Capítulo 16 - Oficialmente Juntos III

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El interlocutor del Penthouse sonaba mientras que las dos personas que ahí se encontraban terminaban de organizar todo para recibir a sus invitados. Las luces estaban algo tenues y el bajo volumen de la música ayudaba a armonizar el lugar. Recoger todo el sitio fue más fácil de lo pensando, trabajando en conjunto fue una tarea fácil de cumplir.

— ¿Tae puedes abrir la puerta? — Preguntaba Kook yendo hacia el baño.

— ¡Llegamos al rinconcito del amor! — Exclamaba Jimin mientras entraba con su novio cogidos de las manos. — Su servicio de bebida a domicilio hace su entrega.

Todos se encontraban acomodados en la sala de estar de aquel Penthouse, bebiendo cerveza y comiendo pollo frito. A decir verdad todo el grupo parecía una familia incluyendo al líder que no estaba presente esa noche. El cariño entre ellos era mutuo aunque algunos fueran más cercanos que otros.

— Está increíble el lugar, — asentía Namjoon. — ¿Hace cuanto lo tienes?

— Cinco años ya creo, esta es la primera vez que invito gente.

— yo diría que la segunda porque nos tomaron ya la delantera. — Bufó Jimin haciendo señas a Tae quien se ruborizó ante esas palabras. — Mira si ya está bicolor, esa cabecita de seguro recordó todas sus fechorías.

Jungkook iba a regañar a Jimin pero no pudo, todos comenzaron a reír nuevamente hablando de las barbaridades que se le ocurrían a la mente morbosa de Jimin.

— Mi amor, ¿me traes ni teléfono de nuestro cuarto? — Musitó Jungkook dejando a los otros dos visitantes con los ojos abiertos y brillando como focos.

— Nene, ¿tú escuchaste lo mismo que yo? ¿Mi amor? ¿Nuestro cuarto? — Le preguntaba a Namjoon con una amplia sonrisa haciendo énfasis en la última.

— Oh sí que lo escuché. Tal parece que ya dieron un gran paso.

— Así es, Taehyung y yo somos novios y mi casa también es su casa. ¿No es así novio? Dame un beso... — Tae miró a Jungkook irradiando felicidad.

— Efectivamente novio. — Le dio un beso a Jungkook quien le plasmó una nalgada antes de que se retirara al cuarto entre risas, vítores y aplausos.

— Ya organicé el itinerario de mañana. Creo que sería bueno si nos vamos a dormir ahora para levantarnos temprano. Estoy seguro que habrá una larga faena en los dormitorios antes que cada uno se duerma así que mejor vamos apremiando. — Bufó Jimin.

Todos recogieron lo usado para después ir a las respectivas habitaciones. Nam y Jimin hablaron de lo felices que estaba por sus compañeros, de lo bien que se veían juntos y de otras cosas lascivas que ambos estuvieron pensando.

— Voy a buscar algo de agua, ¿quieres? — Le preguntó Jimin a su pareja.

Cuando regresó de la cocina y entró a la habitación Namjoon deslizando su mano detrás de la espalda de su pareja cerró la puerta de la habitación. Jimin con una inquietud un tanto falsa intentó despegarse alegando que iba a dejar caer el agua.

Una vez colocados los vasos de agua en una pequeña mesa todo sus movimientos fueron abruptamente detenidos por su novio desde atrás. Todo su cuerpo se estremeció, sentir como el cuerpo de su pareja lo presionaba desde atrás, presionando cómodamente su trasero lo hicieron suspirar.

— ¿Qué voy hacer contigo hoy? — Preguntó Namjoon sintiendo como ambos cuerpo se calentaban como si estuvieran sincronizados.

Consciente del juego que quería jugar, Jimin comenzó a resistirse en aquella habitación con poca luz inundada en sus deseos. Les encantaba jugar y disfrutar lugares nuevos fuera de su dormitorio o sus casas, era refrescante, la adrenalina de hacerlo en lugares donde podían ser vistos o escuchados o lugares totalmente nuevos para ellos era irresistible.

— Namjoon no quiero. — Suspiraba Jimin.

— ¿Así que ese es el juego que quieres hacer hoy? Hacerte el difícil... Entonces me encantará someterte. — Murmuró Nam en su oreja, mordiéndosela al finalizar su oración.

El agarre de Namjoon sobre Jimin se negó aflojar.

— Para... Hacer tal cosa... En este tipo de lugar... — Fingía protestar Jimin.

