Capítulo 9

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Narra Bella

Corrí hacia Ben y Carlos cuando  llegué escuché a Carlos hablar a mi hermano.

- ¿Dónde está tu entrenador?
- preguntó.

Ben se volvió y me vio venir.

- Ella ya está aquí - dijo él.

- ¿Ella? - preguntó Carlos, se dio la vuelta y me vio.

-Sí, es ella, ósea yo - dije riéndome - ¿Chicos, ya están listos?

- ¿Tu entrenador es tu hermana? - preguntó Carlos mirando a Ben.

- Sip, ella es parte del equipo de Torney. Ella es la corredora más rápida de la academia - dijo Ben.

- Yo ayudo a todo el equipo, tengo que entrenar a la mayoría de los jugadores. Pero no creo que Jay necesite mi ayuda.

- Creo que el entrenador le dará un discurso - dijo Ben.

- Si se entrena y se aprende las normas, creo que el equipo definitivamente ganará el gran partido - dije.

Miré a Carlos y le sonreí.

- ¡Bien! ¿Estás listo? - le pregunté.

- Sí - contestó.

- Estás en buenas manos, Carlos. Estaré justo allí - le dijo Ben apuntando en donde estaría - Si necesitas algo, solo llámame.

Ben se marchó a sentarse y miré mi porta papeles mientras que Carlos se ataba los cordones. Lo miré y se puso en posición para correr.

- ¡De acuerdo! Carlos, vas a correr un poco. ¿Preparado? - le pregunté.

Carlos asintió. Miré hacia abajo, cogí mi silbato y lo puse en mi boca mientras sostenía el cronómetro. Antes de que soplara mi silbato escuché a dos perros ladrar, miré hacia arriba y vi a Carlos corriendo asustado y detrás estaban Colega y Patch persiguiéndolo a través del campo...

- ¡Oh! ¡Ah! ¡No, espera! - gritó Carlos mientras corría y pasaba delante de mí.

Miré el cronómetro y lo paré.

- ¡Genial! - grité, me volví y vi a Carlos todavía corriendo - ¿Carlos?

- ¡No! ¡Ahhh! - gritó y se fue corriendo hacia el bosque.

- ¡Carlos! - grité, dejé caer mi porta papeles y corrí tras él y los dos perros.

Escuché a los perros ladrando mientras corría buscando a Carlos.

- ¡¿Carlos?! - le llamé.

- ¡Bella! - me llamó - ¿Bella? ¡Ayúdame!

- Eh, eh, ¿qué? - pregunté.

Encontré a Carlos pegado a un árbol, abrazándolo fuertemente. Los perros estaban justo debajo del árbol ladrándole.

- ¡Patch! - grité.

Patch me miró y se me acercó.

- Vete con Chris - dije, Patch miró a Colega y se fue.

- ¡Ese bicho es un asesino! - gritó Carlos apuntando con el dedo a Colega - ¡Me va a dar alcance y me va a morder! ¡Es un animal rabioso, que se mueve en jaurías!

Me arrodillé y cogí en brazos a Colega. Y miré a Carlos confundida.

- Eh, ¿quién te ha dicho eso? - le pregunté.

- Mi madre - me dijo Carlos mirándome como si fuese obvio.

- ¿Cruella? - le pregunté y él asintió.

- Ella es experta en perros, es gritadora de perros. ¡¿Eh, por qué lo coges en brazos?! Te va a atacar - dijo Carlos abrazándose aún más al árbol mientras me miraba.

Le sonreí y me reí un poco.

- Carlos, nunca habías visto un perro de cerca, ¿verdad? - le pregunté.

- Claro que no - dijo.

- Colega, te presento a Carlos. Carlos, este es Colega - le hice un gesto señalando al perro y a Carlos - La mascota del campus.

- No parece un animal rabioso, que se mueve en jaurías - dijo Carlos mientras aflojaba su agarre en el árbol y se bajó - Anda - dijo murmurando mientras miraba más de cerca a Colega.

- Eres un perro bueno - dijo Carlos.

Colega se acercó a Carlos para olerlo. Carlos sacó cuidadosamente los brazos y yo puse a Colega en el brazo de Carlos. Carlos lo sostuvo rebotando ligeramente. Sonreí ante la imagen que estaba viendo de ellos dos, Carlos puede ser tan adorable aveces... bueno, siempre lo es.

