Capítulo 31 - Entrelazados

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— ¡Sorpresa! — Exclamó Jungkook mientras Tae se levantaba para abrazarlo, no podía susurrarle nada porque sería escuchado por las cámaras pero sus miradas lo dijeron todo.

— Kookie... ¿Qué te trae por aquí? — Dijo mientras sostenía las bolsas que su pareja le extendía.

— Quise pasar a sorprenderte y de paso venirte a buscar para una reunión de última hora que tendrá el grupo esta noche con nuestro representante.

— ¡Hola, un gusto conocerte! Soy Sehun... — Extendía el otro huésped de la casa su mano al recién llegado con una mirada que lo estudiaba de arriba abajo. — Nos hemos cruzado en algunas presentaciones pero nunca hemos hablado, siéntate. Mi Tae y yo nos quedamos dormidos sin recoger la casa, es una pena que encuentres el salón así.

— Ya veo que han congeniado de maravilla, eso me alegra. — ¿Mi Tae? ¿Quién le había dado el permiso a ese tipo para que llamara a su Tae "Mi Tae"? Con sus cejas encarnadas procedió a sentarse mientras deseaba que su puño le hiciera una cirugía plástica a esa cara tan insoportable.

— Yo voy a ponerme una camiseta. — Se señalaba Sehun su torso desnudo. — ¿Te traigo alguna Tae?

— ¿Ah? — Tae apenas había escuchado lo dicho pero de igual forma asintió. — Ah sí, sí.

Las miradas de la pareja una vez más se encontraron durante algunos segundos y Jungkook le ofreció una sonrisa dándole a entender que todo estaba bien. Tomó su celular y observando la vista que tenía frente a él, le mandó un mensaje al representante del grupo.

"Pd, ha ocurrido una situación en casa de Taehyung y he venido a buscarlo a petición de su madre. ¿Puede por favor hablar con los de producción para informarles? Se lo agradeceremos. - Jeon Jungkook"

Estaba jugando grandes cartas por algo que no era serio pero necesitaba hablar con su pareja y para ello debería sacarlo de aquel lugar y alejarlo de los micrófonos y cámaras.

"Señora Kim que pena molestarla pero ocurrió algo entre Tae y yo, nada serio pero necesitamos su ayuda. En caso de que la localicen, usted necesita a su hijo en casa. Se lo agradeceré enormemente. — Su segundo hijo"

"Descuiden, yo los cubro niños pero pórtense bien y tengan cuidado que siempre están siendo observados. - Tu segunda madre"

— ¿Con quién escribes tanto? — Preguntó Taehyung quien le llevaba algunos aperitivos de los que él había traído a la mesa.

— Con nuestro representante, mira... — Le mostró los mensajes que había estado enviando y Tae no pudo contener su risa. Su novio era demasiado.

Sehun hizo nuevamente presencia en el salón dándole una camiseta a Tae y cogiendo algunos anacardos para llevárselos a la boca y sentarse al lado de Jungkook quien la verdad no tenía ningunos deseos de estar ahí.

Pasaron un largo rato conversando de las típicas cosas que suelen hablar las personas e ídolos cuando se conocían, de su trabajo, de como habían empezado, que era lo que más amaban y odiaban de su trabajo en fin, los asuntos sencillos y perfectos para pasar el tiempo. Los anfitriones le mostraron la casa al invitado y cordialmente se despidieron cuando llegó la hora de que Jungkook y Taehyung marcharan.

— Espero que pronto nos vuelvas alagar con tu presencia y nos visites. — Exclamó Sehun sonriente.

— Definitivamente te tomaré la palabra. — Sonrió extendiéndole la mano. A pesar de estar mucho más relajado no sabía por qué ese tipo no le agradaba o quizás sí. De la forma en como miraba a su pareja era de la misma forma que lo hacía antes Hoseok, como si le gustara... — Pronto volveré, espero que me recibas amablemente.

Tras aquella despedida que parecía haberse vuelto una batalla para saber quién tenía más fuerza en el brazo finalmente se pudieron deshacer de todos los micrófonos y cámaras que llevaban encima. Cordialmente se despidieron de los camarógrafos, para luego caminar con una sonrisa que no se les borraba de la cara hasta el auto de Jungkook. Antes de estar con Tae apenas lo utilizaba pero ahora que necesitaban más privacidad ya casi no lo podía saltar.

