Capítulo 28 - Promesa

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Tras la noticia de lo sucedido con la madre de su compañero, los integrantes del grupo Fire que se encontraban en a ciudad de Seul decidieron que debían viajar a Busan no solo para apoyarlo y acompañarlo sino también para lo que se pudiera ofrecer.

Era una situación desafortunada sin lugar a dudas, ver a un ser querido atravesar por ese tipo de situaciones inesperadas y enfermedad jamás era tranquilo, menos si se trataba del ser que te dio la vida y te trajo a este mundo.

A primera hora de la mañana Taehyung, Jungkook y Hoseok, quien se sentía mal siendo la tercera rueda cerca de la pareja, tomaron un tren que los llevaría desde la capital hasta la ciudad de Busan. Como solían hacer siempre que iban en un transporte que no fueran los suyos propios, la pareja se sentó en los últimos asientos del vagón, les encantaba poder tomarse las manos con tranquilidad y de vez en cuando compartir uno que otro beso sin ser vistos. Hoseok por su parte se sentó solo, justo delante de ellos aprovechando el viaje para dormir lo que no pudo la noche anterior. Todos estaban cansados, locos por descansar y por ende ninguno quiso conducir las cuatro horas que tardaba el viaje en auto, en el tren descansarían más e irían más rápido.

Taehyung se encontraba descansando su cabeza encima del hombro de su pareja mientras que este apoyaba la suya encima de Tae. Jugueteaban con sus manos, compartiendo la música que sonaba en el teléfono de Kook.

— Puedo preguntarte algo. — Tae trazaba círculos con sus dedos en la palma de la mano de su novio mientras divagaba en sus pensamientos sin saber como tomaría su pareja aquello que albergaba en su mente. — Espero no parecerte raro por lo que te diré.

— ¿Qué es? Dime en confianza sabes que no me molestaré contigo. — Kook levantaba su cabeza para centrarse en lo que Tae quería decirle, observándolo expectante.

— Es algo raro y lo sé, pero siempre he tenido...— Pausó su frase mientras que movía con mayor velocidad su dedo producto de su nerviosismo. — Siempre he tenido la fantasía o mejor dicho deseo de hacer el amor en algún transporte público cuidando de no ser vistos por nadie pero viviendo la adrenalina del momento.

Jungkook no pudo contenerse aunque lo intentó y terminó soltando una carcajada que su pareja rápidamente cubrió con su mano. Apenado y arrepintiéndose de lo que había dicho en ese preciso instante, era un idiota.

— Discúlpame amor... — Reía Kook mientras trataba de controlarse. — Es que no esperé que me salieras con algo así pero no me estoy burlando de ti. Lo gracioso es que pienses que es raro algo así, mismo que muchas gentes jamás se atrevan muchos tienen fantasías y deseos peores que los tuyos.

— Habla más bajo. — Le señaló a Hoseok mientras lo pellizcaba y este fingiendo mayor dolor del que sentía movió sus labios diciendo lo siento.

— No podemos arriesgarnos a tanto pero, como no sabemos cuando tendremos una mejor oportunidad trataré de cumplir parte de tu fantasía. — Susurró en su oreja mientras que besaba su lóbulo con delicadeza logrando que la piel del menor se erizara con ese simple acto.

— No, espérate... ¿Qué vas hacer? — Observando como su pareja se quitaba la chaqueta Tae comenzaba asustarse. — Oye... No te dije que quería hacerlo aquí y ahora, solamente fue un comentario.

— Ya lo sé, abre las piernas y no se te ocurra hacer ningún ruido. — Volvió a susurrarle al oído.

Colocando su chaqueta encima de las piernas de Tae comenzando con una sola mano a desatar la trabilla de su cinturón, bajando a su vez la cremallera de este mientras respiraba en su cuello y de vez en cuando lo acariciaba con la lengua para después mirar hacia adelante como si los asientos que se encontraban frente a él fueran lo más interesante que había visto en su vida.

