Parejas: KatsuDeku, KiriKami y seis más.

Número de palabras: 7141

Advertencias: Spoiler futuro de "¡No es mi alfa!".

Nota: Este es el segundo spin off de mi historia, como pueden ver es casi el mismo separador y este le seguiría al primero que fue el cumpleaños número 8 de Yoshio.

¡Disfrútenlo!

Era un bonito día, los niños parecían correr hacia las tiendas que para esa fecha ya tenían sus decoraciones de Halloween, entregaban dulces a niños y adultos sin necesidad de que estos llevaran un disfraz, después de todo debían vender su mercancía y si solo se lo vendían a los niños con disfraces, entonces iban a perder más que ganar.

Las personas disfrutaban de aquellos eventos, más los niños ya que les daban dos días libres de clases, aunque les dejaran como tarea hacer un ensayo de lo que hicieran esos dos días libres; el pequeño Yoshio era el que más contento se ponía ya que podría disfrazarse y ayudar a su papá Zuku con las decoraciones para la fiesta que hacían en su casa. Así que ese día —Un día antes de la fiesta— decidieron ir a las tiendas para comprar toda la decoración necesaria porque las decoraciones del año pasado ya no estaban de moda, así que solamente se arrastraban a su papá Katsuki para que los acompañara y para que cargara todo lo que compraban.

Katsuki muy a su pesar, terminaba tomando esos días libres, sobretodo cuando su familia salía a comprar y ahora que su lindo omega —Quien caminaba en esos momentos como un pingüino— llevaba ocho meses no podía solamente dejarlos salir a comprar solos; debía estar cuidando y vigilando a su pareja por si rompía fuente, según Inasa, era posible que el embarazo se adelantara y debían llegar al hospital como si se estuvieran teletransportando; él al ser policía podía saltarse unos cuantos semáforos, por supuesto que pagaría luego las multas que él mismo se colocaba pero si se trataba de su pareja y sus hijos, iba a manejar como si el mismo diablo le estuviera pisando los talones. Aún así su pareja no parecía tener ninguna dolencia y parecía estar tan perfecto que si no llevara una panza más grande que un balón de fútbol, creería sinceramente que el embarazarse es cosa sencilla.

El cenizo solo suspiraba en silencio mientras escuchaba la conversación entre su bolita de amor y el amor de su vida, ambos iban hablando de la fiesta que se armaría en el patio de su casa como los últimos años, decidían qué comprar, qué hacer y hablaban sobre los nuevos detalles que las calles tenían ese día mientras él tenía ganas de agarrarlos, devolverse a su auto y regresar a la comodidad de su hogar, olvidándose de la tonta fiesta pero el solo imaginar que ambos —Omegas al fin— lo terminarían odiando por hacer aquello, mejor se quejaba en silencio y los seguía a donde éstos fueran.

Una de sus paradas fue una tienda por la que entraron para observar las distintas decoraciones que había pero ninguna les llamó la atención, así que salieron para la siguiente tienda donde se llevaron algunas cosas que terminaron en una sola bolsa y Yoshio fue quien decidió llevarla, así que Katsuki solo se mantenía abrazando la cintura de Izuku y éste tenía la mano del pequeño Yoshio, era una bonita vista de esa extraña familia para quien los viera. No tardaron demasiado en llegar al centro comercial para meterse en la tienda más grande de decoraciones, la tienda siempre tenía decoraciones adecuadas a las fechas del momento, habían cosas del año pasado y luego estaban las decoraciones que había sacado recientemente. Así que tomaron un carrito, el cual Katsuki terminó llevando, para comenzar a pasear por los pasillos con emoción.

—¿Y si mejor volvemos a casa? —Cuestionó Katsuki a modo de queja, llevaban una horas en la tienda y comenzaba a creer que efectivamente la puta tienda era enorme. —Deku tienes ocho meses, el calvo dijo que debías descansar.

Aquella queja fue totalmente ignorada por los dos omegas que caminaban por los pasillos del segundo piso aquella tienda, Katsuki llevaba aún el carrito con algunas decoraciones y se dijo que sentía un deja vú ya que para el cumpleaños de su hijo también pasó por casi las mismas compras; sólo que ahora no veía el feo rostro de aquel súper héroe que les gustaba a su hijo y a su pareja, ahora sólo veía naranja y negro; eran los colores temáticos de Halloween allí en Japón. Además de ver gatos negros, arañas, brujas, fantasmas y pequeños dientes de vampiros; sinceramente Katsuki creía que era algo un poco excesivo pero con solo ver las expresiones felices de su familia, prefería no decir nada.

Una hora después, la familia salía de la tienda; Katsuki llevaba las bolsas de las compras y le marcó a su padre para que los viera en el centro comercial, el hombre andaba en su auto pero al Izuku querer ver toda la calle y sus decoraciones, se fueron caminando mientras Masaru se encargaba de pedir el pastel temático de la fiesta; Katsuki creía sinceramente que le estaban celebrando el cumpleaños a la festividad pero no diría nada ya que la última vez que lo dijo, Izuku le dijo que no se pusiera así o sus hijos terminarían naciendo para esa fecha por quejica. Y sinceramente le preocupaba que sus hijos nacieran con tan solo ocho meses, estaban pautados para nacer en noviembre; quizá para la segunda o tercera semana, pero de vuelta el calvo le había dicho que era posible que se adelantaran por la falta de espacio dentro del vientre de Izuku.

—¿De qué nos disfrazaremos este año papá Zuku? —Cuestionó Yoshio observándolo.

