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Elizabeth Thompson. 6 de septiembre del 2017, el Olimpo.

Elizabeth llegó al salón del trono con el cabello goteando en el piso. Después de su conversación con Evan, había esperado otra reacción más que un “apestas a sexo”.

No quería que le rogara volver con él, porque aunque lo hiciera ella no lo haría, ahora estaba con Arsen. Y aunque sus sentimientos por el rubio aún no habían desaparecido por completo, sabía que no se trataba de nada más que de ese amor que siempre tendrás por los momentos que compartiste con tu pareja.

Aunque nunca habían llegado oficialmente a ese punto, él fue su primer amor.

En las grandes puertas blancas Evan la esperaba, observaba el filo de la cuchilla que siempre tenía en el cinturón, pero su vista se dirigió a Elizabeth, luego bajó.

—Hace varios días no veía ese brazalete —hablaba del de serpiente.

Después de que Evan dejara de hablarle mágicamente, ella había tenido cierto rencor hacia él, y no pudo ponerse aquel brazalete hasta ese momento en el que decidió dejarlo ir.

—Sí, bueno, es útil —mencionó restándole importancia.

—Elizabeth —habló Evan—. No quiero que pienses que estoy enojado porque de la nada te juntaste con Arsen. No me interesa lo que creas de mí, pero tampoco quiero que una chica semidiosa con poderes de un dios tenga algo en mi contra —mintió.

—¿A qué quieres llegar con esto?. Zeus nos espera —frunció el ceño, incómoda ante la repentina mención del tema que creía terminado.

—Me incomoda el hecho de que sólo lo conoces desde hace un mes, sino es que menos —confesó a medias, claramente sí le molestaba que estuviera con Arsen, su supuesto mejor amigo.

—Escucha Evan, lo que haga con mi vida ya no te concierne, si yo me quiero acostar con un tipo al que conocí ayer es mi maldito problema —dijo entre dientes—. Tengo diecinueve años y podría morir mañana, no me culpes si quiero saber un poco más de qué es vivir como una persona normal antes de hacerlo —recordó las palabras de Astra.

—Bien, tienes razón, Zeus nos espera —sin dejar que respondiera abrió las puertas.

—Te pedí que llamaras a mi hija, no que fueras a recorrer el mundo otra vez para encontrarla —regañó Zeus al verlos entrar.

—Lo lamento, Zeus. No estaba donde debía estar —hizo una reverencia y Elizabeth lo siguió.

—Bien. Espero que estés bien, Elizabeth —dijo a modo de saludo.

—Sí, espero lo mismo —aún le costaba decir “papá”.

—Bueno, te llamaba por un tema importante. La guerra se aproxima, Elizabeth, y no queda mucho tiempo para que la Sombra llegue, por eso quiero hacerle saber al Olimpo quién es mi hija, antes de que todo pase —explicó de forma rápida.

Hera a su lado –la única diosa que acompañaba a Zeus– lo miró, quizás con incredulidad.

—¿Le vas a hacer una coronación? —murmuró la diosa entre dientes.

No era una coronación cómo tal, era más cómo decir quién estará al mando en el Olimpo si algo le pasara a Zeus. Cómo seleccionar al guerrero principal.

—¿A qué… te refieres exactamente? —cuestionó la albina, sin terminar de entender las palabras de Zeus.

—En una guerra todo podría ocurrir, yo también podría morir en ella, por eso el Olimpo necesita una segunda opción de líder —resumió—. Por eso el quince de septiembre todos sabrán quién es en realidad Elizabeth Thompson.

—Tú… serás la heredera del Olimpo, Thompson —tradujo Evan en un susurro.

—Tengo más probabilidades de morir yo que tú, Zeus… —habló Elizabeth.

—¿Cuándo me dirás “padre”? —interrumpió Zeus.

—Así que deja de pensar en quién ocupará tu lugar cuando mueras, papá —enfatizó la última palabra.

Acababa de encontrar a su padre, la idea de perderlo de nuevo de la noche a la mañana le daba náuseas. Sentía un nudo en el estómago al recordar la guerra que se encontraba a la vuelta de la esquina, y todas las vidas que se podría llevar con ella.

En verdad le dolería muchísimo que ella fuera una de los sobrevivientes y no las personas que había aprendido a apreciar.

—Hazme caso, Elizabeth. No lo hagas porque yo podría morir, hazlo para que todos sepan quién es mi hija, deben saberlo —murmuró Zeus con un tono tranquilo, lo suficientemente alto cómo para que todos lo escucharan—. Tenemos una reunión con los dioses, Elizabeth, deberías irte.

Elizabeth asintió, hizo una reverencia junto con Evan y ambos salieron del lugar.

Zeus. 6 de septiembre del 2017, el Olimpo.


—¿Una proclamación de heredera? —cuestionó Hades—. Siendo sincero y si me permites dar mi opinión, Zeus, creo que es una completa estupidez.

—No pedí tu opinión, Hades —respondió malhumorado.

—Perdona Zeus, pero esta vez concuerdo con Hades —dijo Afrodita, y ella era la primera en llevarle la contraria al dios de la muerte.

—Zeus, piénsalo un poco —comenzó Perséfone—. Puede que sea tu hija, pero aún no descartamos la posibilidad de que nos traicione al último minuto, y tú más que nadie sabe que un juramento así es imposible de romper o cambiar.

—¡Podría matarte por obtener el trono para la Sombra! —exclamó Hera exaltada levantándose de su trono.

Empezó a caminar alrededor de la mesa central mientras se despeinaba el perfecto peinado que siempre mantenía.

—Si eso llega a pasar, Zeus, juro que te traeré de nuevo de la muerte sólo para matarte —habló Hades.

—¡Esto es algo que debías hablar con nosotros desde un principio! —siguió Hera.

Todos se callaron abruptamente cuando Zeus aporreó ambos puños con la mesa frente a él habiéndola temblar y provocando un estruendoso ruido.

—Yo soy el dios aquí, ¿quién se creen ustedes para hablarme así? —gruñó—. Si yo hago algo, es porque ya vi todo lo que podría salir mal y consideré que no era un problema mayor. Cierren la maldita boca —se sentó bien nuevamente, esperando que alguno dijera algo más—. ¿Y bien, seguirán hablando? —sus ojos centellearon de forma amenazante.

Todos los dioses se pararon y salieron del lugar, furiosos y decepcionados.

—Espero que te des cuenta de lo que estás haciendo, porque esta decisión tan estúpida nos puede llevar a la mierda a todos —dijo Hera antes de irse.

[ EDITADO ☑️ ]

¡Hola!
¿Cómo están?.

Dejé de actualizar por un mes ya que tuve un bloqueo, pero ahora que empecé a escribir otra vez creo que ya tengo imaginación para bastantes capítulos más.

¡El final se acerca!. Podrían faltar sólo diez capítulos (o menos) para entrar oficialmente al final del libro y enserio espero que les guste ya que llevo planeándolo desde hace bastantes meses.

Después de eso pondré una meta para empezar a publicar y reescribir el segundo libro, pero no quiero hablar de más y apresurar las cosas, así que espero que estén disfrutando la lectura, y si es así, ¡disfruten lo que queda del resto!.

Espero que hayan tenido un buen inicio de año. ¡Adiós! <3

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