5to día - Omegaverse

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Pareja: TodoBakuDeku

Número de palabras: 4996

Advertencias: Ninguna. (Que yo sepa xD)

Nota: Este es una historia que tenía en borradores y al no tener portada, no la saqué. Igual hice este Os como opción y para mostrárselos.

En aquella casa de campo se podía apreciar un peliverde en medio de un campo cultivando las flores de esa temporada, al igual que los vegetales y hortalizas, se encontraba en esos momentos solo ya que sus alfas estaban trabajando. Izuku era consiente de lo que esos dos trabajaban y aún así, mientras no llevaran el trabajo a la casa, él ignoraría todo detalle.

A Izuku le gustaba mucho la naturaleza, era un omega conectado enteramente a su animal interior gracias al inmenso terreno en el que vivía, amaba cultivar y cosechar frutas, hortalizas, todo tipo de plantas e incluso flores; tenía su propio negocio en el centro del pueblo, mismo que estaba a solo veinte minutos de la ciudad más cercana y a tres horas y cuarenta y siete minutos del centro de Tokio. A Izuku no le gustaba mucho la ciudad, creía y afirmaba que las personas se estaban intoxicando a si mismos y contaminando el ambiente, además de que la mayoría había perdido contacto con su animal interior, le disgustaba cuando encontraba personas que ignoraban por completo su animal interior, lo odiaba.

Luego de recoger las flores que estaban listas, tomó la cesta y caminó por sobre la tierra, iba descalzo ya que amaba sentir la tierra bajo sus pies sin importarle si esta estaba caliente por el sol, era la forma de sentirse aún más conectado a la naturaleza. Izuku era un conejo, era bastante delicado ya que habían temporadas en las que enfermaba por casi un mes, sus alfas eran quienes se encargaban de cuidarlo y mimarlo, a veces los tenía a ambos, otras solo a uno; le gustaba más cuando los tenía a los dos en casa.

Llevaba dos días sin verlos ya que habían tenido que viajar por un trabajo, así que su madre lo iba a visitar cuando no tenía demasiado trabajo en la cafetería y lo ayudaba a cultivar los vegetales, la mujer había sido la primera en aceptar que su bebé tuviera dos alfas, como también fue la primera en defender a su pequeño cuando las personas habían empezado a hablar mal sobre la relación de un omega con dos alfas, era su heroína e Izuku se lo repetía muchas veces. Esa tarde su madre solo lo había llamado, habían hablado bastante mientras Izuku se hacía de comer y colgó justo a tiempo para que su madre se fuese a trabajar.

Sus días solían ser bastante aburridos cuando se encontraba solo, pero siempre encontraba qué hacer. Sus cultivos lo mantenían ocupado, a veces cuando llovía se mantenía sentado en la ventana con un cuaderno entre sus piernas, dibujando las calles, las flores que se vieran cerca, las personas e incluso a los animales que se ponían bajo el techo que le había pedido a uno de sus alfas que pusiera, le causaba tristeza ver a los animalitos perdidos mojándose y al no poder salir para ayudarlos, prefería que se mantuvieran bajo un techo, seguros de la lluvia.

Tomó sus cosas y luego de lavarse los pies y colocarse los zapatos, salió hacia su camioneta y acomodó todo, se subió y se dijo que era hora de trabajar, más no esperaba ver llegar dos autos que no reconocía, aquello lo asustó y colocó el seguro de las puertas, no creía que lo fueran a robar pero nada era seguro ya que de los autos se bajaron dos hombres que no conocía, sus ojos se aguaron y estaba por llorar, sobretodo porque uno de ellos se acercó a su ventana, mostró una identificación y las primeras lágrimas salieron, la camioneta se llenó de sus feromonas, haciendo que estas se salieran poco a poco por la pequeña ranura en la ventana. El hombre alzó las manos y sonrió para relajarlo.

