What if...? NamSeok, Parte uno.

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Advertencias: esto es un what if...? comisionado por Faaaaaaaa7, ¡gracias por la confianza y paciencia!

Antes de seguir con la lectura, esto se ambientaría en el final del capítulo 4, NO OBSTANTE, como busca irse por otro camino, donde el YoonSeok no termina juntos, las personalidades están por fuera del canon de la historia. 

Presencia de infidelidad.

Esto, como dice el título, es un What If, por lo tanto, NO ES CANON. Queda en ustedes si leerlo o no (son dos capítulos), así que proceden bajo su responsabilidad.

🌸

―¿Cómo va todo con Yoongi? ―preguntó Namjoon.

―Igual que siempre ―suspiró Hoseok, removiendo el cóctel frutal con el pequeño palillo―, trabajando y trabajando ―le miró de reojo―. ¿Puedo contarte algo? Pero no aquí.

―Claro ―Namjoon miró a su alrededor―. ¿Vamos a la terraza?

Hoseok asintió y le siguió a través de la multitud de personas. Los susurros parecieron aumentar con cada paso que daba.

―¿Lo viste con ese alfa?

―Qué puta, engañando a Yoongi a la cara.

―Tan inocente que se ve y es una gran zorra por dentro.

Los ignoró, los empujó hacia abajo, los deslizó por el suelo, fingiendo que no le hacían daño.

Mientras caminaba, buscó a Yoongi a su alrededor, y lo vio conversando con otros alfas y omegas, encendiendo un puro. A su lado, Suran le ayudó con el encendedor, inclinándose contra él, y ambos se rieron como si hubieran compartido una buena broma.

El lugar tenía cuatro terrazas que daban hacia las piscinas y el resto de la parcela. Para su propia fortuna, llegaron a una vacía, y Namjoon sacó un cigarrillo para encenderlo. Se lo ofreció a Hoseok, pero el omega lo rechazó con amabilidad.

Qué fortuna que ese día no estuviera lloviendo, a pesar de ser inicios del invierno. Probablemente en enero empezaría a nevar.

Miró a Namjoon.

―Estoy embarazado ―le dijo, y Namjoon enarcó una ceja―, y Yoongi no lo sabe.

Namjoon se tomó su tiempo para responder: dio una calada y exhaló el humo, que se esfumó con rapidez en el frío aire invernal. Desde el interior de la enorme casa salían las risas, conversaciones, la suave música. A pesar de que los separara un ventanal, Hoseok seguía sintiendo los ojos puestos en él.

―¿Por qué no lo sabe? ―preguntó Namjoon.

Hoseok sintió sus ojos llenarse de lágrimas, pero lo único que hizo fue mirar al frente, apretando los labios para no romper en llanto antes de tiempo. No quería hacerlo, no allí, pues sabía que llamaría la atención de todo el mundo y los susurros sólo aumentarían más de lo normal.

―No quiero que lo sepa ―admitió Hoseok finalmente―, temo... Me asusta no ver más que indiferencia en sus ojos. Sé que no me ama, pero escucharlo de su boca, verlo en su cara...

―Lo amas también ―dijo Namjoon con suavidad.

Parpadeando, Hoseok pensó en tales palabras. Su respuesta natural era decir que sí, lo amaba, porque era lo que se esperaba de él. Era para lo que había sido preparado toda su vida: amar a su futuro alfa a pesar de todo. Él se había considerado afortunado, pues se casó con un alfa sólo un poco mayor que él, guapo y preocupado (no del todo) por él. Él tuvo suerte.

A veces, se preguntaba si era egoísta querer más, desear más. Muchas veces se respondía que era así, que no podía tener tales pensamientos, ansiando más de un alfa que le respetaba. Era suficiente, no debería ser egoísta.

No obstante, no podía evitar desearlo con todas sus fuerzas. Más que a Yoongi, quizás Hoseok ansiaba el cariño, el amor, el apoyo mutuo. Sentir que no era... no era un fantasma.

―Hace frío ―dijo de pronto, aunque eso ya lo sabía.

Namjoon pareció interpretar sus palabras de inmediato, porque asintió y apagó el cigarrillo antes de abrirle el ventanal para que entraran, donde el aire cálido los recibió junto con las conversaciones de ánimo y de negocios.

