Capítulo VIII

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—De verdad estoy enamorado de ti —susurró el otro contra su hombro y ChanYeol sonrió antes de acariciar el cabello del chico.

—Yo también estoy enamorando de ti.

BaekHyun se alejó y le dio un ligero golpe en el hombro, claramente jugando con él. Para ChanYeol fue increíble ver cómo el rostro del contrario dio ligeros destellos de luz, como si por un momento, tan solo unos segundos, se hubiese olvidado de todo para mostrar unos ojos chispeantes y una sonrisa brillantes que por un instante dejó atrás esas ojeras y rostro pálido.

—Dijiste eso para conquistarme, ¿cierto?

Soltó una suave risa y se quitó el tapabocas para estar más cómodo. Su acción fue mediante actos desinteresados, pero por alguna razón el contrario mostró una sonrisa amplia el observarlo, como si estuviese agradecido de verle el rostro, cosa sumamente extraña, porque nadie se alegraba de ver su rostro o al menos eso creía.

—¿Te sientes mejor?

—Me sentiré mejor una vez que me expliques todo.

Se mordió el labio inferior, pero se sintió contento, porque fue clara la motivación del chico. De verdad pareció con ganas de profundizar en el tema sin mayor prejuicio y eso le animó, así que se acomodó sobre la cama y tomó aire.

—¿De verdad es tan difícil de explicar?

—Algo. —Guardó silencio luego de ello, aunque en realidad se tomó un tiempo para mirar nuevamente a su compañero—. Te ves mucho mejor.

—¿Mejor?

—Más contento —corrigió y el otro soltó una suave risa.

—Puede que suene estúpido, pero solo verte me hace feliz, incluso cuando se supone que debería estar enojado contigo. —BaekHyun hizo una mueca, aunque no perdió la sonrisa—. ¿No crees que es extraño?

—Bueno... Creo que también debería hablarte de ello —dijo por lo bajo, más para sí que para el contrario.

—¿Hay algo más aparte de que eres un reptiliano y que sueño con tus padres? —Hizo un mohín con los labios al darse cuenta que el contrario claramente se mofaba de él—. Bien. Sin burlas. —El chico asintió—. Lo intentaré.

—Tómame en serio.

—Lo haré.

—Bien. —Tomó un poco de aire y miró al chico, quien perdió ligeramente la sonrisa, enseriándose.

—¿Cómo es posible que las personas que aparecen en mis sueños realmente existan? —susurró el contrario con cuidado y ladeó la cabeza, ligeramente confundido.

Se mordió el labio inferior y nuevamente miró a su alrededor. Esta vez sí busco algo en su entorno, alguna respuesta, algo que le diese información sobre cómo explicarse, sobre qué decir.

No halló cómo hacer que todo eso pareciese algo lógico. A fin de cuentas, nadie sabía que existían los monstruos bestiales o los monstruos de cualquier tipo y, para quienes decían hacerlo, solos los tomaban por dementes. ChanYeol no quería sonar demente, pero debía decirle al contrario todo lo que le pasaba.

—Te lo explicaré —aseguró y tomó un poco de aire antes de continuar—, pero primero debes saber que quienes aparecieron en tus sueños no son mis padres. Hay más personas que se parecen a nosotros, que se ven como yo.

Los ojos de BaekHyun pestañearon en su dirección y pareció realmente curioso, extrañado.

—¿La secta tiene muchos miembros? —La burla del contrario lo hizo hacer una mueca, pero al chico se le fue inmediatamente la sonrisa—. Bien, lo siento. Continúa.

—Sé que soñaste mucho tiempo con personas con mi apariencia, muchos años. —El contrario asintió al escucharlo y desvió la mirada hacia las mantas, perdiendo por completo el toque cómico—. Y fue luego de que ocurrió el accidente de tus padres —aseguró, cosa que sorprendió a BaekHyun e inclusive lo hizo jadear.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque fue un hecho traumático para ti y los monstruos bestiales se aprovechan de eso.

—¿Monstruos bestiales?

—Sí, bueno. —Sonrió incómodo y tamborileó con los dedos sobre su propio muslo, algo distraído—. Podría decirse que somos una especie distinta, semejante al humano. —Asintió, convencido de que eso se escuchaba bien, a pesar de que sonaba mucho más científico de lo que realmente era—. Tenemos una particularidad genética que modifica la piel.

—¿En serio? —El contrario se mostró claramente sorprendido—. ¿Entonces sí es eso de sensible?

—No, no. En realidad es algo más... —Guardó silencio. No halló más palabras para comentarle al otro lo que eran sin que pareciese un maldito lunático.

Además, no encontró otra forma para definirse a sí mismo y el término «monstruo» seguía sonándole extraño. Sin embargo, eso eran y tendría que repetirlo las veces que fuesen necesarias, incluso cuando a veces parecía que BaekHyun se enfadaba cada vez que pronunciaba la palabra.

Después de todo, se llamaban a sí mismos de esa manera desde que tenían memoria. Incluso los licántropos —que parecían más bestias que ellos— no se quejaban con esa definición, a fin de cuentas, nadie tenía una apariencia humana más desastrosa de la que tenían ellos, agregando que no tenían una cualidad que la mayoría de los otros seres mágicos tenían: capacidad de atracción. Nadie iba a los monstruos bestiales, sino que estos iban hacia sus víctimas. Actuaban desde las sombras, mirando por entre rendijas y cortinas mal cerradas, no consiguiendo la confianza de absolutamente nadie, y esa mierda, todo eso, no podía soltárselo a su novio como si fuese cualquier cosa.

