꒰⁠🔥꒱ Capitulo 31.

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PAVEL





¡Había conseguido empleo!

Sí, era como limpiador de baños, pero no era tan malo.

Sí, la paga tampoco era demasiada, pero me servía.

Sí, había probabilidades de que muchos de mis compañeros me vieran luciendo el ridículo uniforme, pero no era tan... ya mejor me callo.

Era una buena noticia así que ansiaba contárselo a Pooh acompañado de una buena cena.

Pollo frito y jugo de manzana.

Con una sonrisa, sentí el aroma del pollo recién hecho y le agregué un poco de salsa picante. Mientras acomodaba los vasos, ví a Pooh salir de su habitación, pero lo que más llamó mi atención era el atuendo que llevaba: una camisa color beige y un conjunto marrón oscuro.

-¿Vas a salir? -Pregunté de inmediato limpiando mis manos con un paño e inspeccionando su vestimenta.

-Sip, es el cumpleaños de Pon- Me informó.

Para mi sorpresa, Pooh se desabrochó los primeros botones de su camisa exponiendo la piel de su pecho.

¿Cuál era la necesidad de mostrar tanto? Me sentía celoso de que alguien más lo viera luciendo tan hermoso y follable.

Alguien tocó la puerta y resultó ser Sailub quien entró al departamento con una sonrisa. Se veía igual de arreglado que Pooh.

-¿Estás listo? -Le preguntó al castaño.

¿Qué? ¿Sailub también estaba invitado? Que extraño, yo no había recibido invitación alguna.

Pooh asintió y tomó las llaves de su auto.

-¿A-a donde van?-Les pregunté tímido.

-Tenemos una reservación en un club-Me dijo Sailub.

-¿Puedo ir?

Pooh y Sailub compartieron una mirada.

-No creo que sea de tu interés- Afirmó Sailub

Me crucé de brazos.

-¿Por qué no?

-Es un club gay- Me respondió Pooh.

¿Un club gay? ¿Eso significaba que allí habrían otros gays solteros en busca de carne fresca?

No, no, no permitiría que Pooh se fuera solo a un lugar de esos, quien sabe que clase de hombres se le acercarían o se dignarían a ponerle un dedo encima

Además, después de lo sucedido anoche, realmente no quería que Pooh siguiera pensando mal de mí, ni que le molestara tenerme cerca.

Mi amigo era gay y estaba bien, a mi tal vez me gustaba otro chico y quizás no era algo tan malo como pensaba.

-Quiero ir de todas formas- Dije sin más y tomé mi abrigo que estaba sobre el mesón.

-¿Irás así? -Pooh señaló mi pijama y pantuflas de conejo.

Asentí y ambos fuimos arrastrados por Sailub a la salida. El recorrido en el auto de Pooh fue corto y pronto estuvimos frente a las puertas del club.

Entramos abriéndonos paso entre la multitud de personas y mis ojos se abrieron al observar el sitio. Era increíble, con luces multicolores que iluminaban las mesas y la pista de baile, además de un gran escenario donde diferentes bailarines daban espectáculos.

Cuando caminábamos en dirección de la mesa que Pon había reservado, sentí la mirada de varios hombres sobre Pooh. Puse mis ojos en blanco y me sujeté de su brazo.

-No quiero perderme- Me excusé con voz bajita

Pooh asintió y yo me pegué mucho más a su cuerpo sólo para que vieran que este hermoso hombre no venía solo.

Nos acercamos a Pon que tenía puesto un bonito sombrero de cumpleaños y tomamos asiento frente al escenario en el cual los bailarines hacían bailes sensuales y eran muy bien recompensados por el público lanzándoles dinero.

Los chicos pidieron unos tragos y brindamos justo cuando un nuevo bailarín se subió al escenario. Llevaba puestos unos pantalones y gorra estilo militar. No tenía camisa y vaya si yo tenía pectorales grandes, ese tipo me ganaba.

-Mira Pooh, tiene pechos grandes justo como te gustan -Pon se burló.

Pooh se sonrojó y yo lo miré irritado.

Ni siquiera eran tan grandes.

-¡Con ustedes el increíblemente sexy Won!- Anunció el presentador a través de los parlantes.

El ahora conocido como Won comenzó a bailar al ritmo de la música sensual, movía sus caderas para calentar al público y deslizaba sus manos por sus abdominales y pechos.

Puse mis ojos en blanco y decidí ignorarlo, sin embargo, cuando volteé hacia los chicos estos tenían la boca abierta y un charco de saliva bajo ellos.

Incluido Pooh.

Molesto, me incliné hacia adelante para taparle la vista, pero él seguía levantando su cabeza en un intento de mirar.

-No sé que le ven, baila horrible y es obvio que consume esteroides- Fruncí mi ceño.

-Creo que alguien tiene envidia- Canturreó Sailub.

-Sí, claro- Dije sarcástico.

Pooh continuaba con su vista fija en los pechos de ese malnacido así que hice una jugada. Me deshice de mi abrigo e inflé mi pecho.

-Uf, hace calor, ¿no crees? -Llevé mi mano a su pierna, pero Pooh no reaccionaba lo que me fastidió aún más.

-Por favor, ¿qué tiene ese bailarín que no tenga yo? -Pregunté directamente.

-Trasero- Respondieron Pon y Sailub.

Al percatarse de que lo dijeron al mismo tiempo, se rieron y chocaron sus manos.

-Groseros- Me crucé de brazos ofendido- Para su información Pooh me ha dicho que tengo un enorme trasero, ¿verdad?

-Yo diría más bien adorable- Corrigió el castaño- Es bonito.

¿Sólo bonito?

Finalmente, Won se bajó del escenario y despidió a todos sus "fans", no obstante, cuando estaba a punto de festejar que se iba, el grito de Pon interrumpió los pasos del bailarín.

Ay, no.

-¡Oye, este chico quiere tocar tus pechos! -Pon señaló a Pooh y este negó con la cabeza  repetidas veces.

-¿Qué haces? -Pooh le reclamó.

-Shh, te doy tu regalo de cumpleaños adelantado- Sonrió

¡Pues que le dé un cachorro!

Won se acercó e inspeccionó con la mirada a Pooh de arriba a abajo.

-Vaya a ti te haría de todo gratis- El bailarín relamió sus labios.

Las mejillas de Pooh se calentaron y le sonrió.

¡Le sonrió! ¡Y yo no podía hacer nada para evitarlo!

Won se arrodilló para que Pooh pudiera tocarlo y antes de estamparle un puñetazo en la nariz, tomé una respiración profunda.

Yo no podía enojarme con Pooh después de todo lo que le hice.

Si quería tocar a otro hombre, estaba en todo su derecho.

Pero carajo, ¿por qué tenía que ser al tipo más perfectamente musculoso de toda la tierra? No podía competir contra tanta masa muscular.

¡Lo odiaba!

Bebí de mi vaso y ni siquiera miré de reojo lo que estaba a punto de suceder.

-Lo siento, sólo hay un par de pechos que quiero tocar en todo el mundo- Pooh le brindó una corta mirada a mis pechos y el bailarín entendió en seguida.

Al oír a Pooh casi salté de alegría y una sonrisa inmediata se formó en mi rostro, mientras Pon y Sailub se miraban sin entender ni mierda.

Joder, quería besar a Pooh, quería tocarlo, quería...

Won sonrió apenado y siguió su camino. Después de que se fue, volvimos a brindar, pero esta vez me sentía mucho más feliz.

Porque los únicos pechos que le gustaban a Pooh eran los míos.














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