Tranquilo, Izuku. Venimos de parte se Katsuki Bakugou Comentó el hombre viendo la reacción del peliverde.

¿K-kacchan? ¿D-dónde está? Cuestionó Izuku de vuelta sin confiar en el hombre.

Él está bien, puedes venir con nosotros y te llevaremos con él Ofreció el hombre sin borrar la sonrisa.

¿Y Shouchan? Cuestionó Izuku viendo al hombre, concordaba con su animal acerca de no confiar en el hombre.

¿Quién? El hombre volteó hacia su compañero quien negó sin saber tampoco de quién se trataba ya que la mujer solo les había dicho un nombre. Lo siento, solo vengo de parte de Bakugou; vamos.

No.

Izuku marcó el número de emergencias que le habían dado los dos alfas y que sólo debía usar si su vida estaba en peligro, consideraba estar en peligro; si el hombre no conocía a Shouto, era porque aquello de que los acompañara era una trampa y Kacchan le había repetido muchas veces que si lo iban a buscar y no le nombraban a ambos, no debía ceder a los pedidos; Izuku comenzaba a pensar que quizá había sido mala idea ir a trabajar tan tarde ese día.

No muy lejos del pueblo se encontraban dos alfas en una tienda de ropa, el cenizo observaba con el ceño fruncido las prendas y sacaba las que le gustaba para mostrársela al bicolor, querían llevarle regalos a su lindo omega pero el hombre negaba a todo lo que escogía solo porque era ropa negra.

Katsuki, Izu es de ropa colorida y suave, no puede escoger ropa de cuero y mucho menos negra Regañó Shouto sacando su celular al escuchar el timbre y se tensó al notar que era llamada de marcación rápida. Deja eso y vámonos.

Espera bastardo, ni siquiera hemos escogido la ropa para Deku Se quejó Katsuki en un gruñido.

Izu acaba de usar el número de emergencias, camina Ordenó el bicolor.

Aquello fue suficiente para que el cenizo hiciera caso y ambos alfas salieran de la tienda hacia el auto, estaban seguros de que Izuku no usaría el número solo porque si, así que Katsuki pisó el acelerador mientras Shouto se sostenía, el bicolor sabía que cuando había que llegar rápido a un sitio, Katsuki era el que debía manejar; el cenizo se saltaba semáforos y policías con tal de acortar el camino al cual se dirigían y en esos momentos necesitaban justo eso. Habían estado ignorando a sus animales, creían que la preocupación de estos era porque llevaban dos días separados de Izuku, que equivocados estaban.

De veinte minutos que les llevaba llegar al pueblo más otros diez minutos para llegar a casa, el camino fue en justo diez minutos. Ambos salieron del auto, viendo a Izuku pelear con los dos hombres que trataban de secarlo de la camioneta, queriendo agarrarle los pies pero Izuku entre llantos Los cuales alertaban a sus animales y los molestaba aún más pataleaba para soltarse, de vez en cuando golpeaba el rostro de los hombres y Katsuki no podía estar más orgulloso de su omega.

Usaron sus feromonas mientras se acercaban a los hombres, estos los notaron y se tensaron, voltearon a ver hacia los recién llegados y soltaron una maldición por lo bajo.

Dijiste que no llegarían si no hasta dentro de tres horas Gruñó uno de los hombres.

Es la información que ella me dio Respondió el otro hombre, comenzando a alejarse del pequeño omega. Debe ser culpa de ese estúpido omega, debió haberlos llamado.

Katsuki gruñó con fuerza y Shouto no lo detuvo cuando lo vio acercarse al tipo con su arma en la mano, el cenizo era mucho más agresivo y desordenado para atacar, mientras que Shouto solo observaba los movimientos del otro que creía pasar desapercibido y que estaba a punto de tomar a Izuku de vuelta, encontrándose con que no estaba, el peliverde había aprovechado el descuido para salir por la otra puerta y meterse a la casa para esconderse. Así que Shouto de manera sigilo, tal como una pantera, se acercó al hombre y se acomodó detrás suyo para dejar una navaja en su cuello.