—¿Crees en los vampiros, BaekHyun?

—¿Ahora de qué mierda estás hablando? ¿Primero reptilianos y ahora vampiros? —El chico se puso de pie, desconcertándolo—. Mira, ChanYeol. Estoy dispuesto a escucharte, pero necesito que me digas la verdad y que seas sincero conmigo.

—Existen —aseguró y el otro chifló con ironía—. De verdad existen, BaekHyun. Debes creen en mí.

—Estás loco —sentenció el contrario—. No debí pedirte que vinieses.

—No, Baek. Espera. —Se puso de pie y caminó hasta el contrario, quien se cruzó de brazos delante de la ventana—. Soy sincero, de verdad.

Necesitaba insistir, necesitaba solventar todo eso solo y de una vez. El castaño le pidió tiempo en su pasado, pero ya pasaron dos semanas de ello y ChanYeol se las tuvo que aguantar alejado del chico que le gustaba, del cual se estaba enamorando. Ahora no podía dejarlo irse sin más, no solo era su destinado por un tema de conveniencia física, sino que tenía que ver con un chiquillo precioso al que llevaba conociendo más de cuatro meses y con el cual tenía una serie de sentimientos intensos que temió que en cualquier momento fuese a vomitar.

Si ese momento hubiese ocurrido hace unos meses atrás de seguro dejaría libre a BaekHyun sin lugar a dudas, pero en ese momento no, maldición. El chico era demasiado importante ahora y no podía simplemente soltarlo, al menos no si el otro aún tenía un ápice de curiosidad, atracción y cariño en torno a su persona.

—Te lo demostraré —habló alegre ante la nueva idea que surcó por su cabeza y meneó un poco los brazos. El contrario se mostró algo confundido ante su expresividad—. Duerme conmigo.

Para su sorpresa, una cachetada le llegó directo en la mejilla, desorientándolo y dejándole la piel de la zona ardiéndole. Era la primera vez que lo golpeaban de esa forma y más encima por BaekHyun.

—¡Eres un imbécil! Ya veo que solo estás jugando conmigo. No debes tener una puta idea de lo que siento por ti y de cuán difícil es toda esta mierda para mí. —El chico lo miró con una rabia que le sorprendió—. Te estás aprovechando de mis heridas para hacerme daño, para burlarte de mí como si...

Sinceramente, ChanYeol no halló como callarlo. No supo cómo hacerle entender lo adolorido que estaba su corazón por todo lo que le decía, así que hizo lo que pensó que sería mejor para demostrar todo lo que sentía y, a la vez, para hacer que guardase silencio. Por eso dio el paso que lo separaba del chico y lo sujetó por las mejillas para tirar de él.

Lo besó. Se apegó a su cuerpo como deseó durante todo ese tiempo y se aferró a las mejillas de BaekHyun con cierta rudeza, porque el otro se resistió al inicio, empujándolo por el pecho. ChanYeol contó hasta tres. Solo daría tres segundos para seguir intentándolo y luego de eso no lo obligaría a nada más.

No obstante, BaekHyun le correspondió. El chico en algún punto se aferró a sus hombros con fuerza y el beso se volvió vivaz, ansioso y ajetreado, como si hubiesen estado tan deseos por besarse y tocarse que ambos se volvieron locos durante el tiempo de espera.

Al estar contra los labios ajenos no se preocupó de absolutamente nada y solo se aferró a su cintura con fuerza para apegarlo a sí. Lo besó profundo, con rudeza y ansias, cosa que le sacó quejido al chico.

A pesar de lo áspero de la caricia, fue muy gratificante y todo se volvió cada vez más y más intenso, llevándolo a perderse, a empujar al contrario contra el mueble que tenía por detrás y a sujetarse de sus muslos sin reparo. Le apretó las piernas de puro gusto y dejó que BaekHyun tirase de él para que se situase sobre su cuerpo, el cual se recostó un poco durante el acto, acción que llevó que algunas cosas se cayeran de la mesa, pero a ninguno de los dos le importó.

—¡BaekHyun, ¿qué...?!

Ambos se separaron asustados y miraron hacia la puerta, donde se encontraba JongDae con el ceño fruncido y los puños apretados. Claramente iba con unas ganas increíble de partirle a alguien la cara, pero al parecer perdió todas las fuerzas cuando se encontró con su rostro, su expresión y sus ojos que reflejaban el miedo más profundo.

No, no y no.

Se separó de BaekHyun como si hubiese estado cometiendo una atrocidad y dio un paso hacia atrás luego de agachar la cabeza, temeroso hasta la muerte. Lamentablemente, nada de eso funcionó de ninguna manera, porque de igual forma JongDae llegó hasta y lo sujetó del cuello, obligándolo a enderezar la cabeza.

—¡JongDae!

Sin ningún temor el aludido le hizo la capucha hacia atrás, dejando su rostro a la vista. Por suerte, no se deshizo también de la gorra, pero su expresión quedó más que visible, por lo que no pudo hacer mucho más que contener el aire antes de que JongDae le diese el primer puñetazo donde anteriormente su compañero lo golpeó, haciendo que se fuese contra la mesilla de noche de BaekHyun, botando sin querer la lampara y una fotografía enmarcada junto a otras cosas pequeñas que el chico tenía sobre el sitio.

—¡Imbécil de mierda! —Junto con el grito le llegó una patada directo en el estómago, provocando que se retorciese y se llevase las manos a la zona.

