobar una cosa... ¿Puedo tomar un poco de tu sangre? ─ sus manos temblaban, el olor de la angustia emanaba de su cuerpo con fuerza, su mandíbula estaba tensa. Definitivamente esto tenía que tratarse de un cruel castigo divino o de lo contrario no sabría como llamarle a esta situación que la vida le había puesto de la noche a la mañana.

Una maldición tal vez.

Yoongi se sentía desesperado, ansioso y sobre todo nervioso, esta sería su prueba definitiva, le pondría fin a esta duda que lo estaba matando y depende de lo que ocurriera vería que hacer, tanto con él como con el elfo.

─ Claro, aunque no entiendo, ¿no tomarías de Seulgi? ─ ni siquiera imaginaba lo que hace poco había sucedido con la dríada y en estos momentos Yoongi no tenía nada de ganas de dar explicaciones, porque su mente estaba ocupada en otra cosa.

─ ¡Solo dame de tus reservas y deja de hacer tantas preguntas! ─ exigió perdiendo la poca paciencia que le quedaba.

Hoseok juraría que no lo veía así de alterado desde hace más de cien años, siempre había sido un vampiro despreocupado, nada lo afectaba y resolvía sus problemas de manera desinteresada, pero al verlo ahí, caminando de un lado a otro y casi comiéndose las uñas supo que a lo mejor algo estaba por cambiar o algo estaba a punto de volver a como era antes.

Porque detrás de esa imagen dura y fría se escondía un Yoongi completamente diferente.

El pelirrojo sacó una reserva de sangre de la nevera y se la entregó a yoongi, este la tomo con algo de temor entre sus manos, miró a hoseok, sabía que este quería hacerle muchas pregunta pero en este momento ni él tenía dichas respuestas, sin embargo; en sus manos tenía el medio que usaría para comprobar sus sospechas y le aclararía muchas dudas.

Yoongi bebió aquel líquido rojo y espeso y de nuevo sintió ese sabor insípido, agrio y desagradable que le quemaba la garganta; escupió el poco de sangre que había bebido y arrojó la bolsa al suelo al sentir la gran repugnancia que esta le provocó, Hoseok estaba con la boca abierta, sus ojos se abrieron con total asombro ¿acaso yoongi había rechazado la sangre? ¿Era eso normal?.

─¿Yoongi me dirás por fin que es lo que te ocurre? ─ había llegado a su límite, necesitaba saber qué demonios le pasaba.

El vampiro pelinegro se sostuvo de un mueble mientras intentaba recuperar su respiración y trataba de aclarar su mente, su vida había cambiado a partir de este momento y no había nada que pudiera haber para arreglarlo.

─ Estoy jodido hoseok ─








Comenten que les esta pareciendo y dejen su estrellita.

Gracias por leer ( ͡°з ͡°)








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