I. "Hey."

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[ video intro season 4 en multimedia ]




















— ¿Cuánto tiempo ha pasado?

— Semanas, no ha respondido a mis mensajes— le contestó el Alfa a su mejor amigo mientras entraban en la veterinaria.

— ¿Derek alguna vez contestó tus mensajes?

— Una vez, pero esta vez es diferente— siguió mirando a la pelirroja junto a ellos—. Fui al piso, la alarma estaba activada. Todo parecía estar bien, pero luego encontré esto.

El morocho extendió la gran lata de metal hacia sus amigos para que pudieran ver el contenido. El humano metió su mano reconociendo algo de material frío en el interior, al sacarlo pudieron apreciar el castillo de una bala con una calavera grabada, al igual que en el resto de ellos. Al muchacho le dio un leve escalofrío al recordar a cierta castaña grabar su símbolo de la misma forma.

»Así que le envié una foto a Deaton. Dijo que es la firma de una familia de cazadores con base en México, Los Calaveras.«

— ¿Por qué querrían a Derek? — preguntó la Banshee.

— No creen que lo hayan matado, ¿cierto?

— No lo sé— respondió el Alfa, para luego ver a la chica—. Por eso estás aquí.

Ésta asintió acercando la lata para meter su mano en ella, al sacarla todos los casquillos se encontraban en ella. Y después de cerrar sus ojos, los dejó caer sobre la mesa de metal haciéndolos sonar fuertemente.

La muchacha no dijo nada mientras abría los ojos confundida.

— Lydia, ¿está muerto?

— No, pero no estoy segura de que esté vivo tampoco.

— ¿Qué significa eso?

— No lo sé— contestó aun mirando al vacío—. Hay algo que no está bien, sólo que... No lo sé.

— Si Los Calaveras lo tienen, ¿cómo lo encontramos? — preguntó Stiles.

— En México— respondió convencido—. Pero...

— ¿Pero?

— Necesitamos la ayuda de alguien...

— ¿Quién? — volvió a preguntar Stiles cansado de que su mejor amigo no fuera al grano.

Scott levantó sus cejas mirándolo significativamente. Era obvio a quién necesitaban, después de todo ella conocía a los cazadores, además de ser familia del desaparecido. Aunque había grandes probabilidades de que ésta no les contestara.

» Oh. «

El corazón de Stiles se detuvo por un momento, volver a Maya tan pronto no estaba en sus planes, sin embargo, sabía que era necesaria. Pero igualmente, el temor seguiría en su interior.

— ¿Estás bien? — le preguntó Scott, ahora subidos en el Jeep dispuestos a irse de la veterinaria.

Stiles no había dicho ni una palabra desde que el probable regreso de Maya fue sugerido.

— S-Sí...— murmuró por lo bajo, aún afectado—. Sé que la necesitamos y que ella necesita saber de la desaparición de Derek.

Scott lo miraba atentamente dispuesto a darle a su amigo un espacio para expresarse. Desde que Maya se había ido, su nombre no había sido nombrado, al menos no frente al castaño.

» Todavía duele, ¿sabes? «

— Lo sé, creo que nunca dejaré de extrañarla— suspiró abatido.

Desde que Maya se había ido, Scott había sentido que una parte de él lo había dejado. Como si su alma se hubiera partido a la mitad, y sabía perfectamente que el sentimiento no era precisamente porque su mejor amiga se hubiese ido. Sino que se debía a lo que Deaton le había comentado antes de que ella se fuera.

» ¿Tú la extrañas? «, preguntó por curiosidad. Sabía que su relación era difícil de superar, sin embargo, Stiles parecía haber avanzado junto a cierta coyote. O al menos, eso intentaba.

Stiles tardó en contestar, antes de dejar salir las palabras como un leve suspiro.

— Todos los días.





[...]

La muchacha bajaba temerosa del avión junto al resto de las personas que lo habían abordado, decidir venir no había sido nada sencillo, al igual que el reencuentro que ocurriría en pocos minutos. A pesar de haber pasado diez horas, aún recordaba perfectamente la discusión que había tenido con Isaac.

"¡¿CÓMO PUEDES PENSAR EN IRTE DESPUÉS DE LO DE ANOCHE?!"

"Anoche la pasamos bien, solamente eso. Ambos ingerimos acónito, no estábamos a lo que yo llamaría despiertos", contestó aun metiendo su ropa en la valija mientras el rubio la sacaba de ésta.

"¿Sólo la pasamos bien? ¡Maya, sabes lo que significó para mí!", arrojó fuertemente la blusa azul que la muchacha acababa de guardar.

"¡No, no lo sé! Hace mucho te dejé en claro que no compartía tus sentimientos, lamento que hayan vuelto por lo que pasó. Pero tú lo sabías, sin embargo, continuaste con ello. ¡Así que no me eches toda la culpa a mí!"

"No volvieron, nunca se fueron. ¡Yo lo quería! ¡Tú lo querías!", esta vez arrojó toda la maleta enfureciendo a la muchacha aún más. El rubio se estaba comportando como un niño, y ella se encontraba totalmente preparada por si él tan solo pensara en ponerle una mano encima.

