LXIII

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MARATÓN 1/5

La oscuridad de la noche ha llegado a hacerse dueña del día. La imponente luna ya se ha hecho espacio en el infinito cielo, y sus esclavas, o al menos así les denomina a las estrellas, le rodean, iluminando aún más la noche. Al menos eso es lo que observa desde la ventana de su cabaña, donde se encuentra en medio de una profunda soledad. Cada vez empieza a aburrirse más y más de esperar, pues es algo a lo que no aún no se acostumbra. Siempre que quiere algo, lo consigue de inmediato, por más imposible que parezca, y es por eso que ya se está cansando de tanta demora.

Quiere acabar con todo esto cuanto antes, terminarlo de una vez por todas, pero teme que no todo salga a como lo ha planeado. Aunque sabe que, pase lo que pase, siempre saldrá con la victoria, no quiere que sea una común y corriente como las demás que ha tenido, quiere que esta sea especial. Su querido Blood no es como los otros a los que ha asesinado. Él es especial. Su corazón no es como el de cualquiera. Es un delicioso manjar porque el que ha estado esperando cuatro largos años, y teme aún no tener la preparación suficiente para enfrentarse a él.

Ha visto la evolución que el chico ha tenido; por ende, quiere intentar nuevas tácticas de asesinato con las cuales sorprender a su futura víctima y dejarle una buena impresión, y es por eso que practica las maneras de matar que se le vienen a la mente con otras personas, para ya luego llegar ante él con la máxima destreza y sorprenderlo con sus habilidades. A veces le da nerviosismo el primer encuentro que tendrá con el vampiro frente a frente, claro, ya sabiendo que fue quien asesinó a sus padres, porque se han visto muchísimas veces hasta ahora.

Le cuesta ocultar la risa al ver lo idiotas que son todos los humanos por no enterarse de su verdadera identidad cuando está junto a ellos, pero también se le dificulta contener la tentación que siente cuando los tiene cerca, especialmente con Blood. A veces se le vuelve casi imposible estar cerca de él, pero es justo y necesario que lo haga. De alguna manera tiene que hacerle creer que es una persona común y corriente, y sólo puede lograrlo teniendo contacto con él a diario.

Participa en las conversaciones de todos los estudiantes en las que dicen tener miedo del supuesto asesino que anda rondando por la Universidad Medical Mörder, y a veces ha pensado en viajar a Hollywood para conseguir un papel de actuación, porque su manera de mentir y demostrar pánico ante lo que sucede, engañando a lo demás, es increíble, pero luego se le pasa. Piensa que no ha nacido para ello, sino para cometer asesinatos. La luna se entristecería si no le volviera a ver asesinando, pues ya debe de estar acostumbrada a presenciar el espectáculo que le muestra cada noche.

Se aparta de la ventana y se pone de pie bruscamente para ir en busca de un abrigo que le oculte su identidad al máximo. Estar pensando en sangre, asesinatos y especialmente en Blood le ha traído unas ansias tremendas, por lo que decide salir de su cabaña por un rato. Le urge estar al aire libre por un momento, ya que siente que perderá la poca cordura que le queda si no lo hace.

Se encuentra caminando por el bosque. Necesita pensar muy bien en lo que hará pronto, ya que a veces se frustra de pasar siempre entre las cuatro paredes de su pequeña cabaña, y no le hace mal salir a dar un pequeño paseo de vez en cuando a estas horas, donde la tranquilidad y el silencio reinan junto a la oscuridad, además de que es difícil que alguien le vea, ya que podría causar sospechas caminando a estas horas de la noche por un lugar tan oscuro, porque que la mayoría del personal de la universidad y estudiantes se encuentran en sus respectivos dormitorios.

Con cada paso que da, los pequeños e inútiles animales del bosque corren con temor de tan sólo mirarle. Aquello le genera una excitación tremenda que le brinda además un aire de grandeza y superioridad. Se siente con más poder al ver como los demás le temen, y eso es lo que más disfruta de ver cuando asesina a algún humano, en pensar el rostro que pondrá. Algunos se sorprenderán al descubrir su verdadera identidad cuando los asesine, ya que es algo que jamás hubiesen imaginado de su persona, más a como lo es por ahora en la universidad, y esa es otra de las tantas cosas que ya desea ver cuando se enfrente a su querido Blood. Muchas noches ha soñado con ese día tan anhelado, e incluso ha imaginado el rostro que pondrá su presa favorita, lo que hace que su tranquilidad se altere y le lleva a la ansiedad sangrienta.