Sin embargo, mientras sujetaba con fuerza el cuerpo de su pareja, Nam ya había plantado sus labios en la oreja de este y comenzó a lamerlo bromeando.

— Ah... — Jimin suspiró.

El cuerpo del menor de los dos comenzó a temblar ligeramente. Utilizando sus piernas, Namjoon separó las rodillas de su novio, permitiendo que su cintura presionara estrechamente contra Jimin. Sus piernas comenzaron a empujar hacia arriba entre los muslos de Jimin como si lo estuviera penetrando.

Jimin solamente gemía. Atrapado con la guardia baja, una oleada de intenso dolor atravesó a Jimin. La acción sugestiva de su hombre de frotarse contra sus muslos agitó el deseo reprimido por él desde que abandonaron el dormitorio. Al mismo tiempo la lengua del mayor trazó el escote suave de Jimin sensualmente.

Rompiendo la fina camisa negra de Jimin, sus manos comenzaron a recorrer y explorar aquel tierno pecho que tanto le gustaba.

Ser atacado sensualmente por su pareja en una habitación nueva y cerca de sus compañeros no era algo que no había sucedido antes, por el contrario, esa adrenalina a Jimin le fascinaba y se aseguraba de vivirla seguido.

— Hoy tendrás que rogarme. — Susurraba Namjoon.

— No, no lo creo. — Rebatió defendiendo su orgullo.

El estruendo provocando por la palma de la mano de Namjoon y el trasero de Jimin se apoderó de la habitación durante algunos segundos. Namjoon cargó a su novio, quien lo rodeo con sus piernas mientras lo besaba.

Jimin se encontraba literalmente entre la espada de su pareja y la pared. Aferrado con fuerza para no caerse y sintiendo como la boca ajena martirizaba a sus pezones. La mano derecha de su compañero empuñaba si virilidad, moviéndola armoniosamente pero con fuerza. El menor abofeteó el rostro de su pareja para luego pasar su lengua y morder su cuello.

— ¿Así que hoy te encuentras en modo rudeza? — Musitó Namjoon mostrando una sonrisa pícara y una mirada lasciva.

Una mordida en los labios fue toda la respuesta que Nam consiguió por parte de su novio. Con una mano sobre su trasero y la otra anclada a su nuca, el mayor dio la vuelta para llevar a Jimin hasta el sofá de esa habitación y dejándolo caer sin premeditación.

El menor cayó sentado, abriendo más sus piernas y mordiendo sus labios mientras Namjoon parado se tocaba para él. Ambos se tocaban, incitando al otro, fulminándose con sus miradas.

Pasos lentos dio el que estaba parado hasta llegar al otro, arrodillándose para introducir aquel miembro en su boca. Un gran suspiro abandonó el cuerpo de Jimin que halaba los cabellos de su novio como si fueran los hilos de una marioneta a la que le estaba dando vida. Éste dejó de cubrir sus dientes con los labios para recorrer con ellos desde la base hasta el glande, moviendo a su vez un dedo perdido en las profundidades de Jimin.

Sin soltar sus cabellos lo separó y los subió hasta su boca, para degustar su propio sabor.

— Ya entiendo porqué eres adicto a mí, es que mi sabor es exquisito. — Bromeó Jimin, apoderándose con la otra mano del miembro de su novio pero Namjoon se la retiró, llevando su miembro hasta la boca del menor.

— Estás hablando mucho y se te olvidó quien es el adicto aquí.

Las estocadas de Namjoon eran fuertes y profundas pero su pareja la administraba con eficacia. Él mismo se apodaba garganta profunda, a pesar de la ansiedad de su pareja quien en medio de su frenesí siempre tomaba su cabeza y la controlaba a su forma este nunca causó ningún accidente y engulló todo sin problema alguno y, en esta ocasión no era diferente.

Cuando Namjoon se encontraba a punto de llegar, abandonó rápidamente la boca de su novio, lo besó y volteó, haciendo que se sostuviera del espaldar del sofá y alzara bien su trasero, para penetrarlo completamente de un solo golpe causando que este gritara por el dolor.

— ¡Mierda Namjoon! — Gritó, cerrando sus ojos y tratando relajarse lo más rápido posible.

— Tú estabas buscando brusquedad. — Bufó mordiendo y besando su espalda.

— No te... No te vayas a mover... Espera. — Las esquinas de sus ojos se humedecieron pero su cuerpo bajo el tacto de su pareja se volvió sensible e inmediatamente reaccionó a sus toques. Su cuerpo podía sentir cuando su dueño lo reclamaba.