Taehyung llegó casi dando saltos de felicidad al coche mientras miraba a su pareja.

— Se siente como si me hubieras venido a recoger para una primera cita luego de pedirle autorización a mis padres, sé que es cursi pero me encanta. — Reía mientras se abrochaba el cinturón.

— ¿Dónde está tu anillo? — Cuestionó Jungkook cuando le tomó su mano para acariciarlo y vio que no lo llevaba.

— ¡Aquí! — Exclamó sacándolo del bolsillo y colocándoselo en el dedo contemplando su hermoso anillo de parejas. — Como estabas en la casa y habían tantas cámaras me lo quité a penas te vi llegar, ya sabes que los aficionados buscan el más mínimo detalle para hacer sus locas teorías aunque en muchas aciertan y por eso quise evitar. — Se carcajeó mientras le tomó su mano. — Vámonos ya de los alrededores de este lugar que muero por darte un beso.

Jungkook condujo durante algunos minutos hasta llegar a un pequeño descampado que les hacía camino para poder estacionarse y saludar como debía a su pareja.

— Necesitaba este beso... — Murmuró Tae.

— Lo necesitábamos mi amor. Oye... — Hizo una pequeña pausa. — Yo sé que no estabas haciendo nada y perdóname por ponerme celoso pero no me gustó ver que ese hombre te estuviera abrazando ni tú a él. Lo siento, no pude evitar molestarme al verlos así. Yo confío en ti pero aún así no me gusta que te miren y toquen de esa forma. Sólo yo puedo tocarte. — Sonrió mientras lo besaba al igual que su pareja.

— Mi amor pero es que él no me estaba mirando de ninguna forma tan bobito que eres, estábamos dormidos pero te entiendo te me pusiste celoso mi vida, hermoso... — Bromeó estirando sus cachetes.

— Bobito tú que aún eres inocente en ciertos puntos y no te percatas de ciertas cosas pero da igual, eso no es importante ahora. — Le tiró un beso el cual Tae imaginariamente agarró con su mano y llevó hasta su boca para luego con sus dos manos hacer como si su corazón estuviera latiendo com más fuerza. — Tonto. — Rió. — Vamos al dormitorio primero, necesito ver a Jimin creo que algo le ocurre últimamente, hoy me llamó preguntándome una series de preguntas algo inusuales y después lo sentí llorar pero no me dijo nada. Estoy preocupado por él.

— Está bien mi amor, pero, antes dame un besito o no te dejaré arrancar.

...

Jungkook entró en el dormitorio de la mano de Taehyung y lo primero que vio fue a Jin limpiándose la boca y al líder pararse rápidamente con una sonrisa hacie ellos fingiendo demasiada felicidad. Los miró una vez más viendo como Jin aún no se daba la vuelta y entrecerró sus ojos apuntando con el dedo índice a Hoseok con rostro de incriminación y a la vez burlón. El líder le jorobó su dedo y los abrazó.

— Cuantas sorpresas en un solo día. ¿A qué debo ahora la visita de ustedes dos? Según tenía entendido se habían olvidado totalmente de este dormitorio. — Bufó.

— Ya, me imagino que por eso estabas-

— Estaba extrañando a mis compañeros y conversando con la única persona que me hace compañía aquí de vez en cuando. — Interrumpió Hoseok a Kook quien no pudo evitar reírse. Eso le confirmaba sus sospechas.

— Ya me imagino la buena compañía que te ha de hacer. — Ironizó Kook riendo. — Buenas hyung, ¿tú no piensas saludarme? — Preguntó volteándose hacia Jin.

— Pequeño, que sorpresa... — lo abrazó y ambos se dieron un guiño. — Llevo días sin verte, la próxima semana volvemos a ensayar todos juntos.

— Sí ya me dijeron... Oye Seokie... ¿Dónde está Jimin? — Le preguntaba Kook al líder mientras se sentaba junto a Taehyung en el sofá luego de que este también los saludara.

— No lo sé, hace horas que salió hecho un loco a buscar a Namjoon y aún no ha regresado.

¿A Namjoon? — Preguntaron Jin, Kook y Tae al unisono.

— Sí, a Namjoon, no entiendo la sorpresa de todos. — Replicó Seok mirando principalmente a Jin quien desvió la mirada.

— Creo que mejor lo esperamos para saber, ¿no crees mi amor? — Musitó Tae.

