CAPÍTULO 7: LA BATALLA DE LAS DEIDADES : PRT.3

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El sonido vibrante en su oído le hizo perder la noción del tiempo. Géya lloraba, Damián cortaba la cintura de un demonio, pero, esto no era suficiente para acabarlo. Ha sucedido algo grande, puede sentirlo, muchos lo pintan del suceso más esperado, ella lo siente como la batalla final para quienes no conocen la verdad.

Gemma tragó en seco al sentir sus piernas flaquear, y cuando estaba lista en cortar la cabeza del diablo, su cuello se vio irrumpido por una cadena de huesos recorriendo su garganta, las mismas que atravesaban sin pudor su piel evitando que respirará con facilidad.

—¡Gemma! —Damián cortó a pulso lo que le impedía moverse con agilidad, no obstante, lo que logró fue que su cuerpo se alejará al igual que la catana de Arýx. Intentó bloquear con un golpe, lo único que recibió fue una pila de huesos atravesar su vientre.

—¡N-no! —musitaba la Groover.

La imagen de Nina regreso a su memoria, justo de esta manera el veneno fue esparcido en ella provocando que reprimiera sus fuerzas. Arýx cortó el mismo al obtener su catana de nueva cuenta, haciendo que el diablo cayera de rodillas ante ellos; Damián sujeto a Gemma de su arnés, evitando que tropezará.

—No dejes que te consuma, estúpido. —Gemma maldijo al Nazki a su costado quién no paraba de reír por la divertida, a Gemma no le causaba gracia alguna—, no ahora. —sintió como la presión en su pecho se desvanecía.

—¿Qué pasa contigo?, ¿dónde tienes la cabeza? —habló Damián quejándose de la poderosa Gemma. Sabe que está debilitada, pero, esto no tiene por qué prolongarse, ningún diablo debe ser superior a ellos.

—De pronto quiero que Yaám esté entre mis piernas.

—Menuda forma de darte ánimos. —Dijo el joven sabio.

La fiebre que había bajado se ha mostrado impaciente desde que se toparon con esta zona cuantiosa, el hecho de que estén en otra dimensión no le hace efecto en sentir lo que ocurre en la parte de afuera. Por algún motivo, la esencia de un segundo Nazki comenzaba a revolotearle en el cerebro, dejando seca sus ideas de como acabar con un pilar de huesos quebrados delante de ellos.

—Si eso te motiva, sigue considerando en lo mágico que puede ser el tiempo, estamos a nada que nos corten el cuello, niñita.

—No es conveniente excitarse en estos momentos. —La carcajada de Arýx se escuchaba a kilómetros, a pesar de que su distancia era poco favorable, podía incluso oír las ocurrencias que Gemma soltaba en momento como estos—. Tengo algo importante que decir. —Ambos le miraron, se ha estado reservando desde que iniciaron, la chica trago en seco—. Tal vez no salgamos con vida de aquí, lo siento por no informarlo antes.

—Ni siquiera me tomaré el atrevimiento de asustarme. —confesó Damián quién estaba más cerca.

Odiaba con toda su alma tener que escuchar esa frase, si tiene que morir alguien en ese momento, no concibe ser ellos. ¿Qué pasaría si perdiese a uno más en medio de una batalla que debió finalizar junto a Nina? No hay sentido que alargué esto más, debe joder al diablo a como dé lugar.

—Por eso, utilizaré algo que no está en mis manos. —La joven estiró su cuerpo, sintiendo presión en su cabeza. Debía ser Yaám quien no desistía de fastidiarle incluso en momento relevante— joven sabio, me la jugaré, si salgo de esta me debes comprar un vino carísimo.

Gemma sonrió, Damián no estaba seguro de que, si deseaba o no esa apuesta, su vida por un vino, eso no debería compararse.

—Eres una loca...—Él tiró de su armadura, la poca que llevaba consigo para así extender su mano— no puedo dejarte hacer esto sola, soy el sabio de Denzka, miembro de este legendario equipo, ¿Qué te hace pensar que puedo abandonarte? —el juego de miradas se repartía entre ambos, la chica temblorosa tomó su mano para así colocarse de pie— escucha con atención Arýx, estamos a nada de que me explote un puto huevo de la rabia. Primero Jaden, luego Galder...—dolía mencionarlo— Nina...—habló para sí mismo— no dejaré que nadie más se vaya, no sin mi permiso.

