Capítulo 45 - Si no soy feliz tú tampoco lo serás

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Esa sensación de no creer la realidad que tienen ante sus ojos por confundirla con un sueño, estar en tierra pero sentirse en el paraíso, sentirse flotando y desear que el tiempo se detenga justo en ese momento, esa era la sensación que embargaba los cuerpos de dos personas que habían perdido de cierta forma las esperanzas de estar juntos.

Como conexión del destino ambos despertaron al mismo tiempo sin embargo permanecieron inmóviles disfrutando del otro sin verse a la cama, solamente entregados a la calidez que sus corazones estaban sintiendo en ese momento en el que todo parecía una fantasía vuelta realidad.

La postura de la cucharita que ambos terminaron optando en la noche, a pesar de acostarse entrelazados era la imagen más tierna de ver a esa hora de la mañana. Jimin se sentía cómodo, seguro y feliz a su lado, despertando con esa respiración en su nuca era algo que había olvidado.

—Buenos días. — Susurró con una sonrisa Namjoon, era imposible que Jimin no esbozara una igual a pesar de que no se giró en ningún momento. — Me encanta que a primera hora de la mañana tengas una sonrisa en tu rostro. — Aspiró el delicioso aroma de esa piel antes de posar sus labios en esa hermosa nuca que tenía delante erizando totalmente al dueño de esta.

— ¿Cómo sabías que estaba despierto y sonriendo? — Lo miró con una sonrisa tan amplia que parecía que sobrepasaría el borde de su rostro luego de voltearse. — ¡Buenos días!

— Si hay algo que conozco bien es tu cuerpo, cuando está tensado, relajado, feliz, excitado, enfermo, conozco cada uno de tus cambios. — Besó su frente. — Hasta tu respiración es diferente, no me fue difícil saberlo.

— ¡Mmm ya! — No era posible ocultar su sonrisa. — Supongo que no puedo engañarte. — Nam negó con su cabeza, dejando ver su hermosa dentadura y camanances en los que Jimin posó su dedo sin dejar de mirarlo.

— Vamos a desayunar, debes tener hambre o mejor dicho, sé que tienes hambre. — Jimin asintió y se levantó siguiéndolo hasta la cocina.

Un Namjoon habilidoso en la cocina era algo digno de ver, algo torpe pero si no lo fuera no sería él. Comparado con el tiempo en el que solían estar juntos y que hasta el agua hervida se le pasara, las habilidades de su pareja habían escalado de una forma sin igual. Jimin sonrió maravillado con el espectáculo que tenía delante, al cual se unió sin poderse contener minutos después, una de las cosas que extrañaba era prepararle el desayuno a su pareja.

— Amor, hay algo que me incomoda desde ayer. — Comentó Jimin mientras tomaba algo de Kimchi del centro de la mesa para mezclarlo con los huevos.

— ¿Qué es eso que te incomoda desde ayer bebé? — Preguntó Nam con cierta preocupación, dejando de comer.

— ¿No crees que fuiste un poco rápido o más bien insensible con Jisoo? No creas que no me gustó que me dieras mi lugar y saber que lo de ustedes definitivamente había terminado porque mentiría si te dijera eso. Pero yo me sentí mal cuando estuve delante de ella, estaba bien terminar eso que tenían si no funcionaba, aún así creo que mi presencia no era necesaria. — Bajó su cabeza, no sabía por qué se sentía tan apenado con la ex pareja de él. — Que una relación se acabe es suficiente dolor para llevar, más cuando se está enamorado como lo está ella, imagínate agregarle ver a tu ex el mismo día de la ruptura con su pareja actual o la persona que le gusta. Estoy seguro que hizo un intento gigantesco por no llorar delante de nosotros, mismos que todas sus palabras hacia nosotros hayan sido positivas.