Katsuki hubiera deseado que su hijo no fuera preguntado justo eso, esperaba que ese año no se disfrazaran, llevaban cinco años seguidos disfrazándose y habían pasado por tantos disfraces; el primero fue una araña, ese año Kirishima terminó golpeando al papá de uno de los ex amigos de Yoshio por lo que dijo sobre su omega y sobre Izuku, el pelirrojo se negaba a que se metieran con sus chicos; para mala suerte o quizá buena, de aquel hombre, Katsuki había salido por la comida que había pedido con la temática para la fiesta; cuando llegó solo pudo ver un lobo rojo bastante molesto y al hombre arrestado gracias a sus subordinados que también habían llegado a la fiesta mientras él no estaba.

Para el segundo año, el disfraz fue de brujo; él y su familia siempre iban a juego con el mismo disfraz al igual que las demás familias, así que no le daban opción para negarse a usarlo o terminaba sin ver a Izuku una semana y se lo creía completamente ya que Izuku solía irse con Kirishima cuando se molestaba con él y el pelirrojo era el más contento cuando eso sucedía, aunque ya se llevaban un poco mejor; igual Katsuki no soportaba demasiado al hombre cuando se pegaba demasiado a su Deku.

Para el tercer año, se disfrazaron de calabazas, era bastante divertido ya que para ese año Yoshio recién cumplía cuatro años y al ser aún pequeño en estatura, se veía aún más adorable y el que lo llamara bolita le daba un nuevo significado. Claro que su hijo al salir con su misma genética —Cosa de la que su madre se burlaba—, el pequeño era bastante rebelde y amargado, justo como él; pero de vez en cuando mostraba otra faceta que había aprendido de pasar tiempo con Izuku. El hecho de que tuviera un papá omega hacía que el pequeño no fuera agresivo ni tuviera comportamientos alfas, así que eso era una de las cosas que le agradecía a Izuku.

Para el cuarto año se disfrazaron de momia, desde entonces sentenció que nunca se repitiera un disfraz y mucho menos ese. Ese año hacía demasiado calor y ellos se encontraban envueltos en vendas con ropa debajo de estas, aunque se había asegurado de que el aire estuviera puesto y ellos dentro de la casa, igual fue la suficiente tortura que lo mantuvo de mal humor por alrededor de dos días pero fingió dos días más para que Izuku se mantuviera con él y con Yoshio esos siguientes días, aunque presentía que el peliverde ya sabía que fingía pero hacía como que no se había dado cuenta o así fue como lo sintió.

Y ya para el quinto año, el disfraz terminó siendo un gato; fue el año que más disfrutó el disfraz, sobretodo luego de que los invitados se fueron y Yoshio cayó rendido poco después. Si, sin duda alguna fue su mejor año, ver a su sexy omega con la cola y las orejas sin ropa de por medio... Era mejor cortar ese pensamiento desde allí antes de que se metiera en problemas.

—Este año seremos fantasmitas —Respondió Izuku con una sonrisa mientras veía llegar a su suegro. —Mira, ahí viene tu abuelo Yoshi.

—¡Abuelo! —Chilló el niño con emoción para subirse al auto.

—Kacchan ¿Me ayudas a subir luego de que guardes todo? —Cuestionó Izuku viendo al cenizo con la mirada perdida en otro universo, posiblemente. —¿Kacchan?

—¿Uh? —Katsuki reaccionó, viendo a su omega señalarle el auto y asintió para guardar las bolsas primero.

—¿Estás bien? —Cuestionó Izuku con preocupación, tomando el rostro ajeno para asegurarse de que no fuera fiebre.

—Estoy bien Deku, solo pensaba; no te preocupes —Respondió Katsuki besando los labios ajenos y lo ayudó a subir al auto con cuidado, su cabeza había sufrido un par de golpes más luego de la primera vez y así fue como comenzó a cuidarlo mucho más. —¿Sientes bien el cinturón?

—Si, así está bien —Respondió Izuku con una sonrisa y besó la mejilla de su alfa. —Gracias Kacchan.

—Par de tórtolos, terminen de subir que hay un par de autos atrás —Recordó Masaru con una sonrisa divertida. —¿A dónde iremos ahora Izuku?

La pareja se sonrojó por las primeras palabras del hombre e hicieron caso de inmediato, saliendo del estacionamiento del centro comercial luego de pagar e Izuku buscó el papel que le habían dado y su celular para ver la hora, así que debían pasar ya.

—Vamos a recoger la comida, pude encontrar un sitio donde me vendieran comida por docenas con la temática de Halloween —Respondió Izuku dándole la dirección del restaurante.

Masaru asintió al reconocer la dirección, ya que era el mismo restaurante que ambos habían visto en una de sus salidas al hospital, su nuero era bastante divertido cuando se molestaba con su hijo, así que aprovechaba esos momentos para pasar tiempo de calidad con el chico, además de involucrarse también en el embarazo para que no se le hiciera tan difícil: aunque viéndolo desde su perspectiva, a pesar de ser dos cachorros, Izuku la llevaba bastante bien e incluso teniendo ocho meses parecía como si solo llevara cinco por la energía que éste desprendía como en esos momentos cuando se ponía de lleno con las decoraciones de las festividades.

—¿Ya sabes qué harán para navidad? —Cuestionó Masaru con la mirada en el camino.

—Papá ni siquiera hemos salido de Halloween y ya estás preguntándole sobre la navidad, de verdad quisiera unos días de festividad sin tener más gente en mi casa, solo mi hijo y mi pareja —Habló Katsuki soltando un suspiro agotado.