Se acaban de meter con el omega equivocado, quien sea que lo haya mandado a buscar, que escuche bien; se acaba de meter en la boca de un lobo de ojos rubíes y en las garras de una pantera Habló el bicolor de manera calmada, guiando al hombre junto a su compañero, mismo que estaba lejos del campo de Izuku. Como es seguro que la persona que los envió está escuchando, déjenme decirle que cuide su espalda y la de su familia, porque meterse con nuestro omega le ha salido bastante caro.

Katsuki sonrió bastante macabro y alzó el arma a la cual le había colocado el silenciador para no asustar a Izuku Más de lo que estaba y disparó a la cabeza de uno de los hombres.

—Creo que se me olvidó preguntar si tenía algo para decir Comentó Katsuki de manera fingida y alzó los hombros restándole importancia antes de ver al otro. ¿Algo para decir?

Si, un mensaje de ella Respondió el hombre obteniendo la atención de ambos alfas. Cito"Sólo es una puta barata que tendré en mis manos cuando se descuiden, me aseguraré de quitarle lo que más quieren a los asesinos más famosos de Japón"

Aquello molestó a ambos alfas y luego de matar al hombre juraron encontrar a la mujer que estaba detrás de eso. Llevaron los cuerpo hacia el maletero de los autos y se encargaron de limpiar la sangre con solo agua, después de todo era tierra donde estaban y el agua iba hacia el alcantarillado. Se aseguraron de no tener sangre encima y guardaron las armas antes de entrar a la casa con la llave ya que la puerta tenía seguro, usaron sus feromonas para tapar las de Izuku y hacer que le llegaran para que estuviera más tranquilo, caminaron siguiendo las feromonas y llegaron a la habitación, Shouto fue el primero en entrar, seguido de Katsuki y en un abrir y cerrar de ojos, Izuku se encontraba en brazos de Shouto quien lo abrazó y jaló a Katsuki al abrazo, ambos alfas buscaban tranquilizar al pequeño omega que temblaba entre ambos y lloraba sobre el pecho del bicolor.

Una hora estuvieron ambos alfas calmando y mimando a su omega hasta que se mantuvo tranquilo, los tres estaban sobre la cama, ambos alfas en bóxer ya que el omega había les había negado subir a la cama con la ropa que llevaban puestas, lo complacieron puesto sabían que a Izuku no le gustaba el aroma de la sangre cerca suyo, aunque no les haya caído sangre a la ropa, Izuku podía olerla a la perfección.

¿Ya mejor? Cuestionó Shouto, viendo a Izuku asentir en silencio. Hiciste bien en usar el número de emergencia, Izu.

Bien hecho nerd, lo hiciste bien. Ahora deja de moquear y salúdanos Comentó Katsuki recibiendo dos miradas serias. ¿Qué? Tenemos dos días sin vernos.

—¡Y yo estuve a punto de ser secuestrado! Chilló Izuku con ceño fruncido y alejándose del cenizo para pegarse a Shouto. ¡No me toques, insensible!

¡Pero llegamos a tiempo! ¡Ven aquí! Exigió el cenizo jaloneándolo para que se pegara a su cuerpo.

¡No quiero! ¡Eres un insensible! ¡Me quedaré con Shouchan! Respondió Izuku abrazándose al bicolor.

Shouto tan solo se mantenía escuchando y viendo mientras era jaloneado, aquellas situaciones era las que más extrañaba cuando estaba afuera con Katsuki, las discusiones entre el cenizo y el peliverde con él en medio, todos los que los veían aseguraban que eran una pareja bastante extraña y efectivamente lo eran, pero así eran felices y se amaban.

Bueno ya, se van a lastimar y me van a lastimar Regañó Shouto a ambos. Katsuki deja a Izu en paz.

