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"Eres la razón por la que vivo
eres la razón por la que muero
eres la razón por la que doy
cuando estoy quebrado y roto
no necesito un motivo"
Angel- Aerosmith

Las yemas de sus dedos tocaban ligeramente el frío cristal que le reflejaba su imagen, su mirada estaba enfocada en el reluciente traje blanco que vestía y resaltaba la palidez de su piel. Se miró, como extrañado de lo que veía en ese espejo.
“¿De verdad soy yo?” su mente aún se encontraba confundida pensando que había sido compulsivo con su respuesta de ese momento, cuando Morinaga le pidió matrimonio.

No hubo gran alboroto, todo fue con la discreción que siempre —o casi siempre— habían tenido desde el principio de su relación. Fue en un momento de rotunda felicidad: Souichi había conseguido su doctorado exitosamente y de forma casi inmediata fue llamado por varias empresas debido a su alto potencial y Morinaga, después de un largo año batallando, por fin consiguió que lo cambiaran del laboratorio de Hamamatsu al de Nagoya. Morinaga realizó una pequeña celebración sorpresa que solo involucrara a ellos dos y agradecía todas aquellas buenas noticias que llegaban. Durante todo el día se apresuró a preparar aquellos platillos que al senpai le gustaban y, con un poco de suerte, contendría los nervios hasta que pudiera proponerle matrimonio. Era una propuesta peligrosa ya que Souichi aún tenía ciertos prejuicios, sin embargo, el gran cambio que hizo Tatsumi con su relación era sorprendente, pues de vez en cuando le daba pequeñas muestras de afecto y, pese a que todavía odiaba la palabra "gay" sabía, muy en el fondo, que amaba a Morinaga.

No fue fácil declararse, pues no sabía cuál era el momento más oportuno pero tenía la confianza suficiente de que si lo rechazaba, sólo estaría enojado por unos días y luego su relación sería igual que antes. Al menos eso esperaba, ya que sonaba a una descabellada broma de cualquier forma que se viera, al menos eso le dijo Hiroto cuando se lo consultó.

“—Te irá muy bien en cuanto a empleos, ya que varias de esas propuestas de trabajo vienen de los laboratorios de Nagoya— dijo fingiendo felicidad, pero Tatsumi sabía que estaba fingiendo, pues su mirada se mostraba triste de alguna forma.

—Si tienes algo que decir hazlo ahora, sabes que detesto que pongas esa cara— respondió enojado, se mostraba preocupado ante las posibles objeciones de Morinaga, aunque intuía que ese no era el problema.

—Parece que fui descubierto— soltó una pequeña risa nerviosa. Se rascaba la nuca tratando de encontrar una forma de expresarle sus sentimientos provocando un largo silencio que incomodó a Morinaga y enojó a Tatsumi.

—Estaba pensando...— murmuró despacio, Souichi no lo escuchó, y Morinaga evadió su mirada por completo —Sabes lo mucho que te amo— levantó la vista, encontrándose con los ojos de Senpai.

— ¿Eso qué tiene que ver con tu expresión triste?— preguntó ahora nervioso. Sus mejillas delataron el sentimiento tan fuerte que sintió al escuchar esas palabras. —Hablas como si fueras a morir.

—¡No es eso! Solo... No es tan fácil de decir como pensé que sería— lamentó ya exaltado —¿P-prometes no enojarte después de esto?— le temblaba la voz, su ansiedad aumentaba con cada palabra que salía de su boca. Tatsumi logró ver que en ese momento Morinaga metió su mano a su abrigo dándole una sensación de curiosidad y miedo.

—Depende, ¿Es algo malo?— comió otro bocado, sabiendo de sobra que tomaría tiempo. Tetsuhiro sacó su mano de su bolsillo, cubriendo en su totalidad aquello que le iba a dar. Tatsumi sintió el  frío sudor recorrer su espalda, era algo no muy predecible y sin embargo, sabía muy bien qué era.

— Souichi... ¿Tú... Quieres...?"

El sonido de la puerta retumbar lo asustó, regresandolo a ese momento, al presente. Souichi miró su mano derecha con detenimiento, ahí estaba ese precioso anillo de compromiso, decorando su dedo anular. Se asustó.

Caminó rápidamente para ver de quién se trataba, abrió la puerta con enojo y una vez sabiendo quién era, sintió su corazón colapsar.