Namjoon hizo caso omiso a sus palabras y comenzó a moverse, penetrándolo suavemente tampoco quería provocar que no se pudiera mover al día siguiente.

— ¡Ay! Hijo de..... ¡Diablos! — Musitaba Jimin, arqueando su espalda hasta que esta tocara la espalda de su pareja y, lo besara en busca de alivio.

Namjoon lo besaba con pasión, dándole leves mordiscos sin dejar de moverse suavemente. Su mano derecha jugaba con el pene de Jimin y con la izquierda jugueteaba con sus pezones haciendo que poco a poco el dolor de este desapareciera, dando paso a la lujuria y el deseo desenfrenado de éste.

Jimin movía sus caderas de forma circular mientras su novio permanecía quieto. Él mismo se penetraba, marcando un ritmo tortuoso que siempre desestabilizaba a Nam. En cambio éste no se dejó controlar por mucho tiempo por lo que tomó las manos de Jimin llevándolas hasta su espalda, inmovilizándolo mientras lo embestía.

Cuando esa furiosa sensación de lujuria destructiva volvió a recorrer su cuerpo, la virilidad de Jimin comenzó a palpitar dolorosamente, anhelando un tacto, un roce. Sin embargo a pesar de notar su necesidad Namjoon no tocó el deseo necesitado a propósito.

— Ah... — Gemía Jimin. — To- tócame.

El calor que fue presionando fuertemente contra las nalgas de Jimin hizo que éste comenzara a empujar nuevamente con fuerza hacia atrás.

Esos movimientos lascivos que Namjoon realizaba suavemente, presionando la cadera del menor hicieron que el cuerpo del mismo ansiara una sensación de emoción más profunda. No quería tal tortura a medias. Quería algo más caliente, algo mucho, mucho más intenso.

— Ah... Nene — Gemía Jimin entre leves embestidas y suspiros.

Como si supiera los deseos de Jimin, Namjoon repentinamente se alejó, dejando de penetrarlo.

— ¿P- por qué? — Preguntó Jimin con la voz entrecortada.

Namjoon ya había encendido sus más profundos deseos y sin ninguna razón se apartó, dejándolo deseoso y completamente perdido.

— Te dije que hoy tendrías que rogarme. — Se oyó decir justo antes de que el sonido de una nalgada hiciera eco en la habitación, seguida por otra y otra más.

Una lengua sustituyó el miembro que segundos antes allí se encontraba. Masturbando también el falo de Jimin. Pocos minutos después, hubo una rotación, los dedos de Namjoon se apoderaron de la parte más profunda de Jimin, llevando ahora su boca a su miembro y sus manos a sus pezones.

Los chasquidos y gemidos sonaban como olas que chocaban contra el arrecife constantemente. Jimin podía sentir como su entrada estaba dilatada y tres dedos gozaban en su interim tocando ese punto que le hacía abrir más las piernas pidiendo más.

— ¡Dios nene! — Jadeaba Jimin. — Te necesito... Adentro.

— Parece que tu trasero está ansioso por tenerme pero, hasta que no me ruegues no entraré.

— Nene... Por favor... — Gemía. — Te lo... ruego...

Tan vívido placer producido por ese acto hacía que Jimin se sintiera débil.

—¡Ah mierda! Ne... — lágrimas besaban su rostro.— Te, te lo ruego.

Namjoon presentaba su miembro en la entrada de su pareja, tocando su virilidad sin detenerse. Su pene erecto se zambulló directamente en su entrada conectando sus cuerpos.

— ¿Quieres que mi falo te penetre cierto? — Decía volviendo a salir.

Namjoon apretó su miembro palpitante entre los muslos flexibles de Jimin. Sin embargo no entró en él, sino que frotó su duro deseo de un lado a otro en su perineo haciendo que Jimin tuviera sed de mayor placer.

Mientras se besaban frenéticamente el mayor perforó firmemente a Jimin.

— ¡Ah! Ah... — Gritó entre jadeos. — ¡Sí! — No podía evitar que sus gritos se escaparan de su boca.

Un intenso placer lo cundió cuando ese palo de carne lo volvió a penetrar. Una tortura deliciosa. La erección que se deslizó fácilmente en las partes profundas de Jimin comenzó a embestir con entusiasmo su interior.

— Ya... ¡Ah! — Gemía Jimin descontrolado.