El cenizo solo gruñó y dejó tranquilo al omega para dirigirse hacia el baño, abrió la llave para llenar la enorme tina que se encargó de que colocaran y esperó, sabía que se le unirían pronto. En la habitación, Izuku se acomodó sobre el abdomen del bicolor para limpiarse las mejillas y restregarse los ojos un poco antes de que Shouto lo detuviera.

Cuidado te lastimas los ojos, Izu Le dijo mientras tomaba sus manos con suavidad y sonrió encargándose de quitarle la ropa. Vamos a acompañar al lobito gruñón que nos debe estar esperando.

Está bien Murmuró Izuku levantándose de la cama.

Shouto solo observaba el cuerpo de su lindo omega, era imposible no comérselo de vez en cuando y ahora que habían estado sin verlos dos días, a Izuku le iba a costar un día sin levantarse de la cama, por más que fueran tiernos con él, solo podía aguantar más de cuatro rondas cuando tenía su celo, que si se ponía a calcular, faltaban dos semanas para el celo de Izuku y el de Katsuki, así que eso era lo que debía tener al cenizo más gruñón y territorial.

Ahí voy~ Anunció Izuku luego de quitarse el bóxer y entró a la tina, acomodándose entre las piernas de Katsuki, dejando la espalda sobre su pecho. Ya entra Shouchan.

No te hagas del rogar y entra bastardo Llamó Katsuki abrazando a Izuku y dejando el rostro sobre su cuello.

Shouto rió por lo diferente que podía sonar un mismo pedido, se despojó de su bóxer y se acomodó en la tina, apoyando la espalda en uno de los extremos mientras observaba a los otros dos. El baño se llenaba con los aromas de los tres, haciendo el momento más íntimo y tranquilo, Izuku amaba aquellos momentos en los que era consentido, recordando vagamente todo lo que había hecho cuando conoció a los dos alfas y reía bastante divertido hasta el momento en el que sentía la aproximación de ambos, justo como ese momento.

—¿Por qué recuerdas el pasado cuando justamente estamos bañándonos, Izu? Cuestionó Shouto tomando una esponja para comenzar a tallar el cuerpo del peliverde.

Uhm, porque es cuando más relajado estoy y cuando más despierto me siento Respondió Izuku dejándose hacer.

¿Qué recordaste ahora Deku? Cuestionó Katsuki acariciando el cuello ajeno con la punta de su nariz, queriendo absorber todo el aroma de su pareja.

Recordé la primera vez que nos conocimos, ¿Se acuerdan?

Katsuki y Shouto se miraron al mismo tiempo luego de aquella pregunta y asintieron al mismo tiempo, por supuesto que recordaban aquel día, el mejor para ellos, cuando conocieron a su hermoso angelito.

El día era bastante tranquilo a pesar de que el día anterior había estado lloviendo como si se estuviera cayendo el cielo, para las personas del pueblo las cuales cosechaban en sus casas habían tenido un par de pérdidas por la misma lluvia y por ello se encontraban acomodando y recogiendo todo lo que aún era salvable, algunos vecinos ayudaban, aquellos que no tenían que trabajar ese día e incluso las personas que solo habían estado de paso, turisteando; estaban ayudando a aquellos que necesitaran unas manos demás.

Dos alfas que iban llegando luego de haber hecho un trabajo en la ciudad cercana y estaban buscando pasar un tiempo lejos de la ciudad, vacacionando; decidieron que aquel pueblo sería la mejor opción ya que no los conocían y ellos no conocían a nadie allí. No contaron con que al llegar a uno de los hoteles que habían escogido, este se encontrara con un cartel y así fueron los siguientes dos hoteles e incluso habían unos cuantos negocios que tenían un cartel que no se tomaron el tiempo de leer, prefirieron acercarse a una de las tiendas que sí estaba abierta.