Hoseok miró a su alrededor y no vio a Yoongi por ninguna parte. Si vio a su suegra, que estaba rodeada de ejecutivos, y también a Seokjin y Taehyung, buscando algo para beber. Creyó que Yoongi estaría en el baño, pero pasados varios minutos, comenzó a inquietarse ya que no aparecía.

Su estómago dio un vuelco adolorido y, sin decirle nada a Namjoon, fue hacia los baños. Yoongi no estaba allí.

―¿Hoseok? ―Namjoon iba detrás de él―. ¿Para dónde vas?

No supo por qué, sin embargo, fue hacia la salida de emergencias, que quedaba más al fondo de los baños. Sin pensarlo demasiado, abrió la puerta bruscamente y encontró a Yoongi. Con Suran. Besándose.

Besándose era un eufemismo. Yoongi la estaba...

―Oh ―dijo, y ellos detuvieron todo lo que hacían, girándose a mirarlo con horror―, perdón.

Cerró la puerta. Namjoon le dijo algo, sin embargo, Hoseok no le escuchó bien, pues tuvo que correr al baño para vomitar.

La situación se tornó en un escándalo inmediato, por supuesto. Namjoon probablemente abrió la puerta para ver qué le había provocado tal situación a Hoseok y tuvo que encontrarse con Yoongi y su amante, quizás subiéndose los pantalones. Como fuera, de ahí se escuchó un desorden mientras Hoseok terminaba de vomitar, y Taehyung entró con gesto de alarma y preocupación.

―Hobi ―habló Tae―, Hobi, ¿estás bien? Oh, dios...

―¿Todos lo saben? ―habló Hoseok, y su voz salió aguda―. ¿Ya todos lo saben?

―Namjoon y Yoongi se agarraron a golpes.

Hoseok se miró en el espejo, observándose pálido y un poco fuera de sí. Su vista estaba desenfocada y sus labios temblaban, y en un movimiento de desesperación, empapó sus manos para limpiarse la cara, como si así pudiera despertar de ese sueño horrible.

Yoongi. Yoongi efectivamente engañándolo. Él lo había pensado, claro, incluso una parte suya se había resignado y creído que era cierto, pero verlo ahora, verlo con otra omega, era... era horrible. Era una de las cosas más horribles que le habían pasado en la vida.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, sintiendo el dolor de la traición recorriendo su cuerpo. ¿Cómo Yoongi pudo hacerle eso? Y peor aún, ¿cómo pudo hacérselo allí, en esa fiesta tan importante, frente a todos? Si los murmullos ya eran crueles con él, ¿cómo lo serían ahora, que ya sabía la verdad? De pronto, temió salir del baño y enfrentar las miradas juzgadoras y burlonas, todos riéndose de él por haber sido tan iluso, por...

―Hobi ―Taehyung lo abrazó cuando Hoseok comenzó a sollozar, y a Hoseok no le quedó más que abrazarlo, enterrando su rostro en el hombro de su amigo―, dios, lo lamento mucho...

¿Qué lamentaba, si él no tenía la culpa de nada? El único culpable era Yoongi, que decidió... que tomó la decisión de engañarlo, de no contentarse con él, de buscar a alguien más. Quizás Hoseok también era culpable, por no haber sido suficiente, por ser tan pequeño, tan inútil, tan iluso.

―Vámonos de aquí ―le dijo Taehyung―, ven con Jin a nuestro departamento, puedes quedarte...

―No quiero salir ―gimoteó Hoseok―, no quiero... Todos me verán, van a burlarse...

―¡No, claro que no! ―Taehyung se veía feroz―. Te vamos a defender con Seokjin, con Namjoon... Incluso la señora Min estaba enfurecida con lo ocurrido.

Por supuesto, Hoseok tenía que estar actuando como un exagerado, ¿no era lo esperado que Yoongi lo engañara? Hoseok no era más que un omega sencillo que nunca lo iba a contentar, así que debía asumir que Yoongi buscara a otros omegas con los que satisfacerse. Hoseok estaba provocando un escándalo.

No quería salir, no obstante, Taehyung lo sacó casi a la fuerza. Bajó su cabeza para no mirar a nadie, aunque no sirvió de nada... O, mejor dicho, no era necesario, pues no había muchas personas. Hoseok se sorprendió de ver que las personas estaban saliendo por las grandes puertas de entrada, muchos miraban hacia atrás, pero eran escoltados hacia fuera por los guardias.

