VI. "Deja de molestarme, mujer."

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Scott, Maya y Stiles corrieron dentro de la estación de policía, encontrándose con el Sr. Stilinski, quién rápidamente los metió dentro de su oficina, luego de avisarle a sus compañeros que él se haría cargo del caso, al ver al Derek adolescente en la estación.

— Quiero que sean honestos conmigo, absoluta y completamente honestos— habló apoyado en su escritorio—. ¿Han viajado en el tiempo?

— Espera, ¿qué? — contestó confuso su hijo.

— Porque si lo de viajar en el tiempo es real, me voy, terminé. ¡Me llevarán a la Eichen House!

— Lo encontramos así— le explicó Scott.

— ¿Dónde? ¿Nadando en las Fuentes de la Juventud?

— No, lo encontramos enterrado en una tumba de acónito en un templo Azteca en México, debajo de una iglesia, en medio de un pueblo destruido por un terremoto— siguió Maya, orgullosa de su detallada explicación. Pero ganándose una mirada enojada de Stiles.

— ¡Me dijiste que estabas de campamento! — le gritó Noah a su hijo.

— Sí, estábamos— le contestó el castaño—. En México.

— Derek es más joven, no recuerda nada— interrumpió la Alfa—. Debemos hablar con él.

— Si, bueno, hasta ahora no habla con nadie.

— Hablará con nosotros— afirmó Scott.

El Sr. Stilinski aceptó, dejando entrar a Derek en su oficina y cerrando la puerta para irse.

— ¿Por qué iría con ustedes a alguna parte? — pregunta el "adolescente" Hale.

— Hubo un accidente, perdiste la memoria, pero podemos ayudarte a recuperarla— le explica el morocho.

— ¿Cuánta memoria?

— Mucha, pero puedes confiar en nosotros.

Al ver la cara de desconfianza de Derek, Maya se agachó frente a él ante la mirada expectante de Stiles. La muchacha cambió el color de sus ojos, y Scott la imitó demostrándole que eran como él.

— Son Alfas— recalcó comenzando a confiar—. Está bien, ¿quiénes son? ¿Y quién es él?

Stiles se giró notando que al final hablaba de él.

— Somos los que te sacamos de la cárcel— le respondió con obviedad el castaño.

— Déjanos ayudarte— dijo Maya mirándolo fijamente al verlo tan desesperado, con la esperanza de que algo en ella lo hiciera confiar.

— No— negó.

— Casi destrozas a dos policías allí, debes escucharnos— intenta ayudarla Stiles—. Y eso significa no usar colmillos, ni garras, nada de hombre lobo, ¿entendido?

— Estoy bien, mientras no haya luna llena.

— ¿Sigues teniendo problemas con la luna llena? — pregunta Scott.

— Dije que estoy bien.

— ¿Vienes con nosotros o no? — preguntó el humano, provocando que Maya lo mirara mal por lo brusco que le habló.

— ¿Quieren que confíe en ustedes? ¿dónde está mi familia?

Aquí, quería decir la Alfa.

La habitación quedó en silencio, hasta que Scott decidió tomar la iniciativa.

— Hubo un incendio y...— dirigió su vista a la castaña quién negó con la cabeza, indicándole que no era buena idea decirle la verdad, aún más conociéndolo—. Ya no están más aquí, están bien. Tuvieron que mudarse de Beacon Hills.

Al ver las lágrimas en sus ojos, Maya decidió hablar.

— Y te llevaremos con ellos, en cuanto averigüemos cómo devolverte la memoria.

El adolescente la miró por un largo rato, sin saber por qué su instinto lo hacía confiar tan rápidamente en aquella chica.

— Está bien— aceptó finalmente.

Derek debía firmar unos papeles para poder salir de la comisaría, por lo que el trío esperaba a que terminara en una distancia segura.

— No debí haber hecho eso, le mentí— habló Scott.

— Era lo mejor para él— contestó Maya, sin sacarle los ojos de encima a su "padre".

— Le ahorraste mucho dolor— la siguió Stiles—. Resolvemos esto en un día o dos, volverá a ser el Derek de antes, y todos felices. Excepto por Derek, que nunca está feliz.

Maya no se aguantó y lo golpeó en el brazo, provocando que el humano se quejara del dolor. Una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro, hacía tiempo que quería golpearlo y no sólo por el reciente comentario.

— Otra persona a la que le mentimos— siguió Scott, ignorando a sus amigos, ya acostumbrado a este tipo de situaciones—. Siempre siento que es mejor cuando decimos la verdad. Con Lydia, mi mamá, tu papá.