—Calla Kacchan, me preguntó a mi —Se quejó Izuku con el ceño fruncido (Producto de pasar tanto tiempo con el cenizo). —La verdad estaba conversando de eso hace unos días con mi madre y estaba por hablar con usted y con la señora Mitsuki.

—¿Qué tienen planeado? —Cuestionó Masaru con emoción, le gustaba como era su nuero; gracias a él podían pasar las festividades con el odioso de su hijo. —Sabes que lo que planeen hacer cuentan con nosotros.

—Este año estamos planeando ir a la nueva casa de mis padres para pasar navidad y año nuevo, así que queríamos invitarlos pero no sabíamos si querrían viajar hasta el pueblo donde viven —Respondió Izuku mientras revisaba la lista que el restaurante le había enviado con las cosas que tenían listas. —Oh, al parecer tienen todo listo.

—¿Cuándo pensabas decirme de esa idea Deku? —Cuestionó Katsuki con el ceño fruncido.

—Dentro de unos días, debo hablar primero con el señor Nezu —Respondió Izuku, teniendo casi todo controlado.

—¿Con mi jefe? ¿Para qué? —Cuestionó Katsuki haciéndose para el frente y poder ver a su pareja.

—Para que te deje libre este año —Respondió Masaru. —Los últimos años, incluso cuando Yoshio estaba más pequeño, te la pasabas trabajando y llegabas muy tarde a la fiesta o simplemente llegabas al día siguiente, así que Izuku hablará con Nezu para que este año te dignes a pasarla con tu familia.

Izuku y Yoshio asintieron de acuerdo, el cenizo mayor se la pasaba trabajando y para días como los cumpleaños y festividades así, solía trabajar hasta muy tarde para librar el día y poder acompañarlos a las compras, apesar de odiar tener que pasar por eso todos los años, se quejaba unas pocas veces y ya luego de haber sido ignorado tantas veces, terminaba solo como un acompañante mudo a menos que alguno le preguntara si algo le gustaba pero de resto eran su hijo y pareja escogiendo y comprando todo.

Katsuki se sentía culpable por no pasar cada año navidad con su familia como debía pero esa época en especial aumentaban los crímenes y él como jefe debía estar llenando papeles o saliendo con su gente para hacerse cargo de todo; era como decía su padre, a veces llegaba después de las doce o simplemente no llegaba y sabía que su familia les dolía que no la pasara con ellos pero entendían y hacían como que nada había sucedido, lo que lo hacía sentirse más culpable.

—Cariño-

—Miren llegamos —Anunció Masaru interrumpiendo a su hijo, no quería que le dijera algo a Izuku que lo terminara poniendo triste.

—Aquí pone que debemos esperar un poquito más porque es un pedido enorme —Murmuró Izuku avergonzado, quizá se había emocionado demás.

—¿Qué demonios pediste Deku? ¿Y cómo lo pagaste? —Cuestionó Katsuki olvidando el tema anterior al escuchar lo del pedido.

—Haber, pedí casi todo el menú tanto dulce como salado del restaurante, cinco docenas de ambos menús —Murmuró Izuku viendo hacia otro lado mientras jugaba con la el botón de la braga para embarazados que llevaba. —Eijiro y Momo me ayudaron a pagar todo.

—No puede ser —Masculló Katsuki apoyando la frente en el asiento frente suyo. —¿La mujer esa va también con la cara redonda? —Cuestionó y vio a su pareja asentir. —¿A quienes invitaste cariño?

—A tus padres, a los míos pero ellos no pudieron venir, a Eiji, a Kaminari, a Momo, a Uraraka, a Mina, a Jirō; ellas vienen con su hija —Respondió Izuku mientras usaba sus dedos para contarlos. —A Monoma que llevará a su pareja, a Sero que al parecer este año llevará a alguien; no me quiso decir quien era pero yo vi a un bonito chico cerca suyo hace unos días, así que es posible que sea él.

—Papá Zuku, al viejo no le gustó que dijeras que otro chico está bonito, se le acaba de salir la vena de la frente —Se burló Yoshio de manera divertida.

—Es posiblemente un omega, no tiene nada de malo —Se quejó Izuku haciendo pucheros mientras Yoshio se reía del gruñido de su padre. —¡Kacchan no gruñas! ¡Todos los omegas somos bonitos!

—Solo los omegas que están en este auto y tu mamá, son bonitos —Declaró Katsuki, había tenido que contar a su padre y a su suegra luego de acordarse de ellos, por suerte fue antes de hablar.

Masaru carcajeaba por los celos de su hijo mientras estaban estacionados frente al restaurante mientras Izuku se sonrojaba, negando suavemente por los celos de su alfa, era bastante bonito; a veces, otras veces se pasaba en extremo y era un poco frustrante. Yoshio no le había prestado atención por estarse burlando de su padre mientras balanceaba los pies en el sitio donde estaba hasta que se detuvo y vio hacia Izuku.

—Papá Zuku tengo hambre —Comentó Yoshio al sentir la tripa sonarle.

—Tus hermanitos también, me están pateando la vejiga y necesito un baño —Respondió Izuku con una mueca. —Y debes tener hambre porque ya es tarde, no hemos almorzado, solo desayunamos.

—¿No podemos comer un poco de lo que pediste para la fiesta? —Cuestionó Yoshio con curiosidad, conocía que su papá omega era bastante reacio a que se comieran la comida de la fiesta pero si sus hermanitos tenían hambre, había una posibilidad.

