Capítulo 1 - Sorpresa

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Ese día parecía ser como otro cualquiera para el grupo "FIRE," un día en el que todos seguían la rutina marcada para sus ensayos. Sin embargo era diferente, las largas horas de entrenamientos y pequeñas pausas estaban acompañadas de cortas y pocas conversaciones, se podía sentir la alta tensión alrededor del lugar.

Un nuevo concierto se avecinaba para hacer la promoción de su nuevo disco y los integrantes debían estar totalmente enfocados, pero... ¿Qué estaba ocurriendo? Todos estaban en el suelo mirando al techo o al amplio espejo que cubría toda la pared del salón de ensayos. Las miradas estaban perdidas, se encontraban sin ánimos de continuar y desenfocados. La coreografía seguía saliendo mal, las formaciones estaban desalineadas, perdían el tiempo, algunos se adelantaban otros se atrasaban, sin poder darle forma. Todo estaba yendo de mal en peor para el grupo desde que el último integrante se había unido un mes atrás.

Los chicos estaban acostumbrados a estar juntos y sentían al nuevo integrante como un intruso que llegaba a recoger las cosechas que a ellos tanto les había costado sembrar. No era justo. Aún así, sabían que tenían que acoplarlo lo antes posible para que todo saliera bien pero a pesar de esto, no dejaba de ser difícil para ellos.

Esa mala vibra continuó por algunos días hasta que Haseok, el líder, decidió que era hora de tomar las riendas sino todos saldrían perjudicados.

– A ver chicos, por favor, reúnanse. – Llamó sorprendiéndolos.

– Nuestro querido líder, ¿qué sucede? –Replicaba Jimin con jocosidad en su tono.

– Esto no puede seguir así, creo que todos queremos que se nos reconozca, hacer un buen desempeño en el escenario y complacer a nuestros fanáticos pero así no lograremos nada. – Peinaba su cabello mientras miraba a cada uno. – Jimin y Namjoon, ustedes están en una burbuja donde se olvidan de su alrededor, necesito que se concentren. Taehyung y Jungkook, ustedes ni siquiera se miran, hablan o saludan. Así es imposible que demos una buena actuación en grupo, el trabajo en equipo es muy deficiente en estos momentos. Necesito que se centren, necesito que pongan ganas, que den lo mejor, si no esto no va a funcionar. Estamos perdiendo el tiempo miserablemente, si hay alguno que no necesita o quiera continuar, por favor, que se vaya del grupo y no retrase a los demás. – Dejó ir un suspiro, colocando su mano derecha en la cintura, pasando suavemente la mano izquierda por su cabello una vez más. – Ya hoy es tarde así que mejor nos vamos y aprovechamos lo que queda de noche para relajarnos y regresar mañana con nuevos bríos. – Continuó diciendo Hoseok algo alterado y frustrado por la situación.

Después de los entrenamientos cada integrante tomó su camino como era costumbre, mismo si vivían en el mismo dormitorio, no se iban juntos, cada quien seguía su propio rumbo.

La noche estaba fresca, era una noche de otoño donde las estrellas no se veían en el cielo y la luna nueva brillaba como si le estuviera haciendo competencia al sol. Era una noche perfecta para descansar o estar con su pareja y eso precisamente era lo que los chicos estaban haciendo. Al llegar al dormitorio Hoseok tomó una ducha yéndose a dormir acto y seguido, pues estaba soltero y no tenía con quién pasar su noche, tenía cosas que pensar y sobre todo debía pensar en la mejor forma de sacar al grupo de ese atasco. A diferencia de él, Jimin y Namjoon aprovecharon para darse un poco de cariño.

– Joon, apresúrate y termina de bañarte, llevas dos horas en el baño y yo todavía me tengo que bañar, estoy todo sudado, ya quiero salir de eso para poder descansar. – Bociferaba el rubio mientras se asomaba en el baño para apresurar a su pareja.

– Siempre tan exagerado, apenas me he tomado veinte minutos para ducharme. – Respondió con una sonrisa viendo a su novio levantarse del suelo. – Dale entra al baño, yo voy a poner una película para cuando salgas verla juntos. – El mayor secaba lentamente su cabello con la toalla mientras se dirigía a la cama.

– De acuerdo, quiero ver "Queer Movie Butterfly", me han dicho que está buena, búscala y la vemos cuando salga del baño.