— Levanta la cabeza por favor. — Nam acarició su rostro para alzarlo. — Entiendo perfectamente lo que me quieres decir, créeme que conozco muy bien el sentimiento pero sentí que nos lo debía a los tres- Además era la mejor forma de dejar claro las cosas, quizás es duro, lo sé, pero de cierta forma nos ayudará a todos a cerrar ese círculo. Mientras más alargamos las cosas más pueden llegara complicarse, la vida da giros imprevistos y nunca se sabe lo que pasará por lo que no quise correr riesgos. No obstante no te preocupes por eso, estoy seguro que lo tomó como la mujer madura que es, una chica fuerte aunque no lo aparente. No te sientas culpable por nada porque aunque fuiste tú quien me ayudó a tomar esa decisión lo nuestro más temprano que tarde acabaría.

Namjoon se inclinó hacia delante y besó a su pareja durante varios segundos. Estaba consciente de que podía sentirse mal, incluso él se sintió incómodo pero no se arrepentía de la decisión tomada en lo absoluto.

...

Felicidad, unidad y amor eran las tres perfectas palabras que describían como los integrantes del grupo Fire se estaban sintiendo. A pesar de los duros entrenamientos, las prácticas de bailes interminables de Jin y las pocas horas de sueño que habían tenido esa semana todos se sentían así.

La despedida del hermano de Kook había sido pospuesta debido a que no se regresarían a los Estados Unidos hasta que no pasara la navidad a petición de sus hijos por lo que ellos no quisieron desperdiciar los dos días que le habían ya dado, preparando una excursión sorpresa para los seis.

Cada pareja iba en un auto, ya que la escapada era también romántica todo el mundo quería tener su propio espacio, mismo si se alojarían en el mismo apartamento, optaron por hacer el corto recorrido de Seúl a Incheon con privacidad. Solamente se tardaron una hora para para llegar a su destino, Muuido. Una isla que se encuentra situada al sur de la Isla de Yongyu, un lugar tranquilo donde podían estar juntos, cerca de la ciudad en caso de algún inconveniente.

— Te veo extremadamente emocionado y eso me gusta. — Jin podía ver la cara de felicidad de su pareja.

— No me mires fijamente y pon tus ojos en la carretera que nos vamos a accidentar y mañana en las noticias veremos el titular de "Estrellas estrelladas." — Bufó — Claro que estoy emocionado es el primer viaje de parejas en el que participo y porque la boda de Tae y Kook no cuenta.

— No sé como puedes bromear con esas cosas, sin embargo eso me gusta de ti que hasta el día más negro brilla contigo.

— ¡Tengo al novio más cursi y hermoso de todos! — Exclamó Hoseok alzando sus manos. — Creo que te mereces un beso.

— No me beses para que las estrellas no se estrellen. — Exclamó en tono sarcástico. — Por cierto... ¿Le has dicho a Taehyung o a Jimin que Min Yoongi te contactó para hablar con ellos?

— Ya ellos cortaron sus vínculos con él no tiene caso, además no creo que sea importante lo que tiene que decirle. Si ellos decidieron bloquear su número incluso después de cambiar sus número por algo ha de haber sido. Yo no pienso decirles nada y menos a Jimin que recién volvió con Namjoon, lo que no sirve en sus vidas que no estorbe. — Replicó su pareja algo molesto, si por él fuera la existencia de Yoongi y Kai las hubiera borrado de la faz de la tierra.

— No quiero llevarte la contraria Seokie pero deberías al menos comentarle a Taehyung. — Hoseok lo miró serio y él entendió que era hora de zanjar ese tema. — De acuerdo, no tienes que asesinarme con la mirada, ya no diré nada más con respecto a eso. No quiero dañar este viaje.

Todos conversaban juntos en el transbordador que los llevaría a su destino, era increíblemente frío con la brisa del mar que azotaba en ese frío diciembre. Por un momento pensaron que ese lugar había sido la peor decisión pero la felicidad de estar en un viaje con sus amigos y pareja era más fuerte. Condujeron con cuidado cuando descendieron con sus autos del ferri ya que increíblemente la cantidad de nieve allí era mayor que en la ciudad, la distancia no era larga pero el cambio era notable.