—Veamos cuanta comida es, tengo entendido que son bastante si son cinco docenas —Comentó Izuku sobándose el vientre y al no poder más, se quitó el cinturón para abrir luego la puerta. —Kacchan ayúdame a salir, necesito un baño~

Katsuki rió divertido mientras salía a ayudar a su lindo embarazado a salir con cuidado del auto, viendo a su papá que había apagado el motor y salió junto con Yoshio, cerraron las puertas para acompañar a Izuku a entrar al restaurante, apesar de no ser un tipo de restaurante donde se atendiera la gente si no uno donde solo hacían y servían comida, aún así al ver a Izuku embarazado y necesitando un baño, les permitieron estar dentro del local y le prestaron el baño. Izuku corría hacia el baño tanto como su vientre de ocho meses se lo permitía, Katsuki iba detrás para cuidar que su pareja no se cayera ni lastimara mientras Yoshio y Masaru se quedaban en el pasillo observando por el vidrio para ver como hacían los dulces, comentando de vez en cuando algunas cosas acerca de como quedaba todo y las figuras que estos tenían.

Una vez que Izuku descargó todo, se lavó las manos con un suspiro y vio hacia Katsuki que al parecer también estaba usando el baño y rió divertido para dejar las manos debajo de la máquina que le secaba las manos con aire, tarareando contento de ya sentirse tranquilo.

—¿Estás mejor cariño? —Cuestionó Katsuki lavándose las manos antes de copiar los movimientos de su pareja.

—Mucho mejor, los bebés me hacen ir al baño mucho más ahora con los ocho meses —Se quejó Izuku y tomó la mano del cenizo para salir del baño a su paso. —Siento que ahorita soy más barriga que persona.

—Y deberías estar descansando y no haciendo una fiesta, tienes gemelos Deku, es peligroso que no estés descansando —Respondió Katsuki manteniendo la diestra en la cintura ajena para sostenerlo.

—Prometo descansar durante la fiesta y después de la fiesta ¿Si? —Cuestionó Izuku sabiendo que Katsuki solo estaba preocupado por él y por los bebés.

—Está bien, más te vale que cumplas o dormirás solo dos días —Amenazó Katsuki con bastante seriedad y asegurando su amenaza.

—No eres capaz de dormir sin mi ni un día, así que no me amenaces así —Se quejó Izuku con el ceño fruncido.

Masaru observaba como alfa y omega peleaban, era lo normal e incluso Yoshio estaba acostumbrado sus peleas y las disfrutaba, a veces se le unía para defender a Izuku y pocas veces defendía a Katsuki, para él que a veces estaba cerca, era bastante entretenido pero era hora de detenerlos porque ya estaban por entregarles la comida.

Luego de casi una hora donde se tardaron metiendo la comida en los autos —Terminaron llamando a Mitsuki para meter las demás comidas—, volvieron a la casa para poder comer lo que para ellos era el almuerzo, tenían entendido que Kaminari llegaría primero que Eijiro para ayudar con la decoración, así que Katsuki agradecía aquel gesto puesto el rubio era bastante serio cuando se trataba de que Izuku no se excediera e incluso se podía burlar cuando encontraba a su Deku sentado frente a la mesa acomodando las cosas con un bonito puchero a modo de berrinche.

—Izuku no nos terminaste de decir quién más iría a la fiesta —Habló Masaru al recordar aquel tema de conversación antes de que su hijo se pusiera celoso.

—Oh, es verdad —Exclamó Izuku y se puso a recordar cuáles había dicho anteriormente antes de seguir. —También asistirán Aizawa con Hizashi y creo que Kōta, no entendí bien lo que me dijo pero creo que estaba de viaje por un concurso y no sabía si llegaría a tiempo —Comentó bastante contento por la parte del concurso y prosiguió. —Oh, también irá Oboro con Touya ahora que están libres de manera condicional y le ofrecí a Oboro que se encontrara con su papá Hizashi.

—Es bastante bueno de tu parte Izuku —Respondió Masaru con una sonrisa. —¿Son todos?

—Y los amigos de Yoshi que traen a sus papás —Respondió Izuku al ver que le habían incluso faltado dedos para contarlos todos.

—Más gente en la casa, esto debe terminar para el año que viene —Sentenció Katsuki con cansancio mientras resoplaba.

—No seas odioso, las festividades fueron hechos para celebrarse —Reclamó Izuku. Esperando a que el auto se estacionara para esperar a que alguno bajara para ayudarlo. —¡Kaminari!

—Izuku estaba por llamarlos, ¿Recién les entregaron la comida? —Cuestionó Kaminari acercándose para sacar al peliverde con cuidado.

—Creí que llegarías más tarde —Le comentó Izuku mientras agradecía por la ayuda, yendo a abrir la puerta para dejarla abierta. —Y si, recién la entregaron porque era mucha y luego tuvimos que llamar a mi suegra porque la comida no entraba toda en el auto.

—Iba, pero me molesté con el idiota de Eijiro y me adelanté —Respondió Kaminari tomando algunas bandejas para entrar a dejarlas en la mesa de la cocina.

—¿Y ahora que hizo Eijiro? —Cuestionó Izuku con un suspiro mientras negaba suavemente.

—Deku siéntate, me pone nervioso verte de pie yendo de un lado hacia el otro —Pidió Katsuki, manteniendo las bandejas en los brazos.

—Mocoso deja que se quede de pie, estuvo sentado todo el camino —Regañó Mitsuki ayudando también a meter todo. —Se le va a desaparecer el culo de tanto estar sentado.