Diez minutos después, Jimin regresaba a su habitación con su pijama, listo para acostarse al lado de su compañero para ver la película. Como de costumbre, se acurrucó en el pecho del mayor para acariciarlo mientras observaban la película y quizás quedarse dormidos como otras veces sin haberla terminado. A medida que avanzaba la película, la respiración de ambos se hacía más pesada, las escenas candentes que habían en la misma, los tenía sin pestañear siquiera.

– Nene, ¿qué estás haciendo?

– Shhh, sólo déjate llevar...– Musitó Namjoon mientras la mano que hacía pocos segundos había introducido en el pantalón del rubio comenzaba a moverse de forma traviesa, haciendo que este se tensara y su hombría se sublevara pidiendo más.

Ambos continuaban mirando la pantalla pero casi sin prestarle atención, era imposible hacerlo cuando los dos estaban concentrados en estimularse mutuamente.— N-Nene, ponle pausa a eso por favor. — Suplicó Jimin tratando de controlar su respiración.

La película fue olvidada por esos dos individuos que en ese instante solamente prestaban atención a las caricias que le proporcionaban a su compañero y las recibidas. Jimin, de forma rápida pero torpe se colocó en las piernas de su pareja, quedando frente a frente con él para proseguir besándolo mientras aumentaba la velocidad e intensidad de sus caricias. Namjoon se reía por la torpeza del menor, no podía dejar de encontrar esas cosas adorable por muchos años que llevasen juntos. Todo en él le fascinaba, Jimin lo complementaba y no había nada mejor que estar con él.

Absorto en sus pensamientos pero a la vez concentrado en las sensaciones que se estaban ofreciendo el castaño comenzaba a gemir fuertemente, buscando la boca ajena para ahogar sus gemidos. Se besaban como si no hubiera mañana, llevaban juntos cinco años pero parecía ser que era la primera vez que estaban juntos. Ambos se amaban locamente y no podían contenerse cuando estaban a solas.

De hecho, era un misterio el cómo lograban contenerse frente a las demás personas. Solamente sus padres sabían que mantenían una relación, ya que ellos le habían contado acerca de sus preferencias hacían ya dos años, cuando ambas familias se reunieron para pasar la navidad juntas.

Entre besos, abrazos y gemidos, se fundieron los dos en un dulce orgasmo. Namjoon fue por toallas húmedas para limpiar a su adorado tormento, como solía decirle en ocaciones, para después acostarse nuevamente a su lado y quedarse dormido.

Eran ya las once de la noche y había una habitación que seguía sola y vacía, sus ocupantes aún brillaban por su ausencia. En algún lado de Seúl, se encontraba Jungkook, en casa de su pareja, un lujoso apartamento que permitía disfrutar de las luces de la ciudad en todo su esplendor. Kai y Jungkook habían decidido verse tras culminar los ensayos para ver una película y poder pasar algo de tiempo juntos, puesto que no se veían desde hacía una semana. El menor sonreía disfrutando de ese momento, esos eran los momentos más preciados para él. Estar junto a Kai su primer y gran amor, lo llenaba de dicha. Entrambos, juntos y abrazados disfrutaban de la película con total tranquilidad.

Por otro lado, en alguna otra parte de la ciudad se encontraba Taehyung con su amigo, Min Yoongi. Como la pareja del menor estaba ocupada esa noche, él decidió que era mejor encontrarse para pasar el rato con su mejor amigo y así ponerse al día. Ellos siempre podían hablar por horas sin aburrirse, eran como hermanos aunque no compartieran la misma sangre, ni se vieran todos los días.

– Ay Yoongi no lo sé, llevamos saliendo un año y no quiero ilusionarme, ya sabes que no tengo muy buena suerte con las relaciones pero sí me gustaría que esta vez fuese diferente. – La voz de Taehyung era baja, estaba contento y preocupado a la misma vez.

– Bueno, sabes que al comienzo yo mismo estaba algo escéptico con respecto a esa relación pero mira, ya cumplieron su primer aniversario. ¿Quién quita que esta relación triunfe? Nunca llegaste tan lejos con una relación. – Comentó haciéndose a un lado para que la camarera colocara su segundo pedido en la mesa.

— Sí... Lo sé, tienes razón. – Exhaló dándose ánimos mentalmente. – Yo realmente siento que lo amo. Kai es diferente a mis otras relaciones, sabe lo que quiere, me mima y a pesar de que ambos estamos tan ocupados me es fiel.

– Bueno, eso nunca se sabe. – Espetó Yoongi, inclinándose levemente hacia adelante para tomar su copa de vino.