— ¡Llegamos a nuestra guarida! — Exclamó Hoseok nada más entrar en el lugar donde se hospedarían.

— Dejemos el equipaje en nuestras habitaciones y apresurémonos para poder ver el atardecer juntos. — Decía Taehyung cuando Jungkook lo tiró del bolsillo de sus jeans para besarlo.

— Busquen rápidamente su cuarto porque creo que lo necesitarán más. No hace ni cinco minutos que estamos aquí adentro y ya andan de pegajosos. — Rió Jimin mirando a la pareja, rodeado por los brazos de su novio. — Quiero hacerles competencia. ¿Qué te parece mi amor?

— Todos ustedes realmente no tienen vergüenza delante de los demás. — Sacudía Jin su cabeza. — No deberían ha-

Fue interrumpido por un beso de Hoseok y unas manos traviesas que lo sujetaron fuertemente de su trasero. Todos se voltearon a verlos riendo.

— Lo siento mi amor pero no nos podemos quedar atrás con las muestras de cariño delante de todos estos calenturientos amorosos. — Al mirar a Jin tuvo que romper en carcajadas, no estaba sonrojado, más bien parecía un arándano rojo paralizado en el aire. — Mi amor quita esa cara, ya sé que no nos damos cariño en público pero hay que ensañarles a los novatos como se hace.

— ¡Miren quien habla de novato! Mira y aprende que tú conociste ayer el mundo de las relaciones. — Exclamó Namjoon cargando a Jimin quien le siguió la corriente rodeándolo con sus piernas fundiéndose en un apasionado beso.

— A partir de aquí es contenido adulto, no apto para menores porque contiene sexo, violencia y lenguaje adulto. — Bufó Jungkook riendo de ver como Hoseok fingía una rabia acompañada de una risa tratando de cargar también a Jin pero terminaron cayendo al sofá haciendo que todos rieran.

La estrepitosa caída ayudó a que los chicos retomaran sus planes una vez que se cansaron de reírse. Cada uno escogió el cuarto de su preferencia y volvieron a salir en los autos para ver la puesta del sol al final de una carretera que se encontraba en construcción y daba justo al mar, un sitio en el que no había nadie más que ellos seis.

La temperatura estaba baja, tanto, los alientos estaban condensados, se divertían con cosas tan sencillas como expulsándolos che sus cuerpos y ver esa humo que salía de sus bocas. Era una maravilla admirar semejante puesta de sol, en contraste con el mar y la nieve que cubría la arena, simulando ser polvo de diamante.

Fueron niños por un rato que se divertían haciendo y tirando bolas de nieve, una guerra simulada de parejas en la que el matrimonio quedó victorioso. Fueron poetas que recitaban sus más sinceros pensamientos y sentimientos a la persona que tenían a su lado.

— Todo está hermoso chicos pero tengo todo congelado, al punto que dudo poder usar algo de mi cuerpo esta noche. — Bufó Hoseok cuando el frío se le empezó a ser insoportable.— Creo que es hora de volver ya para la casa.

— ¡Yo lo apoyo! — Gritó Tae desde donde se encontraba abrazado con su pareja, ambos caminaron lentamente hasta que se unieron al grupo. — Se les van a caer los labios.

— Lo dice el que casi se devora a su esposo a la vista de todos, porque desde aquí podíamos sentir los gemidos de Kookie, al menos nuestros besos son más decentes. — Se defendió Jimin abrazando más a su novio.

— Yo creo que ese fue el volumen más bajo que podrás escuchar hoy, llámalo intuición pero algo me dice que en la noche habrá que usar audífonos en el apartamento. — Bromeó el líder separando a Namjoon y Jimin.