Dominado por la ardiente erección de su hombre el menor jadeaba sin parar. Nam mordisqueaba dulcemente su oreja, acariciando su pecho, penetrando la parte inferior desnuda, masturbando su miembro sin piedad. El golpeteo se hacía más rápido, el mayor agarraba fuertemente sus caderas, agitándolo aún más, continuando con aquel ritmo salvaje.

Otra repentina oleada de placer se extendió por las partes más de Jimin. Su cuerpo que estaba siendo abrazado había comenzado a sufrir de espasmos mordiendo descabelladamente los bíceps de Namjoon.

— ¡Ahórcame! — Pidió el menor y su amado lo complació.

Los dos cuerpos que se movían con fuerza, como si estuvieran en una lucha de poder pero en este caso era de placer. Namjoon agarró a su novio por la nuca, juntando ambas frentes.

— Te amo. — Jadeo Namjoon. — Me voy.. Me vengo
— Tam- también yo.

Ambos alcanzaron juntos el climax, besándose sin parar, con el cuerpo de Namjoon que se había dejado caer encima de Jimin quien le acariciaba la espalda. Con el silencio que se había creado en la habitación se empezaron a escuchar los gemidos que cundían la habitación de al lado. Comenzaron a reír, pensando en que ellos minutos atrás estaban de igual forma.

En la habitación de Jungkook y Taehyung la situación no era muy diferente. Taehyung penetraba a su novio desenfrenadamente quien gemía en respuesta a sus embestidas.

— Quiero... Quiero que, que me penetres. — Murmuraba Tae entre jadeos, deteniendo sus movimientos.

— ¿Estás seguro? — Preguntó Jungkook, recibiendo como respuesta un sí seguro de Taehyung.

Jungkook se acercó a su novio para besarlo, acariciando su cabello.

— Eres hermoso. — Susurraba llenándolo de besos haciendo que este sonriera con niño que recibía cosquillas.

— No digas eso.

— Es verdad. — Respondió Kook, acostando a Tae boca abajo. Masajeando su espalda, besandk cada poro de su piel, acariciando cada rincón de su cuerpo. — Me encantas. — Volvió a susurrar en su oreja para comenzar a descender nuevamente.

Por toda la columna vertebral, Jungkook pasó su lengua hasta llegar al trasero de Tae. Dando muy leves nalgadas acompañadas de de caricias y besos. Luego abrió lentamente cada cachete para abrirse paso hasta darle un beso negro, profundo, hundiendo su lengua y rodeando su entrada en reiteradas ocasiones.

Jungkook estiró su mano hasta la boca de su novio, introduciendo su dedo medio para que lo succionara y lo llenara de saliva, llevándolo después hasta su entrada para introducirlo poco a poco besando sus nalgas dulcemente, logrando que que soltara gemidos ahogados.

No podía contener las ganas de sentir esos gemidos perderse en su boca por lo que subió a besarlo, sin abandonar su parte baja.

Con sus ojos cerrados, Tae sentía como sus labios se encontraban con un suave calor antes de sentir como se los lamían y abrían suavemente. Sus caderas se estremecieron en respuesta a lo que se deslizaba dentro de su parte baja y la lengua que profundizaba más en su boca, provocando que ambos escapar ruidos obscenos mientras sus lenguas se chupaban mutuamente. Tae tembló desde sus hombros por toda su columna vertebral hasta su trasero. Se sentía bien tener algo dentro, no le dolía como se lo había imaginado. Más, quería más.

— Me... Gusta... — Gemía casi descontrolado por ese dedo que lo estaba torturando.

— Esto... Solamente es mi dedo apoderándose de ti, imagina cuando me tengas dentro de ti.

Escucharlo hablar así, estimulaba más la sensación de su dedo que lo estaba llevando al cielo.

Mientras Taehyung envolvía sus brazos alrededor del cuello de su pareja, aferrándose firmemente a su cuerpo, éste lo abrazó en respuesta con una mano deslizándola, acariciando su espalda.

— Kook...

— ¿Qué sucede?

— Quiero más... — Pidió Tae casi como si fuera una plegaria.

Jungkook no lo pensó dos veces, los deseos y pedidos de su novio eran órdenes para él que estaba dispuesto a cumplir sin problema alguno. Retiró lentamente el dedo que estaba en su interior para lubricarlo junto con su dedo índice e introducirlos nuevamente, buscando suavemente ese lugar que encontró sin percance alguno.