— Sí mi amor, vamos a esperarlo...

...

Horas antes...

El aire de el estudio parecía haberse extinguido, solamente se podía sentir andrógeno y oxitocina saliendo de aquellos dos cuerpos que se besaban sin dejar de secar las lágrimas del otro de una forma un tanto inútil ya que estas no dejaban de caer.

— Sentí que iba a morir sin ti. — Susurraba Nam mientras sostenía el rostro de Jimin en sus manos, uniendo sus frentes. — Te amo.

— Yo también te amo, perdóname por-

— ¡Shhh! No digas nada. — Lo interrumpió con un beso, cargándolo, sintiendo como después de tanto tiempo las piernas de Jimin volvían a rodear la cintura.

Sin soltar a la persona que tenía aferrada a su cuerpo Nam se dirigió hasta la puerta para pasarle seguro, no quería que nadie los interrumpiera después de tanto tiempo sin hablarse siquiera. Como padre que llevaba a su hijo a la cuna lo colocó en aquel sofá sin dejar de mirar sus ojos. Quería fundirse en él pero sentía en alguna parte de su cerebro que no era el momento, que no podían dejarse llevar sin hablar primero antes pero, eso no era nada fácil.

— Jimin... — Trató de decir separándose de sus labios. — Espera un momento.

— Por favor.... — No quería que Nam se detuviera o lo rechazara en ese momento, lo necesitaba con todas sus fuerzas. La súplica de su cuerpo y su corazón fue dicha con su mirada y como si sufriera de amnesia repentina, Nam olvidó todo lo que tenía en mente.

Sus labios se volvieron a unir y sus lenguas comenzaron a reconocerse nuevamente saboreando aquel intercambio de saliva como si fuera miel recién extraída, como si fuera el néctar de las flores. Cuatro manos aún desesperadas se tomaban el tiempo para despojar al contrario de sus prendas, lentamente estas fueron cayendo al suelo como hojas secas en otoño.

Los labios de Jimin quedaron entreabiertos y anhelantes cuando Nam se separó de él para contemplarlo, quería mirar cada pequeño cambio que ese cuerpo había tenido en el tiempo que no lo había visto. Estaba más delgado y su pubis tenía unos pequeños granitos a penas visibles, de hecho nadie los hubiera visto pero él sí, conocía hasta el lunar más pequeño de aquel cuerpo que no había cambiado casi nada.

Llenando su piernas, dorso y cuello de besos, las fuertes manos de Nam voltearon con suavidad el cuerpo de Jimin, quien acomodó su cabeza en uno de los cojines cerrando sus ojos y dejando escapar una sonrisa vista por el contrario. Buscando que el cuerpo estuviera parejo y cómodo Namjoon situó otro cojín en la aparte baja de su vientre sin dejar de contemplarlo embobado y feliz.

El cuerpo de Jimin estaba totalmente relajado, hacía mucho no se sentía tan bien, tan tranquilo, dejándose llevar sin pensar más allá, sin recuerdos o incertidumbres. Apenas pudo respirar cuando los labios de Nam recorrían el camino del contorno de su columna, dejando cálidos y dulces besos por cada milímetro que recorría causando que su piel temblara y cobrara vida por si sola, encendiéndolo más a cada segundo.

Nam, embriagado por ese aroma que era su droga descendía sin pausa. Sonrió al ver como los muslos de quién había sido su pareja estaban completamente humedecidos bajo su tacto y caricias, seguía respondiendo a su cariño como si el tiempo no hubiera pasado y esto hizo que otro gran peso se le borrara de su pecho. Hundió los dedos en su trasero, sintiendo la redondez de sus glúteos, disfrutando los bajos sonidos que comenzaban a salir de los labios de Jimin.

— Voy a degustarte mi amor, necesito volver a sentir tu sabor. — Le anunció, haciendo espacio entre sus nalgas y llevando lentamente su boca al interior.

Jimin solamente pensaba que debía considerarse un abuso torturar tanto a alguien con esos labios besándolo allí, con esa caliente respiración en su entrada que ya aclamaba mucho más que simples besos y una lengua intrusa que no dejaba de entrar en él.

— Nam... — Gimió — Por favor, necesito sentirte.

— Aquí no tengo lubricante y como usaremos condón necesito lubricarte bien para no hacerte daño mi vida, no te desesperes. — Besó cada cachete de aquel redondo trasero sin poder evitar morderlo.

