Nueve

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Caminaba a un paso tranquilo mientras procuraba que todas las cosas que cargaba sobre mis brazos no terminaran en el piso. Mi único paciente en lista me esperaba en su habitación, así como cada mañana, llevaba una bandeja con su desayuno sobre mi mano izquierda, mientras que en la otra cargaba con el portafolios que contaba con el registro de su fisioterapia.

Disipo mis pensamientos con una pequeña sacudida de cabeza cuando finalmente he llegado a mi destino, hago todo lo posible para abrir la puerta sin dejar caer nada y no causar un desastre.

— ¡Buenos días! — Comento con una sonrisa al adentrarme a la habitación. — Espero que hayas podido descansar bien durante la noche.

— Te puedo asegurar que así fue. — Me responde desde la cama devolviéndome la sonrisa.

— Me alegra saberlo. — Me acerco hasta su lado y acomodo su desayuno en una mesita plegable para que le sea más fácil tomarlo. — También espero que te guste el pudín de semillas de chía y las tostadas francesas. — Informé con la esperanza de recibir una respuesta positiva de su parte. — Tenía pensando traerte panqueques, sé que son tus favoritos. Pero al parecer es un desayuno que ya no se encontraré disponibles en el menú de los martes.

— No tienes de qué preocuparte, muchas gracias por traerme el desayuno. — Responde antes de dar el primer bocado de su tostada. — Supongo que me hará bien dejar de lado mi obsesión por los panqueques por un día.

Sonríe en modo de respuesta y me encaminé hacia la ventana para observar a través de ella y darle un poco de espacio para comer. Luego de que nuestras voces se eliminaran, los únicos sonidos restantes en la habitación eran los provocados por nuestras calmadas respiraciones y el ruido que afirmaba que el aire acondicionado se encontraba encendido. Lentamente, fuimos envueltos en un silencio pacífico que podría asegurar que por nada del mundo lograría tornarse en algo incómodo.

Ya ha transcurrido un mes entero desde que Kim Grey y yo descubrimos nuestras verdaderas identidades, desde ese momento nos hemos vuelto más cercanos el uno al otro y pasamos nuestros días entre charlas y risas.

Para mí; él sigue siendo Kim Grey, de la misma manera en la que yo sigo siendo Park Blue desde su perspectiva. Las experiencias de vida de Kim Taehyung y Park Haneul son temas delicados a los que aún no nos atrevemos a adentrarnos.

¿Existirá algún problema si simplemente preferimos quedarnos con nuestras falsas identidades y seguir construyendo memorias desde cero? Porque cada vez me encuentro más dispuesta a continuar con esto y darle un poco de alivio a mi alma.

Sin lugar a duda, la supuesta imagen de la odiosa Park Haneul que todos dicen conocer toma la forma de la ordinaria Park Blue cuando Kim Grey se encuentra a mi lado.

— ¿Te encuentras una vez más navegando por tus pensamientos?

El sonido de su voz devuelta en la habitación me hizo temblar del susto y la sorpresa. Lo miré fijamente en un intento de permanecer seria y demostrarle mi disgusto por haberme asustado, pero es solo cuestión de segundos para que mi rostro inexpresivo se abra paso a una gran sonrisa.

— ¡Claro que no! — Me excuso aun sabiendo que era cierto. — Solo admiraba el paisaje.

— Claro... — Susurra incrédulo. — No existe vista más hermosa que esa que acabas de apreciar, aunque creo que es un poco extraño admirar la salida trasera de un hospital.

— ¡Oye! No es tan malo... — Me acerco a él para retirar su plato. — Está bien. Debo aceptar que la vista de tu anterior habitación era mucho mejor.

— Debo admitir que a veces la extraño. — Confiesa. — También a la doctora Choi y a los demás miembros del personal. No intento decir que las personas de aquí no sean de mi agrado, pero...

— Entiendo perfectamente a lo que intentas referirte. — Lo interrumpo. — Lo más seguro es que te acostumbraste al trato que te brindaban las personas en tu antiguo hospital, ¿y cómo no hacerlo? Desde que era una niña siempre he sido atendida en el Centro Médico de la Universidad de Konkuk y mentiría si dijera que no estoy satisfecha con el trato que he recibido.