Y, en el centro del lugar, estaban dos guardias agarrando cada uno a Namjoon y a Yoongi, con sus sacos desordenados. La señora Min estaba entremedio de ellos con gesto severo, mientras que Jin no tenía expresión alguna, y Suran lucía avergonzada.

―Hoseok ―el primero en hablar fue Yoongi, que lo vio y trató de soltarse del guardia―, bebé, discúlpame, santo dios...

―¡Quédate ahí! ―exclamó Hyorin, enojada―. Cariño, Hoseok, no sabes la vergüenza que siento por lo ocurrido. Eché a todos para no hacer un escándalo tan grande.

¿Tan grande? Ya lo era y todos debían estar chismoseando fuera, hablando de lo ocurrido. Puede que incluso aparecieran pronto los medios de comunicación de chismes para obtener la primicia, y mañana todos los tabloides alegarían tener la exclusiva.

Sintió sus ojos llenos de lágrimas.

―Quiero irme de aquí ―sollozó, cubriendo su rostro con ambas manos para así, de alguna forma, olvidar la visión de Yoongi engañándolo.

―Hoba ―tartamudeó Yoongi, mortificado y avergonzado―, vamos a casa y deja que te lo explique, por favor, por favor.

¿Explicar qué? ¿Qué decidió engañarlo en medio de tantas personas, en un evento tan importante? ¿Qué no le bastó con su comportamiento indiferente y frío, también tuvo que humillarlo frente a tanta gente?

―Estás loco ―espetó Namjoon ante el silencio de Hoseok―. ¿Ir contigo luego de lo que le hiciste? ¡Eres un imbécil, Min!

―¡No te metas! ―replicó Yoongi―. Esto es entre Hoseok y yo.

―Vámonos ―masculló Taehyung, y tiró de él para alejarlo de los alfas―, puedes quedarte con nosotros, así que...

―No ―susurró Hoseok―, quiero ir con mis papás.

Tae se veía sorprendido por sus palabras, y es que no era un secreto que la relación entre Hoseok y sus padres era... extraña. Hoseok los veía en sus cumpleaños, más por compromiso que por otro motivo, y mantenían conversaciones cordiales. Ellos eran de la idea de que Hoseok, una vez casado, era responsabilidad ahora de Yoongi.

El mismo Hoseok no sabía por qué quería ir con ellos. No obstante, su omega estaba tirando a ir con sus padres, a ir con mamá y rogarle por un abrazo, por un consuelo. Hoseok nunca se había sentido tan solo como hasta ese momento y quería, necesitaba, consolación de mamá.

Lo sacaron por atrás. Jin los alcanzó pronto y lo subieron al auto, y no dijeron algo mientras Taehyung conducía. Hoseok sólo derramaba lágrimas en silencio, tratando de no pensar en todo lo que había pasado, a pesar de que era inevitable. Al final, todos sus pensamientos catastróficos tenían motivo de ser, todas las ideas de Yoongi siéndole infiel eran ciertas. Todos los rumores, los susurros... Todo era real.

Fue un iluso, un estúpido. Había creído que podía soportarlo, que podía resignarse, pero ahora, se daba cuenta de que no, era imposible fingir que no dolía. Sabía que Yoongi no lo amaba, sin embargo, esperaba... Esperaba ser suficiente, de alguna manera. Ser alguien importante para el alfa, para que, por último, lo respetara. Respetara esa relación que ninguno de los dos pidió. Más ahora que Hoseok estaba embarazado.

Embarazado. Oh, santísimo dios. Hoseok estaba...

Sintió ganas de vomitar nuevamente, aunque contuvo la bilis para no ensuciar el auto de sus amigos. Para su fortuna, no tardaron demasiado en llegar a casa de sus padres, y Taehyung lo dejó en la entrada con la promesa de llamarlo si necesitaba un lugar dónde quedarse.

Mamá estaba despierta, lo que no fue una sorpresa, porque mamá leía novelas malas hasta tarde. El mayordomo de la casa lo llevó al cuarto de sus padres, donde papá roncaba y mamá tenía el cabello recogido y sus lentes de lectura.

―¿Seokie? ―preguntó Yuwon al verlo aparecer, viéndose sorprendida―. ¿Qué haces aquí tan tarde?