Disculpe, ¿sabe de un hotel que esté abierto en el pueblo? Cuestionó el bicolor, sabiendo que su compañero podría soltar la primera sartada de groserías y sinceramente no quería que el pobre hombre se espantara y los echara de su negocio.

Oh, no van a encontrar ninguno abierto por las próximas tres horas, tal vez Respondió el hombre al ver a los recién llegados. La tormenta de ayer dañó muchos de los campos de las personas que viven aquí y casi todos se han ido a ayudar a las personas, sobretodo al pequeño Izuku que está solo y tiene que acomodar el techo de su cultivo antes de la próxima tormenta, es una pena que las lluvias dañen los cultivos de las personas —Contó con un suspiro. Pueden encontrar al dueño de uno de los hoteles con él, estaba por cerrar e ir cuando llegaron, ese hombre es muy acosador cuando se trata del pequeño Izuku, así que hay que mantenerlo vigilado.

Y así fue como el hombre habló y habló sin detenerse, llevándose consigo a los dos jóvenes alfas en dirección a la casa del peque Izuku, ninguno sabía quién era pero el parecía ser alguien bastante amable por lo que el hombre les contaba, incluso Katsuki quien en un principio quería retorcerle el cuello al hombre por ser un parlanchín, estaba al pendiente de la conversación y es que Shouto creía que lo hacía porque de todas formas ya no tenían escapatoria, además de que necesitaban quedarse en un hotel y cruzar los dedos para que llegara otra tormenta al pobre pueblo. Shouto era quien más se compadecía, habían personas trabajando en sus casas o en los de sus vecinos, era una obra bastante buena y supuso que al ser un pueblo pequeño, así debía ser todo.

Cuando llegaron a la casa a la cual se dirigía, vieron dos omegas peliverdes discutir con un torpe alfa por lo que parecía ser, un daño hacia uno de los cultivos y el hombre que los había guiado hasta allá simplemente reía, los llevó con él hacia las tres personas para darse a notar.

Volviste a meter la pata, Keigo —Habló el hombre viendo al rubio.

Abuelo Toshinori, ¿Qué hace aquí? Cuestionó el rubio de nombre Keigo, notando a los dos alfas más jóvenes detrás de su abuelo. ¿Quiénes son ellos?

Son visitantes, se suponía que ibas a estar atendiendo el hotel y resulta que estás aquí —Regañó Toshinori al rubio y volteó hacia los Midoriya. Pido una disculpa por los daños causados que hizo mi nieto, por favor dejen que los ayudemos Ofreció el hombre señalando a los dos jóvenes alfas. Keigo devuélvete al hotel y deja de estar fastidiando aquí en la casa de los Midoriya, que ni arreglas ni ayudas, solo estorbas.

Katsuki y Shouto no habían podido quitarle la mirada de encima al peliverde que ahora conocían como Izuku, el pequeño era un ángel, tan hermoso y tan distante para ellos en esos momentos, a pesar de estar a tan sólo cinco pasos de él, igual lo sentían distante; el chico tenía sus pecosas mejillas sonrojadas por el par de ojos tan penetrantes que sentía en esos momentos, no sentía incomodidad, era incluso sensaciones diferentes a las que sentía con Keigo.

Toshinori no debe preocuparse, mi madre y yo podemos encargarnos Habló Izuku a pesar de estar envuelto en una sábana acolchada. Recibiendo la mirada del rubio mayor.

No creo que puedas encargarte estando enfermo, Izuku Comentó Toshinori y sonrió amplio.Deja que nos encarguemos, no creo que a nuestro jóvenes visitantes les moleste ayudar un poco aquí. ¿O si?

No, no nos molesta ayudar Respondió Katsuki, ganándose la mirada sorprendida de Shouto. ¿Qué? No hay nada mejor que hacer y si ayudamos aquí, podremos ir al hotel a descansar.

Debería comenzar a preocuparme que te sientas mal también Comentó Shouto y suspiró dándole la razón. Podemos quedarnos a ayudar en lo que haga falta, así que por favor descansa Comentó dirigiéndose a Izuku.