— Pero el que está allí es Derek Hale— contestó Stiles, aún con dolor—. Quizás sea un niño ahora, pero sigue siendo Derek hale.

— Está bien, llévenlo a mi casa y no le quiten la vista de encima— Maya lo miró con los ojos a más abrir, por lo que el Alfa la agarró del brazo y la alejó de Stiles quién los veía confundidos.

— Me envías a estar sola con él— susurró/gritó, molesta.

— No estarán solos, Derek estará allí.

— Por si te has olvidado, esta noche era la cena con tu padre.

— Mierda.

— Sí, mierda Scott. Y por si fuera poco tengo que estar con este simio, en una cena con tu padre y él mío, el cual ahora es un puto adolescente.

— Perdón, pero yo debo ir a hablar con quién deberíamos haber hablado desde un principio— respondió mientras se alejaba.

Maldito Peter Hale.






[...]

— ¿Nos hemos visto antes, Maya? — le preguntó Derek al llegar a la puerta de la casa—. Es que luces muy familiar.

La Alfa se atragantó un poco con su saliva, mientras Stiles los miraba a ambos.

— No, no nos conocíamos— responde rápidamente, escapando.

Stiles tardaba en abrir la puerta, no pudiendo encastrar la llave en la cerradura.

» ¿Te tardarás mucho más o rompo una ventana? «

— Deja de molestarme, mujer.

— Son prácticamente una pareja casada— dice Derek mirándolos interactuar.

El castaño pudo abrir la puerta segundos después.

— Esperaremos aquí a Scott, nos sentaremos con tranquilidad y no llamaremos ni hablaremos con nadie— dijo Stiles, mientras entraban a la sala de los McCall y Maya aguantaba una risa que quería escaparse, al saber que realmente no estaban solos.

— ¿Te hablo a ti? — le preguntó Derek.

— No.

— ¿Le hablo a ella?

— No.

— ¿Quién hablará con él?

El padre de Scott apareció en la cocina con una bolsa en sus brazos, había ido por la comida de esta noche.

— ¿Estás más alto? — le preguntó el castaño luego del pequeño susto.

— ¿Qué hacen aquí? — preguntó el señor McCall, a los dos muchachos.

— Esperamos a Scott— contestó Derek.

— Sí, yo también. Se supone que cenaríamos— señaló a Maya, quien con una sonrisa fue a ayudarlo a poner la mesa.

Stiles la miró molesto, la maldita sabía de esto.

» Traje de más, ¿quieren cenar? «

Derek afirmó, a la vez que Stiles negó. Haciendo que Maya dejara salir una carcajada.

Finalmente, todos se quedaron a comer. Derek haciéndose pasar por un tal "Miguel", un primo de Stiles proveniente de México.

Todos comían en silencio, Derek no paraba de ver a Maya, curioso de por qué se sentía tan familiar estar con ella.

El padre de Scott decide hablar finalmente.

— ¿Cuál es tu apellido, Miguel?

— Juárez— responde rápidamente Stiles—. Cinqua Tiago.

— Es un nombre muy difícil, ¿cómo lo deletreas?

La sonrisa de Maya cada vez se hacía más grande al ver el sufrimiento de Stiles frente a ella.

— Fonéticamente.

— Sr. McCall, es una gente del FBI— dice Derek al ver la credencial sobre la mesa.

— Es de bajo rango, de muy bajo, ni siquiera tiene mando.

— ¿Investiga asesinatos? — continúa el adolescente ignorándolo.

— A veces, cuando es un crimen federal— contesta el adulto.

— ¿Y qué hay de los incendios?

La pierna de Maya subía y bajaba rápidamente con nerviosismo, por lo que, para detener el rumbo de la conversación, dijo lo primero que se le vino a la cabeza.

— ¿Sabían que estuve en la cárcel? — el Sr. McCall la miró sorprendido— Sí, por una noche. Una larga noche...

— ¿De qué tipo de incendio hablas? — la ignoró siguiendo con la conversación anterior.

— ¿Sabe algo de la familia Hale? — le preguntó "Miguel".

Mierda y más mierda, ¿por qué mierda volví?





Sé que este capítulo no fue tan largo como esperaban, ni pasaron muchas cosas. Pero es necesario para lo que está por venir. So be ready.

Hay un video en multimedia que había hecho hace mil años, pero ahí está para quien lo quiera ver ;)

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