Parejas: InaTodo & KatsuDeku.

Número de palabras: 1683.

Advertencias: AU medieval, sin quirk.

Nota: No tengo nada que decir, más que no habrá continuación.

El consejero y amigo del príncipe Todoroki era alguien especial, tenía un secreto que pocos sabían, podía ver el hilo rojo de lo demás pero no podía ver el suyo según le había dicho la curandera del pueblo, aunque no era necesario ya que Izuku sabía que su actual pareja era la otra parte de su hilo rojo del destino.

El príncipe Todoroki era el próximo heredero de la corona pero para ascender debía casarse, su padre, el rey Enji le propuso que podía escoger a quien quisiera pero debía ser presentado ante la familia primero, Shoto agradecía que su padre le haya permitido que fuera él quien escogiera a su futuro esposo pero la condición era que solo tenía dos meses para decidir con quién casarse y Shoto no quería tener a su lado a su otra mitad, su alma gemela y la persona que cargaba con el otro extremo de su hilo rojo. Por ello ese día fue en busca de su consejero y a amigo, pero para su mala suerte; este no estaba.

—¿Cómo que se fue? ¿Cuándo? —Cuestionó con el ceño fruncido.

—Su padre le pidió que fuera con Ochako a entregarle unas cosas al clan Bakugou ya que, como sabe, Izuku es el único que puede pasar al clan sin que le pase nada —Respondió el peliazul que se encontraba parado de forma recta. —Se fue hace veinte minutos.

—Es increíble que se haya ido sin avisarme, solo porque el viejo le permitió ir a ver a su pareja —Comentó cruzados de brazos y chasqueó la lengua molesto. —Cuando regrese, dile que lo quiero en mi habitación, que es urgente y que es posible que tengamos que salir de viaje.

—¡Entendido príncipe! —Exclamó el peliazul haciendo la señal de respeto de la familia real.

—Gracias Iida.

Shoto se marchó de allí y dejó que el hombre se encargara de seguir con lo que se encontraba haciendo, se dirigió hacia su habitación para comenzar a preparar una mochila con las cosas que llevaría al viaje, no tenía idea si viajarían muy lejos o si su otra mitad se encontraba en su pueblo mismo; aunque no era la primera vez que salía del castillo, nunca lo había hecho con la intención de buscar a su otra mitad. Él mismo quería que su relación fuera como la que su consejero mantenía con el líder del clan Bakugou, aunque esperaba que su pareja no fuera un animal grosero como lo era el cenizo.

Recordaba bien la manera de conocerse y sinceramente había sido bastante estresante para él ya que tuvo que aguantarse los celos del hombre, lo conoció en el peor momento, ese día estaban bajo ataque y la ropa de ambos había quedado destrozadas, el gran lobo cenizo llegó en el momento en el que él se encontraba encima de su amigo tratando de despertarlo ya que éste estaba inconsciente y el hombre creyó que se estaba aprovechando de su pareja y lo atacó, ambos ganaron una cicatriz bastante fea en el pecho y un gran regañó de parte de Izuku luego de que ambos despertaran.

Desde entonces trataban de ser amigos, aunque no lo lograran tan bien como Izuku esperaba pero el chico sabía que se esforzaban a su manera. Igual Shoto no lo soportaba ni un poco y suponía que al cenizo le pasaba igual, aún así mantenía al hombre y a su clan cerca, eran fuertes y era mejor tenerlos de aliados a tenerlos de enemigos.

Luego de unas horas Shoto se dio cuenta de que Izuku no iba a regresar y que tendría que él ir a buscarlo, por lo que tomó su mochila junto a la otra que le habían preparado con comida para acomodarlas sobre su corcel, acomodó su espada en el cinturón y se acomodó el saco para subirse a su corcel, tomó las riendas. Se despidió y salió del castillo junto a dos de los soldados que los acompañarían en todo el viaje, la gente del pueblo ya estaban al tanto de su salida y se encargaron de despedirlo, deseándole buen viaje.

El camino no era muy largo más si un poco difícil por el hecho de estar adentrándose al bosque, el clan al que buscaban debía estar en alguna parte, siendo sinceros jamás lo había visto ni visitado, Izuku y Ochako eran los únicos que lo había visitado, por lo que debían estar pendientes de que no fueran a caer en una trampa.

Por suerte —O casualidad—, encontraron un punto de referencia para encontrar el clan, así que se adentraron de manera lenta, despacio y con cuidado, no había porqué apurarse cuando se entraba a un bosque desconocido hacia un clan igual de desconocido. Una vez que llegaron se detuvieron frente a la gran puerta de madera y Shoto fue el que se bajó de su corcel para hacer acto de presencia, mismo que no fue necesario ya que salieron de la nada unas personas para rodearlos. Shoto alzó ambas manos y con expresión serena, habló.

—Vengo por mi consejero, Izuku Midoriya —Anunció y vio hacia el pelirrojo que observaba sus ropas y supuso, por su expresión, que había reconocido el escudo de la familia real. —Dígale que llevo esperando horas por él en el castillo para salir de viaje y me hizo esperar.