―Mamá ―barboteó Hoseok, y eso bastó para hacerlo romper en llanto.

Mamá fue hacia él con claro gesto de sorpresa y todo el ruido, los gimoteos de Hoseok, despertaron a su padre. Era un alfa alto y delgado, con un bigote recortado elegante, y de brazos fuertes. Hoseok recordaba que, cuando era más pequeño, papá lo tomaba en brazos si lloraba. A pesar de la rara relación que tuvieron, Hoseok recordaba que le cuidaron mucho cuando era más pequeño.

―¿Seokie? ―repitió Yuwon, abrazándolo―. ¿Qué está ocurriendo? ¿Qué te tiene así, cariño?

―¿Dónde está Min? ―preguntó su padre, sonando atónito―. ¿Has llegado solo?

―Me engañó ―soltó de golpe Hoseok, boqueando en busca de aire―. Lo he... lo he descubierto, me ha engañado...

―¿Qué? ―Hyunsuk sonaba incrédulo, aunque pronto aquel sentimiento dio paso a la ira―. ¡¿Qué ha hecho que?!

Mamá lo llevó a la cama, sentándolo mientras le limpiaba las lágrimas del rostro. Hoseok captó la mirada de preocupación, mientras que su padre se levantaba y se ponía una bata.

―¿Estás seguro? ―preguntó mamá, sentándose a su lado y agarrándole las manos.

―Lo pillé con ella ―sollozó Hoseok―, en la fiesta... la fiesta de navidad de su familia...

―¡¿Cómo se ha atrevido a hacerte eso?! ―estalló su padre, ahora agarrando su teléfono. Su rostro estaba enrojecido por la ira―. ¡Eres su esposo, su omega! ¡Eres un Jung!

Escucharle decir aquello fue un total pasmo para Hoseok, pues jamás lo vio tan enfurecido. Por lo normal, su padre solía mantener a raya sus emociones, era incluso a veces frío y analítico. Además, que dijera aquellas palabras (en especial la última frase), significaba... significaba todo para Hoseok.

―¡Ese bastardo no se va a librar de esto! ―su padre buscó en su teléfono algo, yendo a la puerta―. ¡No voy a permitir que ese idiota te humille, Hoseok, ¿me has entendido?!

Hoseok ni siquiera pudo responder, pues su padre salió de la habitación soltando una serie de groserías que provocaron que dejara de llorar, mirando hacia la puerta atónito. Su mamá le agarró la mejilla, volteando su vista hacia ella, y le frotó la piel.

―¿Quieres contarme qué ha pasado? ―preguntó ella con suavidad.

Lo hizo. Hoseok se acurrucó a su lado, con mamá arropándolo, y le contó entre susurros y jadeos sobre su relación con Yoongi. Le habló de sus inseguridades, temores, de que no lo amaba, pero esperaba respeto y cariño de su parte. Le habló de sus constantes desplantes, de la indiferencia que a veces recibía y, especialmente, le habló de su embarazo. De su bebé.

Su padre volvió poco después, todavía enfurecido, aunque ahora fue hacia él y lo abrazó. Hoseok cerró sus ojos, sintiéndose débil en los brazos de papá.

―Perdón ―susurró Hoseok, casi volviendo a llorar―, no quería... No quería decepcionarlos, no quería...

―¿Decepcionarnos? ―su padre le acarició los cabellos―. ¿Por qué nos decepcionarías, Seokie? Lo que te ha hecho ese cretino... ―indignación pintó el rostro de Hyunsuk―, creímos que te entregamos a un buen alfa, a uno que te trataría bien, por último, ¡por la deuda que tenía con nosotros! Pero que te engañara... ―un gruñido por parte de su padre―. Es una humillación no sólo para ti, ¡también para nosotros!

Por supuesto, no pudo evitar sentirse un poco herido al escucharlo decir aquello, refiriéndose a la deuda y que lo hecho por Yoongi era una afrenta a ellos también, como si él fuera un objeto. No obstante, trató de no pensarlo de esa forma, diciéndose que sus padres eran tradicionales y, por lo mismo, habían concertado dicho matrimonio respecto a sus costumbres.

―Te quedarás con nosotros ―prosiguió su padre con firmeza―, y mañana, hablaremos con los Min. Buscaremos un abogado que lleve a cabo tu divorcio lo más rápido posible y después cancelaremos...