—¿Te encuentras bien?— cuestionó preocupado al ver lo pálido que se puso, no dudó en tomar su mano en caso de que pudiera colapsar. Tatsumi miraba directamente a sus ojos, su expresión asombrada no hacían más que angustiar a Morinaga —¿Souichi?—  lo tomó de los brazos y apretó un poco tratando de sacarlo del transe.

Tatsumi guardo silencio por unos segundos, lo miró y pudo notar su angustiada expresión.

—Sí— soltó con un suspiro —Solo, recordaba algunas cosas— le miró y sonrió suavemente. Morinaga se sentía demasiado privilegiado al ver esa dulce mirada y esa sonrisa lo hacía estallar de emoción. —Tengo que, hacer esto... Antes de que comience la ceremonia— bajó la mirada evitando a toda costa que Morinaga viera lo sonrojado que se había puesto.

—¿Eh? ¿De qué hablas?— se inclinó para encontrar la mirada de su prometido pero él seguía evitandolo. Morinaga decidió esperar, muy atento de lo que pueda decir.

Souichi, ya decidido, alzó la mirada de nuevo, tomó la barbilla de Morinaga con ambas manos y le dio un beso, un beso lleno de timidez y deseo, tal como el Senpai era. Morinaga estaba más que sorprendido pues, pese a que a tan solo unas horas estaban a punto de casarse, Tatsumi decidió por voluntad propia darle  un dulce beso.
Tatsumi se separó ligeramente, abrió los ojos poco a poco percatandose que Morinaga estaba en shock. Rápidamente dió la vuelta, cubriendo con sus brazos su enrojecido rostro.

—V-Vete al altar— susurró en un ataque de pánico ante la vergüenza que sentía. Morinaga aún no reaccionaba y no fue capaz de entender qué había dicho —¿N-no me escuchaste? ¡Vete! Iré en unos minutos— soltó impaciente al ver por el reflejo del espejo que Morinaga seguía ahí. Una vez que la mente de Morinaga aterrizó de nuevo en la tierra, se sonrojo y lo miró por el espejo, encontrándose con su nerviosa mirada. El joven pelinegro abrazó por la espalda al Senpai quien se encontraba demasiado nervioso aún.

—¡O-oye! ¡¿Qué te sucede?!— dijo con voz temblorosa.

—¡Te amo demasiado Souichi! ¡Te amo!— gritó eufórico mientras se apegaba más al cuerpo de su prometido. Souichi dejó de forcejear al escuchar tan dulces palabras de Morinaga quien se acurrucaba en su cuello, provocándole cosquillas.

—¡Y-yo!...— quería de lo soltara pero se sentía muy feliz entre sus brazos—... También— susurró evadiendo por completo la mirada de Morinaga otra vez.

Morinaga sentía que su corazón iba a estallar de la emoción y el amor, no podía evitar sentirse en el cielo y las dichosas mariposas revoloteaban en su estómago sin parar y cada vez se hacían más y más fuertes. Sin darse cuenta, aflojó su agarre de la cintura de Tatsumi, lo que le dió ventaja de liberarse y empujarlo hasta sacarlo del cuarto.

—¡Diles a todos que iré en cinco minutos y no me vuelvas a interrumpir, idiota!— gritó una vez sacó a Morinaga de su habitación y para asegurarse de que no lo vuelva a molestar, cerró con seguro.

Ni siquiera le dio tiempo de objetar así que desde afuera le gritó lleno de amor:

—¡Eres demasiado adorable Souichi, te amo demasiado!

—¡No digas cosas extrañas y vete antes de que te golpeé!— dijo del otro lado de la puerta, sabía que si la abría corría el peligro de ser asechado por Morinaga.

Con el autoestima tan alto, Morinaga obedeció a lo que le dijo, dejando un aura llena de amor en su camino.

• 恋する暴君  •

“Yo quiero verte feliz, tú eres mi felicidad”

Caminando lentamente hacia el altar donde un gustoso Morinaga se encontraba esperándolo. Miraba de reojo a los invitados, todos miraban al reluciente novio caminar hacia su prometido, todos, estaban muy sorprendidos y eso incomodaba a Senpai.

—¿Porqué tú tienes que ser el que me entregue... Isogai?— susurró malhumorado dedicándole una mirada asesina.

—¿De qué hablas Souichi? ¡Soy Isogai, el hermano mayor! Así que es mi deber hacer esto— reía con carisma. Souichi bufó evitando cualquier contacto visual. — aunque... Les deseo lo mejor, felicidades por esto— murmuró con un sinceridad. Tatsumi devolvió su asombrada expresión a Isogai, quien sonreía cálidamente. —Cuidalo muy bien Morinaga— dijo al mismo tiempo que daba paso a Souichi para que se colocará frente al bien vestido Tetsuhiro.