Su cuerpo aún tenía las heridas a medio cerrar, algunas infectadas y otras tantas abiertas, haciéndole daño porque era un maldito monstruo bestial que debía ser castigado por no enloquecer a nadie.

—¡JongDae, detente!

Otra patada le llegó en el abdomen, pero al final terminó dándole en la mano con la quemadura recientemente hecha, sacándole un grito debido al dolor del contacto.

—¡Enfermaste a mi hermano, maldito monstruo!

Su cuerpo se tensó y la siguiente patada le llegó en el hombro, haciendo que su herida corcheteada le sacara otro grito. No pudo luchar luego de eso, y no porque los golpes lo hayan inmovilizado, sino porque lo que dijo JongDae solo lo hizo abrir los ojos.

¿Enfermar a BaekHyun?

Imposible.

—JongDae, por favor. —BaekHyun lloró desde algún lado de la habitación, pero él solo permaneció con los ojos cerrados mientras recibía los golpes, hasta que no sintió dolor.

Abrió los ojos, extrañado, y bufó al darse cuenta que cayó inconsciente y, por ende, fue trasladado de forma automática a la dimensión bestial.

—¡Mierda! —gruñó.

Para su sorpresa, BaekHyun se giró a mirarlo con los ojos muy abiertos y la respiración entrecortada. Sus ojos estaban cubiertos de lágrimas y las palabras estuvieron a punto de salir de entre su boca abierta, pero de ellas no salió más que un jadeó.

Pensó que el chico le hablaría, pero en realidad solo le dio un fuerte golpe a JongDae en el brazo, sin siquiera mirarlo. El hermano del chico se desequilibró y no pudo darle la siguiente patada a su cuerpo inerte, así que el chico dio un paso hacia un lado y se giró a mirar a BaekHyun con el ceño fruncido, claramente ofendido de que hubiese detenido su paliza.

—¿A ti qué mierda te pasa? ¿De verdad seguirás defendiendo a este idiota?

—Lo mataste —soltó BaekHyun antes de soltar un sollozo y dejarse caer de rodillas al suelo.

ChanYeol pestañeó sin entender y estuvo un segundo petrificado.

—¡No! Estoy vivo. —BaekHyun volvió a mirarlo—. Soy medio inmortal. No pueden matarme a golpes, al menos no en la dimensión humana.

—Pero qué...

El castaño se puso de pie y JongDae continuó golpeando su cuerpo yacido en el suelo, claramente desinteresado de las incoherencia que su hermano parecía decirle a un ente etéreo en la habitación.

—¿ChanYeol? —Asintió y esperó a que el chico diese otro paso hacia él—. Pero ¿cómo...?

—Soy un monstruo, te lo dije. —Dio una sonrisa triste—. No se trata de un reptiliano ni de una secta. Soy algo así como un ente mágico, más parecido a un demonio, quizás.

BaekHyun no alcanzó a decir absolutamente nada antes de que su cuerpo cayese como peso muerto sobre el suelo alfombrado, deteniendo de inmediato las acciones de su hermano.

—¡BaekHyun! —Ambos gritaron a la vez, pero por supuesto que su grito no se escuchó.

Se acercó al castaño con apuro y se acuclilló a su lado. El chico solo se desmayó, así que dejó que JongDae se hiciese cargo de su cuerpo para dejarlo en la cama. Él no podría hacer nada de igual forma, no tenía la capacidad para interactuar con la materia.

—¿Yeol? —Algo asustado se giró, encontrándose a BaekHyun de pie debajo del marco de la puerta—. ¿Por qué me desdoblé?

Miró nuevamente hacia la cama y se encontró con el cuerpo de BaekHyun sobre la colcha y con JongDae a su lado, diciendo muchas cosas juntas, hablando de lo preocupado que estaba e insultando a ChanYeol mientras el cuerpo de este aún permanecía en el suelo.

—No, no. En realidad... —Guardó silencio y volvió a mirar hacia su compañero, quien ingresó a la habitación con cuidado, temeroso—. Te metiste al mundo bestial.

Se llevó una mano a la cara y restregó esta con cierta molestia. Solo esperaba que no se dignasen a llegar los monstruos bestiales, ya con JongDae gritándole a su cuerpo inerte sobre el suelo tenía más que suficiente.

—¿Eso quiere decir que morí?

—¡No, no! —Rápidamente se giró hacia BaekHyun, quien pareció querer llorar nuevamente—. Solo es otra dimensión etérea, donde se alberga lo inmaterial. —El chico asintió, pero estuvo claro que no entendió ni una mierda—. Este es mi mundo, BaekHyun, aquí intentaré cuidarte de la mejor manera.

—¿No volveré?

—¡No! Claro que lo harás. —Asintió con la intención de transmitirle confianza al contrario, pero este solo apretó los labios y volvió a mirar su cuerpo inerte sobre la cama—. Volverás a tu cuerpo físico cuando te despiertes del desmayo.

—¿Me desmayé? —El contrario pareció tan sorprendido que él se extrañó. El otro pareció demasiado desorientado.

—Sí, al parecer por el shock al verme. Lo que aún no sé es por qué entraste al mundo bestial. —Negó con la cabeza, confundido—. ¿Será porque eres mi pareja?

—¿Tu pareja?

Se mordió el labio inferior e hizo una mueca. No tenía planeado que se eso se le escapase tan pronto, especialmente cuando aún no le explicaba todo lo demás al chico siquiera.