―¿Divorcio? ―Hoseok alejó su rostro, atónito. Decir la palabra en voz alta se sintió pesado y extraño.

―Por supuesto ―ahora su madre habló―, no vas a seguir casado con ese alfa, Hoseok. Es un idiota, y tú, un Jung ―ella le observó, alzando su barbilla―, nadie puede humillarte como hizo ese alfa sin pagar las consecuencias.

Hoseok entendía a sus padres, claro que sí, por lo mismo, no dijo nada sobre sus palabras a pesar de que no sabía cómo sentirse respecto a ellas. El divorcio... Pensar en el significado que tenía, en lo que se traducía, en el hecho de que su vida matrimonial acabó, provocó una rara sensación en su cuerpo que no pudo identificar bien.

―No quiero pensar en eso ahora ―dijo, apenado y con expresión destrozada―. Papá, mamá, ¿puedo... puedo dormir acá, en casa? No tengo donde más...

―¡Claro! ―dijo su madre con firmeza―. Vas a regresar con nosotros ya mismo. Además, con tu embarazo... ―una mirada de impotencia―, te vamos a cuidar, Seokie.

Asintiendo con la cabeza, Hoseok dejó que lo llevaran a su antiguo cuarto, que seguía tal y como lo había dejado el último día que vivió allí, antes de irse a su vida matrimonial. Aquella vida matrimonial que, supuestamente, le traería felicidad y tranquilidad. Que iluso había sido.

Despertó a la mañana siguiente debido a una discusión proveniente del primer piso. Hoseok sintió la cabeza doler por las lágrimas derramadas la noche anterior, recordando todo lo ocurrido, y suspiró por el cansancio, buscando una de sus viejas batas para usar y bajar hacia el lugar de donde provenía todo el ruido.

No le fue una sorpresa encontrarse con los Min en el primer piso. Su padre estaba con aspecto furioso, mientras que su madre se hallaba de brazos cruzados. Hyorin les hablaba con súplica, y detrás, Yoongi tenía la mirada baja y avergonzada.

―... por favor, Hyunsuk, el arrepentimiento de mi hijo es sincero ―decía Hyorin, casi al borde de la histeria―, en estos cuatro años de matrimonio, Yoongi ha cuidado...

―¡Lo ha engañado! ―acusó su padre―. ¿Cómo se ha atrevido a engañar a mi hijo? ¡Hoseok es un Jung y él lo sabe muy bien!

―Papá ―habló Hoseok, sonando ronco. Todos, incluso Yoongi, lo miraron―, está bien, ¿vale? Déjame hablar con Yoongi.

Su madre fue hacia él con cara de reprobación, sin estar de acuerdo con lo que dijo. Hoseok terminó de bajar las escaleras.

―No le debes nada ―se apresuró en decir Hyunsuk―, por el contrario, él es quien te lo debe. Nos debe ―un ruido de desprecio―, y parece que lo olvidó completamente.

Hoseok suspiró, más cansado ahora de que su padre siguiera sacando dicho tema a colación. No le gustaba pensarlo y mucho menos hablarlo, siempre le puso incómodo y le hacía sentir mal. Le recordaba... Le recordaba que a él nunca le preguntaron sobre dicho matrimonio, que sus padres prácticamente lo obligaron y ahora estaba atravesando toda esa situación. Tal vez ellos no lo vieran, pero de forma indirecta, sus padres tenían parte de la culpa.

―Quiero conversar con él ―dijo Hoseok con firmeza―, agradecería que me dieran mi espacio, papás.

Ambos adultos no se veían de acuerdo y Hoseok pensó que tendría que pelear más con ellos... Pero luego de unos largos segundos, su padre asintió casi a la fuerza, con la mandíbula tensa, y Hoseok se volteó hacia Yoongi.

―Vamos al jardín ―le dijo a Yoongi sin gesto en su rostro, y Yoongi miró a su madre antes de seguirlo, inclinándose en un gesto de disculpa frente a los padres de Hoseok.

Salieron a la terraza del jardín trasero. Hacía frío, Hoseok lo sintió de inmediato, pero no quería volver al interior, y sólo se sentó en la silla, cruzando sus brazos.

―Hobi... ―habló Yoongi finalmente, pero Hoseok no lo miró―, por favor, perdóname. Lo que pasó... ―sonaba avergonzado―, no actué bien.