— ¡Ay! Abusador. — Mordió el cojín cuando su replica fue callada por dos dedos que no le pidieron permiso para entrar.

Tratando de calmar su ansiedad, Jimin deslizó su mano hacia abajo hasta llegar a su propio miembro. Era claro que lo iba a encontrar duro y palpitante si se sentía que iba a terminar en cualquier momento con esos dedos, que ahora eran tres perforándolo y estimulando constantemente ese lugar que él bien sabía que le hacía perder el control.

Jimin cerró sus dedos alrededor de su falo y comenzó a bombear, justo al ritmo de Nam tratando de controlar los cosquilleos de placer que lo estaban haciendo temblar y arquear su espalda, ya no podía continuar vacío porque esos dedos ya no eran nada en él, el placer lo estaba volviendo loco pero necesitaba sentir a ese hombre dentro.

— Nam... joon... Namjoon...

Este hizo caso a su llamado, tampoco podía seguir aguantando más las ganas de hacerlo suyo. Sacó sus dedos y se acercó una vez más a besar su entrada como si le estuviera pidiendo permiso para lo que iba hacer luego de haberse colocado el preservativo. Introduciendo centímetro a centímetro, aguantando las ganas de entrar de una vez, Nam fue llenando el interior de ese cuerpo ardiente que yacía bajo él. Era exquisito, tibio, podía sentir las paredes de su interior aferrarse a su miembro palpitante, no era posible sentir algo tan delicioso.

Se vio obligado una vez más a detener todos los movimientos, era demasiado para él, desde aquella vez en casa de Jungkook él no había tenido relaciones, apenas se había tocado algunas veces y sentirse dentro de nada más y nada menos que la persona que él amaba lo estaba enloqueciendo.

Jimin se volteó para besarlo e incluso se separó de él, haciendo que se sentara para luego colocarse encima, necesitaba hacerle el amor viéndolo o la cara, necesitaba ver a los ojos de Namjoon, ver sus reacciones y que este lo viera a él mientras se movían como el vaivén de las olas.

— Jimin... — Suplicaba. — Detente... Si no lo haces...

Sus labios se sellaron y aquel que se encontraba arriba se detuvo con una sonrisa viendo como aquellos labios estaban más hinchados que de lo normal. Lo besó nuevamente descendiendo sus labios y su lengua hasta llegar a sus pezones, acariciándolos con sus dientes y luego sometiéndolos a la destreza de su lengua.

— ¡Ah! Para... — Jadeo Nam tomándolo de los cabello y enterrando la cara en su cuello. — Por favor...

Se contemplaban una y otra vez, entre besos, sonrisas y gemidos aún cuando ninguno de los dos se estaba moviendo. El vientre de Nam se encontraba totalmente mojado por el líquido preseminal de Jimin quien suavemente comenzaba a moverse entrelazando sus dedos en el cabello de Nam, abrazándolo fuertemente por el cuelo con la otra.

Las manos de Namjoon que estaban en las caderas de Jimin intentaban marcar el ritmo pero aquel cuerpo no seguía sus órdenes, cambiaba de dirección y ritmo a su antojo.

Los gemidos que ambos dejaban en la boca del otro aún se podían sentir llenando el lugar. Con un fuerte agarre Nam se hundió más en Jimin y ambos comenzaron a moverse desenfrenadamente.

Ay... ¡Ah! — Gritaban ambos a medida que sus orgasmos se hacían presente. Quedaron abrazados en la misma posición sin decir una palabra hasta que se dejaron caer completamente en el sofá y durmiéndose durante algunas horas.

— Necesitamos hablar. — Musitó Nam besando la cabeza de Jimin una vez que ambos se habían despertado. — ¿Qué ha significado esto que ha ocurrido entre nosotros hoy? ¿Estás regresando a mí?

— Nam yo... — Aclaró su garganta antes de contarle todo lo que estaba sucediendo con Suga.

Namjoon se había puesto de pie y pasaba sus manos por la cabeza mientras escuchaba todo lo que Jimin le decía, no podía creer la situación que estaba viviendo. Era como si le hubieran puesto un dulce en la boca y luego se lo hubieran arrebatado sin aviso.