—Sí, bueno. Hay varias cosas que tengo que explicarte.

El chico asintió—. Hazlo cuando salgamos de aquí. Se siente extraño.

—No saldremos de aquí en un rato. Ambos nos desmayamos. —Meneó la cabeza algo distraído mientras veía su cuerpo en el suelo, con la sangre cayendo de su labio inferior donde tenía la púa perforándolo—. Probablemente tú despiertes primero que yo.

Solo recién el contrario pareció ser consciente de su cuerpo tirado sobre el suelo, así que se dirigió hacia este con apremio antes de acuclillarse delante de él. Cuando BaekHyun levantó la mano para tocar el cuerpo solo lo traspasó y los ojos asustados del chico se dirigieron a él.

—No somos materia ahora.

El otro abrió la boca, totalmente sorprendido—. ¿JongDae no puede vernos?

El susodicho se movió dentro de la habitación, haciendo de todo para poner cómodo a BaekHyun antes de mirar el cuerpo tirado de ChanYeol y suspirar. El castaño se puso de pie cuando su hermano tiró de los pies del más alto para ponerlo más recto sobre el suelo.

—Qué no me siga golpeando, por favor —pidió en un susurró para sí mismo, pero de seguro su compañero lo escuchó, porque tuvo intenciones de detener cualquier acto por parte de JongDae, aunque al final este dejó su cuerpo ahí tirado en el suelo.

El chico tomó asiento en el suelo, junto un lado de la cama donde yacía el cuerpo de BaekHyun. JongDae acercó las piernas a su pecho y puso un brazo por sobre su rodillas flectadas mientras que la otra mano la sumergía entre sus cabellos, todo sin dejar de mirar su rostro en ningún momento.

—¿Qué le pasa? —preguntó con cuidado, temeroso de que BaekHyun se asustase, pero este pareció muy tranquilo mirando a su hermano soltar quejidos en el suelo.

—Está a punto de darle un ataque de pánico —susurró el castaño antes de darle la espalda a su hermano. El chico se llevó las manos a las caderas y miró hacia el techo, aparentemente conteniendo las ganas de llorar.

—¡Ah!

Sorpresivamente, JongDae tomó la lámpara de BaekHyun y la lanzó contra el suelo, estrellando la cerámica blanca de tal manera que esta se partió en miles de pedazos y se esparcieron por toda la habitación. Algunos de los trozos alcanzaron incluso sus pies que se posaban etéreos sobre la madera.

Quiso preguntar más, hablar de ello y preguntarle al castaño si estaba bien, pero al final JongDae reprodujo una escena de histeria frente a él, con el chico temblando, tirándose el cabello y golpeando fuertemente el suelo con los puños cerrados y los pedazos de cerámica incrustándose en su piel.

Buscó por la habitación, intentó encontrar algún monstruo bestial, alguna entidad que estuviese al acecho, maquinando sobre su cabeza para destruirlo. Sin embargo, no vio nada. Era una auténtica crisis producida por nada más que la mente humana. Por lo tanto, no había forma de que ChanYeol pudiese ayudarlo.

JongDae pataleó, gritó, se sujetó la ropa con fuerza y golpeó su cabeza una y otra vez contra el borde de la cama. Estuvo un rato así, repitiendo entre diente una serie de palabras que para ChanYeol fueron incomprensibles, pero al final pareció calmarse, porque el chico tomó una de las almohadas que estaban a los pies de la cama y la utilizó para luego acostarse sobre el suelo, al lado del que era su cuerpo inconsciente y con la mirada hacia sus pies.

Durante todo ese tiempo estuvo tan pendiente de JongDae que ni siquiera se fijó qué hacía BaekHyun. Se sorprendió cuando se encontró con el chico sentado a los pies de la cama y con la mirada hacia la puerta abierta de la habitación, como si su mente estuviese navegando por otro sitio, muy alejado del plano sublime en el que se encontraban y aún más del material.

—¿Estás bien?

El chico solo asintió y cuando levantó la cabeza se encontró con unos ojos que retenían muchas lágrimas, pero que no dejaron caer ninguna.

—¿Con «duerme conmigo» te referías a esto? —La sonrisa del castaño se mostró algo tambaleante ante él.

—No era precisamente esto —contestó con una mueca—. Imaginaba explicarte a través del sueño. No fue mi idea que cayeses inconsciente. Además, no sabía que podías pasar a esta otra dimensión.

—¿Otra dimensión? —Baekhyun se mostró confundido, pero no dijo nada irónico ni puso mala cara—. Disculpa que me cueste digerirlo, pero aún no termino de entender cómo es que terminamos ambos hablando en este mundo inmaterial ni como mi hermano no me ve. Parece de película.

—Que curioso que pasase esto justo cuando estabas desistiendo de creerme. —Sonrió por lo bajo y el otro solo mostró una media sonrisa.

—Aún no te creo del todo.

—Lo sé. Hazlo a tu tiempo. Yo estaré para responder todo lo que necesites saber.

—Pues sería bueno que empezases contándome todo esto. —El chico miró a su alrededor, pero no había nada extraño más allá de una ligera neblina que parecía más bien un rayo solar que le daba a la habitación un aura azulada—. ¿Estoy en el mundo de los sueños o algo así? ¿Esto es un sueño?

Hizo una mueca, sin saber cómo explicarse—. Técnicamente lo es, pero no es el mundo de los sueños como tal. Ese se encuentra en otro lugar. Más bien es un limbo, un puente que te puede dirigir a ese lugar.