— ¿Tienen que terminar siempre hablando de esos temas? ¿Dónde quedaron las conversaciones interesantes que estábamos teniendo? — Reclamó Jin incómodo.

—Estamos lastimando la inocencia y sentimientos del niño chicos, paremos ya. — Se burló Nam con cierto pesar al ver la carita que puso Jin como si estuviera molesto pero con un puchero que no se le podía tomar en serio. — Ven mi amor, cuidado con el escalón.

...

"Buenos días Jung Hoseok, necesito hablar con Taehyung urgentemente. Sé que estás ignorando mis mensajes pero es necesario. - Yoongi"

Min Yoongi volvía a enviarle un mensaje al líder de Fire sabiendo que no tomaría sus llamadas, llevaba una semana intentando comunicarse con ellos sin éxito. Tenía que ayudar a su amigo, advertirle, tenía que hacer algo pero ni siquiera había podido ver a Kai."

"Kai vamos hablar por favor, ven a mi casa. Escríbeme cuando llegues a Corea. - Suga"

Necesitaba confirmar lo que le dijeron y para eso necesitaba hablar con Kai. Quería contarle y preguntarle a quien un día fue su amigo si había alguna posibilidad de que los comentarios fueran cierto, advertirle de ser así pero no podía comunicarse con él, tampoco con Jimin, se estaba volviendo loco. No quería recurrir a medidas drásticas pero si todo continuaba así tendría que hacer uso de su nombre y posición para lograr frenar todo eso.

"Recién estoy aterrizando. Estoy algo cansado pero di deseas verme estaré en mi casa, puedes adelantarte, el nuevo código es 19930319, besos. - Jong."

La vibración de su móvil hizo que Suga dejara de beber su leche para ver quién le había escrito. Finalmente alguien en medio de todo ese meollo le respondía, vio el código de la casa de Kai y cerró sus ojos soltando un profundo suspiro. ¿Cómo podía ser que por un lado pudiera llegar hacer ese tipo de cosas infantiles y cursi como poner su fecha de nacimiento como contraseña y por otro lado ser un total hijo de perra? ¿Cómo podía él tener sentimientos por alguien tan tóxico?

— Señora Choi, avísele al señor Kim que estaremos saliendo en cinco minutos. — La empleada asintió y se alejó rápidamente.

No quería darle más vueltas al asunto, debía apresurarse a casa de Kai, tenía que aclarar todo, tenían que haberle mentido, con todos sus defectos no lo creía capaz de hacer algo tan bajo como eso. Tomó su abrigo, móvil, cartera y salió, deseando en el fondo de su corazón que todo lo que le habían dicho fuera mentira.

Cuando llegó al apartamento del susodicho meditó varios segundos antes de introducir los dígitos que abrirían su puerta. Por alguna razón no quería abrirla, miraba el display negro y la tecla de activación como si los estuviera descubriendo por primera vez. Definitivamente no quería decepcionarse aún más de Kai, habían estado bien durante todo ese tiempo, volver a caer en ese pozo era algo que no deseaba. Decidió no pensar más en ello y entrar.

Su pareja aún no había llegado, todo estaba completamente a oscuras, justo como lo dejaron antes de que este marchara hacia Japón. Encendió la luz para buscar el mando que abría las ventanas, encontrándolo en la mesita de la sala, justo al lado de la foto de ellos dos tomada hacía unos seis meses en el día del cumpleaños de Kai. Abrió las ventanas, quitándose el abrigo para ponerse cómo y esperar al dueño del piso.

Chequeó nuevamente su celular pero no tenía mensaje alguno, tampoco llamadas. Se estaba enloqueciendo con la incertidumbre que tenía en su pecho y lo peor era que aunque quería creer con todas sus fuerzas que su pareja no sería capaz de algo tan bajo, él sabía que Kai era alguien impredecible y que cuando creías que no podía sorprenderte más te probaba cuan equivocado estabas.

