Capítulo 40💋

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Namjoon salió del ascensor y contempló a la secretaria de Yoongi sentada detrás de su escritorio hablando con Jungkook, o más bien haciendo el intento de hacerlo mientras este revisaba su tablet.

—Nam —pronunció su amigo tras detectar su presencia primero.

—Hey —saludó, deteniéndose frente a ellos—. Sé que vine sin avisar, pero quedé algo preocupado con Yoongi después de hablar con él ayer —expresó.

—Usted también lo sintió raro, ¿no? —preguntó la mujer—. ¿Habrá discutido con su esposo? Generalmente, me pide que le envíe flores o que le llame para agendar una cita en un restaurante, pero desde que llegó no me ha dicho nada —expresó con claros deseos de chismorrear al respecto.

—No te pagan para hablar sobre la vida de tu jefe, Suran —reprochó Jungkook y esta inmediatamente se mostró apenada.

—Lo siento, no era mi intensión —se disculpó bajando la cabeza—. Solo tenía curiosidad.

Observando a Namjoon, Jungkook movió su cabeza.

—Ven, te llevaré con él —anunció.

—¿Qué está mal? —preguntó siguiendo al menor.

—Está preocupado por Jimin, nunca lo había visto así por nada ni por nadie —explicó con sorpresa.

—¿Así cómo? —indagó curioso.

Jungkook señaló la doble puerta.

—Mira por ti mismo —respondió, abriendo una puerta.

Alzando una ceja, Namjoon entró en la espaciosa oficina de su amigo y lo contempló pasear de un lado a otro frente a su escritorio, hablando consigo mismo por lo bajo, como si estuviera teniendo una discusión unilateral.

—¿Yoongi? —llamó, solo un poco preocupado.

Deteniéndose, su amigo le observó con entusiasmo, pero al reconocerlo, soltó un bufido y siguió con su caminata, ignorándolo.

—Muy bien, obviamente no era la persona que esperabas —pronunció tomando asiento en los lujosos sofás—. ¿Quieres hablar de lo que sucede? —preguntó tranquilamente.

—No particularmente —respondió sin parar de caminar—. Es mi culpa realmente, sabía que no debía de dejar solo a Jimin en su casa cuando me fui esa mañana, pero aun así lo hice porque él me lo pidió —expresó.

—Pero no querías.

—Por supuesto que no quería —se detuvo y le observó con el ceño fruncido—. Apenas logré que esa mañana comiera algo y fue porque lo presioné para ello —dijo, volviendo a caminar—. No se ha estado alimentando bien desde que despertó del hospital, ¿y si no se está tomando sus medicamentos?

—Está bien, lo siento, pregunta tonta —alzó sus manos con inocencia.

—Ni siquiera tenía algo de comida en su cocina, tuve que pedirle a alguien que fuera a comprar nuestro desayuno —prosiguió—. No creo que haya ido al supermercado a comprar, no así de lastimado como estaba, se suponía que debía dejar descansar su pie. ¿Habrá comido ya? ¿O se saltó la comida otra vez?

—Yoongi, siéntate un momento, me estás mareando y solo logras que tu ansiedad aumente al pensar así —indicó tranquilamente.

—Por supuesto que lo sé —espetó—. Pero estar sentado detrás de mi escritorio tampoco ayuda y no puedo dejar de pensar en Jimin. ¡Ni siquiera está contestando mis mensajes! —exclamó observándole.

—Necesitas darle su espacio, Yoongi —expresó.

—Ya le di su puñetero espacio —gruñó, tomando asiento finalmente frente a él—. Dos días enteros, eso es mucho para él, ni siquiera llamó a su trabajo para explicar lo que sucedió, Jungkook lo hizo y sabes cómo es Jimin de responsable —indicó, cruzando sus brazos.

—¿Cómo sabes que no ha llamado a su trabajo para explicar su situación? —preguntó.

—Taehyung me dijo que lo esperaban para una reunión, para hablar cuándo se iba a lanzar la campaña en la que habían estado trabajando y no se presentó, ni contestó el teléfono —explicó—. Le ordené a Jungkook que llamara y comunicara que se encontraba enfermo y no respondería al trabajo.

—De acuerdo, entonces, ¿qué sucede contigo? —preguntó.

—¿Qué sucede conmigo? —repitió—. Que lo único que puedo hacer por Jimin en este momento es aplastar a su familia y hundirlos en la basura, pero nada de eso importa porque ellos ya lo lograron lastimar y no sé qué más hacer para ayudar —expresó pasando una mano por su cabello.

—Ve con él —anunció fácilmente Namjoon.

—Me pidió espacio —le recordó, observándole amargo.

—Y me dijiste que le has dado dos días —le recordó—. Jimin puede estar bien de salud en este momento, pero emocionalmente... —negó—. Aunque no lo quiera o no lo admita, necesita de alguien en este momento, de una persona en quien pueda confiar, y qué mejor tú —sonrió.