—¿O sea que ese lugar existe de verdad? —preguntó el contrario con verdadera sorpresa y luego soltó una risa irónica. ChanYeol no hizo más que morderse el labio inferior, suponiendo que nuevamente BaekHyun se cerraría y se negaría a creerle—. Me cuesta, Yeol. Lo siento. Lo estoy intentando.

—Lo sé. Tómate tu tiempo. —Dio una pequeña sonrisa y se acercó más al chico para sentarse a su lado sobre la cama—. Por el momento te contaré lo que sé. Lo primero es saber que las pesadillas no son producto del inconsciente.

—¿Cómo? —El castaño soltó una risa, claramente sin creerle—. ¿Y qué pasa con Freud?

Sin poder evitarlo miró al contrario y le sonrió, entretenido con su broma. BaekHyun no cambiaría ni un poco, definitivamente.

—Los sueños no son lo mismo que las pesadillas.

El contrario asintió—. Bien, entonces eres un demonio que hace pesadillas.

—Algo así. —Se mordió el labio inferior—. Primero aparecemos en sueños, como una mancha en la esquina o un rostro que nos encontramos de repente sin querer. —La sonrisa de BaekHyun desapareció, pero ChanYeol no se detuvo—. Luego nos hacemos más presentes, siempre adoptando distinta forma, la que sea con tal que asuste a la persona. Después vienen las parálisis de sueño y...

—¿Es posible que aparezcan en la realidad? —El castaño lo interrumpió, sorprendido.

—Exacto. Luego torturamos a las personas durante el día también, las perseguimos, nos albergamos en el rostro de cualquier persona y... —Tomó aire, temeroso de lo próximo que diría, pero el final fue el contrario quien terminó con su frase.

—Después los vuelven locos.

Formó una mueca y asintió sin muchas ganas para luego detener la mirada sobre sus manos ligeramente entrecruzadas, las cuales posó sobre su regazo. La piel mostraba sus tatuajes y heridas recientes, otro recordatorio de que se veía ridículamente estúpido cuando entrecruzaba sus dedos con los de BaekHyun.

—ChanYeol... —Algo confundido por el tono lastimero de su compañero levantó la mirada, pero al hacerlo no lo halló a su lado.

—¡BaekHyun! ¿Estás bien?

Se giró hacia la cama y de inmediato se encontró con la mirada de BaekHyun, quien no le dedicó mucho tiempo y volvió a concentrarse en JongDae. Claramente, el contrario recuperó antes la consciencia que él.

—Sí, estoy bien. —El chico asintió, pero no le prestó mucha atención a su hermano y se encontró más en el cuerpo inerte que aún permanecía en el suelo—. ¿Por qué golpeaste a ChanYeol? ¿Estás loco?

—Lo siento, Baek. Yo... —El chico meneó la cabeza y por su expresión parecía estar lamentando muchas cosas—. Es uno de ellos, BaekHyun. Esos monstruos... —El aludido dirigió la mirada hacia el cuerpo de ChanYeol y él, en su forma etérea, bajó la cabeza al oír la palabra «monstruos»—. Ellos estuvieron todo este tiempo...

—Lo sé —El castaño suspiró e hizo a un lado las mantas para bajarse de la cama y acercarse hacia el cuerpo inerte—, pero él no es uno de los que nos hicieron daño, Dae. No debiste golpearlo así. Hiciste que se desmayase.

—¿Cómo que no es uno de ellos? ¡Míralo! Tiene todas esas cicatrices, los tatuajes y quemaduras. Es igual.

—Hay más de ellos —susurró el chico y al hablar intercaló la mirada de su hermano hasta él—. Son varios... entes.

—¿Y tú de dónde sacas eso? —El chico hizo una mueca y se puso de pie también—. ¿Este chico te lo metió a la cabeza?

—JongDae, él me gusta.

—¡Sé que te gusta! —El mayor se llevó la mano al cabello y volvió a jugar con él. ChanYeol temió que le volviese a dar un ataque de pánico—. Estuviste todos estos días como un idiota por su culpa, sin poder comer ni dormir. —El chico meneó la cabeza y suspiró—. Quiero que seas feliz, pero no a costa de esto.

—Dae, por favor...

—¿Acaso no lo recuerdas? —soltó el otro por lo bajo, dolido.

JongDae no dijo nada más y simplemente salió de la habitación. ChanYeol tuvo intenciones de hablar, preguntarle a BaekHyun si se encontraba bien, pero luego volvió a entrar el mayor en el cuarto y dejó unos papeles caer justo delante del castaño. Se trataban de una serie de hojas que en su pasado fueron blancas, pero que en ese momento estaban llenas de rayones en negro y rojo, todo en lapiceras. Él tuvo que contener el aire al verlo, porque eran monstruos bestiales trazados en tinta una y otra vez.

—Los dibujaste por años, BaekHyun —repitió su hermano y sonó tan dolido que se rompió en llanto luego de eso—. ¿Cómo es posible que tu monstruo esté vivo?

—No es él... —susurró el castaño por lo bajo, aún con las manos posadas sobre el cuerpo de ChanYeol, pero claramente estaba distraído.

—Creaste un monstruo con tu mente, BaekHyun. Y ahora resulta que es de verdad. ¿Qué mierda significa esto?

—JongDae... —pidió el otro a modo de advertencia.

—¿Lo conocías desde antes? ¿Por eso empezaste a soñar con él?

—No...

—Esto será difícil —susurró ChanYeol más para sí que para uno de los otros dos, pero al final BaekHyun terminó posando la mirada en él y suspiró.