Dejó su mano deslizarse suavemente por debajo de la camisa para luego descender hasta colarse cuidadosamente en su pantalón. Taehyung miró por la ventana mordiendo su labio al sentir como aquellos dedos juguetones se encargaban de su extremo mientras la palma de su mano rozaba una y otra vez su extensión. Estaba consciente de que aquello era una locura pero una deliciosa locura que no quería detener.

Aproximadamente un minuto después la barrera que separaba la mano de Jungkook y el miembro de Taehyung fue cruzada y derribada por la diestra mano que comenzaba a introducirse en el interior de los bóxers de Tae, sobresaltándose con sus frías manos que a la vez le daban una sensación que no podía descifrar en esos momentos.

Poco a poco el ritmo de la mano intrusa comenzó a variar, desplazándose por toda la longitud mientras que la boca de quien estaba acariciando le dio un fugaz beso a quien ahora cerraba sus ojos con fuerza sintiendo que estaba más sensible que nunca.

Taehyung sostuvo la mano de Jungkook para detener aquella locura pero la repentina llegada de una ferromoza lo hizo detener todo movimiento. Intentó mantenerse tranquilo pero la cara sonriente de aquella chica que les preguntaba amablemente si deseaban algo de beber o comer parecía estarle diciendo que sabía todo lo que estaba ocurriendo debajo de la chaqueta que tenía en sus piernas.

— Así estamos bien, muchas gracias. — Dijo Jungkook sin dejar de mover lentamente su mano y su pareja que estaba casi al borde de comenzar a volverse loco se limitó solamente a sonreír deseando que se acabara de marchar la pequeña entrometida.

— Te dije que podrían descubrirnos, — recriminó Tae una vez que la empleada se retiró.

— No lo han hecho así que relájate y no me regañes por algo que estás disfrutando. — Su mano apretó la base del miembro logrando que su pareja volviera entreabrir sus piernas.

Ascendió aquella mano hasta el glande para comenzar a estimularlo con una sonrisa de satisfacción en su cara al ver como su compañero cerraba los ojos dejándose caer completamente en el espaldar del asiento y movía sus piernas dejándole saber que tenía sus deditos encogidos. Ya lo conocía tam bien...

Se acercó a su oreja dándole un beso y respirando en su oído para provocarlo un poquito más mientras incrementada la velocidad de sus movimientos.

— Si deseas que pare también te puedo complacer. — Taehyung abrió los ojos de golpe tratando de reprimir sus gemidos limitándose solamente a negar con la cabeza porque no tenía control de su voz en esos momentos.— Entonces sostente fuerte del brazo del asiento porque te voy hacer acabar en los próximos segundos.

Cumpliendo lo dicho, varios segundos después Tae había llegado, perdiendo levemente el control y removiéndose en aquel asiento como si le estuvieran echando ácido encima. Kook, manteniendo la mano cerrada para no dejar que nada cayera, la fue retirando lentamente, indicándole a su pareja que se recompusiera lentamente e ir al baño, con una gran sonrisa en su cara.

Eran las 9:00 a.m cuando los chicos entraron silenciosamente en el cuarto donde se encontraba la señora Park quien aunque acostada, ya estaba despierta, sonriendo al ver como los chicos entraba mientras que les hacía señas para que no hicieran ruido señalando a una de las esquinas del lugar.

Todos se quedaron sorprendidos al ver a Namjoon durmiendo abrazado a Jimin en aquel diminuto sofá. Se miraron unos a otro mientras que la paciente miraba feliz a sus niños.

La ex pareja despertó sobresaltada al mismo tiempo, separándose rápidamente, disculpándose pero tratando de guardar las apariencias delante de la madre de Jimin pues esta no sabía que ellos se habían separado y si le daban la noticia en su condición sería fatal, por lo que ambos acordaron no decir nada por el momento.

El corazón de los dos latía con fuerza, no podían dejar de mirarse de soslayo, tratando de recordar en qué momento se habían quedado dormidos. Cuando Nam fue la noche anterior a revelar a Jimin para que se fuera a descasar este se negó y luego de que su ex regresara de llevar a su hermano al hotel se quedaron juntos cuidando de la enferma.