"Ambos nos dejamos llevar, Isaac, ¡entiéndelo!", dejó lo que estaba haciendo para verlo fijamente a los ojos, con esperanza de que finalmente el muchacho lo comprendiera. "Nos aprovechamos el uno del otro, no creas que no noté tus sonrisitas maliciosas en todo el día, y no te culpo por eso, como tú no deberías culparme a mí. Fue algo mutuo. Tú, porque finalmente... S-Stiles no estaba en la escena. Y yo, porque me sentía rota por dentro y aún lo estoy. Así que hazme un favor y deja de creer que todo gira alrededor de ti."

Obviamente el rubio no se lo tomó para nada bien, la adoración que tenía por Maya ya era demasiado enfermiza, lo que lo cegaba de la realidad. Ambos pasaron por momentos terribles, la castaña lo sabía, pero no podían sostenerse el uno al otro si ninguno de los dos se encontraba bien. Nuevamente, otra amistad se rompía por los sucesos acontecidos, nuevamente debía separarse de alguien que quería por las malditas secuelas que el Nogitsune le había dejado.

La muchacha salió de su ensoñación, percatándose de que su maleta era la única que quedaba por recoger en la cinta. El resto de las personas ya se había ido con sus pertenencias.

Rápidamente la agarró antes de volviera a desaparecer por la compuerta y se dirigió al camino que las flechas amarillas le indicaban. Sin embargo, antes de dirigirse a la salida dónde se encontraría con su más grande temor, caminó hacia los baños con su propia excusa de que necesitaba arreglarse, cuando en realidad solo quería atrasar aquel momento tan culmine.

Al verse al espejo pudo notar que en algún momento había llorado, apostaría todo a que fue junto a la cinta del equipaje, dónde seguramente todos la hubieran visto como una loca. Realmente estaba hecha un desastre.

Y cómo no estarlo. Hacía tres meses que había abandonado su hogar, sus amigos, su entonces novio; su prima había muerto por su culpa, ella misma había muerto, pero por alguna razón había evolucionado.

Maldita sea soy un pokemón, fue lo primero que pensó cuando Aspen le había dicho, que ahora, sus ojos eran rojos, lo que daba una clara pista de que era una Alfa. Y al parecer una verdadera, al igual que Scott. Lo que la preocupaba, ya que ahora no entendía cuál era su papel en la manada. ¿Acaso ella debía formar una propia? ¿Esto significaba que ya no pertenecía?

Ella esperaba que no. A penas podía con ella misma como para comenzar una manada.

Y, por si fuera poco, su padre había desaparecido. Y todo indicaba a que Los Calaveras se lo habían llevado. Maya los recordaba muy bien, una vez habían tenido una reunión con Chris, quién le negó que se cruzara con ellos al ser grandes seguidores del Código de los Cazadores. Si se enteraban de que era una mujer loba, la harían suicidarse frente a ellos, tal como su tía había hecho en ese entonces.

Así que allí estaba. En uno de los aeropuertos de México, a pocos minutos de reencontraste con sus amigos y su ex novio, llorando en un maldito baño público.

Comenzó a respirar pausadamente, tratando de tranquilizarse. Se mojó la cara y la secó con unas cuantas servilletas de baño. Volvió a maquillar lo que sus lágrimas habían barrido e intentó sonreír a su reflejo.

Ella seguía destruida, pero no quería que ellos siguieran preocupándose.

Salió de allí junto a su equipaje y se dirigió a las puertas de salida. Allí, el Jeep celeste en el cual tantas aventuras habían tenido se encontraba aparcado esperándola.

Scott fue el primero en voltearse, al sentir que ya se encontraba completo. Lo mismo sintió Maya intrigándola, más lo atribuyó a volver a sentirse en casa. El resto copió al Alfa, encontrándose con la chica que tanto extrañaban.

Nadie movió un músculo, aquel reencuentro parecía irreal.

Las personas pasaban a su alrededor, ajenas a la "incómoda" situación.

A la mierda— dijo la pelirroja antes de correr hacia ella y abrazarla fuertemente, ahogándola un poco en el proceso.

Su mejor amiga finalmente se encontraba frente a ella, seguía siendo su Maya, no tenían por qué tener miedo de demostrarle cuánto la habían extrañado.

Otros brazos rodearon a ambas con la frase "Yo también quiero". Kira se había unido al abrazo de chicas. Finalmente se separaron, dando paso a Scott, quien no dudó en levantarla del suelo con su gran abrazo de lobo. Provocando que ambos se volvieran más fuertes con tan solo la presencia del otro.

— Te extrañé tanto— murmuraron al mismo tiempo, haciéndolos reír.

La felicidad se volvió en melancolía cuando ambos Alfas se separaron, dejando a la vista a cierto muchacho humano junto a la chica coyote.

Maya sintió la presencia de Malia desde antes de cruzar las puertas de salida, no le sorprendió, después de todo ella fue quién le había sugerido a Scott integrarla a la manada. La chica no tenía la culpa de lo sucedido en Eichen House, aunque el recuerdo doliera, no iba con los valores de Maya.

Le dirigió una pequeña sonrisa a la chica para que no se sintiera excluida, así después centrar su vista en Stiles.

Con tan solo una mirada millones de palabras fueron dichas, por lo que solo una salió de ambos labios.

— Hey...

— Hey...






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