Luego de tener un encuentro tan placentero y que tanto anhelaba, despertar en los brazos de la persona que más amaba y escuchar que en realidad no había roto con su pareja lo hacían tener un sin fin de emociones en su pecho.

No podía evitar sentirse culpable estando con una persona que tenía una relación por más que esta estuviera pausada en un tiempo pedido por uno de ellos. Habían hecho algo que él detestaba porque si ellos no habían terminado entonces eso no dejaba de ser una infidelidad.

Por mucho que lo quisiera no podía aceptar el hecho que después de ser pareja fueran simples amantes, su corazón y mente no se lo permitían. Pensar que habían terminado en parte por sus inseguridades y temor de que estuviera con alguien más mientras que ahora estaba con él, escuchando que tenía aún a otra persona... Lo estaba atormentando. ¿Cómo habían legado a eso? No podía permitir que esa situación continuara así. Quizás era algo hipócrita de su parte que después de todo lo ocurrido se sintiera mal pero Suga o cualquier otra persona no merecía algo así. Todo aquello podía ser algo tóxico y dañino para todos y nada bueno saldría de ahí.

— Yo no quiero tenerte de vez en cuando para hacerte el amor... — Comentaba Nam yendo nuevamente hacía donde estaba Jimin y sentándose a su lado. — Puedo confiar en ti, esperarte toda una vida pero no puedo compartirte con nadie, eso es algo que nunca va a cambiar en mí.

Jimin bajó su cabeza sintiéndose la peor persona que existía en el mundo al haber puesto a Namjoon en esa situación sabiendo todo por lo que habían pasado y el pasado de él. Por hacer algo que Suga no se merecía, tenía que haber sido más valiente, seguro y haber roto definitivamente con él antes de ir a buscar a su antigua pareja.

— Voy a estar aquí, presente... — Alzó suavemente la cabeza de Jimin por su barbilla mientras se la acariciaba con el pulgar. — Estaré siempre apoyándote, pero no pretendas que acepte ser tu amante porque eso lo detesto y lo sabes. Prácticamente sufría de fobia a las infidelidades según el diagnóstico que me dio mi psicólogo.

— ¿Estás yendo a un psicólogo? — Preguntó Jimin sorprendido a lo que Nam asintió con cierta vergüenza.

— No estaba bien mental y emocionalmente... Tal vez no recuerdas pero este tipo de cosas son traumáticas para mí. En estos momentos mi padre se está divorciando nuevamente luego de que su mujer se enterara que estaba siendo infiel, otra familia y relación que se destruye a causa de las infidelidades y engaños. — Suspiró. — Jimin... Así como no quiero que me sean infiel no me voy a permitir ser partícipe de una infidelidad o que nadie lo sea en mi presencia, menos tú, aunque quizás esto signifique que te esté casi lanzando a los brazos de ese hombre. — Le acarició sus mejillas. — Aclara tus cosas y ven a mí pero antes no... Así no puedo estar contigo.

Jimin lo miró con sus ojos cristalizados. No había punto de comparación alguna para Nam, era alguien único y él lo sabía. No es su cama, físico o sus besos, no es el tiempo que compartieron juntos o costumbre, es su alma a la que él amaba con sus virtudes y defectos.

Por ellos, por ese amor tan fuerte y puro que era evidente que se tenían iba hacer las cosas bien. Tenía que primeramente ser sincero con Yoongi por el bien de todos. Le estaba agradecido pero no lo amaba. Si tenía que cuidar y velar por alguien era a él mismo y su integridad tanto moral como mental. Si no le decía se convertiría en alguien despreciable y al final del camino ninguno iba a poder ser feliz.

La relación con Suga no iba a funcionar por muchas cosas y jamás lo iba a tener a él completamente, Nam sufriría por su causa también ya que aún lo amaba y él se deterioraría poco a poco sin poder estar con la persona que realmente amaba por estúpido y no enfrentar las cosas como eran.

— Hoy mismo hablaré con Yoongi, le diré que venga al dormitorio para hablar con él.

— Tú decides lo que deseas hacer, yo te cubriré si sufres alguna caía como siempre lo he hecho. No te preocupes. — Jimin intentó besarlo y abrazarlo pero este se alejó. — Todavía no. Hasta que las cosas no se aclaren solamente seré como un amigo incondicional para ti. Nada más. — Le brindó una pequeña sonrisa mientras le acariciaba el cabello y el otro asintió cabizbajo.

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