—Por favor, Dae. Luego hablamos de esto. Ahora ayúdame a poner a ChanYeol sobre la cama.

—¡¿Y no lo sacarás a patadas?!

—¡JongDae! —El grito de BaekHyun fue gutural, haciendo que ambos en la habitación lo mirasen sorprendido—. Entiendo que quieras protegerme y te lo agradezco, pero no te metas de más en mis asuntos.

—BaekHyun...

—Vete de mi habitación —interrumpió el menor de los Byun y el otro solo se mostró ofendido antes de asentir y dirigirse hacia la puerta.

Apenas JongDae salió de la habitación y cerró la puerta ChanYeol se halló volviendo a su cuerpo físico. Sintió el dolor crecer en cada tramo de su piel y de forma involuntaria un quejido salió de entre sus labios, totalmente adolorido por toda la golpiza que tuvo que vivir gracias al hermano de BaekHyun.

—¿Despertaste? —El castaño agarró su rostro con cuidado para encontrarse con sus ojos—. Vamos, levántate. Te curaré las heridas.

—Estoy bien —dijo apenas notó que el contrario tuvo intenciones de tirar de su brazo para ponerlo de pie.

Ciertamente, ChanYeol se sintió como la mierda y no se encontró capacitado para siquiera levantarse, pero BaekHyun no le preguntó por ello y simplemente lo obligó a ponerse de pie y luego a sentarse en la cama. Posteriormente el chico salió de la habitación luego de decir que iría por un botiquín.

Mientras tanto él se entretuvo mirando las hojas que permanecían en el suelo de la habitación. Efectivamente, era un gran tumulto de hojas, las cuales contenían dibujos de monstruos bestiales. No parecían estar enteros, sino que solo consistían en tramos, las cuencas oculares vacías, algunas cicatrices particulares, las curvas provocadas por las deformidades y las faltas de extremidades... Al ver todo eso ChanYeol no pudo hacer nada más que preguntarse qué tan mal lo pasó BaekHyun como para que incluso tuviese que dibujarlos.

—Fue un método de terapia. —Asustado se volteó hacia la puerta, donde se encontraba el castaño con el botiquín. Ni siquiera escuchó que llegó—. Mi psicólogo de ese entonces buscó una forma de aplacar el aparente estado psicótico.

—¿Y resultó? —preguntó con suavidad, más que nada por preguntar, porque ya sabía la respuesta.

—No.

Tomó aire profundamente y luego suspiró. BaekHyun aprovechó el momento de silencio como una indicación para que tomase asiento a su lado. El chico ni siquiera le preguntó y apenas pudo le colocó un trozo de gasa húmeda contra el labio, haciéndolo gruñir.

— Durante cuatro años estuvieron apareciendo en mis pesadillas, cada noche. Recrearon una y otra vez lo sucedido con mis padres, enfermándome. —El chico tomó un poco de aire, afectado por su propio diálogo. Los ojos del contrario se detuvieron en los suyos, mirándolo adolorido—. Excepto tú. Tú... —BaekHyun negó con la cabeza y miró hacia otro lado—. Entonces hay muchos de ustedes, ¿no?

—Exacto. —Meneó la cabeza en un gesto afirmativo.

—¿Y tus padres no fueron quienes estuvieron en mis pesadillas?

—No —musitó.

—Mierda. —BaekHyun dejó de limpiar las heridas de su rostro y lo miró con cierto grado de pánico—. Yo pensé... —El castaño negó, probablemente sin saber cómo proseguir—. ¿Entonces no fue un producto loco de mi mente? ¿De verdad hay unos seres horrendos que quieren asustarme?

—Bueno, eso me incluye a mí, ¿sabes? —se burló mínimamente.

—Sabes que no me refiero a ti. Tú eres un caso distinto.

Sin poder evitarlo sonrió y dejó que las palabras del otro hinchasen su corazón, que lo tranquilizasen un poco y le hiciesen recordar que estaba ahí porque BaekHyun era su pareja destinada y que estaría cerca de sacarlo de toda esa mierda.

—Sácate la ropa —pidió el castaño con cuidado y él inmediatamente negó con la cabeza.

—No es necesario.

—Claro que sí. Necesito revisar que no tienes alguna herida.

ChanYeol por un momento estuvo tentado a burlarse del contrario. Quiso decirle que en realidad estaba lleno de heridas, que su cuerpo no era más que un lienzo lleno de interrupciones, de protuberancias y colores cálidos, conformando una obra desfigurada en toda su piel.

—Preferiría que no —insistió casi sin voz cuando el chico tuvo intenciones de levantar su capucha para quitársela.

—De verdad me interesa asegurarme de que estés bien, Yeol. Por favor, déjame ayudarte con esto. Recuerda que fue mi hermano quien te golpeó.

Formó una mueca para demostrar que no estaba de acuerdo con la idea, pero de igual forma dejó que el contrario tirase de su ropa, ante lo cual ChanYeol lo ayudó y terminó desvistiéndose y quedando con el torso desnudo frente a quien debía ser el chico más hermoso que vio jamás.

BaekHyun se mostró genuinamente confundido al ver su cuerpo desnudo. El chico lo recorrió con los ojos sin decir absolutamente nada, pero permaneció con esa expresión de asombro genuino, casi de terror. ChanYeol obviamente se sintió mal, porque sabía que el contrario no estaba concentrado realmente en los golpes de JongDae, quien solo dejó rojizo ciertos sectores de su abdomen, sino que su atención estaba puesta sobre las heridas, esas mismas que hace unas semanas tan solo eran cicatrices.