- Eres muy bueno - le dijo Carlos mientras Colega le olía la cara.

- Supongo que lleváis una vida muy dura en la isla - le dije a Carlos.

Carlos me miró y asintió sonriendo con tristeza reflejada en su cara.

- Sí, digamos que nadie nos rasca la barriga - dijo riendo levemente.

Puse mi mano en su hombro y le sonreí.

- Buen chico - le dije. Me miró confundido y mentalmente me abofeteé.

- Lo que quiero decir es que eres un buen corredor. Eres-eres rápido, ya sabes - tartamudeé avergonzada. No puedo creer que dije eso. ¡¿Buen chico?! En qué demonios estaba pensando. Le sonreí con un leve sonrojo en mi cara y él me devolvió la sonrisa.

- Oh, gracias - dijo.

- De nada - contesté - ¿Sabes? El equipo podría necesitar un buen corredor como tú.

- No sé... Ya lo pensaré - me dijo no muy convencido.

- Por favor, hazlo - le dije sonriendo - Bueno, voy a dejaros un poco de intimidad. Ya sabes para que os vayáis conociendo. 

Carlos me sonrió y asintió.

- Ve a buscarme o a Ben cuando hayas terminado - dije y me di la vuelta para irme pero Carlos me detuvo.

- Emm, ¿Bella? - me preguntó y me di la vuelta mirándole.

-¿Si? - dije frente a él.

-Gracias...por todo - dijo.

Sonreí y asentí.

- De nada - dije.

Y sucedió lo más inesperado. Carlos se inclinó y me besó en la mejilla. Sentí que mi cara se calentaba y miré al suelo. Me mordí el labio y sonreí.

- Nos vemos luego - dije.

- Sí, nos vemos - dijo él.

Me di la vuelta y comencé a caminar de regreso al campo para encontrar a mi hermano. Pero justo antes de irme me volví y vi a Carlos sentado en un tronco con Colega en sus brazos y le estaba hablando. Sonreí y reí cuando vi a Colega lamer la cara de Carlos. Me alejé buscando a mi querido hermano mayor. Cuando lo encontré, me llamó.

- ¡Bella! ¿Dónde está Carlos? - me preguntó.

- Está con Colega en este momento - contesté y Ben me miró confuso.

- Te lo explicaré más tarde, pero de todos modos Carlos es un buen corredor. Dile al entrenador que lo deje como defensa y tengo que preguntarle si va a trabajar con él en la lucha - le dije y el asintió.

- ¡Por supuesto! Gracias por la ayuda. Vas a ser una gran reina - me dijo.

- Eso es lo que mamá me dice - dije sonriendo - Le dije a Carlos que cuando terminara, venga a buscarte a ti o a mí, pero yo voy a buscar a Evie a pedirle algo, así que tú ve con Carlos, porfa.

- Claro, hermanita. Siento que estás ayudando a los chicos de la isla más que yo - dijo sonriendo.

- Perdona, pero tú tienes más cosas que yo en tu apretada agenda, ahora venga vete a practicar para el gran partido que será dentro de unos días - le dije.

- ¿Es eso una orden? - me preguntó Ben riendo.

- Sip, es una orden así que hazla, no te lo ordeno como tu entrenadora, sino como tu hermana - le dije.

- Lo haré, ayudaré a Carlos y a Jay también. Ya que estoy.

- Bien, te veo más tarde - le dije y nos abrazamos. 

- Nos vemos, hermanita - dijo.

Salí hacia el dormitorio de Evie y Mal, deteniéndome en la mía para cambiarme de mi traje de pista y volver a lo que llevaba puesto antes. Una vez que llegué allí llamé a la puerta. Pero viendo que ya estaba abierta entré, cuando Evie me vio sonrió.

- ¡Bella! que bueno verte de nuevo - dijo ella.

- Igualmente. Hola Mal. 

Mal levantó la vista y me sonrió.

- Hey B - dijo ella.

- ¿B? - pregunté.

- Nosotras nos llamamos por la primera letra de nuestro nombre. Así que tenemos E, M y ahora B - dijo Evie sonriendo.

- Eso es genial, nunca fui llamada B. Podría usar eso, ahora - dije y me reí.

Miré y vi que Jane estaba sentada en una de las camas.

- Hola Jane - le dije sonriendo.

- Hola Bella - dijo.