Izuku solo atinó a sonrojarse por ese comentario y fue hacia el baño, era mejor vaciar su vejiga a pasar vergüenza con los comentarios que madre e hijo solían dar sobre él y a veces sobre su culo. Katsuki en cambio se quedó discutiendo con su madre puesto él creía firmemente que el culo de su pareja era imposible que desapareciera y es que incluso estando embarazado, se le veía mejor; no es como que él estuviera viéndoselo seguido o tal vez si, eso a nadie le importaba.

Una vez que todas las bandejas con comida estaban sobre las mesas y parte de la cocina, Izuku sacó platos para todos y sirvió un poco de la pasta con salsa de tomate que simulaba ser sangre y albóndigas que estaba decoradas como si fueran ojos, eran bastante bonitos al parecer de Izuku y además aprovechaba en revisar las demás bandejas para ver qué eran y con un marcador negro, anotar sobre el aluminio la clase de comida o dulce que las bandejas llevaban. Una vez que las pastas estaban listas en los platos, le pasó estos a Kaminari para que los fuera a entregar, Katsuki y Masaru hicieron espacio en la mesa, dejando las bandejas dentro de la habitación principal para que pudieran sentarse todos a almorzar, Kaminari ya había comido pero no iba a rechazarle la comida que le ofrecía Izuku y mientras estaban sentados comiendo, el rubio le contó a Izuku lo que Kirishima había hecho y el porqué estaba molesto.

La casa de los Bakugou estaba hecha un desastre en menos de dos horas, Monoma había llegado con su pareja una hora después de que ellos terminaran de comer, llevando helados ya que la hermana del rubio había decidido colaborar con Izuku, entre casi todos habían empezado a sacar las decoraciones que se habían comprado para comenzar a decorar el jardín, Katsuki podía ver su jardín tomando forma con las decoraciones pero el interior de su casa estaba patas arriba; Izuku se encontraba en la cocina con Masaru y con Yoshio, acomodando la comida en los platos que tenían de los años pasados con la temática de Halloween, eran los únicos que Izuku parecía usar todos los años y porque eran de su gusto; tenían al menos tres horas para acomodar todo antes de que la gente comenzara a llegar, lo cierto era que el único estresado por ese hecho, era Katsuki.

—Mocoso deja de maldecir tanto tu solo, disfruta la parte de la decoración, estás en familia, además tu omega es feliz haciendo esto; también deberías estar feliz —Comentó Mitsuki al encontrar a su hijo gruñendo entre dientes mientras recogía todo el desastre. —Solo míralo, disfruta de esto por él; te quiere entregar momentos y recuerdos con tu familia y amigos.

—Ya lo sé vieja, soy feliz mientras Izuku lo sea; pero me estresa pasar por esto todos los jodidos años —Gruñó Katsuki con una mueca. —¿No puede hacer una fiesta sin necesidad de decorar nada? Me crispa este desastre dentro de mi casa.

—El desastre es temporal, ellos mismos terminan acomodando todo después —Respondió Mitsuki entre risas. —Anda mejor a la cocina y rodéate un poco del aroma de tu omega, necesitas relajarte un poco antes de que llegue los invitados.

Katsuki chasqueó la lengua y obedeció para meterse a la cocina, dejando a los otros decorando para abrazar a su pareja por detrás, dejando la frente sobre su hombro y las manos sobre su vientre para quedarse más tranquilo. Masaru y Yoshio no se perdieron lo sucedido y ambos se rieron bajito para no molestar demás al hombre mientras Izuku se dejaba hacer sabiendo que su alfa lo necesitaba. Aún así no dejó de acomodar todo en los platos, colocando las galletas en bolsitas negras con una calabaza naranja en medio; aquellas serían parte de los cotillones que también haría para esa fiesta, además de dejar que los invitados se llevaran algunas comidas de regalo, por lo que Yoshio se encargaba de pasarle las bolsitas y los tappers desechables para él acomodar la comida.

—Kacchan necesito moverme —Le pidió Izuku en el sitio donde estaba. —¿Kacchan?

—Papá está dormido, papá Zuku —Comentó Yoshio al asomarse cerca del rostro de su padre.

—No puede ser, ¿Otra vez? —Se quejó Izuku con una mueca. —Yoshi busca a tu abuelo para que me ayude aquí, necesito mover esto.

Yoshio obedeció y fue por su abuelo para que ayudara a su papá Zuku, mientras en la cocina Izuku trataba de despertar él solo a su pareja pero era imposible, el cenizo solía tener el sueño bastante pesado cuando se ponía en aquella posición con su pareja, él solía decir que era porque se sentía bastante tranquilo de aquella manera y a Izuku le gustaba que durmiera pero en esos momentos, cuando sus pies le exigían un descanso, era imposible dejarlo allí.

—Caray, que mocoso más desconsiderado —Comentó Mitsuki entrando a la cocina con Yoshio frente a ella. —Le dije "rodéate del aroma de tu omega", no duerme sobre tu omega.

—El abuelo fue por el pastel, papá Zuku —Informó Yoshio acomodándose a un lado de sus padres. —Pero traje a la abuela de todas maneras.

—Ya te lo quito de allí pequeño —Habló Mitsuki tomando los brazos de su hijo para separarlo con cuidado del cuerpo del pecoso, escuchando un gruñido bajo. —Con razón llaman es a Masaru.

—Kacchan tranquilo, no gruñas —Le pidió Izuku de manera baja para tranquilizar a su alfa, dejando sus feromonas libres para relajarlo. —Vamos a dejarlo en el sillón, necesito descansar los pies.

—Anda, te sigo —Respondió Mitsuki aún sosteniendo a un muy dormido hijo.