El Nazki dibujó una sonrisa tomando con fuerza su catana; Damián enloquecía y esto le emocionaba cada vez más. ¿Han visto a un Aménno Begger perder la cordura? Presenciarían al mayor demonio de la historia.

—Muero por ver a ese tal Bélkaska.

La sonrisa que se extendía podía demostrar mucho. La figura de una herramienta manchada de un aura rosa se manifestó ocasionando un gran estruendo, el alma de un asesino que puede controlar el elemento del viento se daba a conocer.

—Yo, Damián Aménno Begger, portador de la igualdad, te demostraré porque los humanos somos superiores tanto en el cielo, como en el inframundo, así también en la tierra.

El escándalo no bastaba, la fuerza de un pilar como lo era Damián daba terror. El crujir de su espada completándose con la de Arýx era algo inimaginable, en ocasiones era asustadizo, alguien sin determinación, una persona que se reservaba muchas cosas, pero ¿cómo puedes estar tranquilo teniendo frente a ti alguien que acabó con la vida de tu hermana? Ese diablo estaba recibiendo la paliza de su vida.

Gemma quien se ha quedado atrás, debe enfatizar la fuerza restante en confinarlo, solo que ahora estaría jodida si piensa que saldría con vida, estaba teniendo a plenitud un cuerpo común y corriente, ejecutar un sello de tal magnitud sería jodido, Gus no estaría del todo feliz si algo llegase a sucederle.

—¿Cuánto más Gemma? —aquello era más bien un pedido a gritos por parte de Arýx, si no acaban con el diablo justo ahora, el veneno le hará efecto en unos segundos—. ¡Gemma! ¡Tierra hablándote!

El gruñido por parte de la chica ocasionaba que la esencia del clan Groover se hiciera a notar en el campo de batalla. Géya había dejado de llorar comenzando a reír en voz baja, el aura emanada de ella provocaba tranquilidad en la niña que sostenía en su seno.

—¡Así se hace maldita sea! —exclamó el Nazki orgulloso de como la figura de Vindan se formaba alrededor de ella, hablamos de un escudo sin fin, algo que enterraría por completo el diablo ante ellos, solo que en esta ocasión la corazonada que empezaba a joderle se hacía presente.

—¡Suéltalo, Gemma!

La voz de Damián resonó en la oscuridad; la mano que estaba por tomar se ha esfumado, la barrera invisible que les impedía salir obligó a la Groover caer en aquel vacío sin fondo, antes de que pudiera respirar con dificultad, la mano de Damián le sostuvo con anticipación.

No sabe de qué fuerza hablamos, pero, por algún extraño motivo, el ciclo dónde estaban encerrados desapareció, haciéndolos caer en la zona anterior, dónde se encontraba una Hillary a distancia golpeando al mismísimo Bélkaska, Aaron, por una parte, combatiendo para que su poder no saliera a flote. Esto debe ser una jodida broma.

—¡Damián! —gritó la Groover.

Su vista perdida se acercó al joven de tez pálida, Gemma miró su herida, maldito diablo, ha dejado su pierna a medio morir, si no fuese porque demoró en manifestar el confinamiento de seguro, abrían salido en una pieza. Mena estaba jodida con los humos a mil, harta de que a ese tal Bélkaska no lo mate ni el Ávar. Yaám quien no se apartó de la zona, cubrió los cuerpos que recién llegaban bajo la protección de un cubo cristalizado.

—Tranquilo, va a mejorar, ¿está bien? —dijo, pero el joven sabio estaba riéndose por la situación.

—Es mi turno...—murmuró Damián sentándose para así observar a la dulce niña que tenía en frente a él— relevo Gemma...