– ¿Por qué siempre eres tan negativo? A veces siento que te odio. – La cara de Tae dejaba a la vista una mueca de desprecio algo mal fingida.

– Ya sé pero si no te lo digo yo, ¿quién? – El mayor agitó levemente sus manos para señalarse así mismo de forma victoriosa.

– Tú idiota, tú. No hay nadie más que me pueda decir las cosas de la forma en que lo haces tú. – Sacó su móvil nuevamente con algo de desilusión al notar que no había ninguna nueva notificación. – Dame un momento, voy hacerme una foto para Kai. – Yoongi rodó los ojos mirando todo el lugar mientras saboreaba su bebida y esperaba a que su amigo terminase con su sesión fotográfica.


– ¡Uy por Dios! – comentó el mayor con cara de asco mientras veía a su amigo tomarse más fotos, burlándose como solía hacer, aunque nunca maliciosamente. – Vamos, deja la sesión de fotos. – Bajó su celular para que lo mirase a los ojos. – Cuéntame, ¿cómo van las cosas en tu agencia? ¿Y el chico nuevo?

– Pfff, no hablo mucho con él la verdad. Siempre tiene una cara larga que parece decir, "aléjate que muerdo." Lo bueno es que es rápido para ponerse al día y como ya lo viste no es feo así que no dañará la imagen del grupo. – Bromeó con esto último. – El ambiente es algo raro, pero bueno, ya veremos. – Tomando un sorbo de su copa comentó el menor desinteresado en el tema.

Jungkook observaba como Kai escribía de forma disimulada, casi como si quisiera ocultar algo. No quería darle importancia, no obstante, al ver que recibió una foto y no poder ver de quién se trataba, decidió preguntarle como aquél que no quería las cosas.

– Ey, te estás perdiendo la película. ¿Quién te escribió? – Su lengua empujó el interior de su boca buscando controlar su incomodidad. – Puedes decirle que es hora de descansar.

– Oh, no, no es nada importante. Se trata de los miembros del grupo que querían que me reuniera hoy con ellos pero estoy realmente cansado, así que decliné la oferta. Ahora simplemente estaban insistiendo.... – Respondió el mayor tratando de ocultar la pantalla del teléfono, simulando ver al televisor.

– Mmmm, ya... Bueno ven, abrázame. – Comentó el pelinegro haciéndole señas a su pareja para que se acercara.

El tiempo transcurrió y dos hora después tanto Jungkook como Taehyung se encontraban de regreso en el dormitorio. Cuando el rubio llegó, su compañero estaba sentado en el suelo con una evidente cara de frustración.

– ¿Qué sucedió, que estás sentado acá fuera? – Preguntó con evidente sorpresa en su rostro.

– Esto... – Era vergonzoso encontrarse justo con el miembro con el que menos interactuaba. –Parece que olvidé mi llave donde un amigo y por la hora no quería tocar el timbre para no despertar a los demás. – Musitó Kook algo apenado.

– Ah, ya veo. Creo que deberían actualizar el sistema de este dormitorio, creo que somos los únicos en toda Corea del Sur que todavía utilizan llaves. – Abrió la puerta y esperó a que el pelinegro de levantara. – Bueno, vamos, entra.

– Gracias. – Jungkook lo siguió sin hacer ruido.

+++

Según pasaba los días, la tensión en el grupo disminuía. Profesionalmente las cosas estaban marchando de maravillas para todos, ahora, en lo personal, tanto Jungkook como Taehyung estaban enfrentando una crisis amorosa.

Kai, un tanto aburrido y asfixiado se mantenía un poco alejados de ambos. Ya no se veían con él tres veces por semana, la cifra había disminuido drásticamente a una o dos veces al mes.

– Mañana tendremos el día libre, ¿qué harán ustedes? – Preguntó Hoseok al grupo mientras se hidrataba.

– Yo iré a ver a mi familia, ya hace varias semanas que no los veo. – Contestó Jimin recogiendo sus cosas en el salón.

– ¿Y ustedes chicos que harán? – Se dirigió esta vez Namjoon al líder, Jungkook y Taehyung quienes se encontraban detrás de él sin decir nada.

– Yo me quedaré en el dormitorio. ¿Tae, tienes planes? ¿Qué tal si salimos a comer hoy? – Le preguntaba Haseok mientras salían del lugar.

– Por mí está bien. Vamos a comer hoy juntos. ¿Jungkook, te animas? – Su tono fue un tanto indiferente, aún así, los presente se asombraron al verlo invitar al miembro con el que nunca hablaba.