Izuku asintió y caminó hacia la sala, sentándose con cuidado en el sillón con ayuda de Yoshio quien le acercó la mesita de té para que pudiera subir los pies a esta y pronto fue acomodado Katsuki en el sillón, Mitsuki dejó su cabeza en una de las piernas de Izuku y lo dejaron seguir durmiendo, escuchando el timbre poco después.

—Yo voy, quédate tranquilo —Se ofreció Mitsuki para ir hacia la puerta principal, dejando a los chicos en la sala.

—Papá Zuku tienes los pies muy hinchados, no debiste acomodar todo eso de pie —Regañó Yoshio preocupado mientras veía hacia sus padres.

—Lo sé cariño, no te molestes que te pareces a Kacchan de esa manera —Pidió Izuku abriendo los brazos para luego abrazar al pequeño en cuanto lo tuvo cerca. —Igual ya estoy descansando, pronto se bajará la hinchazón.

—¡Pelusitaa! —Saludó Sero en cuanto entró a la sala, teniendo un peliblanco al lado y al matrimonio Aizawa atrás junto con Kōta.

—Hola Sero, bienvenidos a todos; pasen, no se queden en la puerta —Saludó Izuku dejando que todos se acomodaran en los demás sillones, abrazando a Kōta cuando éste se le acercó para saludarlo. —Me alegra que hayas podido llegar a tiempo mi niño.

—Salí unas horas antes luego de terminar el concurso por eso pude llegar —Respondió Kōta mientras se separaba para saludar a Yoshio. —¿Cómo estás tío Izuku?

—¿Ganaste el concurso por lo menos? —Cuestionó Izuku viendo al niño asentir con una sonrisa amplia. —¡Ese es mi niño! —Celebró y rió divertido junto a los otros. —Bueno, estoy bien. Solo un poco cansado por haber estado acomodando la comida y los cotillones, pero ahora que descanse me pondré mejor.

—¿Por qué no lo hiciste sentado? —Cuestionó Aizawa viendo a Izuku con el ceño fruncido.

—Es que había tenido rato sentado y necesitaba estirar las piernas, pero ya luego mis pies no me dieron tregua —Respondió Izuku con una mueca. —Por cierto, Sero ¿Dónde están tus modales? ¡Presenta!

—Oh, es cierto. Se me pasó por completo, lo siento —Respondió Sero con una risa nerviosa y tomó la mano de su acompañante para colocarlo a su lado. —Él el Shoji Mezo, mi pareja.

Izuku sonrió amplio junto a todos los demás, comenzando todos a presentarse, incluso los que habían estado decorando el jardín se presentaron con la pareja de Sero, Izuku terminó presentando a un muy dormido Katsuki y a su hijo Yoshio, incluso a los dos cachorros en su vientre; solo faltaban cuatro de la gran familia que eran Masaru, Eijiro, Oboro y Touya pero el primero había ido por el pastel y los otros aún no llegaban, incluso faltaban sus compañeras de trabajo y su jefe que era más como una amiga pero ya luego los podrían presentar como era debido cuando llegaran y le dieron la bienvenida a la familia que eran ellos, a pesar de no ser de la misma sangre algunos.

Luego de que todo estuviera decorado y la comida sobre la mesa, todos fueron pasando al baño de aquella casa para colocarse sus disfraces, Katsuki ya se encontraba despierto pero seguía sin separarse de Izuku y siguiendo con la mirada al mocoso que estaba con su hijo, sin importarle los regaños "sutiles" de su pareja. Las chicas habían llegado en el mismo momento en el que Katsuki se levantaba y luego Masaru llegó con el pastel y detrás de éste llegaron los últimos tres que también faltaban, éstos ya iban disfrazados por lo que no tuvieron que hacerlo allí mismo en la casa.

Yoshio estaba emocionado de poder colocarse ya su disfraz pero aún así esperó a que su papá Zuku le diera la señal. En la sala de aquella casa se podían ver disfraces de zombies, vampiros, hombres lobos, momias, calabazas, incluso de osos asesinos con sangre falsa en un cuchillo igual de falso que tenía encantado a Izuku y una vez que solo faltaban ellos con disfraz, Katsuki lo ayudó a levantarse del sillón y se llevaron a Yoshio para la habitación y así comenzar a ponerle el disfraz, era algo sencillo; solo era un fantasma pero Izuku le había agregado algunas luces al interior de los disfraces para que se viera mejor en la noche y unas linternas que logró conseguir por pura suerte. Una vez que Yoshio tenía listo el maquillaje y el disfraz, fue el primero en salir para mostrarlo, dejando a sus padres en la habitación.

—Has estado muy excesivamente cariñoso Kacchan ¿Qué sucede? —Cuestionó Izuku sentándose a su lado para abrazarlo.

—No sé, mi lobo se siente inquieto desde que volvimos —Respondió Katsuki besando los labios ajenos. —Quizá son cosas sin importancia, al menos dormí lo suficiente como para recuperar energía.

—Mi lobo también se ha sentido inquieto pero se siente bastante contento, así que puede que sea algo importante —Comentó Izuku de manera pensativa luego del beso para comenzar a desnudarse ya que usaría otra ropa. —Ayúdame con la ropa, por favor.

—Esperemos que solo sea algo de la Madre Luna y ya —Resopló Katsuki y se levantó para ayudar a desvestir a su pareja con cuidado.