El pequeño peliverde no sabía donde meter la cabeza, eran dos alfas bastante guapos con ropa un poco formal, desaliñaban con el pueblo completamente y él, él estaba en pijamas, con una manta cubriéndolo del frío que sentía a pesar de haber sol, sabía que era por la fiebre pero él nunca descansaba cuando de sus plantas se trataba e incluso podía apostar que su cabello debía parecer un nido de pájaros, se estaba muriendo de la vergüenza por sus fachas. Aún así asintió despacio y volteó hacia su madre cuando sintió su mano en la espalda.

Ve adentro y métete a la cama hijo, yo me quedaré con ellos aquí y nos pondremos a acomodar ese techo antes de que venga la próxima tormenta Le recomendó Inko, instándolo a que caminara.

Pero-

Sin peros, anda Ordenó Inko con seriedad.

Izuku asintió y caminó hacia la casa, pasando por el frente de los dos alfas, encongiéndose un poco al sentir las feromonas de ambos golpear sus fosas nasales, aquello solo hizo que caminara más rápido, adentrándose a su casa. Los dos alfas no se perdieron aquella reacción, incluso también habían sentido el aroma del pequeño omega, simplemente no habían reaccionado, aunque les hubiera gustado seguirlo y perderse en su cuello, en el aroma que el peliverde desprendía pero debían recordar tres cosas; uno, ellos eran desconocidos; dos, el pequeño estaba enfermo y tres, debían colocar un techo.

Inko guió a los tres alfas por el campo de cultivos, pidiéndoles que cuidaran al pisar, Toshinori les iba contando la razón de que la mujer les pidiera constantemente aquello y comprendieron que aquel enorme cultivo era la vida del pequeño omega que había dejado su carrera de arte en la ciudad para dedicarse enteramente a la naturaleza y lo que esta podía entregarle. Shouto estaba todavía bastante sorprendido de que Katsuki no hubiera soltado alguna grosería o se hubiera quejado todavía del trabajo que estaban haciendo y es que colocar aquel enorme techo que pudiera mantener la lluvia alejado de los cultivos, no era nada sencillo e incluso era bastante estresante.

El aroma de Izuku les había llegado a ambos una hora después y ambos voltearon hacia el lugar donde provenía dicho aroma, encontrando al omega acomodándose en una hamaca que había en la entrada de la parte trasera de la casa, acurrucado entre las sábanas con su madre al lado, la mujer no parecía muy contenta pero aún así no decía nada. Sólo bastó una hora más para terminar de colocar el techo y asegurarse que aunque pasaran los tres por encima de este no se caería.

Izuku realmente había temido por sus cultivos, que aunque en esos momentos no estuvieran en su temporada, aún así había pequeñas plantas saliendo de la tierra, se dijo que se iba a morir allí mismo si el techo caía con los alfas y estos sobre sus cultivos, por milagro aquello no sucedió y cuando los vio bajar de techo, volvió a respirar, destensando sus dientes los cuales no había notado que había tensado. Inko les ofreció limonada a los tres alfas y asiento cerca de la hamaca donde se encontraba su hijo para que descansaran.

Pequeño Izuku, ¿no deberías estar durmiendo? Cuestionó Toshinori al ver al chico hecho bolita en la hamaca.

He estado durmiendo los últimos dos días, el sueño atrasado que tenía se me fue de tanto que mamá también me dice que vaya a dormir, ya no quiero seguir durmiendo Se quejó Izuku con una mueca y suspirando hondo, antes de ver hacia los tres alfas. Debo agradecer, el que hayan puesto el techo por mí significa mucho, solo les pido que no vuelvan a subirse al techo, temí por la vida de mis cultivos.

Toshinori soltó una carcajada ante las palabras del pequeño peliverde y negó, volteando hacia los dos alfas que ahora conocía como Shouto y Katsuki, y recordó que tampoco los había presentado con la familia Midoriya.