Namjoon recordaba mientras todos conversaban alegres lo bien que se había sentido al despertar nuevamente junto a Jimin y verlo aferrado a su cuerpo como siempre solía hacer. A pesar de haberse sorprendido aquello no le había desagradado en lo más mínimo, todo lo contrario. Rió solo como niño al que le acababan de hacer una promesa de un viaje genial y observó a Jimin quien lo miraba con su ceja izquierda levantada con intriga, tratando de adivinar sus pensamientos.

Dejando descansar a la paciente, todos bajaron hasta el lobby del hospital para despedirse e ir a registrar a un hotel cerca para pasar la noche cosa que Jimin no les permitió  ofreciéndoles la llave de su casa para que pernoctaran, después de todo estaba sola y su padre no llegaría hasta pasado mañana.

— Oye, ¿realmente no regresarás al grupo? Piénsalo bien, aún queda tiempo antes de que se venza el contrato, no te apresures en tomar una decisión. — Iba diciendo Taehyung mientras caminaban por el lobby, siendo pellizcado por su pareja quien lo regañó con la mirada por tocar el tema en esos momentos.

— La decisión ya está tomada pero no se preocupen. Nos seguiremos viendo, estaré en la misma agencia y mi estudio sigue siendo el mismo, cerca del de ustedes por lo que nos estaremos viendo regularmente.

— Ya, pero no será igual. — Puntualizó Tae haciendo un mohín, aquella situación no le gustaba nada.

— ¿Volvieron? — Preguntó sin poderse aguantar la curiosidad el líder del grupo mirando a Jimin para luego hacer lo mismo con Namjoon. — La imagen de los dos tan abrazados fue demasiado tierna. — Jungkook lo miró intentando callarlo pero había sido en vano. No entendía cómo todos podían ser tan indiscretos sabiendo como estaban las aguas..

— No para nada. — Se apresuró a decir Jimin. — No mal interpreten chicos entre nosotros no hay ni habrá nada, recuerden que yo tengo pareja.

Namjoon sonrió tristemente y se disculpó alegando que iba a ver si a la señora Park no se le ofrecía nada, retirándose del lugar para no mostrar lo afectado que estaba al escuchar aquella palabras que aunque ya fueran de su conocimiento no dejaban de dolerle. Todos se despidieron prometiendo regresar en la tarde, dándole fuertes abrazo a Jimin para animarlo con sus buenas vibras. Los tres lo miraron mientras regresaba adentro pensando la misma cosa. Ya Jimin no era el mismo, no quedaba rastros de aquel que siempre estaba risueño, entrometido y haciendo bromas todo el día. Esa llama que siempre lo rodeaba estaba apagada y era claro para todos.

Al regresar al cuarto de su madre Jimin se detuvo en la puerta al escuchar lo que esta hablaba con Nam.

— Sé que sucede algo entre ustedes y no me lo quieren decir, mi hijo es alguien que siempre estaba pegado a ti y ahora puedo contar las veces que los he visto juntos. — La señora Park sostenía sus manos mientras este se sentaba a su lado viéndola a los ojos conteniendo las ganas de llorar que estaba sintiendo en esos momentos.

— Madre, no pasa nada de verdad, no se preocupe, tuvimos una peleita boba pero ya sabe como somos nos reconciliaremos pronto. — Le hubiera encantado que aquellas palabras fueran reales pero lamentablemente sabía que no era así, suspiró, dejando salir un poco de lo que tenía adentro con ese suspiro.

— Eso espero, eres un hijo más para mí y confío solamente en ti para cuidar a mi niño que ya se cree hombre. Si yo no salgo de esta-

— Madre no diga eso, usted ya está bien, lo oyó del doctor, pronto se irá bien para su casa y esto solamente será un mal recuerdo.

— Escúchame con atención, el 90% de las personas que sufren de un derrame cerebral o algún ataque cardiaco vuelven a repetir y no siempre con tanta suerte como en la primera vez. Si en algún momento yo llego a faltar como sé que será ya sea por esto u otra cosa quiero que cuides muy bien de Jimin.

Las lágrimas que ahora derramaba la señora también las estaba derramando su hijo aferrado a la puerta escuchando su conversación con tristeza y su yerno mientras se aferraba a su mano.