Ambos ignoraban las señales que los lobos le daban pero aún así se mantenían alerta, se vistieron de negro y se colocaron la sábana para pintarse un poco la cara y tomar las linternas antes de salir, Izuku se detuvo al sentir una patada más fuerte que le quitó el aire y Katsuki se preocupó, acariciando su vientre mientras hablaba con los bebés para que no patearan a su papi. Izuku comenzó a preocuparse al pensar lo que podría ser pero aún así salieron al jardín, comenzando la fiesta; poco después llegaron los amigos de Yoshio con sus padres, aunque no eran todos pero igual podrían disfrutar la fiesta, hablando entre todos y viendo a los niños jugar, Izuku como lo había prometido; solo se mantuvo observando y jugando juegos de mesa con Kaminari, las chicas y con Oboro mientras Katsuki se mantenía jugando —Extrañamente— póker con Eijiro y Mitsuki, Masaru le sacaba conversación a los padres de los amigos de Yoshio para que no se aburrieran y los demás estaba regados observando los juegos o simplemente comiendo.

Esa noche estaba bastante tranquila y amena, los niños se divertían jugando entre ellos y comiendo de vez en cuando, tomaban jugos que eran las únicas bebidas en la fiesta por una persona con dos razones en su vientre, Izuku; al chico le habían prohibido que tomara refrescos y por ende no podía tomar nada con alcohol, así que se la pasaba tomando solo jugos y agua, de vez en cuando le provocaba alguna malteada y Katsuki se lo permitía mientras fuera un vaso mediano casi pequeño ya que la leche al parecer le caía mal en el estómago a Izuku y Katsuki con lo sobreprotector que era, no le permitía tomar nada de eso. Izuku se mantenía viendo la hora cada ronda del juego de scrabble para que no se le pasara el momento en el que debían cortar el pastel para que los invitados no se fueran tan tarde a su casa, además de que los niños no podían acostarse tan tarde apesar de no tener clases al día siguiente, todos allí preferían que sus hijos estuvieran dormidos para antes de la la madrugada.

Una vez que llegó la hora, le hizo señas a Masaru y a Momo quienes le habían dicho para ayudarlo a repartir el pastel, los platos ya se encontraban a un lado de la mesa, en la otra mesa estaban los cotillones con los tappers desechables para todos y aún así, Izuku creía que igual les sobraban demasiada comida que incluso tenían para casi un mes, se dijo que estaba bien, igual no quería andar cocinando; solo tendría que hacer el desayuno y la cena, pero el almuerzo y la merienda lo tenían para casi un mes, o incluso menos si ponía un poco de la merienda en la lonchera de Yoshio. Se comenzó a repartir el pastel una vez que Izuku los colocó en los platos y pudo haber seguido colocando los pasteles en los platos de no ser por un par de patadas que lo dejaron inmóvil y terminó tensándose al sentir sus piernas mojarse, llegando a ponerse un poco pálido.

—¿Izuku, estás bien? —Cuestionó Momo al verlo pálido.

—Rompí fuente —Murmuró viendo hacia la mujer quien entendió poco después lo que sucedía.

—¡Katsuki, Eijiro la fuente se rompió! —Gritó Momo alarmada.

Ambos alfas se levantaron, uno para tomar a Izuku y el otro para buscar el carro de manera sincronizada como si ambos ya estuvieran preparados desde hacía meses para cuando aquello sucediera. Los subordinados de Katsuki por suerte siempre llevaban su auto con las sirenas y también salieron corriendo detrás de su jefe; serían los que se abrirían paso por las calles para que su jefe tuviera la calle libre. Los adultos habían decidido quedarse con los niños un poco más hasta que tuvieran noticias, incluso los padres de los amigos del pequeño Yoshio habían decidido quedarse para saber sobre los pequeño e Izuku.

En cambio los que habían decidido ir —Eijiro, Kaminari, Oboro, Touya, Aizawa, Momo, Uraraka y los subordinados de Katsuki— ya estaban todos acomodados, algunos en el auto de Katsuki y otros en los demás autos, los que iban en el de Katsuki iban indicándole a Izuku que respirara y mantuviera la calma pero para sorpresa de muchos, el pequeño Izuku era quien permanecía calmado mientras usaba sus feromonas para tranquilizar a su alfa y que éste no perdiera el control mientras manejaba; hacía muecas de dolor cuando llegaban las contracciones pero repetía los ejercicios de respiración que le habían enseñado en un curso que había tomado junto a Mina cuando ésta estaba embarazada.

No fue sorpresa que para el momento en el que llegaron para el hospital, Inasa esperaba en la puerta del lado de emergencias con una silla de ruedas y un par de enfermeras, Katsuki recordaba muy vagamente haberle dado el número del doctor a Aizawa y a todos por si eso mismo sucedía mientras estuvieran o no juntos; por suerte lo estaban y solo había que sacar a Izuku sin tener que llevarlo ellos mismo hasta adentro.

—Parece que es buena noche para que los cachorros lleguen al mundo ¿No es así, Izuku? —Cuestionó Inasa con una sonrisa en lo que las enfermeras acomodaban al pecoso en la silla al ver que los dos alfas estaban hechos unos manojos de nervios. —¿Contracciones?

—Un día de Halloween, son bastante antojados ¿No cree doc? —Bromeó Izuku aguantándose el dolor mientras se sobaba el vientre. —Cada cinco minutos pero creo que va bajando a dos y uno patea más fuerte que el otro.

—Era obvio que se iban a adelantar pero los esperaba para la semana que viene —Comentó Inasa mientras caminaban hacia la sala de parto. —Veamos cuanto falta para ya sacarlos.