Sin embargo no iba condenarlo hasta estar seguro, quería darle el beneficio de la duda una vez más aunque sabía que se podía arrepentir de ello. Caminó descalzo hasta la habitación en busca de un par de medias, el suelo estaba frío a pesar de la calefacción del mismo y las necesitaba con urgencia. Abrió la gaveta donde sabía que guardaba sus medias y tomó un par, se disponía a cerrar cuando vio en la esquina de esta un iPad con un forro algo siniestro la verdad.

No pudo aguantar la curiosidad y lo tomó, era mejor si despejaba un poco su mente mientras jugaba con este y esperaba. Se sentó a la cama para conectarlo en la corriente y jugar cómodamente sin preocupación pero este no tenía ninguna aplicación más allá de una rara aplicación con números en ella, WeChat y las aplicaciones originales del dispositivo. Era aburrido, para qué quería otro iPad sino lo utilizaría.

Fisgoneó un poco más, sin interés especial alguno abriendo todas las aplicaciones que conocía, una de ellas que era la desconocida para él, Hushed le pareció algo extraña, ¿para qué necesitaba Kai una aplicación que creara números telefónicos virtuales? Una extraña sensación lo recorrió al verla pero la ignoró, la pudo haber descargado buscando algo diferente y la dejó ahí, solía pasar.

Cerró todas las ventanas y aplicaciones que tenían abierta y entró a WeChat, solamente habían dos conversaciones la última era con alguien con el que se iba encontrar para darle algo una vez que lo pensara bien y la otra era con Jungkook.

Palideció, sintiendo una ira que iba creciendo cuando vio aquella conversación. No podía creerlo, salió de ahí para entrar a la galería y su corazón se vino al piso al ver todas las imágenes y videos que él tenía ahí. No le habían mentido, esa era una prueba de ello.

— ¡Ya llegué! — Sintió desde la habitación. Kai finalmente había llegado, justo en el momento en el que casi todas sus preguntas tenían respuesta. — ¿Mi amor estás en el cuarto?

Kai se asomó en la habitación con una gran sonrisa. Había estado deseando regresar a Corea lo antes posible para estar con Yoongi, saberlo en su casa lo tenía feliz. Por muy increíble que pareciera no había nadie más en su vida, desde volvió a estar con él hacía dos años atrás en el evento de los Jeon, no había estado con nadie más que no fuera Suga y quería seguir así. Estaba feliz y sonriente pero su sonrisa se esfumó cuando vio a su pareja sosteniendo el iPad sentado en el cama.

— ¿Qué haces pequeño? — Preguntó dubitativo sin saber exactamente qué debía decir.

Suga lo miró algunos segundos sin decir nada, volvió a desbloquear el dispositivo que se encontraba en sus manos y le mostró el video que se estaba reproduciendo.

— ¿Qué haces con estas fotos y grabaciones? ¿Qué piensas hacer con ellas? — Preguntó con un tono bajo, poco audible pero claro a su vez. — ¿Qué demonios- suspiró- haces con esto Kim Jong In? — Gritó la una parte de su pregunta.

— Déjame explicarte corazón. Yo- — No pudo hablar luego de sentir como su mandíbula sufría el impacto de su puño.

Lo observó sorprendido pero no dijo nada, aún cuando Suga lo agarraba por su camisa y le mostraba todo lo que él ya sabía que tenía ahí guardado.

— Siempre he querido creer en ti, darte una oportunidad pero cada vez me decepcionas más. ¿Cómo es posible que puedas caer tan bajo? Extorsionando a Jungkook con fotos de Taehyung, hablando con alguien más para entregarle sus fotos... Esas son cosas de un ser despreciable Kai. ¿Hasta cuándo te comportarás como un imbécil? No te quedes callado mirándome como idiota.