―¿Desde cuándo es tu amante? ―preguntó Hoseok, observando el patio. Parecía que pronto iba a llover, con las nubes tan negras decorando el cielo.

No hubo una respuesta inmediata. Hoseok se preguntó si él lucía tan triste como los arbustos en los jardines, con la mitad de las hojas caídas gracias al otoño, las flores marchitas o cerradas.

―Desde hace unos... dos meses ―admitió Yoongi cuando el silencio comenzó a hacerse insoportable―, cuando las cosas entre nosotros... Sólo fue sexo, nada más. No la amo, Hobi, eso debes entenderlo.

―¿No? ―Hoseok parpadeó, ahora volteándose a ver sus ojos―. ¿Y a mí sí me amas?

Yoongi le contempló unos largos segundos. Se notaba cansado, avergonzado y fuera de su elemento. Por lo normal, siempre estaba en control de sus emociones, siendo imponente y una figura de autoridad en la relación. Además... Además, Hoseok solía ser el que siempre retrocedía, cedía, bajaba la cabeza, nunca exigía explicaciones.

―Hoseok, nuestro matrimonio fue por conveniencia ―razonó Yoongi―, eso los dos lo sabemos. En estos cuatro años de matrimonio he aprendido a quererte y respetarte–

―No lo suficiente ―le interrumpió Hoseok―, no lo suficiente, porque tomaste la decisión de engañarme en un evento tan importante como lo era la fiesta de navidad de tu empresa familiar ―de sólo pensarlo, Hoseok sintió sus ojos picar.

―Fue un error ―aceptó Yoongi―, no sé qué me pasó, Hobi. No volverá a ocurrir ―Yoongi le tomó la mano y Hoseok se congeló―, te lo prometo. Vamos a trasladar a Suran a otra sucursal y me dedicaré por completo a ti.

―¿Ahora? ―Hoseok alejó su mano de golpe―. ¿Luego de haberme humillado? ¿Luego de haber roto cualquier trato que tuvieras con mis padres? ―las palabras supieron amargas en su boca―. ¿Luego de haberme ignorado todos estos años?

Viéndose sorprendido, Yoongi parecía mucho más fuera de su elemento, como si no se hubiera esperado tales palabras de Hoseok.

―Nuestro matrimonio... ―comenzó a balbucear Yoongi.

―¡No se trata sólo de nuestro matrimonio! ―exclamó Hoseok, ya sin aguantarlo más―. ¡Se trata de tú... indiferencia! ¡De tu apatía, de tu frialdad! ¿Sabes cómo me he sentido todos estos años a tu lado? ―Hoseok no podía dejar de hablar, era como si las palabras borbotearan de su boca sin control alguno―. Como si fuera un fantasma, ¡como si no existiera! Ni siquiera intentaste cambiar alguna vez conmigo, me ignorabas y te despreocupabas de nuestra relación ―ahora sintió algo atorándose en su garganta―. Está bien que lo nuestro haya sido un trato al inicio, ¡pero ni siquiera lo intentaste, Yoongi!

Lo dejó sin palabras y Hoseok sólo tomó un par de respiraciones aceleradas, antes de parpadear para alejar nuevas lágrimas. No sabía el motivo de que estuviera llorando, no obstante, no quería seguir haciéndolo frente a Yoongi.

―Puedo intentarlo ahora ―dijo Yoongi, queriendo agarrarle la mano otra vez, pero Hoseok se la negó―. Hobi, por favor...

―Estoy embarazado ―le soltó de golpe, congelándolo―. A inicio de mes me hice un examen. ¿Recuerdas lo que me dijiste en la última pelea que tuvimos? Si es que podía quedar preñado ―una risa sarcástica y adolorida―. Felicitaciones, Yoongi, seremos padres.

Las facciones de Yoongi se pintaron por el dolor, aunque Hoseok pensó que él no tenía ese derecho. Yoongi no tenía... No luego de todo lo que le hizo. Engañarlo y ahora fingir sufrimiento por sus palabras, no le parecía ni un poco justo a Hoseok.

―Lo que te dije ese día fue un error ―dijo Yoongi, y ahora su voz se iba tornando más y más desesperada―, estaba molesto y enojado, Hoseok, no me gustaba ver a Namjoon a tu lado, me hacía... Pensaba...

