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El mayor se hizo distante nuevamente de su hermano, lo evitaba, y lo que más le dolía era que su hermano no le importara. Mientras estaba en su habitación, el menor estaba decidiendo qué ropa ponerse para ir a la casa de Taehyung, quien lo había invitado a jugar con un videojuego y le había pedido que se vistiera bien para tomar algunas fotos.

Dejó la puerta entreabierta por el calor, y el mayor, al pasar por la habitación, se detuvo al ver cómo miraba la ropa. Frunció el ceño y entró, asustando al menor.

—¿Qué haces? —preguntó en tono serio.

—Veo qué ponerme. —respondió el menor. —Debo verme lindo.

—¿Para quién? —preguntó molesto el mayor.

—No es tu asunto. —dijo el menor, eligiendo la ropa. —Y haz el favor de salir de mi habitación.

—¿Para qué? Si ya te he visto todo. —sonrió el mayor.

—¿Qué quieres? —preguntó el menor.

—Solo pasé y te vi. —dijo el mayor. —Además, no tienes permiso para salir.

—¿Y quién lo dice? —preguntó el menor. —¿Tú?

—Como tu mayor, sí. —dijo el mayor. —Así que cancela esos planes porque no vas a salir.

—Tú no me mandas. —respondió el menor.

El mayor le dio un golpe al menor, haciéndole sangrar la nariz. El menor cayó al suelo, con lágrimas en los ojos. El mayor lo agarró con fuerza mientras él lloraba.

—Solo eres una puta. —dijo el mayor.—Una maldita puta.

—Y tú, un enfermo. —respondió el menor. —Un maldito enfermo.

El mayor lo volvió a tirar al suelo y cerró la puerta con seguro antes de regresar. Jimin estaba asustado, y lo último que recordó fue un fuerte golpe en su rostro.

***

—Jimin. —dijo un chico. —¿Qué ocurre?

—¿Puedes venir a mi casa? —preguntó Jimin con la voz quebradiza.

—Claro. —respondió el pelinegro.

El pelinegro colgó y guardó su celular, mirando a la rubia, quien también lo observaba al notar la acción del menor.

—Jungkook. —dijo la rubia.

—Jimin quiere que vaya a su casa. —dijo Jungkook. —Se escuchaba mal.

—Te llevaré. —dijo la rubia. —Vamos.

El pelinegro asintió. Al llegar a la casa de Jimin, le agradeció a la rubia y tocó la puerta, que fue abierta por el otro castaño. El pelinegro entró y vio a su mayor en el sofá, llorando y con algunos golpes. Se acercó y lo abrazó.

—Hyung. —dijo Jungkook.

—Kookie, tengo miedo. —lloraba Jimin.

—¿Qué pasó? —preguntó Jungkook. —¿Por qué estás lastimado?

—El tipo volvió. —dijo Jimin mientras se sentaba al lado de su primo. —Lo volvió a lastimar.

—¿Pero cómo? —preguntó Jungkook. —Jimin, si sabes quién es, debes denunciarlo, no puedes dejar que siga haciéndote esto.

Jimin negó mientras seguía llorando, temeroso. Jungkook lo abrazó. Cuando el mayor se calmó, se alejó y miró a Jungkook.

—No le digan a nadie. —dijo Jimin. —Por favor.

—Jimin, no puedo hacer eso. —negó Jungkook.

—Jungkook tiene razón. —dijo la rubia.

—Él me amenazó. —dijo Jimin. —Sabe de ti, Kookie y me dijo que si llegaba a decir algo, tú serías el próximo, tengo miedo de que te haga daño.

—Jimin. —dijo Jungkook. —Está bien guardaré silencio, pero júrame que si vuelve a pasar, me dirás a mí o a Taehyung.

—Lo juro. —dijo Jimin.

Jungkook se levantó y preparó té para el mayor, luego comenzó a curar sus heridas. La rubia, mientras tanto, llamó a Taehyung para molestarlo y hacerlo sentir culpable.

—¿Qué quieres, Taehyung? —preguntó molesto Jimin.

—Por tu culpa, tendré que buscar a otro primo para hablar en mi exposición. —dijo Taehyung.

—¿De qué mierdas hablas? —preguntó Jimin.

—Tenía una exposición sobre quién es mi mejor amigo y a quién admiro. —respondió Taehyung. —Jimin iba a ser y le pedí que se vistiera bonito para el video y fotos que iba a tomar y ahora está lastimado por tu culpa.

—¿Dices que él no se iba a ver con nadie? —dijo Yoongi.

—Sabes que Jimin es muy torpe y tímido en cuanto a hablar con chicas y chicos. —dijo Taehyung. —En serio, hoy sí lo arruinaste, primo.

Cuando el otro iba a responder, Taehyung colgó. Volvió a la sala y vio al castaño dormido en el sofá mientras el menor guardaba algunas cosas en el botiquín. Se levantó y se acercó al pelinegro.

—¿Qué pasó? —preguntó el castaño.

—Le di un calmante. —dijo Jungkook. —Para que pudiera dormir, ya que estaba muy alterado.

—¿Dónde lo encontraste? —preguntó el castaño, acercándose a Jungkook.

—En el botiquín. —respondió Jungkook. —El papá de Jimin es doctor en el hospital Central de Seúl, por eso tiene cosas de emergencia en casa.

—Ya veo. —asintió el castaño—¿Y tú cómo sabes de medicina?

—Nayeon nonna es doctora; ella me ha enseñado un par de cosas. —sonrió Jungkook. —Más que todo lo básico, saber para qué sirve cada pastilla, suturar una herida y poner inyecciones.

—Vaya, serás un buen doctor. —dijo el castaño.

—¿Lo crees? —sonrió Jungkook.

—Así es. —dijo el castaño. —Ayudaste a Jimin.

—Es mi mejor amigo y lo aprecio mucho. —dijo Jungkook. —Él me ayudó a dejar de ser tímido; además, ambos venimos de Busán.

—¿Busán? —preguntó el castaño.

—Sí. —respondió Jungkook. —El acento de Jimin lo delata así como sé que tú vienes de Daegu.

—Mi madre era de ahí. —dijo el castaño. —Mis hermanos dicen que vivimos un tiempo allí hasta que ella murió y papá se mudó aquí por Jisoo.

—Yo vine aquí porque Seúl era el único lugar que podía darle el tratamiento adecuado para el cáncer a mi mamá. —dijo Jungkook. —Mi tío, que ahora es mi papá, se encargó de los gastos de mi mamá. A él le debo mucho.

—Se nota que lo quieres. —sonrió el castaño. —Es lindo ese amor sincero.

—Es por eso que trato de ser su mejor orgullo. —dijo Jungkook. —Él dijo que me pagará la carrera que elija.

—¿Y cuál es? —preguntó el castaño.

—Creo que doctor. —dijo Jungkook. —Aunque sé que es muy cara, trataré de dar lo mejor para conseguir una beca.

Taehyung sonrió al escuchar al menor. Era tan lindo, se preocupaba mucho por Jimin, un lindo cisne que aún no había emergido.

—Sé que lo vas a lograr. —sonrió Taehyung al menor.

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