Oh, casi se me olvidaba. Ellos son Shouto y Katsuki Habló, señalando primero al bicolor y luego al cenizo. Ellos son Inko e Izuku Presentó a los dos peliverdes. Lamento haber hecho las presentaciones dos horas después.

Es un gusto conocerlos a ambos y gracias, de nuevo por venir a ayudarme Habló Izuku haciendo una venía corta, acomodándose para evitar los mareos. Sepan disculpar las fachas, en las temporadas de tormentas suelo enfermar muy seguido y mi madre es quien viene a ayudarme cuando no tiene trabajo en su cafetería.

No debes disculparte por eso, estás enfermo y lo entendemos pero deberías cuidarte Habló Katsuki mordiéndose un poco la lengua para evitar soltar alguna grosería, era muy extraño que se comportara pero quería quedar bien, por los momentos.

Y descansar adecuadamente Agregó Shouto sin quitarle la mirada de encima.

Izuku es bastante inquieto, aunque esté enfermo no deja el trabajo de lado, aún cuando se ha desplomado un par de veces y la doctora del pueblo lo regaña Acusó Inko, ignorando las quejas de su hijo para ver hacia los dos alfas más jóvenes. Mañana pueden pasarse por la cafetería y desayunar lo que gusten, yo invito Ofreció.

Le tomaremos la palabra, señora Inko Respondió Shouto por él y su compañero. Ahora si no necesitan nada más, nos gustaría ir al hotel, el tiempo no parece estar de buen humor y no quisiera que nos cayera la lluvia antes de tiempo.

Izuku e Inko acompañaron a los tres alfas y se despidieron de esos, viéndolos partir y fue cuando Inko decidió molestar poquito a su hijo acerca de que dos alfas le habían puesto el ojo encima y a él no parecía molestarle, Izuku puso de excusa de que ahora si tenía sueño para encerrarse en su habitación y evitar las burlas de su madre.

El baño había terminado para cuando los tres chicos recordaban aquel primer encuentro e Izuku iba contento con el solo recuerdo, luego de que Izuku se recuperar y volviera al centro del pueblo a vender sus vegetales, frutas y flores, veía con frecuencia a los dos alfas, ambos habían sido contratados por Toshinori, el señor podía ser realmente convincente cuando quería alfo de las demás personas y había quienes aceptaban sin siquiera saberlo, era un verdadero misterio cuando sucedía.

Recuerdo que cierto omega nos hizo volver incluso luego de cada trabajo para que insistiéramos en que nos diera una cita Comentó Katsuki en alto, viendo a Izuku pasearse desnudo por la habitación mientras buscaba una camisa que ponerse.

—No sé de cual omega estarás hablando Respondió Izuku de manera divertida, sacando una de las camisas que llevaba impregnados los aromas de ambos alfas, misma camisa que le llegaba a cinco dedos más abajo de su trasero. ¿Creíste que sería sencillo?

Entonces si sabes de cual omega hablo Respondió Katsuki colocándose un bóxer negro y volteó a ver a Shouto que tenía ya el suyo y ahora tenía un secador en las manos.

En todo momento supimos que no nos la harías fácil y eso fue lo que nos enamoró más de ti, Izu Habló Shouto comenzando a secarle el cabello a Katsuki que era el más cerca. Si hubieras aceptado fácilmente, nos hubiera aburrido con el pasar del tiempo, lo hubiéramos pasado por una monotonía.

Eso suena bastante cruel viniendo de ti Shouchan Comentó Izuku acercándose al cenizo para sentarse sobre sus piernas y abrazar su cuello. Me alegra que a pesar de que llevemos casi dos años juntos, no se hayan aburrido todavía de mí.

Has sabido mantenernos juntos, por eso es que no ha sido una monotonía Contestó el bicolor, comenzando a secarle el pelo a Izuku.