Las enfermeras detuvieron a todas las personas que parecían acompañar al peliverde y cerraron las puertas de la sala para comenzar a encargarse. Katsuki y Eijiro habían comenzado a ponerse más nerviosos, tanto que casi que terminarían abriendo un hueco en el suelo mientras que los demás solo observaban como éstos caminaban, comenzaban a marear pero preferían mantenerse callados, uno en cualquier momento podría dejar salir al lobo y el otro solamente observaría la masacre; incluso si aún no se llevaban demasiado bien —Aunque ya se soportaban—, ambos cuando se trataba de Izuku parecían ser hasta los mejores amigos solo para que el pecoso no sufriera o estuviera triste; esa fue una de las razones para comenzar a soportarse mutuamente, el pequeño Izuku.

Dos horas después, vieron a las enfermeras sacar a los cachorros para darles los cuidados necesarios y luego volver para acomodar a Izuku en una habitación mientras se le pasaba la anestesia, saliendo poco después Inasa detrás de la camilla para ir hacia Katsuki.

—Ya eres padre por segunda vez, felicidades hombre —Comentó Inasa con una carcajada. —Pueden ir con Izuku y en unos minutos se les serán llevados a los cachorros —Indicó.

Todos comenzaron a celebrar mientras Katsuki se encontraba con una confusión de emociones, se dijo que entonces así se sentía estar por presenciar por primera vez a sus hijos desde que nacen,él no había pasado aquello con Yoshio pero no le importaba, había pasado mejores momentos con su hijo y gracias a él fue que su encontró a su destinado, estaba seguro que de no haber ido a esa guardería, ahora estaría soltero y frustrado con la vida por dejarlo solo. Por ello estaba agradecido, tenía buenos amigos, una enorme familia —Que a veces no soportaba y quería darles un balazo a cada uno—, un hijo que le entregaba cada día lo mejor de sus años y que amaba demasiado, un omega al cual amaba con su alma y que no cambiaría por otro; y gracias al mismo, ahora tenía dos hijos más a los cuales también amaría demasiado. Se dijo también que no cambiaría nada de su pasado porque eso fue lo que hizo el presente que tiene ahora. Katsuki se dirigió a la habitación con Izuku y se acercó a la camilla para besar a su pareja, despertándolo en el proceso y sin importarle, siguió llenándolo de besos; estaba feliz, emocionado, sentía ganas de llorar —Pero no lo haría— y sobretodo, se sentía agradecido con su omega por entregarle tanto y tan hermosos hijos, por lo que veía; ya que las enfermeras habían llegado con los cachorros para entregárselos a sus padres y dejar que los bebés los reconocieras. El cenizo volvía a sentir las mismas sensaciones que cuando sostuvo a Yoshio en brazos la primera vez, era una sensación completamente hermosa y que amaba.

La vista ajena a aquellos cuatros era completamente especial y hermosa, era una imagen que se necesitaba ser fotografiada y como Mitsuki no estaba allí para hacerlo, Momo se encargó de tomar una foto con su celular antes de que Eijiro entrara a romper aquella imagen de la familia perfecta para ver a sus sobrinos y llorar orgulloso de lo que Izuku hizo porque: Gracias a la Luna se parecen a ti Izu, le dijo sin sentirse culpable e ignoró la mala mirada que le daba el cenizo.

—Lárgate de aquí, idiota. Ya no serás nada de mis hijos —Sentenció Katsuki con un gruñido, meciendo a su hija para no molestar su sueño.

—Eso lo decide Izuku —Respondió Eijiro con burla, sacándole la lengua al cenizo.

—Si sigues así de infantil, le tomaré la palabra a Kacchan —Murmuró Izuku al sentirse cansado sin dejar que sus ojos cayeran.

—Me comporto —Respondió Eijiro con fastidio, aunque no se le notara en la voz.

Kaminari negó en silencio, prefería no meterse en esa discusión, así que solo se acercó para tomar en brazos al cachorro que tenía Izuku y le sonrió con calma para que pudiera descansar un poco más, el que fuera cesárea también era complicado, para las mujeres era sencillo pero para ellos que eran hombres, no lo era en absoluto y Kaminari lo confirmaba por la cara de Izuku. Katsuki le había dado la bebé a Eijiro mientras iba a llamar a sus padres para contarles la noticia y así dejaran de mandarles tantos mensajes, cada dos minutos sonaba el timbre con un nuevo mensaje y Katsuki había estado a punto de lanzar el celular por la ventana. Una vez que terminó de dar la noticia, se fue despidiendo de sus acompañantes que ya se se iban para su casa, Katsuki les agradecía por asistir a la fiesta y por llegar con ellos hasta el hospital mientras los otros lo felicitaban por lo sucedido, los únicos que se habían quedado fueron la extraña parejita de alfas y Eijiro con Kaminari.

Katsuki sabía tanto como Izuku que ahora que sus hijos habían nacido, tenían una vida prr la cual seguir viviendo y disfrutando; sus tres hijos eran su prioridad y ellos como pareja también se ponían como prioridad el uno con el otro; ambos se amaban y estaban dispuestos a esperar el futuro con los brazos abiertos porque sin importar las adversidades, ellos dos estarían juntos y para sus hijos hasta que fin de su cuento llegase.

¡Hola! ¿Qué les pareció?

Es un Halloween un tanto adelantado pero cuando leí la palabra "Familia" en los temas, ellos fueron los que vinieron a mi mente y dije: "¿Por qué no?, nada me detiene de no hacerlo."

Igual esto se podría considerar uno de los finales que le tengo planeado a la historia, pero no se confíen eh, que luego dejan de leer los demás capítulos :(