Capítulo 16

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Desde entonces Hoseok ha estado cuidando mucho del hibrido, trata de animarlo con videojuegos, salidas, citas, películas, y sobretodo con comida. Ya que el híbrido ama mucho disfrutar en su paladar el sabor de cada comida.

También ha estado comprando papitas y galletas para que el muchacho pueda descansar en casa y estar chuchuluqueando cada que se le antoje pero esta vez fue un poco diferente.

Hoseok había llegado del trabajo de medio tiempo en el que estaba, le dieron la oportunidad de irse más temprano así que decidió descansar en su casa y pensaba ver alguna película o serie sentado en el sofá junto a Taehyung.

Sin embargo, en cuanto cruzo el umbral de la puerta y levantó la mirada sintió como sus vellos se habían comenzado a erizar, la sensación de sofoco y las ganas de llorar con los ojos abiertos de par en par hacia un punto fijo en una de l as esquinitas del suelo.

Una cucaracha voladora estaba ahí, ni muy grande ni muy pequeña, cinco centímetros.

Trató de mantener la calma porque sabía en el fondo que era Taehyung y que seguro este no sé había percatado de su llegada, pero no podía.

Sentía que en cualquier momento se caería debido al temblor de sus piernas. Cerró sus ojos tratando de calmar su respiración,  hasta que escuchó un pequeño crujido.

Dejó pasar unos segundos más en silencio y escuchó otro crujido. Curioso y generoso abrió los ojos y trató de prestar más atención en lo que hacía aquel insecto que en el mismo.

El híbrido estaba comiendo y masticando un cheeto, que al parecer sacó de una de las bolsas de papitas que estaba en el suelo. Fue extraño, escuchar y ver cómo comía plácidamente uno de sus snacks favoritos.

—Al parecer debería de acostumbrarme un poco de ahora en adelante... al fin de cuentas no haces nada malo.

Murmuró el chico pelirrojo.

Aún con su miedo presente decidió acercarse y sentarse con los pies cruzados enfrente del insecto, y con mucho cuidado y su dedo tembloroso acarició el lomo del pequeño.

—Parece que incluso en tu forma animal sigues dando un poco de ternura... asco y miedo... pero también ternura al fin y al cabo.

Y en sus labios se formó una pequeña sonrisa ladeada.

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