— ¿Pasas mucho tiempo en el hospital? — Pregunta con una ceja enarcada. — Todo lo que me has contado sobre ti trata sobre experiencias en clínicas y hospitales.

Pensé muy bien mis palabras antes de dejarlas ir. — Se podría decir que sí. — Respondo ante su afirmación disfrazada de pregunta. — Soy una persona de defensas bajas.

El porcentaje de verdad en las palabras que acaban de salir de mi boca estaban valoradas en un cien por ciento de cien, pero el verlo sonreír ante mi respuesta me hizo sentirme mal por no decir la verdad con exactitud.

— Algunas veces eres muy fácil de leer. — Inclino mi cabeza hacia un lado a modo de desentendimiento, ¿por qué me dice eso? — O talvez se deba a que en las últimas semanas has sido mi mayor compañía.

— ¿A qué quieres llegar con esto? — Pregunto mientras siento los nervios apoderarse de mi cuerpo. — ¿Dije algo malo?

— Para nada, aunque siento que quisiste decir más que eso. — Tiemblo ante su intensa mirada. — Todo lo que has dicho está bien. — La sonrisa que me otorga me hace calmarme un poco.

Su respuesta se refleja de una forma tan natural y tranquila que me hace acompañarlo en aquella hermosa sonrisa.

Kim Grey hace sonreír a Park Blue y eso está bien, pero Park Haneul aún no está lista para compartir su historia con Kim Taehyung, y eso es algo que él parece entender.

Su voz rompe el pequeño silencio que se había creado. — Deberías tomar algunas vitaminas para fortalecer tus defensas, sobre todo aquellas que te aumenten la serotonina.

¿Cómo le explico que no tengo libre acceso a ningún tipo de fármaco que no sea recetado por un médico? Fácil, simplemente no lo se lo diré.

— ¡Lo tendré en cuenta!

Kim Grey me agrada y me siento bien a su lado, pero aún no tengo la confianza suficiente para abrirme libremente frente a su persona. Yo no necesito saber su historia y a él no le interesa conocer la mía. Nos dedicaremos a disfrutar de la compañía del otro hasta que llegue el momento en el que tengamos que despedirnos.

O eso fue lo que pensé hasta que aquel estruendoso ruido nos hizo sobresaltar.



El sonido proveniente de mi celular hizo que mi mirada fuera apartada de la de Blue y me obligara a impulsarme un poco para lograr alcanzarlo. Cuando finalmente logro que el sonido se detenga, este vuelve a hacerse presente de forma inmediata.

— ¡¿Qué pasa?! — Pregunto alarmado al contestar la llamada. — ¡¿A qué se debe tu insistencia?!

— ¡Hyung! — La voz de Jungkook se hace presente. — ¡Enciende el televisor y coloca el canal de las noticias!

— No tengo el control remoto cerca. — Respondo un poco más calmado al notar que seguramente solo se trata de alguna cosa sin sentido que le causó risa. — Sea lo que sea, puedes enviármelo luego.

Blue se aleja un poco para después regresar con el mando del televisor consigo, le susurro un agradecimiento y me preparo para preguntarle a mi amigo acerca de su día, pero este me interrumpe con unas palabras que me hacen soltar un suspiro incredulidad.

— ¡Hyung, tienes que verlo ahora! ¡Es algo importante! — Enciendo el televisor mientras los nervios vuelven a apoderarse de mí. — ¡Jimin está siendo golpeado en vivo!

— ¡¿Qué?!

Me apresuro a colorar el canal de las noticias nacionales y rápidamente puedo verificar la certeza de sus palabras, comprobando así que me ha dicho la verdad.

Jungkook no mentía, en la pantalla se encuentra la imagen de mi otro amigo siendo arrastrado por el suelo por unos tipos vestidos de traje.

El rótulo de la noticia informa que el incidente fue provocado por una protesta por de algunos habitantes de distrito Geumjeong Gu en Busan, siendo los principales protestantes muchos miembros de la comunidad de Jimin.

— ¿Qué está pasando? — Susurro aun sosteniendo el teléfono contra mi oreja. — ¡¿POR QUÉ LO ESTÁN ATACANDO?!

— ¡No lo sé! — Jungkook me devuelve un susurro desesperado. — ¡No tengo ni la menor idea!