―Pensabas que te engañaba con él ―Hoseok llevó una mano a su vientre y la frotó allí, como si le sirviera de consuelo―, lo que es sólo una hipocresía, Yoongi. Lo sabes.

―Sí, lo sé ―Yoongi se movió nuevamente y ahora le sostuvo de las manos, a pesar de que Hoseok trató de alejarlas―, pero podemos intentarlo. Si me perdonas, Hobi, si me lo permites, puedo ser el alfa que quieras, criar juntos a nuestro cachorro.

No creyó que lo fuera a hacer, aunque si era honesto, las últimas veinticuatro horas habían sido un cúmulo de situaciones que no creyó que iba a vivir. Así que quedó atónito cuando Yoongi se inclinó para besarlo, sus labios presionando sobre los suyos en un gesto que buscaba ser dulce y cariñoso. Hoseok no pudo alejarse, sentado en la silla y apretado contra el respaldo, no obstante, tampoco le siguió el beso.

Tuvo que notar su rechazo, ya que Yoongi se alejó con gesto contrariado, como si no estuviera de acuerdo con la poca respuesta de Hoseok.

―No deberías haberme besado ―le dijo Hoseok, empujándolo con suavidad.

―Eres mi omega ―contestó Yoongi con firmeza―, eres mi esposo. Eres la madre de mi cachorro.

―Lo único cierto es lo último, Yoongi ―Hoseok ahora sonrió tristemente, mientras que Yoongi se alejaba con desconcierto―, porque quiero el divorcio.

🌸

Yoongi no estuvo de acuerdo con su decisión y dijo que no firmaría ningún documento de divorcio, incluso tuvo el descaro de enfadarse con él y levantar la voz. Su padre apareció sin necesidad de que lo llamara, y sacó a Yoongi de su casa casi a la fuerza, con Yoongi reclamando que no había terminado de hablar con Hoseok.

No sabía de qué más podían hablar. Hoseok no entendía a Yoongi, engañándolo y excusándose, como si lo de ellos tuviera alguna solución. Él había pensado... Creyó que podía aceptar el engaño de Yoongi, que podía asumirlo y fingir que estaba bien, pero ahora, se daba cuenta de que no era así. Quizás no amó a Yoongi como esperaba, no obstante, sí tenía la idea de que en su matrimonio debía haber un respeto marital por el otro.

Hoseok estaba cansado de esperar amor de alguien que apenas se lo demostró. Un matrimonio luego de lo que le hizo le parecía una atrocidad.

Sus padres lo apoyaron en su decisión, incluso su hermana mayor, Dawon, le fue a visitar. Dawon era alfa y estaba casada ya, también en un matrimonio por conveniencia, aunque parecía ser feliz con lo que tenía. Ella también le apoyó y la escuchó hablar con sus padres sobre quitarles el apoyo financiero a los Min, lo que quizás explicaba la desesperación de Yoongi por arreglarlo todo. El banco de la familia Jung era el más importante a nivel nacional y una de sus principales fuentes de crédito e inversión.

Hoseok no creía que había que ser tan duro con los Min, después de todo, ¿qué culpa tenía que Yoongi hubiera sido un cretino con él? Pero sus padres, en especial papá, no dejaba de gruñir que era una afrenta a ellos.

―Siempre fuiste el cachorrito de papá ―reflexionó Dawon mientras paseaban por el jardín, llevando un paraguas ya que había empezado a llover.

―¿Cachorrito? ―Hoseok se rió con humor―. Papá siempre decía que era una lástima que hubiera sido omega, Dawon.

―Él no quería un omega ―concedió ella―, tú sabes que tiene una visión tradicional de los omegas y de la familia... Supongo que sabía que, siendo omega, tenía que conseguirte un matrimonio, y era lo que no quería hacer. Discutía mucho con mamá sobre con quien casarte, no creía que algún pretendiente fuera lo suficientemente bueno para ti. Y luego, conoció a Yoongi y creyó... Bueno, es un alfa guapo.

―Es atractivo el desgraciado ―se rió Hoseok, un poco conmovido por lo que escuchaba.

―Sí ―Dawon le acarició la mano―, y se veía... Decente. Que estudiara y no viviera sólo de la fortuna de sus padres, como que le gustó a papá, así que creyó que sería el alfa ideal para ti. Además, era joven como tú. ¿Sabías que le llegó incluso una propuesta de Kang Sungjin?