— No me voy a disculpar por eso. Yo no busco volver ni estar con Jungkook, él no es para mí y sabes perfectamente que te amo, que no he estado desde que volvimos ni pienso estar con nadie más que contigo pero mi historia con Taehyung es algo personal. Él me trató como basura, aún se burla de mí, poniendo a todos en mi contra sin dejarme ser feliz.

— ¿Te estás escuchando? Nadie más troncha tu felicidad más que tu mismo porque no puedes tener nada o cuidar a los que están a tu alrededor porque solamente haces daño. Te comportas como un zoquete sin escrúpulos. ¿No has pensado en ir a un psicólogo? Porque estoy seguro que tu comportamiento no es normal. Esas son cosas de un psicópata desquiciado.

— ¡Cállate! — Gritó Kai tomándolo del cuello sosteniendo su puño a pocos centímetros de su cara. — Tú... No me llames así. — Dejó caer su mano, soltó su cuello y lo abrazó pero Suga lo empujó.

— Te he dado millones de oportunidades pero de una forma u otra siempre jodes todo.

— Te prometí que serías la única persona en mi vida y así lo he hecho porque no quiero a nadie más que a ti a mi lado. ¿Qué te importa lo que yo pueda decir o tener de Taehyung? Ustedes ya ni siquiera son amigos.

— Por tu culpa imbécil. Por tu culpa él se alejó de mí y por la mía también por ser un crédulo, influenciable y estúpido contigo. Destruyes todo a tu paso sin importarte nada. ¿Cómo vas a mandarle esas fotos a su pareja? Claro que me importa que mi pareja sea un ser tan despreciable que es capaz de cometer semejantes actos repugnantes.

Suga se había dejado caer nuevamente en la cama pensando, dándole vueltas en su mente todo lo que le habían dicho de Kai, realmente no le importaba pasar por encima de nadie y quería romper la relación de él con Jungkook.

— Estoy cansado de esto. — Musitó Yoongi. — Estoy cansado de toda esta mierda tóxica contigo.

— ¿A dónde vas? — Kai tiró de su brazo cuando este se dirigía a salir por la puerta de su cuarto. — No te vayas por favor. Sabes que he cambiado y mejorado por ti.

— Creo que ese es el problema, que has cambiado por mí pero no has querido cambiar realmente Kai. Yo no pienso estar con alguien que no se tienta el corazón para lastimas a las personas de esa manera.

Quitó su mano y caminó hacia la salida del departamento, deteniéndose solamente para ponerse sus zapatos y abrigo. Escuchaba los sollozos de Kai pero no podía entender ni pasarle la mano a su comportamiento, así Taehyung fuera un completo desconocido, lo que él estaba haciendo estaba mal en todos los sentidos.

— Pequeño... — Kai se aferró a la pierna de Yoongi cuando este iba a salir. — No te vayas por favor, no me dejes solo nuevamente, no quiero estar sin ti, te prometo que borraré todas esas fotos pero quédate.

— ¡Suéltame! — Lo miró en el suelo con unos estúpidos deseos de abrazarlo pero no lo haría. — Adiós Jong In.

Kai se quedó llorando en el suelo viendo partir a Yoongi, una vez más lo estaban dejando, por culpa de Taehyung. Perdía todo lo que quería por culpa de ese idiota. — ¡Maldito Kim Taehyung, me las vas a pagar! — Gritó con todas sus fuerzas tirado en aquel lugar. Si él perdía a Min Yoongi que era toda su vida, él también perdería la suya, poco a poco, se iba a encargar de hacerlo sufrir aunque en ello se le fuera la vida. Su mirada era tenebrosa, su labio superior curvado hacia arriba, la respiración de un animal rabioso entrecortada con sus últimos sollozos y dos puños que presionaban contra el piso mientras miraba su puerta.   – ¡Si no soy feliz tú tampoco lo serás! ¡Eso te lo juro Kim Taehyung!

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