– Oh, chicos, gracias por la invitación pero no podré ir. Ya he hecho planes, la próxima semana quizás. No se preocupen por mí y pasen un buen rato.

– Como quieras, si te embullas déjanos saber. – Comentó el pelirrojo.

Esa tarde Jungkook había quedado con Kai para pasar la noche en su casa ya que no tendría que estar en el dormitorio al día siguiente gracias a que estaba libre. Por eso una vez que salió fue directamente para allá.

– Mmmm, no sabes cuanto te extrañé, mi vida. – Dijo Kai a penas abrió la puerta, levantándolo en un abrazo y llenándolo de besos.

– Y yo a ti. Me sorprendió que me llamaras esta semana para que me quedara a dormir aquí. ¿Tampoco trabajas mañana? - Respondió el menor aferrado a su cuello.

– No, aún no comenzamos a prepararnos para el regreso del grupo, dos de los miembros acaban de terminar el servicio militar y nos darán un mese de descanso antes de regresar a los escenarios. Por mi parte, en solitario también estoy libre por una semana al menos, podremos estar juntos siempre que tengas tiempo.

– De acuerdo. – Dejó un suave beso en sus labios quitándose el gorro. –  Yo voy a bañarme que estoy todo salado a causa del sudor. – Caminaba por el pasillo del apartamento en dirección al cuarto de baño con una sonrisa adornando su rostro. Podría verlo cada tarde esa semana. Hacía mucho tiempo que no estaban juntos.

– Adelante, báñate para poder llenarte de sudor nuevamente. – Kai sonrió con lascivia haciéndolo reír aún más negando con su cabeza.

– Solamente piensas en eso, no tienes remedio. – Protestó, tras recibir una nalgada de su pareja antes de finalmente entrarse a bañar.

No podía evitar estar contento, pensando en lo bien que se sentía ahí con Kai y los próximos días que podrían compartir juntos antes de que sus trabajos se intensificaran. Tarareaba una de sus nuevas canciones, cuando de repente sintió unas manos que lo abrazaron fuertemente.

– ¡Ay demonios, Kai, me asustaste! – El brinco que había dado afirmaba que no exageraba en lo que decía.

– ¿Quién más te iba abrazar si no era yo, tonto? En este apartamento solamente estamos tú y yo, este es nuestro exclusivo nido de amor. – El mayor disfrutaba mortificarlo, eso no era un secreto.

– No lo sé, uno nunca sabe...

Entre risas y abrazos Jungkook terminó de bañarse, algo difícil de lograr por el pulpo que tenía de novio que no dejaba de tocarlo por todas partes y a todo momento.

Después de ducharse los dos fueron a la cama para descansar un rato, no sin antes terminar los juegos que habían iniciado en el baño minutos atrás. Quedaron exhausto y rápidamente cerraron los ojos para caer en un profundo sueño. Tres horas más tarde, despertaron, abrazados, justo como le gustaba al pelinegro despertar al lado de su pareja.

– Oye... ¿Qué vamos a comer hoy? ¿Salimos a comer? – Indagó Jungkook al sentir que sus tripas avisaban que tenían hambre.

– Mi vida, no tengo deseos de dejar el apartamento hasta mañana como mínimo. Mejor pedimos unas pizzas o comida a domicilio. Nos quedamos acurrucados en casa viendo algo que te guste. ¿Qué te parece?

– Una excelente idea, yo tampoco tengo muchas ganas de salir. Yo pediré la comida. ¿Qué deseas comer? – Preguntó apoyado en sus brazos observando a su pareja detenidamente.

– Lo mismo que tú. – Musitó con pereza.

– Yo pediré pasteles de arroz picante y fideos negros con salsa de frijol chino también algo de kimchi. ¿Te apetece?

– Sí, está bien, pide algunas cervezas, vamos aprovechar que no tendremos que trabajar para tomar unos tragos. – Pidió con voz distorsionada a causa de la almohada que cubría su rostro.

Kai le hacía cosquillas a su pareja en el sofá cuando finalmente sintieron el timbre sonar. El estómago les rugía y morían por llevarse un bocado a la boca.

– Mi vida, atiende tú, debe ser la comida, yo necesito ir al baño. – Decía el mayor mientras se paraba del sofá.

– Está bien, deja y me pongo algo, no puedo abrir en boxers. – Replicó risueño señalando su atuendo casi invisible.

– Tienes razón, eres figura pública y nunca se sabe.