Ella perdió la noción del tiempo, incluso Arýx quien se ha colocado de pie para correr en dirección a Damián no logró alcanzarlo, el chico destruyó la barrera de protección creada por Yaám, volviendo a la zona de batalla. Esto debe ser una jodida mierda, él no puede continuar, no cojeando como un conejo, estaba yendo al matadero; el ambiente se distorsionó cuando la espada de flamas rosa se estampó en medio de Bélkaska, su pecho fue herido por la gran herramienta de un hermano sediento de venganza.

—Damián, no lo hagas...—Mena acudió, era la más cercana al chico—. ¡Que no pase por tu jodidamente mente, Damián! ¡No!

El sellado estaba perfecto, él solo tenía que chasquear sus dedos y ocasionar el caos; hay cosas que no han mencionado y una de esas fue el hecho de que Hillary haya salido del cuarzo para enfrentarse a Bélkaska.

El juego no estaba siendo beneficioso para ellos en ningún sentido de la palabra, desde que Yaám la dejó salir, lo peor estaba por ser demostrado. Carcajadas, era lo que emanaba en el silencio abrumador desde que Damián todo a Bélkaska. El rey de los demonios no podía moverse, no teniendo a un Nazki que le jodía.

—Damián...—era Gemma que gateaba hasta él para sostener el borde su prenda—. Damián...—su dedo tembloroso apuntó con parsimonia a Bélkaska. Si le hacía daño a él, provocaba que Aaron no saliera ileso de esta, estaban en un solo cuerpo—. Damián piensa...

—Arýx baja la catana...—pidió Mena al ver como apuntaba a la mano de Damián, si él llegase a mover su dedo, no perdería a un amigo, sino también a su hermano—. Arýx...

—¡Cállense! —exclamó el causante de tal tensión. Bélkaska comenzó a reír tomando la empañadura de aquella espada, la vibración era fuerte, sacarla era imposible, estaba bien jugado— si él se muere, esto acaba, ¿no es así?

Gemma guardó silencio, sí, él debe morir, pero no era el momento adecuado, no esperaba tener que presenciarlo una vez más.

—Tú y todos tus hijos de la gran puta, pagarán por lo que han hecho...—mencionó Damián, él rio de tal manera que hizo erizar la piel de Gemma.

—¡Gemma! —gritó Yaám al notar la gran brecha abrirse delante de ella; todo ocurrió en un abrir y cerrar de ojos, su cuerpo se elevó a tal punto en que la apartó de la zona, dejando a Bélkaska delante de Damián.

—¡Púdrete maldito! —Expresó sin pudor el joven sabio, a lo que solo pudo escucharse el grito de Arýx intentando apartar al chico de la zona, lo cual fue casi imposible.

Su arma estalló, el cuerpo de Bélkaska se vio entre la vida y la muerte, la manera en que dividió ambos dejando un charco de sangre alrededor del campo era inimaginable. El ser de Arýx se tensó, delante de una Groover yacían el cuerpo de Hillary y Aaron a punto de desmoronarse, y para adornar el momento... La cabeza de Damián; la mirada de Gemma se perdió en ese instante, no podía reaccionar a lo acontecido.

Alzó la vista en dirección a ese tal Bélkaska, notando como el mismo se regeneraba viéndose en una sola pieza; agitaba su mano una y otra vez saludando a la portadora de Vindan, gozando del juego que estaba por empezar.

Esto era lo que ha percibido desde el inicio. Damián perdió la cordura provocando que el despertar de Bélkaska llegará cuanto antes a la tierra. La forma en que levantó su poder era algo que no podía procesar. Ellos no jugaban con Bélkaska, fue ese maldito diablo que todo este tiempo supo manipular sus sentimientos.

El grito que se extendió en medio de la zona fue provocado por una Groover que ha perdido sus estribos a gran manera, la misma que fue inevitable ver como un Vindan se apoderaba del ser ineficiente de Gemma.

Yaám estaba por sellar su cuerpo en un cubo perfecto, lo cual fue fallido, Mena al igual que el resto se mantenía de pie mirando con asombro la evolución en el cuerpo de una simple mortal a una deidad que desconocen por completo.

La figura de la bruja roja se manifestó sintiendo como los presentes temblaban. Bélkaska no dejaba de reír, la situación ha acudido a tal paraje en que dependen de un Vindan ahogado por el odio y la venganza, esto era la gloria misma, él había movido la pieza perfecta.