—¿Yo?

—Le dijiste que estabas enamorado de él, ¿no? Estar con una persona que le quiera por quien és, es lo que necesita en este momento —expresó.

—No le dije sobre mis sentimientos —confesó.

—¿Qué? ¿Por qué? —frunció el ceño—. Pensé que me habías dicho que Jimin te correspondía.

—Sí, pero cosas ocurrieron y nunca hablamos de ello, solo le alcancé a comentar que deseaba que habláramos una vez volviéramos a Seúl —explicó—. Las cosas se arruinaron luego de ello, y todo se fue en picada por culpa de su familia.

—No es que sea pesimista, pero ¿te has puesto a pensar que Jimin tal vez no te está contestando porque piensa que las cosas entre ustedes se han arruinado? ¿O que deseas terminar con el tonto contrato? —expresó.

Yoongi frunció el ceño y negó con su cabeza.

—Nunca le dije a Jimin que terminaríamos ni le di alguna señal que dijera cualquier otra cosa más que "me gustas" —aclaró.

—A veces uno necesita escucharlo, Yoongi —suspiró negando—. Especialmente una persona como Jimin que vivió aislado de su propia familia, recibiendo nada más que desprecio y órdenes.

—¿Y si solo me está evitando porque realmente desea espacio? —cuestionó—. Nunca lo sabes, él perdió a nuestro bebé y se culpa de ello —le recordó—. Sin contar con toda la mierda de su familia, todo es un completo caos ahí.

—Eso vi —asintió—. En las noticias salió sobre la orden de alejamiento de todos ellos con Jimin, el juicio de la tía, el fraude del senador Park, el engaño con la hermana de su esposa, y Su-ji intentando aprovecharse de ti en cada oportunidad que tenía durante el viaje.

—Le dije a Jungkook que los arruinara completamente —dijo con frialdad—. Si busca más, estoy seguro de que encontrará más basura y tiene permiso para exponerla.

—Malvado... —murmuró Namjoon.

—Iré a visitar a Jimin —anunció repentinamente Yoongi, como si recién se le ocurriese.

—Pensé que dijiste que deseabas darle el espacio que te había pedido —le recordó, observándolo.

—Eso es lo de menos ahora, Nam —espetó, levantándose—. Tengo un mal presentimiento, necesito ir a verlo ahora.

—¿Crees que atente contra su vida? —cuestionó preocupado.

—No, Jimin no es un idiota y ha estado viviendo un infierno desde antes como para caer por esto —negó—. Pero eso no significa que no se vaya a descuidar a sí mismo mientras trata con ello —explicó.

—Tiene sentido —asintió y se levantó también—. Sé que no es momento para mencionarlo, pero sería bueno que lo convencieras de ver a un médico especializado en hombres m-preg —aconsejó—. Le pregunté a SeokJin y dijo que estaba más que dispuesto a revisarlo —expresó.

—No ahora, Namjoon —negó—. Tiene demasiadas cosas en su cabeza como para presionarle con esto —indicó apretando un botón en el teléfono fijo que llamaba directamente a Jungkook.

—Lo sé, pero tiene que hacerse exámenes para ver si todos esos medicamentos afectaron su cuerpo de alguna forma —dijo con seriedad—. No quiero ser pesimista ni malo, pero tal vez Jimin podría hasta haber perdido al bebé incluso después de descubrirlo, no lo sabemos.

—Primero me ocuparé de que esté bien y luego le comentaré al respecto —decidió y dejó de prestarle atención para observar a Jungkook una vez interrumpió en el despacho.

Observando a su amigo, Namjoon entendió completamente las palabras de Jungkook.

Contemplar y presenciar a un Yoongi así de preocupado por otra persona, era refrescante y novedoso, algo bueno.

Desde la pérdida de sus padres, Yoongi solo se había concentrado en cumplir todos los deseos de estos, superando las expectativas que habían tenido de él.

Yoongi vivía, pero no disfrutaba de ello. Era casi como si algo importante faltara en su vida, aquello que le ayudaba a recordarle la importancia y felicidad que le podía brindar hasta las cosas más simples y comunes.

Alguien, que solo lo viera a él y no sólo su apellido y poder, su dinero.

Jimin había sido esa persona, llegando justo en el momento correcto, sacándolo de esa rutina de vida y mostrándole que había otras cosas más importantes, además del trabajo y seguir el deseo de sus padres por la culpa.

Sí, definitivamente le gustaba presenciar a ese nuevo Yoongi.

—¿Namjoon? —llamó Yoongi.

—Perdón, ¿me dijiste algo? —le observó.

—Sí, te avisaré cuando Jimin esté listo para ir con un médico y así hablas con SeokJin, no antes —explicó.