Arrodillado en la cama, atrajo el cuerpo de Tae hacia sí, haciendo que su pecho sintiera el calor de su espalda, dándole besos por todo su cuello, abriendo suavemente sus dedos y girándolos para dilatarlo más. Cuando las caderas de Tae le indicaron su urgencia por más colocó un tercer dedo. Los suspiros de Tae eran mas fuertes, su respiración entrecortada era un afrodisíaco para Jungkook.

El menor sintió un gran vacío cuando su pareja retiró los dedos para alcanzar el frasco de lubricante. Sin embargo la ausencia de sus dedos no duraron mucho, ahora estaban de regreso llenándolo de lubricante.

— Si crees que el dolor se te hace insoportable, dímelo. — Musitó Kook a lo que Tae asintió.

Masturbando a Tae y besando su espalda, inclinándolo suavemente hacia delante, el mayor presentó su falo en la entrada en forma de aviso a lo que estaba por seguir. Poco a poco lo fue introduciendo, de forma casi imperceptible, aún así Tae sentía como algo lo llenaba y el dolor se hacía presente. Se sentía más grande ahí que cuando lo tocaba o saboreaba.

Una bocanada de aire que había estado aguantando, abandonó el cuerpo de Tae cuando Kook finalmente logró introducir todo su falo en su interior. Un fuerte gemido salió auto seguido.

A Kook le costaba no moverse, las palpitaciones de la parte trasera del menor lo apretaban de una forma exquisita, su temperatura y humedad eran perfectas. Había añorado ese momento desde hacía mucho tiempo y ahora que lo estaba viviendo no estaba seguro si lo soportaría como se debía, tenía el presentimiento de que iba a terminar rápido una vez que comenzara a moverse.

Permaneció quieto, acariciando a su pareja y ofreciéndole dulces besos mientras dejaba que este se acostumbrara a lo que tenía en su interior. Comenzó a bombear suavemente el miembro de Tae, haciendo que el mismo comenzara a entrar en calor y moverse segundos después por su cuenta muy torpemente, pero de forma deliciosa para Kook.

Ambos se movían, Kook al encuentro de ese trasero que le daba placer y Tae subía y bajaba el torso para sentir mejor las penetraciones del miembro de su novio.

Los suspiros de Jungkook eran casi gruñidos, estaba tan suave que simplemente se deslizaba adentro sin problemas, sintiendo como sus paredes se contraían dándole la bienvenida.

— Uh... ¡Ah, Kook! — Gritaba Tae. — ¿Qué...? ¡Oh Dios!

Simplemente no entendía que cosas golpeaba Kook en su interior para encender ese fuego en su cuerpo, se sentía increíblemente delicioso. Al principio le había dolido pero en este punto todo lo que sentía era el placer recorriendo cada centímetro de su cuerpo anhelando y deseando más, estaba a punto de correrse y eso que no estaba estimulando ya su miembro.

Un torbellino se estaba creando en sus vientres, colmándolos de placer, nublando sus mentes.

— ¿Te gusta... Mi conejito?

— Sí, Kook... ¡Sí! — Sollozaba Tae a punto de colapsar. — No.. Puedo más.

Jungkook lo volvió a pegar a su pecho, sosteniéndolo por el cuello, penetrándolo con fuerza y mordiendo su oreja, dejando que sus gemidos la acariciaran, mientras que Tae gritaba desenfrenadamente.

— ¡Mierda! Me, me voy a venir. — Eran las palabras pronunciadas entrecortadamente que Kook pronunciaba. Se había convertido en una fiera, penetrando y embistiendo a Tae sin contemplaciones.

Sus cuerpos se tensaron, la espalda arqueada de Tae y el torso de Kook que se apoyaba en él estaban bañados en sudor.

— ¡Dios! — Gritaron tan alto que estaban seguros que los habían escuchado pero no les importó.

Llegaron juntos a un delicioso orgasmo que los dejó sin fuerzas. Tae ahora sabía lo que se sentía poseer a alguien y que lo poseyeran a él. Agradecía a todo lo que existía por poder haber vivido todo eso con Jungkook, no existía nadie mejor que él para eso. Sentía que lo amaba pero temía decir esas palabras, por lo que suavemente en su mente le dijo... "Te amo"

Capítulo sin editar, espero que perdonen los errores que encuentren aunque intentaré editarlo lo más rápido posible.

Espero que les haya gustado el capítulo, como advertí con anterioridad contiene un 95% de escenas íntimas. Perdón a las personas que piensan que es excesivo que todo un capítulo sea de eso solamente.

Pronto vendrán los siguientes capítulos espero que continúen leyéndolos...

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