—Gemma...—susurró Yaám a una distancia poco común, la chica no recibía ni transmitía, estaba a un punto en dónde no podía reconocer las voces que le llamaban con impaciencia—. Gemma por el amor que le tienes a tu jodida vida...no se te ocurra cometer una locura —ella miró de reojo a la persona que le llamaba; ambos ojos se han tornado en la posesión más temida en la historia.

—Vindan Groover...—habló Bélkaska— bienvenido al mundo de los diablos —mencionó tardío, el rey de los demonios no se andaba con cuentos, y el alma de una Groover mucho menos.

—Yo seré el amo a quien sirvas —las voces fusionadas entre ambas almas estremecían a quien desconocía su eficacia, y Gemma siendo el recipiente perfecto podía darle vida a lo que muchos esperaban. Este no era el tiempo en que debía derrotarlo.

—Déjate de tonterías, vendrás conmigo. —expresó el rey de los demonios abriendo paso a una brecha oscura dónde ambos podían irse lejos de esta situación.

El efecto de Vindan desapareció al momento en que Bélkaska habló. Gemma sintió que el mundo le daba vueltas a tal punto en dónde lamentó como las cálidas manos de Yaám le impedían irse por medio de aquel hoyo.

—No me jodas Gemma...—su mirada estaba perdida, el pitido en su oído no le permitía actuar con calma—. Gemma...

La pechera que sostenía al bebé fue arrancada por Yaám, el cuerpo de su chica cayó en el agujero desapareciendo junto a Bélkaska, dejando un vacío inexplicable.

—Damián...—la respiración incontrolada de Mena se hizo presente al caer de rodillas delante de Aaron, Hillary y su compañero. Llevó su diestra a la boca callando cualquier sonido proveniente de ella; tenía sentimientos encontrados, difíciles de explicar.

—Mena...—su cuerpo se vio cubierto por Arýx, quien alejó a la chica de la vista en dónde presenciaba la cabeza de aquel sabio tendida en medio de los cuerpos de Aaron y la pequeña Hillary—. Mena, ya basta...debes soltarlo...

Yaám escuchó a un costado aquello, el grito que inundó el bosque en un llanto no dudo en aparecer, la joven se desplomó en los brazos de su colega, sin reprimir nada.

—Gemma...—Géya miraba a quien lo sostenía bostezando tras un largo día lleno de combates, los cuales no tendrían fin, si ella no vuelve cuanto antes.

—Arýx...A-Arýx...—llamó Aaron ocasionando que los demás prestaran atención, no dudaron en acercarse, su cuerpo estaba deteriorado y aun así pudo abrir los ojos mostrando señales de vida—. ¿Dónde está Bélkaska?

Una pequeña lágrima corrió por su mejilla, a lo que su hermano tragó en seco intentando formular una oración. Con cuidado acogió el cuerpo del menor en el suyo, pidiéndole perdón una y mil veces por las ocasiones en dónde no se jugó la vida para salvarlo.

—Lo siento tanto...

—Debemos volver...—afirmó Mena limpiando sus lágrimas— ahora...

Yaám tragó en seco tomando al bebé en sus brazos, colocándose sobre sus pies. Jebby se postró delante de los soldados, en cuanto estuvieron en su lomo, dio marcha a Kamphra, dónde a gran voz se pronunciaría la llegada de Bélkaska y la evacuación de los civiles a una zona segura, a este paso no tendrían tiempo estimado para finalizar con el rey de los demonios, la vida de muchos corría peligro.

Desde las alturas ninguna palabra fue mencionada, han sido varias emociones en un día. A pesar de que hayan despertado al mayor temor de la humanidad, conocen que la elección de Damián y Gemma fue la correcta. Un pilar importante fue capturado, dos de ellos perdieron la vida en el campo de batalla, el número de soldados se reduce y las pocas cabezas claras hacían falta en la zona.