—¿Por qué tu cuerpo...? —BaekHyun no terminó con la oración y él solo lo miró de reojo. Realmente se encontró temeroso de conocer su asustada expresión—. ¿Por qué tienes heridas de nuevo? ¿Cómo se te abrieron las cicatrices si antes parecían estar completamente sanas? Algunas incluso eran blancas por el paso del tiempo, lo recuerdo.

ChanYeol se tomó un tiempo para pensar en lo que diría y acabó suspirando. Su mirada se dirigió nuevamente hacia los papeles que yacían en el suelo.

—Es un castigo —susurró sin levantar la mirada—. Nuestro objetivo en la vida es crear pesadillas y volver loca a la gente.

—O sea que tú...

—No —rápidamente interrumpió a BaekHyun, sabiendo por dónde iban sus conjeturas—. Yo no hago nada de eso y por ello soy castigado.

—¿El castigo es tener las heridas?

Negó con la cabeza—. El castigo es que nuevas heridas se abran sobre las ya cerradas.

Para su sorpresa, el contrario soltó un grito ahogado en son de asombro y, luego de unos minutos que se quedó en silencio y en el cual él no lo miró, acabó sollozando, llamando por completo su atención. Se encontró con unos ojos entrecerrados atiborrados en lágrimas y una mueca lastimera entre los labios, como si se estuviese esforzando por contenerse y ChanYeol no supo qué era mejor, si abrazarlo y tranquilizarlo o continuar contando toda su mierda.

—Nunca me gustó ser un monstruo —se sinceró y su vista también se nubló ante la acumulación de sentimiento—. Lo odio, pero es lo que soy y es con lo que tengo que vivir.

—¿Hay algo para remediarlo? —Su atención se dirigió de inmediato hacia el contrario, quien pareció genuinamente preocupado—. ¿No hay una forma en la que dejes de ser un monstruo?

Se lo pensó, meditó profundamente si era momento de decírselo o no, pero realmente no lo sabía, maldición. Apenas le dijo un par de cosas sobre los monstruos bestiales, recién se enteraba de quién era y consideraba que sería aún más chocante si le decía de inmediato que en realidad era él quien podría salvarlo. Si le decía, quizás BaekHyun se obligaría a sí mismo a permanecer a su lado con la intención de ayudarlo y eso haría que el sentimiento no fuese genuino, por lo tanto, realmente las cosas no mejorarían y él solo perdería la oportunidad de salir de toda esa mierda y de hacer feliz a BaekHyun.

—Morir —susurró con la vista perdida en el suelo alfombrado y el contrario soltó un grito ahogado, cosa que lo hizo asomar una pequeña sonrisa—. Puede que haya otra cosa, pero aún estoy investigando eso.

—¿En serio? ¿Qué es?

—Aún no lo sé —mintió—. Cuando pueda averiguarlo bien te comentaré.

El contrario meneó la cabeza unas cuantas veces en forma de asentimiento y suspiró. Su cuerpo se distendió y el chico acabó cayendo de espaldas sobre la cama con los brazos abiertos.

—Me crees. Confías en mí. —Esa fue una aseveración. Con la postura del castaño lo pudo saber.

—Pues sí, Yeol. Te creo. —BaekHyun le mostró una sonrisa desde abajo y él de forma inevitable sonrió.

A pesar de que tuvo deseos de saltar sobre el contrario y besarlo, no acabó haciéndolo, porque sabía que JongDae seguía en la casa y que ya lo golpeó lo suficiente, no quería que siguiese atacándolo.

—¡Oh! Tus heridas.

El castaño se sentó nuevamente en la cama y tomó la botella de suero que dejó sobre la mesilla de noche. Instintivamente ChanYeol hizo una mueca.

—No es necesario —insistió, pero lo hizo porque no quiso que el contrario lo tocase con eso nuevamente.

BaekHyun chasqueó la lengua—. Claro que lo es. Tienes demasiadas cicatrices. No queremos que tengas más.

Suspiró con cierta resignación y se tragó el decir que era inevitable que algún golpe no le marcase fisicamente la piel, especialmente cuando se encontraba en un estado casi catatónico, donde su cuerpo parecía estar empeñado en hacerlo sufrir hasta el punto de que sus heridas se infectaron sin razón aparente, pues MinRa tenía especial cuidado con sus heridas.

—No hay forma de evitarlo —terminó susurrando y el contrario lo miró con interés—. Mi cuerpo está hecho para asustar a la gente, así que, entre más grotesco, mejor.

Los labios crispados del contrario le indicaron de inmediato que no estaba de acuerdo con su comentario. Sin embargo, no era ninguna mentira. Era eso lo que tocaba.

—¿Cómo puedes estudiar psicología cuando en realidad deberías volver loca a la gente? —preguntó BaekHyun con cierta desconfianza. ChanYeol temió que el contrario dudase de sus intenciones.

—En realidad, tengo el deseo de ayudar el daño que ocasionamos. —Con desanimo bajó la mirada y jugó con sus propios dedos, por lo que se sorprendió y soltó un siseo cuando el castaño le puso el algodón húmedo contra el labio nuevamente.

—¿Entonces sí es posibles salir de lo que ocasionan los... monstruos bestiales?

Hizo una mesa sonrisa al oír que el contrario utilizaba su nombre al completo.