— Esos tipos visten uniformes de Seoul Park's Inc... — Informa Blue en un suspiro angustiado, mas no sorpresivo. — Los causantes del sufrimiento que está viviendo tu amigo son mis progenitores.

— ¡¿Puedes ayudarnos?! — Pregunto esperanzado, pero en el momento en el que su mirada se vuelve opaca me da a saber que es algo imposible. — Podrías intentarlo...

— Por más que lo intente, no lograré llegar a nada. — Responde con aflicción en sus palabras, haciéndome tomar la decisión de parar de insistir. — Siento mucha pena por no poder ser de completa ayuda, pero no serviría de nada cuando ni siquiera logro valerme por mí misma delante de mis padres.

Un golpeteo constante se hace presente en la parte superior de mi cabeza, la preocupación me hace empezar a mortificarme y me desespera el hecho de no poder pararme sobre mis pies e intentar hacer algo para socorrer a mi amigo.

La continuación de las palabras de Blue me hace salir de mi burbuja de malestares.

— Pero intentaré hacer que esta sea la primera y última vez que le causen tal daño físico. No sé cómo, pero lo haré. — Informa con un amago de sonrisa que me llena de esperanza. — Ninguna persona inocente merece recibir tal maltrato injustificado.

Cierro mis ojos con fuerza y mil expresiones de agradecimiento pasan a través de mis labios, se encuentra cerca de mí, por lo que me apresuro a envolver su mano dentro la mía y tiro de ella hasta tenerla entre mis brazos.

¿Fue una acción impulsiva? Lo fue en su totalidad, pero no lograba formular las frases correctas para poder expresarle mi agradecimiento de la forma en la necesitaba hacerlo.

Blue se remueve entre mis brazos por unos segundos para después permanecer inmóvil en su totalidad. Cuando finalmente parece comprender el motivo de mi acción, coloca sus brazos alrededor de mi cintura sin perder el cuidado de lastimarme, logrando así que el abrazo sea reciproco.

Nuestros corazones laten con ferocidad al unísono dentro nuestros pechos, resonando fuertemente contra mis tímpanos y posiblemente su caso sea el mismo. Nunca antes nos habíamos encontrado en tal cercanía, a pesar de pasar junto al otro la mayor parte del día a día. ¿Cuál era la necesidad? Park Blue y Kim Grey no conocían razón alguna para hacerlo.

Pero en este preciso momento habíamos abandonado nuestros pseudónimos, habíamos dejado nuestras capas de protección de lado para finalmente mostrar nuestros sentimientos y dejar ver un poco más de la vulnerabilidad que deseamos mantener oculta del otro.

Para nuestro pesar, nuestro primer abrazo fue uno lleno de emociones negativas. En ningún sitio de la habitación se podría percibir algún sentimiento de felicidad, paz o alegría.

Pero hubo algo que provocó que nuestros corazones volvieran a latir a un compás, en ese momento ambos nos dimos cuenta de que finalmente se había roto esa pequeña barrera que habíamos construido en un intento de no lastimar al otro y tampoco hacerlo consigo mismo. Bajo el indicio de un ligero suspiro que lo logró traspasar mis labios, mis lágrimas se hicieron presentes después de un tiempo de no haberlas visto. Sin conocer sus motivos, estrujé a Park Haneul con más fuerza entre mis brazos cuando la vi copiar mi acción.

Viéndonos, así como náufragos de un profundo mar azul lleno de tristeza y melancolía, acompañado de un cielo gris rebosante de incierto conformismo e inseguridad.

Pero en el centro de aquel panorama se podían apreciar algunos tonos que hace mucho tiempo atrás dejamos de admirar. Como la paz y amabilidad que brillan luminosamente desde el interior del color azul, o la templanza y alegría que transmite el color gris.

Eso era lo que formábamos al estar juntos, porque después de todo, esa vista era perteneciente a un reflejo de nuestros corazones. Ambos éramos los creadores de aquel hermoso azul grisáceo que traía alivio a nuestras almas.

Porque en ese momento habíamos dejado de ser Park Blue y Kim Grey, abriendo paso a las profundas emociones de Park Haneul y Kim Taehyung.

Siendo nosotros mismos el significado de los colores azul y gris en su total plenitud.

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