Cree que todos en la universidad por ahora están desconfiando más de otras personas que de quien es en realidad el ser causante de todo, lo cual le fascina, pero siente que tal vez algunos ya lo estén sospechando en sus mentes y no quieran decirle a nadie, pero por ahora no ve indicios de ello, así que cree que no tiene de qué preocuparse todavía, pero si llega a enterarse de que alguien inicia a comentarle sus sospechas a los demás, tan sólo lo asesinará para silenciarlo y fin al problema, ya que nadie se dará cuenta. Si hay algo que hace muy es eso, guardar secretos. Las técnicas que utiliza para manipular a las personas le han funcionado perfectamente hasta ahora, y por suerte no ha cometido ningún fallo que le delate, lo que significa que va por un gran camino.

Las ráfagas de viento repentinas que aparecen de a ratos, guiadas por las hojas de los árboles, hacen que su cabellera se desacomode un poco, lo cual le molesta. No le gusta que nadie le toque ni le diga qué hacer, por lo que empieza a discutir un momento con el viento, reclamándole por usurpar su espacio, pero eso es hasta que una sensación que ingresa a su cuerpo le hace darse cuenta de que está perdiendo el tiempo en estupideces innecesarias cuando tiene al frente la ventana de la habitación de su amado y deseado, del que le hace vivir en esas noches de angustia en las cuales hace un gran esfuerzo por no buscarlo para ingerir su delicioso y rojo corazón. 

Está frente al dormitorio de Blood, y eso no es lo mejor, ya que, como si su víctima estuviese esperando su llegada, se encuentra sentado con un escritorio junto a la gran ventana a través de la cual lo admira. En varias ocasiones ha estado cerca de él y ha podido respirar su aroma, el olor de su corazón, pero se ha tenido que resistir y actuar con normalidad, y eso ya le está empezando a costar demasiado.

Lo mira por un momento, observando cada detalle de su rostro, que es lo que más tiene a su disposición para mirar. Él le recuerda tanto a James Blood, su padre. Es físicamente idéntico. Ese cabello negro como la noche, esa piel blanca como la nieve y esos ojos azules como el mar que esconden una mirada a través de la cual puede identificar un sinfín de emociones, aunque la mayoría de tristeza, claro está, destacan como grandes similitudes, además de la valentía que muestra, algo que era característico en su progenitor.

Y es ahí cuando pierde la noción de todo. No comprende cómo alguien puede descontrolarle tanto que cuando está junto a él olvida todo por completo, y debido a ello comete un gran error, el primero después de tanto tiempo. Provoca un ruido con el arbusto tras el que se está escondiendo, y por ende, la mirada fija de su amado y deseado se fija sobre su ser. Se emociona por un momento de verle frente a frente. Se imagina un panorama inigualable. La oscuridad iluminada por la brillante luz de la luna, el silencio y la tranquilidad, el bosque... Todo es perfecto. Está claro que si él baja y le descubre, es un escenario inmejorable para acabar con esto de una vez por todas, terminar con sus ansiadas ganas de devorarle esa delicia de corazón que ha de tener, como lo hizo con sus padres, pero se lo piensa dos veces antes de hacerlo.

Sabe que su querido Blood es inteligente, y ha de estar preparado para todo, pues ha tenido señales que así se lo indican, pero eso parece no importarle, ya que cuando la sed sangrienta ataca, no hay nada que se pueda hacer para evitarla.

¡Hola! Como pudieron ver al inicio, éste es el primer capítulo de una maratón de cinco capítulos en total :)
Esto es para celebrar los treinta mil lectores. Aún no llegamos :c, pero no quiero hacerlos esperar más jajaja, ya quiero que lean los capítulos que tengo escritos (que por cierto son más) pero iremos por partes para no atragantarlos.

Pensé en publicarlos todos el mismo día, pero no creo que tengan el tiempo necesario para leerlos en un solo día, así que los subiré por cinco días seguidos. Un capítulo cada día.

En fin, espero que lo hayan disfrutado. En el próximo capítulo se hará un descubrimiento importante, así que espérenlo...

NOTA: El padre de Keyland anteriormente se llamaba David Blood, por si alguien lo recuerda cuando leyó el prólogo, pero he decidido cambiarle el nombre.

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