- De todos modos, Jane, sigue hablándonos de aquello - dijo Evie.

Me senté en la cama de Mal al lado de ella viendo como dibujaba.

- Ella tiene problemas con los chicos - me contó Mal.

- Es que nunca voy a tener novio - dijo Jane.

- Oh, no digas eso. Nunca se sabe - le dije.

- ¡B! ¿Te gusta? - me preguntó Evie enseñándome un vestido azul.

- ¡Wow! ¿Tú hiciste eso? - le pregunté.

- Sí - dijo ella orgullosamente.

- Es hermoso, Evie. Te resalta los ojos - le dije sonriendo.

Evie me regresó la sonrisa y continuó trabajando con su vestido.

- Eso es lo que dijo Mal - dijo Evie.

- ¿Sabes Jane? Tener novio está sobre valorado - oí decir a Mal.

- ¿Tú como lo sabes, Mal? Nunca has tenido novio - dijo Evie.

- Porque no lo necesito, E. Es una perdida de tiempo - dijo Mal mirando a Jane y luego volvió a seguir dibujando.

Evie hizo un sonido de haberse acordado de algo.

- ¡Olvide hacerle los deberes a Chad! - dijo ella.

La miré enfadada.

- ¿Los deberes de Chad? - le pregunté.

- Es justo lo que estaba diciendo - dijo Mal.

Evie cogió la mochila de Chad y sacó sus libros para abrirlos y ponerse a hacerlos. Me acerqué a ella y le cerré los libros.

- ¿Te refieres a Chad el hijo de Cenicienta? - le pregunté.

- Sí - dijo ella.

- ¡Ese estúpido es un mimado! - grité - Ese idiota engatusa a las chicas para que hagan sus deberes. Porque es demasiado estúpido para hacerlos él mismo.

Justo entonces Lonnie entró en la habitación.

- Hola chicas, soy Lonnie - dijo ella, ella miró a su alrededor mientras Evie y Mal tenían una expresión en blanco - Mi madre es Mulán. 

Las chicas seguían sin cambiar su expresión en sus caras.

- ¿No? Da igual. Me encanta como has peinado a Jane. Sé que nos odias y.. bueno, que eres mala - continuó
diciendo Lonnie.

La miré y ella lentamente me sonrió.

- Oh, hola Bella. No sabía que estabas aquí - dijo ella.

- Es bueno verte otra vez, Lonnie - le dije sonriendo.

- Igualmente - sonrió - Mal, ¿podrías peinarme a mí también? - le preguntó Lonnie con ojos esperanzados.

- ¿Por qué iba a hacerlo? - le preguntó Mal levantando la mirada de su dibujo. 

- Te doy 50 dolares - contestó Lonnie.

- ¡Bien dicho! - dijo Evie levantándose y cogiendo el dinero - Necesito comprar más tela. Veamos, creo que quitar el flequillo, cortar a capas y unas mechas... 

Sonreí cuando Evie intentó ayudarla pero Lonnie la detuvo.

- Sí sí, quiero un peinado guay. Como el de Mal - dijo Lonnie señalando el pelo de Mal.

- ¿Enserio? ¿Con las puntas abiertas también? - le preguntó Evie con burla y Mal la miró de mala forma.

- ¡Ja! - dijo ella.

Evie sacudió la bolsa de monedas y Mal rodó los ojos y cogió su libro de hechizos. Lo abrió y empezó a pasar las páginas hasta dejarla en una.

-Vale - dijo Mal - Actúa con cuidado, sustituye el viejo por un nuevo peinado.

Miré a Lonnie y observé como su corte de pelo corto se convirtió en un hermoso y largo cabello castaño.

- Wow - dije.

Lonnie se acercó al espejo y jadeó. Ella se sostuvo el pelo y se miró a sí misma asombrada. Evie la miró.

- Lo sé, Lo sé... parece que tienes una fregona en tu cabeza. Podremos cortarlo a capas y...

Antes de que Evie pudiera terminar de hablar, Lonnie la detuvo.

- No, no, no, no... ¡Me encanta!

- ¿A sí? - cuestionó Evie.

- Es que... - dijo Lonnie, ella alcanzó el extremo de su falda y lo rasgó. Mi mano voló a mi boca - Ahora sí que soy guay. 

- Y que lo digas - dijo Mal.