Un extraño silencio se había apoderado del apartamento, dos miradas enfrentadas entre si en la puerta, un tanto confundidas. Trataban de leer a la persona que tenían al frente, mas no tuvieron éxito.

– ¿Mi amor ya trajeron la comida? No la lleves al comedor vamos a comer en la sala, colócalo en la mesita. – Gritaba Kai desde el baño. – Mi amor, ¿qué pasa que no contes- – Kai quedó frisado sin poder articular palabra. No podía ser cierto. ¿Cómo le pudo suceder eso a él? Él no era una persona que cometiera ese tipo de errores. – ¡Taehyung! ¿Qué haces aquí?

– Intenté llamarte para venir a verte porque sabía que descansabas hoy pero como no me respondiste vine a darte la sorpresa. – Su vista se trasladó de su pareja a su compañero de grupo sin terminar de entender su presencia en aquel apartamento, menos que estuviera desnudo de la cintura hacia arriba. – ¿Tú que haces aquí Jungkook? – En sus oídos resonaba las frases recién escuchadas – ¿Por qué Kai te dice mi amor? – Preguntaba con la esperanza de que sus sospechas no fueran ciertas.

– Bue-

– Es mi pareja, Kai es mi novio. – Interrumpió impidiendo que el mayor contestara. –¿Tú que haces aquí? Pensé que estarías con Hoseok. – Su tono era seco, su mirada gélida deseando muy en lo profundo de su pecho que los ojos cristalizados del otro miembro de su grupo, no estuvieran así por la razón que se imaginaba.

Un enorme silencio invadió al sitio mientras que todos se veían con miradas interrogativas. La cara de Taehyung había perdido totalmente el color y por unos segundos él se sintió desfallecer. No podía, o mejor dicho, no quería creer lo que estaba pasando. ¿Qué tipo de situación era esa?

No podía asimilar nada, había ido a sorprender a su pareja y el sorprendido terminó siendo él. Una vez más le estaban partiendo el corazón, aún cuando creyó que sería imposible volver a pasar por una decepción. Sus ojos buscaban a Kai con un rayo de esperanza, esperando que este dijera que nada de eso era real, que desmintiera las palabras del pelinegro, mas este no decía nada, sólo lo miraba como estúpido. Todo su dolor en cuestiones de segundos se convirtió en rabia.

– ¡Kai explícame! – Gritó empuñando sus manos. – ¿Cómo demonios es él tu pareja si nosotros estamos juntos desde hace un año? ¿Puedes decirme?

A jungkook le fallaron sus piernas al escuchar esas palabras, miró a Kai sorprendido, con ojos llorosos y llenos de ira. Su novio y él se conocían desde hacía mucho tiempo y a pesar de sus separaciones llevaban casi tres años juntos. Saber que todo el último año le estuvo viendo la cara lo hacía hervir por dentro. Si llevaba un año engañándolo con Taehyung, ¿quién le garantizaba que él había sido el único? Le estuvieron viendo la cara por todo ese tiempo. Él sentía que desconfiaba de Kai sin razón y que debía madurar pero resultó siendo que sí tenía motivos para hacerlo.

– ¡Bastardo! –  Gritó Jungkook  golpeándolo acto y seguido en su rostro. – Tres malditos años contigo para que me hagas esta basura. – Su puño colisionó nuevamente con la piel de su ahora ex novio, sonriendo dolido e ignorando que este estuviese sangrando. – Eres un maldito infeliz, desgraciado. – Sacudió su mano resintiéndose el golpe.

Taehyung lloraba, la impotencia de ver como habían jugado con él todo ese tiempo lo estaba matando. Todo comenzaba a hacerle sentido y odiaba haber sido tan ingenuo y crédulo. Kai trató de detenerlo para darle una excusa barata que él no estaba dispuesto a oír y sin más, dio la espalda marchándose. No iba a quedarse para que lo humillaran más.

Jungkook lleno de rabia se vistió para después también abandonar el apartamento. No tenía nada que llevarse y esto le facilitó el trabajo. La puerta de la salida resonó tras él debido a la fuerza con que la cerró, espantando al dueño del lugar que dio un ligero brinco al escucharlo. 

Kai se quedó en su sala analizando la situación, tal parecía que había habido un terremoto en su casa y ahora todo estaba nuevamente en calma.  – ¿Qué fue eso? – Pensó en voz alta mientras se reía cínicamente. Ni modo, había llegado la hora de buscar a alguien más, nada era para siempre, ese era su lema.

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