El sacerdote, un hombre de edad avanzada, dió inicio a la pequeña ceremonia.

Todos los presentes que no eran más que familiares y amigos cercanos seguían impactados de ver a Souichi Tatsumi en el altar, a punto de casarse; el tirano homofóbico estaba a punto de casarse con ese hombre, Tetsuhiro Morinaga y no tenían ni idea de cómo hizo semejante milagro. Algún día le preguntarán sin duda. Por ahora, celebrarían con mucha devoción el joven compromiso.

• 恋する暴君 •

—Tetsuhiro, ¿aceptas a Souichi como tu esposo? —dijo el sacerdote mirando a los novios.

—¡Acepto!— respondió de inmediato con entusiasmo.

—Souichi, ¿aceptas a Morinaga como tu futuro esposo?

Tatsumi no respondió, tragó en seco al escuchar las palabras "Morinaga" y "esposo" en la misma oración. Estaba mirando el piso, evitando a toda costa la mirada del sacerdote y en especial de Tetsuhiro, que se notó un poco preocupado ante su silencio.

—Am...— susurró con voz temblorosa. El evidente sonrojo despertó curiosidad en Morinaga, lo miraba discretamente de arriba hacia abajo.

"Esta muy nervioso, debe ser demasiado para asimilar, después de todo, hablamos de Souichi, el tirano homofóbico que se está a punto de casar conmigo" pensaba Morinaga, era comprensivo al no recibir una respuesta rápida porque no había nadie más que supiera exactamente todo lo que pasó Souichi a su lado. Aprendió a ser paciente con él y ese momento no sería a excepción.
Sintió un roce extraño en su mano y de no ser porque se repitió esa sensación lo habría tomado como algo que imaginó. Estiró sus dedos lo suficiente para saber si era algún hilo descosido de su traje, pero fue diferente, era la mano de Souichi que buscaba desesperadamente entrelazar sus dedos con Morinaga. Sus ojos brillaron, llenos de esa preciosa felicidad que demostraba su amor.
Morinaga estiró su mano los centímetros que faltaban para encontrar a Senpai, éste notoriamente aliviado, suspiró y levantó la mirada.

Dedicándole una sonrisa de media luna a Tetsuhiro, apretó ligeramente su mano para darse confianza.

—Acepto— dijo viendo al frente.

Morinaga no pudo evitar sonreír de oreja a oreja. Su corazón, su mente, no tenían nada más que esa simple palabra retumbando en cada célula de su cuerpo. Estaba feliz.

—Puedes besar a tu esposo— murmuró él padre tratando de ser precavido, pues no quería arruinar el momento.

Souichi dió un paso más al frente y de un suave movimiento, posó sus labios sobre los de Morinaga. Correspondió de inmediato besándolo con intensidad. Tatsumi lo abrazó, dándole a entender que lo amaba y amaba estar con él. Se separaron lentamente, Souichi, ya sonrojado, abrazó por el cuello a Morinaga susurrando a su oído a manera de que solo él escuchara.

—Te amo... Idiota.

Tal vez muy a su manera le demostraría su amor, y habrían nuevas cosas que enfrentar en su vida, pero Souichi no dejaría solo a Morinaga jamás. Ahora eran un complemento y estaban juntos.

Todo iba a estar bien, pues el tirano se enamoró.

• 恋する暴君 •

¡Hola!
¿Qué les pareció este pequeño One-shot?
Es mi primera vez escribiendo sobre ellos y la verdad es que le puse muchísimo empeño para que fuera lo más claro posible así que por favor díganme ¿Les gustó? ¿Está bien escrito? Me interesa mucho saber su opinión :')

Le tengo un cariño enorme a koisuru boukun ya que es una historia que apareció a iluminar mi vida ✨ y como tenía la idea gracias a la foto que ví (multimedia) no pude contener la emoción de pensar que así sería la boda de ellos ❤️

Esa canción me recuerda mucho a ellos dos, siento que Morinaga la escribió o se la dedicó a Souichi, así que por favor escúchala y dime si estás de acuerdo. También está en multimedia.

Muchas gracias por leer mi One-shot, tal vez regrese con otro si se me llegue a ocurrir algo o si les gustó cómo lo redacté, disculpen si cometo errores ❤️.

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