―¿Ese vejestorio? ―Hoseok hizo un gesto de asco―. Tiene, ¿cuánto? ¿Setenta años?

―Papá lo consideró una ofensa ―Dawon suspiró―. Supongo que le enfurece haberse equivocado, el haberte casado con un idiota que te engañó. Debe estarse arrepintiendo de no haberte casado con Sungjin.

Hoseok estalló en carcajadas y fue un poco extraño reírse en un momento como ese, en una situación en donde se suponía que debía estar sufriendo. Es decir, sí se sentía mal en algunos instantes, incluso su marca dolía y picaba a veces en un claro llamado de necesidad, incluso lloraba en ocasiones por las noches. No obstante, seguía firme en su decisión.

Jungkook también le fue a visitar, junto con Taehyung. Jungkook se disculpó con él por la pelea que tuvieron y le abrazó largos minutos, prometiéndole que no debían volver a discutir. Taehyung no le contó como estaban las cosas en la empresa, sólo le felicitó por su embarazo y le hizo saber que cualquier cosa que necesitara, se lo hiciera saber.

Y Namjoon... Hoseok le había llamado y le fue a ver, llevándole unos chocolates de regalo. Estuvo bien, hasta que le cayeron mal y Hoseok tuvo que ir a vomitarlos al baño.

―Perdón ―se disculpó Hoseok con pena―, no quería...

―Oye, no te preocupes ―se rió Namjoon―, no sabíamos que te harían tan mal. Parece que a tu bebé no le gustan las cosas dulces.

―Pero a mí si me gustan ―se quejó Hoseok, y Namjoon volvió a reírse.

Conversaron sobre como lo estaba sobrellevando Hoseok. Namjoon se disculpó con Hoseok por haber hecho un escándalo en la fiesta, aunque como hizo Namjoon anteriormente, Hoseok dijo que no importaba.

―No esperaba que me defendieras con tanta ferocidad ―dijo Hoseok.

―Te lo merecías ―contestó Namjoon, antes de cambiar su gesto a algo más serio―. Disculpa la indiscreción, Hobi, pero... ¿qué piensas hacer con Yoongi?

―Le he pedido el divorcio ―respondió Hoseok―, se ha negado, por supuesto, y quiere volver a hablar conmigo, pero ya lo he decidido ―mordió su labio inferior―. He contactado a un abogado...

―Podría serlo yo ―se ofreció Namjoon de inmediato―, si tú me lo pides, yo podría–

―No ―Hoseok sacudió su cabeza―, no quiero ponerte en su contra. Es tu compañero de trabajo, además.

―Ya estoy en su contra ―replicó Namjoon con un bufido―, hacerte aquella asquerosidad... Se merecía un par de golpes por imbécil.

Hoseok puso una expresión extraña en su rostro, sin responder enseguida, como si de pronto estuviera pensando en otra cosa.

―Nam ―habló Hoseok, su gesto cambiando a uno de timidez―, estuve pensando mucho y recordé algo que me dijiste. Una invitación que me hiciste. Sobre... sobre viajar ―Namjoon se veía atónito por sus palabras―. Si todavía sigue en pie, creo que... que me gustaría tomarla. Hace mucho que quiero conocer Europa.

―Hobi ―Namjoon dijo su nombre como una exhalación, su rostro pintándose de emoción―, por supuesto, claro que sí. A cualquier lugar al que quieras ir, yo puedo acompañarte.

Una sonrisa apareció en Hoseok, su omega retorciéndose por la emoción al escuchar tales palabras, aunque trató de no aparentarlo. Calidez le recorrió y sólo miró hacia fuera, viendo algunos pequeños capullos florecer en los arbustos a pesar de que era invierno.

―Primero quiero divorciarme ―dijo Hoseok―, y tener al bebé. Después...

―Puedo esperar ―aseguró Namjoon, y le agarró la mano, dándole un apretón. Hoseok no la alejó―, todo el tiempo, puedo esperar.

Hoseok sólo desvió los ojos sólo para que Namjoon no supiera cómo se sintió al escucharlo decir aquello, y simplemente llevó una mano a su vientre, suspirando porque, a pesar de todo, la tristeza parecía estar desapareciendo poco a poco.

🌸

¡gracias por leer!

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