— Por ley de la vida los padres abandonamos este mundo primero que nuestros hijos. — Prosiguió. — Confío en el amor que sé que le tienes para que cumplas con la promesa que me hiciste el día que me pediste ser novio de mi hijo. Ese día llorando te aferraste a mis piernas en el suelo pidiéndome que no regañara a Jimin pero que querías ser su novio. Me prometiste que no serías como tus padres y lo amarías solamente a él por el resto de tu vida, que no lo engañarías y que siempre cuidarías de él. Sé que cumplirás con la promesa porque aún veo en tus ojos el mismo amor que casi siete años atrás.

Sin poderse contener Jimin lloraba desconsolado, jamás había sabido de aquella conversación, recordaba que Nam le había dicho que no se preocupara y que con su madre todo estaría bien pero jamás preguntó más allá.

— Yo sería incapaz de faltarle a su hijo, usted sabe mejor que nadie que no tolero los engaños. Usted fue testigo de todo lo que yo pasé a causa de las infidelidades. El día que descubrí a mi padre con otra mujer lo odié con todas mis fuerzas pero al ir a casa y ver que mi madre también tenía un amante me derrumbé, aquello me devastó completamente. Ambos decían que no era lo que parecía pero un mes más tarde se estaban peleando por mí en los tribunales echándose en cara todo lo que se habían hecho. Gracias a usted que peleó por mí y el amor que me brindaron pude ir saliendo de la depresión en la que me encontraba aunque jamás pude olvidar totalmente lo sucedido y ya sabe que de vez en cuando meto la pata con mis inseguridades. — Ella rió acariciando su cabeza.

— Por esa misma razón creo en tus palabras cuando dices que nunca traicionarás a mi hijo y que siempre cuidarás de él. Todos sentimos celos en algún momento, la cuestión está en como le hacemos frente a eso. Debes tener por sobre toda las cosas confianza en tu pareja. Lo sé que es difícil, porque las personas en las que más confiamos muchas veces te defraudan, como tus padres, pero debes estar dispuesto a correr ese riesgo. Es uno que vale la pena correr Joonie.

Era cierto, ahora que oía aquella conversación Jimin recordaba lo de los padres de Nam y lo que él había pasado. Lo había olvidado todo, diez año habían pasado y poco a poco él había dejado atrás ese tipo de recuerdos. Por un momento se puso a pensar en todo lo vivido con Namjoon, cerró fuertemente sus ojos recordando cada detalle y volvió a llorar.

Fue a uno de los baños del pasillo y tras llorar allí durante unos minutos se secó su rostro para ir nuevamente a donde estaba su madre. Le hubiera gustado que las cosas se hubieran dado diferentes y que él no se hubiera apresurado a estar con Suga.

Min Yoongi, ese era su mayor problema, lo quería, le gustaba pero no lo amaba, tampoco se sentía complacido aún así le estaba agradecido por todo lo hecho por él, no era ni un tercio de lo que namjoon había hecho pero aún así lo había hecho de corazón y no se merecía que él le rompiera el corazón.

Debía afrontar las consecuencias de sus actos y seguir adelante dejando el recuerdo de Nam como algo bonito y no algo horrible como pensó por tanto tiempo. Esa rosa que simbolizaba aquel amor tan bello que una vez se tuvieron la conservaría por siempre en un cristal dentro de su corazón para que no se desojara.

Cuando entró a ver a su madre, esta ya se había quedado dormida nuevamente y encima de ella se encontraba su ex pareja también durmiendo como un ángel. Se acercó lentamente para taparla, otorgándole un beso en la frente y le sonrió con amor durante algunos segundos.

El rostro que observaba ahora que se había volteado le sacaba un suspiro. Se detuvo a observar cada rasgo de ese rostro que se sabía de memoria, rozando con su dedo índice cada uno de ellos con suavidad para no despertarlo. Sus castañas cejas y cortas pestañas que hacían resaltar su leve doble párpado casi invisible, su nariz perfilada, sus mejillas donde al reír dejaba mostrar sus atractivos camanances, oreja, que extraño que no llevara ningún pendiente, solamente quedaba aquella perforación que recordaba se habían hecho juntos.