El pelirrojo hizo una seña a sus amigos para que bajaran las armas y se dio vuelta para ir hacia la choza del líder, era muy probable que el peliverde se encontrara allí y una vez que llegó, ignoró los gritos del cenizo por la interrupción para dar el mensaje que se le fue entregado. Izuku abrió los ojos con sorpresa y dando un salto fuera de las pieles que eran usadas como cama, se acomodó la ropa antes de tomar sus cosas; Ochako hacía un par de horas que se había marchado, por lo que simplemente salió del clan, encontrándose con el rostro serio del príncipe y sintiendo vergüenza por haberse tardado, además de no avisarle de su salida.

—Shoto yo-

—No me interesa, Midoriya —Habló el bicolor sintiéndose molesto por alguna razón y se subió a su corcel. —Toma tus cosas y sube a tu caballo que nos vamos.

—Oye bastardo, a Deku no le estés hablando así o tendrás problemas —Gruñó el cenizo detrás de Izuku.

—No te metas Bakugou, tú y él tienen un tiempo específico para verse, el que haya roto lo acordado hoy, será castigado —Habló Shoto con sin dignarse a verlos. —Andando, eres la única persona que ve el hilo rojo y necesito encontrar a mi otra mitad antes de dos meses o mi vida estará atado a un viejo verde de la corte.

Izuku abrió la boca con sorpresa por sus palabras, el príncipe nunca había estado interesado en encontrar a la persona que estaba en el otro extremo de su hilo rojo, por lo que supo que el matrimonio para ascender a rey lo había orillado a tomar esa decisión, así que antes de que volviera a hablar, se concentró en el hilo rojo del bicolor y sonrió bastante entretenido antes de hablar.

—No hay porqué hacer un viaje príncipe Shoto —Comentó Izuku ganándose la mirada de todos en el lugar.

—¿A qué te refieres Midoriya? El príncipe te ha dado una orden, no puedes negarte —Habló uno de los guardias con el ceño fruncido.

—A lo que me refiero es, no hay que hacer ningún viaje porque su otra mitad está aquí —Respondió Izuku con tranquilidad mientras veía al príncipe y a los guardias bajar de los corceles.

—¿Quién? —Cuestionó Shoto, no le hacía gracia que su otro extremo de su hilo rojo fuera parte del clan de animales.

Izuku tomó la mano de su pareja para mantenerlo tranquilo en lo que invitaba a todos a seguirlo hasta adentro del clan, mismo que no era para nada pequeño, tenían un enorme terreno y chozas construidas por casi todo el lugar, habían chicas y chicos haciendo sus deberes antes de que anocheciera, Izuku los dirigía hacia la parte profunda del clan donde vivían los guerreros y personas de confianza del líder Bakugou y Katsuki temió a donde los estaba dirigiendo su pareja. Una vez que llegaron, Izuku y los otros se detuvieron, el peliverde tocó con suavidad la puerta y esperaron.

—Deku-

—Shh, el príncipe quiere saber su pareja elegida por el destino y eso le estoy entregando —Interrumpió Izuku y le sonrió a su pareja. —No podemos intervenir pero si mostrar, lo demás se deja a decisión de Inasa si aceptar o no.

Katsuki asintió justo a tiempo para ver la puerta abrirse e Izuku se hizo a un lado, dejando que fuera el príncipe quien viera al hombre primero. El pelinegro era uno de los mejores guerreros del clan Bakugo, la mano derecha del cenizo y una de las pocas personas en el clan que se había negado a tener pareja luego de enterarse que la pareja de su líder podía encontrar a la persona del otro extremo de su hilo rojo y aún así, no pidió buscarle ya que esperaría que fuera él o ella quien lo buscara algún día.

—Inasa buenas noches —Saludó Izuku al hombre con una sonrisa divertida ya que no le había quitado la mirada al príncipe. —Te presento al príncipe heredero del reino al que pertenezco, Todoroki Shoto —Comentó y vio hacia el bicolor. —Príncipe le presento a uno de los mejores guerreros del clan Bakugou, Yoarashi Inasa.

Ambos, Inasa y Shoto se reconocieron de inmediato, escuchando en su cabeza la leyenda que las ancianas solían contar, cuando se encuentra a tu pareja destinada escucharás la siguiente leyenda en tu cabeza:

«Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper».

Inasa y Shoto no necesitaron que Izuku les dijera lo que eran porque ellos ya lo eran, ahora solo quedaba que el bicolor le explicara la razón al hombre de porqué buscarlo ahora, conocerse durante los dos meses que Enji le entregó a su hijo y luego unirse como la feliz pareja que eran, vivirían una hermosa historia.

Una historia que estaría unida para siempre gracias al hilo rojo del destino que los unía.

¡Hello! ¿Cómo están?

Espero les haya gustado, es mi primera vez escribiendo InaTodo y o conozco mucho a Inasa, por eso una disculpa por no darle tanto protagonismo.