Las trompetas de bienvenida resonaron al momento en que notaron la llegada de Jebby. Los días transcurrieron bien, sin embargo, el final fue jodido para todos. Mena bajo de aquel halcón, sintiendo que su cuerpo no podía más, no eran por las heridas, sino más bien por el inmenso dolor que le carcomía conforme pasaban los segundos. Las calles estaban vacías, pero, no dudaron en llenarse al ver el número tan bajo que llegaba a la ciudad.

—¡Mena! —la voz de Gus resonó, el joven líder se acercó casi corriendo.

Pidiendo el permiso necesario para que las personas se esparcieran. Nicolás, a las alturas, notando la situación, indicó con rapidez que evacuaran los civiles; si han llegado en tal estado, esto se ha vuelto en su peor pesadilla.

—¡Mena, Mena! —decía Gus hasta chocar con ellos, su cuerpo estaba por caer, Gus llegó en el momento justo sosteniéndola al instante, al igual que Hillary.

Su mirada llena de sorpresa era un dilema, esperaba mucho de esta misión, de todo, menos que entre ellos el número se haya reducido y que, además, un bebé en brazos del gobernador Yaám.

—¿Qué ha pasado? —cuestionaba Gus. Arýx guardó silencio, Yaám no estaba dispuesto hablar, pero, eran los únicos que se hallaban firmes a pesar de que sus cuerpos estaban jodidos.

—¿Aaron? —miró curioso el ser que se recalcaba en Arýx, Úrsula llegó a pasos de tortuga enterándose con rapidez del gran dilema.

—Joven Yaám...—aquella anciana habló con el gobernador, quien tragó en seco al escuchar el pedido por parte de ambos.

—Bélkaska ha despertado.

Está de más mencionar, que el rostro de los presentes era un dilema, las palabras del gobernador no eran para nada un juego, la guerra ha comenzado y Bélkaska atacará sin piedad alguna.

Para Yaám fue complicado expresar lo sucedido, desde que se toparon con la muerte de Noriel hasta el punto en dónde Gemma accedió a irse con Bélkaska, no en un plan de traición, sino más bien cumpliendo el despertar que Damián había ocasionado antes de tiempo. La sala estaba repleta de las personas necesarias, Sonne fue la última en llegar, guardando silencio por lo sucedido, era abismal el ambiente, la tensión y confusión en medio de los integrantes ha dejado un enorme vacío que no es posible redimir en lo absoluto.

Los demonios rodearon la tierra, y el gran rey ha despertado para seguir fastidiando el día.

Arýx quién estuvo al pendiente del estado de Mena se ha incorporado en la sala, Kamphra estaba siendo evacuada, al igual que los países amigos de cierta forma han reaccionado ante el llamado de emergencia.

—¿Cómo sigue ella? —preguntó Gus al costado de Úrsula. Arýx estaba confundido con los sentimientos que se aproximaron en la de cabellos rapados—. ¿Qué tal está Aaron? ¿Hillary?

—Se están recuperando —habló de inmediato Arýx observando a su alrededor, Sonne se encontraba perdida. Kan a su costado intentando consolarla y Tova notando lo distraído que estaba su hermano con aquel bebé en sus manos—. ¡No pierdan el enfoque! —gritó de pronto, captando la atención de los presentes—. ¿Qué mierda ocurre con ustedes? ¿Nos vamos a sentar, a llorar todo el día? —cuestionó el Nazki. Yaám habló:

—¿Qué propones, dios de la catana blanca? —hablaba como si le restará importancia lo que sucedía en ese momento—. Han acabado con dos de los nuestros, en un solo día, ¿qué esperas de nosotros? —preguntaba sabiendo que Arýx tendría una respuesta para ello.

—¿Debemos quedarnos de brazos cruzados? —el silencio reinó. Gus estaba reprimiendo mucho.

—A pasos lentos, Arýx. Aún tengo que procesar cosas, pongamos todo desde el inicio. —siseo el de cabellos largos tragando en seco— primero, ¿qué harás con la información que le has sacado al médico? —de pronto, Nyam se posó en la ventana.

Yaám se acercó con cautela. No había envío alguno por parte de Turán, aquello ocasionó una sonrisa en sus labios.