¿Eso significa que estaremos muchos muchos años más? Cuestionó Izuku dejándose hacer.

Muchísimos años más nerd, es una promesa que te hicimos cuando te marcamos, ¿Lo recuerdas? Cuestionó Katsuki abrazándolo por la cintura.

Lo recuerdo perfectamente —Susurró llevándose las manos al cuello sobre ambas marcas y sonrió sonrojado, levantando la mirada hacia los dos. ¿Entonces puedo pedirles algo?

Claro que si Deku, ¿qué es? Cuestionó Katsuki primero, quitándole las palabras de la boca a Shouto.

Izuku había estado queriendo pedirles eso, ahora que tenía la oportunidad se comenzaba a arrepentir, le causaba bastantes nervios, sobretodo luego de lo que había sucedido ese día, no creía estar en peligro siempre, después de todo, ese es su pueblo y conocía a todas y cada una de las personas, incluso a los turistas, pero en tal caso de que lo volvieran a buscar... Sinceramente se preocupaba sinceramente.

Izu, cualquier cosa que quieras pedir pero te esté incomodando, puedes hablarlo con nosotros Comentó Shouto luego de haberse secado el cabello también, sentándose a un lado de ambos para abrazarlos.

¿Qué quieres pedir, Deku? Cuestionó Katsuki tomándole las mejillas para que los viera.

Quiero... Cachorros... Murmuró Izuku sonrojado, desviando la mirada.

Aquello sorprendió a ambos alfas, no podían saber desde cuando Izuku estaba pensando en pedirles cachorros y fue entonces que cayeron en cuanta sobre las preocupaciones del pequeño omega, luego de lo sucedido ese día, sinceramente hasta ellos que estaban felices con la idea de ser papás, estaban preocupados por lo que la mujer esa quisiera hacerle a su lindo omega.

Yo... entenderé si no quieren, solo... es un pensamiento que tuve hace poco y... Izuku ya no sabía como retractarse con su pedido y estaba entrando en pánico, quería llorar.

¿Cuánto es hace poco Izu? Cuestionó el bicolor viendo a Katsuki y luego a Izuku.

Hace dos meses... Murmuró en respuesta sin verlos a los ojos.

Dos meses y nos dices ahorita, Deku de verdad que eres un caso bastante serio Comentó Katsuki, aunque no estaba molesto, su voz parecía sonar que si.

Supongo que lo dice ahorita porque tu celo y el de él está a tan solo dos semanas, Kat Comentó Shouto observándolo serio.

Lo sé, aún así me fastidia que no nos haya dicho antes Resopló Katsuki y abrazó a Izuku. Prepárate entonces Deku, en este siguiente celo nos encargaremos de dejarte lleno de cachorros Prometió.

Izuku se sonrojó por aquellas palabras, sintiéndose feliz junto a su animal, tendría a sus cachorros y ya podía imaginarse cómo serían estos. Abrazó a ambos alfas y los besó a ambos, sintiendo las manos de estos recorrerle el cuerpo mientras se estremecía, su cuerpo tenía la facilidad de reaccionar rápidamente a las caricias y besos de sus dos alfas y éstos quedaban fascinados de poder hacer que su angelito se volviera un pequeño diablito en cuestión de segundos.

Podemos comenzar desde ahora, ¿tú que opinas Kat? Comentó Shouto con una sonrisa pícara pintando sus labios.

Estoy completamente de acuerdo.

Y así fue como aquel trío se enrollaron cada a uno a su manera, entregándose amor con cada caricia, cada beso y cada palabra de amor que le dedicaban a su lindo omega, éste solo se dejaba hacer mientras recibía y entregaba amor amor y placer. Los dos alfas estaban dispuestos a dar su vida por su pareja y por los futuros cachorros que éste les diera, y prometieron allí mismo que lo protegerían de todo y todos.

No dejarían que nadie le pusiera una mano a su angelito, porque mano que le pusieran encima, mano que cortarían.

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