—Sí, es posible. Recuerda que el monstruo bestial se aprovecha de tus miedos, por lo que utiliza tu debilidad. —Sus ojos se dirigieron de inmediato a los contrarios, los cuales lo miraron con intensidad—. Si estás lo suficientemente confiado en ti mismo, si estás sano mentalmente, es difícil que un monstruo bestial pueda atacarte, al menos con regularidad. No causaría un real impacto en una persona sana.

—Es interesante —murmuró el chico para sí mismo y con la mirada perdida.

—Claro. Por eso digo que puedo ayudarte, BaekHyun. Soy uno de ellos, puedo decirte cómo combatirlos. —Sonrió amplio para el chico, contento, porque tenía la posibilidad de contentar al precioso chico que tenía delante.

BaekHyun soltó una risa armoniosa, como si estuviese realmente encantado con su proposición, aunque aparentemente el otro no quiso profundizar en ello porque sencillamente sonrió de medio lado y continuó presionando la mota de algodón húmedo contra la esquina de sus labios.

—¿Debería hablarle a JongDae de esto? —preguntó el contrario en un murmuro y muy cerca de sus labios.

Los ojos de BaekHyun pestañearon en su dirección y ChanYeol solo lo miró atentamente. Se sintió completamente cautivado por esos ojos oscuros y brillantes que miraron en su dirección y parecieron anhelarlo en un pestañeo, como si llamasen por él, pidiesen una caricia, un beso y un susurro con palabras lindas, reconfortantes.

Sin siquiera dudarlo alzó una mano y posó con suavidad sus nudillos teñidos sobre la mejilla de BaekHyun, quien terminó cerrando los ojos con suavidad cuando sus pieles se encontraron. Sabía que sobre el músculo del pulgar de la mano derecha se hallaba la cruz invertida, pero, y por primera vez en su vida, no le importó. Se olvidó del trazado que teñía su piel y solo se concentró en lo bonitas que se veían las pestañas del contrario caídas, danzando sobre su pulcra piel.

No dudó y solo trazó el pómulo ajeno con su pulgar, dejando una pequeña caricia sobre el rostro de su compañero, quien mostró una pequeña sonrisa aún con los ojos cerrados. Para su sorpresa, una lágrima cayó por la mejilla que anteriormente acarició.

—No tienes ni idea de lo reconfortante que me resulta tu caricia.

Los ojos del contrario se abrieron amplio para él y ChanYeol contuvo la respiración, completamente sorprendido por hallarse nuevamente con los ojos oscuros y brillantes de su compañero.

Mostró una media sonrisa y abarcó más piel con su dedo para poder arrastrar la pequeña acumulación de agua, quitando el rastro que dejó la lágrima.

—Te extrañé. —Las palabras de BaekHyun se escucharon rotas por el llanto, ante lo cual ChanYeol se apresuró en sujetar el rostro del contrario con ambas manos, teniendo siempre sumo cuidado.

—Yo igual te extrañé —confesó y dejó escapar un pequeño suspiro, casi como si acabase de decir algo que ocultó durante mucho tiempo y que recién pudo soltar.

—Perdón por alejarme. —Dos nuevas lágrimas corrieron por las mejillas del castaño—. Estaba tan asustado...

—Lo sé, Baek. —Volvió a limpiar las mejillas ajenas. Una sonrisa surcó por entre sus labios—. Es normal que sintieses miedo de un monstruo.

—No eres un monstruo —se quejó el otro y pareció realmente amurrado, gesto que solo ensanchó la sonrisa de ChanYeol.

—Una familia de monstruos —corrigió y BaekHyun hizo una mueca.

—Lo siento. —El chico mostró una sonrisa avergonzada—. Nunca quise ofenderlos. Yo... —BaekHyun contuvo el aire y luego sus ojos se aplicaron con asombro—. ¡Tus padres! Mierda. ¿Qué les diré ahora? Deben pensar que soy el peor novio que podría tener su hijo.

ChanYeol inevitablemente elevó una ceja en un acto galante y una media sonrisa se presentó en su rostro.

—¿Novio?

Las mejillas del castaño se tiñeron de un adorable color carmesí.

—¿No es así? —preguntó el otro con cuidado, a un volumen tan bajo que apenas se escuchó.

—¿Luego de dos semanas en las que me ignoraste quieres que sigamos siendo novios?

BaekHyun se mordió el labio inferior y desvió la mirada hacia los dibujos que continuaban esparcidos por el suelo. Al parecer el chico se encontró profundamente acomplejado.

—Sería idiota pedir que lo siguiésemos intentando, ¿cierto?

No había nada que ChanYeol no quisiese más que seguir intentarlo con su compañero. De hecho, era lo que necesitaba. Debía acercarse a BaekHyun, mantenerlo a su lado y hacer que el amor entre ellos floreciera como en un principio, de modo que el sentimiento fuese genuino y él pudiese salir realmente de ese pozo sin fondo en el que descendió desde que nació, un pozo lleno de oscuridad, sombras y ranuras.

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Este es el último capítulo que tengo escrito, así que puede que a partir de ahora me tarde un poco más con las actualizaciones porque tengo que escribir, pero como quedan 2 capítulos no creo que me tarde mucho. Prometo que pronto terminaré esta historia. ☺️☀️

Quiero agradecerle a todas las personas que me escribieron agradeciendo la actualización. Como dije anteriormente, espero que me dejen todas sus dudas para ir resolviéndolas a medida que termine la historia. 🙈💖

Muchas gracias por leer, votar y comentar. ♥️✨

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