—Conozco de alguien que puede hacer ese trabajo —expresó colocando la nota en la pata de su mascota—. Ivette puede...

—¿Qué estás diciendo? —alardeó con rapidez Kan al escuchar el nombre de su estudiante, Ivette conoce de medicina, cosas básicas que el mismísimo Yaám le ha enseñado, pero, fabricar algo que no se sabe si tendrá un buen efecto o no, es de temer—. ¿Cómo puedes meter a Ivette en esto? Es una de las que necesitaban la cura, Yaám. —Tova alzó su mano deteniendo los ataques de su hermano.

—¿Qué tan eficiente crees que sea? —preguntó la mayor entre los Swáyze para cuando Nyam comenzó su viaje directo a Turán—. ¿Yaám?

—Estoy seguro, de que Ivette lo hará. —Gus sonrió, en la sala se asomaba un ambiente distinto— a fin de cuentas, es mi estudiante.

—Ahora que has resuelto una parte, ¿ideas para la guerra? —cuestionó Gus, quien esperaba paciente una respuesta. Sonne aportó:

—Siento que debemos actuar como lo hemos hecho hasta ahora. Estoy segura de que la batalla no será aledaña a ningún país, por lo tanto, el pueblo puede estar tranquilo de que lo material no se perderá. Aun así, me siento impaciente en conocer por qué Damián activo el sello de Bélkaska antes de tiempo.

—Te equivocas...—habló Yaám— desde el principio, este ha sido el momento para que Bélkaska reaccionará, de haber tardado hubiese más muertos. Hillary no estaría aquí ni mucho menos Aaron. —Hizo tronar sus dedos inhalando a fondo—. Obtuvo el poder de la catana, es probable que lo que se viene sea jodido, más de lo que esperamos.

—¿Añadirás dos almas más en el campo de batalla? —preguntó Gus observando al joven gobernador. Yaám se giró para afirmar su duda— ustedes sí que están locos...—Arýx podía notar como la tensión bajaba, permitiendo que los jóvenes resolvieran este asunto al pie de la letra.

—Lo dividiré de esta manera...—mencionó Yaám dejándole el bebé a Tova— los espadachines se verán formados por un líder: Aaron. —explicó desistiendo a todos atónitos.

—Espera, es precipitado. —musitó Simón al instante—. Aaron llega de haber desertado, estaba adherido al rey demonio, ¿qué es lo que estás pensando?, ¿qué sucede con las secuelas? Podría volverse loco.

Conocía de sus dudas, se hallaba seguro de que eso podría pasar y estaba bien que hablará antes de quedarse callado. Una sonrisa se curvó en los labios de Yaám.

—Correcto. Te nombro líder oficial de los espadachines, llevarás a cabo esta misión tomando a quien desees como parte de tu equipo. En Turán se manifestará uno de igual forma, Denzka no se quedará atrás. —Aludió Yaám dejando a Simón con el corazón en la boca.

—Espera...e-eso no...—estaba por arrepentirse hasta que Gus habló:

—¿Permitirás que Aaron te quite el puesto por el cual has entrenado? —preguntó el Groover desistiendo que el orgullo invadiera a un espadachín— así me gusta.

—Expande un informe, de seguro Mena estará de acuerdo con esto; como no ha sido nombrada en gobernadora, es mejor que el sello lo refleje un sabio. —miró esta vez a Úrsula, quién asintió ante su pedido—. Traigan consigo a los mejores soldados al anochecer, que el clan Groover active los mejores sellados en armas, la guerra no puede esperar más. —Hablaba el joven gobernador mientras los demás centraban su atención en él.

—Déjame ir con ustedes. —expresó Sonne, a lo que Yaám se negó con rapidez.

—Para ti, tengo algo mejor...—lo que estaba maquinando en su mente era una perfecta audacia, cualquier dirigente de años antiguos lo llamarían loco.

Un chico que apenas comenzaba a gobernar, repleto de jóvenes con sed de venganza, harían de esta guerra el final de las deidades, ¿Qué les depara el día de mañana?, ¿obtendrán la victoria?, ¿sacrificaran más de lo que deben?

El juego no terminaba, todo estaba a punto de iniciar.

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