Jane se acercó al espejo y se arrancó el extremo del vestido. Mi cara de asombro no podía aumentar más.

- ¡¿Pero, qué he hecho?! - dijo Jane poniéndose la mano en la boca asustada - ¡Mi madre me matará!

Lonnie se echó a reír, le dio las gracias a Mal por su peinado nuevo y se fue con Jane.

- Eso fue algo... - dije sin palabras.

- ¿Raro? - añadió Mal preguntando y asentí.

Evie me miró y sonrió.

- ¿Puedo hacer algo para ti algún día? - me preguntó.

- ¿El qué? - le pregunté.

- No sé, un vestido por ejemplo. Tengo esta idea perfecta pero todo depende si algo pasa - dijo ella.

Evie miró a Mal cuando ella dijo si algo pasara. Mal rió y asintió.

Miré a las dos confusa.

- ¿Hay algo que deba saber? - pregunté.

- Aún no - dijo Mal.

- Por casualidad, ¿estás enamorada de alguien? - me preguntó Evie.

Me sonrojé al pensar en Carlos.

- ¡Oh, por Lucifer! Ella lo está - dijo Mal con una sonrisa.

Evie me llevó a la cama de Mal y las tres nos sentamos en forma de triángulo.

- Dispara - me dijo Evie.

- Bien, él no es como la mayoría de los chicos aquí en la academia. Él es una persona nerviosa, pero de la manera más adorable. Tiene la sonrisa más linda que he visto nunca y unos ojos en los que los miras y te podrías perder en ellos una eternidad.

- Él suena como si fuera muy especial para ti- dijo Mal.

- Nunca he conocido a nadie como él, es un amor de persona - dije sonriendo pero mi sonrisa se desvaneció.

- ¿Qué pasa, B? - preguntó Evie poniendo su mano en mi pierna.

- Es sólo que... mis padres nunca lo aprobarían - le dije.

- Bueno, ¿y quién es él? - me preguntó Mal.

- Si te digo, no deben decírselo a nadie. Y me refiero a NADIE - dije.

- Lo prometemos - dijo Evie.

Me levanté de la cama y cerré la puerta, para que nadie oyera lo que iba a decir. Volví a la cama de Mal y me senté de nuevo.

- Vale, bien chicas vosotras lo conocéis - dije.

- ¿Lo llamaríamos amigo? - preguntó Mal.

- Sí... solo lo diré. Me gusta Carlos - dije.

Las chicas se sonrieron y luego me miraron.

- ¡Eso es maravilloso! - dijo Evie.

- ¿En serio? - pregunté.

- Entre las tres... Carlos no ha parado de hablar de ti desde el día en que nos conocimos. - dijo Mal.

- ¿No es hermosa? - dijo Evie imitando a Carlos.

- ¿Crees que le gustaría alguien como yo? - dijo Mal uniéndose a Evie.

- ¿De verdad habla de mí? - pregunté.

- ¡Oh, sí! Jay esta algo irritado de escuchar tu nombre todo el tiempo - dijo Mal riendo.

- Pienso que es lindo. Es como un perrito enamorado - dijo Evie.

Sonreía mientras las chicas me decían esas cosas sobre Carlos.

- Jay está tratando que Carlos te pida salir después del gran partido - dijo Evie.

- ¡¿En serio?! - pregunté emocionada.

- Sí, ¿le dirás que sí? - me preguntó Mal.

- Claro, Carlos me hace realmente feliz. La cosa es que no sé lo que pensarán mis padres sobre eso - dije cabizbaja.

- ¿Qué importa lo que piensen tus padres? Si te gusta Carlos entonces haz lo que te dicte el corazón - dijo Mal.

Me levanté de la cama y sonreí.

- ¿Sabes qué? ¡lo haré! Gracias Mal - dije abrazándola.

Ella me correspondió el abrazo y cuando desasimos el abrazo ella sonrió.

- No hay problema - dijo ella.

Miré la hora y luego de regreso a las chicas.

- Tengo que irme, tengo que hacer algunos deberes antes de entrenar mañana. Gracias de nuevo por la charla, chicas. Las aprecio mucho.

- Como dije, no hay problema - dijo Mal.

- Ven cuando quieras, nos vemos pronto - dijo Evie.

- Está bien, adiós - dije despidiéndome de las chicas. Me dirigí a mi habitación y comencé a hacer los deberes.









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