Su cabellera rubia con mechas castañas que caía levemente en su frente, en cambio los costados estaban rebajados, pudo notar que se había pelado y lo mucho que siempre le pedía que se pelara de esa forma, una nostálgica sonrisa se escapó de su rostro retirando sus dedos de su pelo, yendo por fin al último lugar que quería detallar.

Sus labios carnosos... Tocó sus propios labios sin dejar de tocar a Namjoon y cerró sus ojos recordando cada lugar que aquella boca había besado y con cuantas emociones diferentes lo había hecho, lujuria, pasión, amor, rabia, tristeza, anhelo... Esos labios que tanto adoraba y que ya no podría volver a tener.

Nam que se había quedado quieto fingiendo estar dormido sentía que ya no podía aguantar más. Si dejaba que aquellas manos lo siguieran recorriendo iba a perder el control e iba a interferir en una relación en la cual no tenía derechos de entrar. Movió su mano fingiendo acariciarse y tras girar la cabeza, dejó sus ojos cerrados durante pocos segundos que parecían eterno y finalmente los abrió, incluso bostezó como si quisiera enfatizar que estaba dormido y el buen sueño que había tenido.

— Acompáñame un momento por un café. — Jimin guió el camino haciendo que Nam lo siguiera. Una vez que tomaron un café en la cafetería del hospital que increíblemente estaba algo desolada se sentaron en una pequeña mesa, casi imposible de ver por todo el que pasaba. — Quería agradecerte una vez más por todo lo que estás haciendo.

— No tienes que agradecerme más ya te expliqué que tu mamá siempre será una madre para mí. — Jimin asintió dejando escapar una tímida sonrisa.

— ¿Puedo preguntar por qué decidiste dejar el grupo tan de repente? — Preguntó finalmente aquello que rondaba su cabeza desde que lo escuchó de Hoseok.

— Esa era la mejor solución para ambos, — dijo tras unos segundos o minutos, no se sabría decir con exactitud cuanto tiempo estuvieron observando el café que sostenían en sus manos sin decir una palabra. —En realidad lo era para todo el grupo, si yo continuaba ahí iba a terminar cometiendo una locura o volviéndome loco. No podía seguir viéndote cada día mientras me apuñalabas con la espada de tu ignorancia.

— A mí no me molestaba o molesta que sigas en el grupo, sé cuanto luchaste por llegar hasta aquí. — Nam sonrió.

— Parece que olvidaste que realmente te seguí como bobo hasta que comencé amar lo que hacía. — Lo observó bajar nuevamente su cabeza. — Pero no te preocupes o sientas culpable, aún seguiré cumpliendo nuestro sueño, simplemente ya no perteneceremos a la misma agrupación. El grupo puede sufrir mucho si dos integrantes están en malos términos por lo que es mejor que se vaya uno a que se desintegren todos.

— No quiero que te vayas. — Aquellas palabras se le escaparon de sus boca sin pensarlo. — Es decir en el grupo eres necesario, además que te vayas tú es casi como si el grupo se desintegrara completamente, ya nada será igual.

— Ya sé pero aún así será mejor. — Quería decirle tantas cosas que su corazón gritaba, con una sola palabra de él terminaba de mandar todo por un tubo pero sabía que eso no ocurriría. —Gracias por preocuparte por mí, descuida que todo estará bien para todos y siempre podrán contar conmigo, principalmente tú. ¿Lo sabes cierto?

Jimin asintió, lo sabía y si antes tenía dudas luego de escucharlo hablar con su madre todas esas dudas se habían desaparecido. Permanecieron observándose, intercambiando leves sonrisas de cuando en vez y de vez en cuando pero sin querer alejarse el uno del otro.

— ¡Buenas tardes mi amor! ¿Interrumpo? — Dijo Min Yoongi quien había hecho entrada hacía unos minutos y al cual ellos no habían divisados por estar ensimismados con sus miradas. Soltaron sus manos que no sabían en qué momento se habían entrelazados y rápidamente se pusieron de pie.

Espero que este capítulo no les haya resultado aburrido y lo hayan disfrutado. Nos veremos mañana con uno nuevo como casa día. ¡Los quiero!

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