—Por supuesto —asintió con una sonrisa—. Es bueno verte preocupado realmente por otra persona, completamente enamorado —indicó.

Yoongi solo asintió, sin decir ni una palabra más al respecto. No tenía sentido negarlo después de todo.

Se había enamorado de Park Jimin, y no iba a permitir que otras personas arruinaran el maravilloso tesoro que había encontrado en él.

Cuando la puerta se abrió frente a él, Yoongi supo inmediatamente que había hecho bien en ir a buscar a Jimin al contemplar las horribles ojeras en este y su piel de un pálido enfermizo.

—¿Yoongi? —pronunció restregando un ojo—. ¿Qué haces aquí? —preguntó, bajo y áspero, como si no hubiese hablado mucho esos últimos días.

—No contestabas mis llamadas ni mis mensajes —respondió con sus ojos recorriendo su cuerpo, detectando que Jimin estaba vistiendo su pijama aun cuando ya era más de medio día.

—Lo siento, yo no... —parpadeó observando sobre su hombro al interior de su casa—. No sé dónde dejé mi teléfono —confesó un poco apenado.

Retrocediendo instintivamente cuando Yoongi avanzó al interior de su casa, Jimin le observó sintiéndose algo inquieto.

—¿Has comido algo estos días? —cuestionó, observándole fijamente.

Jimin juntó sus manos frente a él y las retorció juntas.

—Yo no... No tengo apetito —susurró en respuesta.

—¿Tu cabestrillo? —preguntó, cerrando la puerta detrás de él.

—Era algo incómodo en la cama —se excusó sin mirarlo.

Yoongi entrecerró sus ojos.

—¿Has logrado dormir bien?

—Solo... S-solo cuando te quedaste aquí —confesó mordisqueando su labio inferior reseco, aun sin verlo.

—Eso fue hace dos días, Jimin —dijo con tono de reproche—. No puedes seguir así —anunció—. Entiendo que no te sientes bien con todo lo ocurrido, sé cómo te sientes, pero lanzarte hacia abajo por esto...

Apretando sus labios juntos, Jimin hizo puño sus manos y alzó su cabeza de forma desafiante.

—No digas que sabes cómo me siento porque malditamente no lo sabes —estalló con sus ojos llenándose de lágrimas—. Tú no estuviste ahí para soportar toda tu vida sus malditos comentarios maliciosos, sus críticas y menos precios. Tú no fuiste el que recibió todo su odio en persona solo por ser diferente, y no perdiste a un bebé que ni siquiera sabías que existía... —exclamó con su voz apagándose—. Tú no... —sollozó.

—Tal vez no viví lo mismo que tú, Jimin —pronunció, atrayéndolo a sus brazos—. Pero ese bebé era tanto tuyo como mío y a pesar de que no sabíamos su existencia, también lo quería tanto como tu tras enterarme —expresó besando su cabello—. Era nuestro bebé.

—Lo siento —lloró, aferrándose a él—. Lo siento tanto... Por favor, no me odies —rogó entre sollozos.

—No te disculpes, cariño —pidió suavemente—. No fue tu culpa y no te odio —prometió.

—Pero era también tu bebé, iba a ser un Min y tu familia... —sollozó—. El contrato, tu prometida... —balbuceo entre llanto.

Cerrando sus ojos, Min lo abrazó con más fuerza.

—¿Esto es lo que ha estado molestando tu cabeza todo este tiempo? —preguntó.

Jimin hipo—. E-en parte —aceptó, sin salir de su escondite.

Y cuando Yoongi le apartó para observarlo, contempló aquellos hermosos ojos gris azulados brillantes productos de las lágrimas.

—Lo siento... —susurró con su labio inferior temblando en un pequeño puchero.

Sin poder soportarlo más, Yoongi enmarcó su rostro entre sus manos y lo besó profundamente, lleno de dulzura y tristeza que fue como una suave caricia para la lastimada alma de Jimin.

—Te dije que no te disculparas —susurró sobre sus labios, juntando sus frentes.

—Pero...

—Ven, debemos de hablar de nuestra relación —anunció repentinamente.

Sin dejarle hablar, soltó su rostro y tomó una de sus manos llevándolo al sofá donde le obligó a sentarse frente a él para que le observara directamente a sus ojos y así viera la verdad a través de ellos.

—Vas a terminar conmigo, ¿no? —susurró Jimin, observando sus manos unidas entre ellos.

Alzando su otra mano, Yoongi le tomó del mentón y besó castamente sus labios.

—Estoy enamorado de ti, Jimin —anunció, sin interés de retrasar más el asunto—. No te podría decir exactamente en qué momento comenzó, pero te puedo asegurar que fue algo que solo creció mientras más tiempo pasaba a tu alrededor y cuando estábamos en Hawái, simplemente lo supe —explicó.

—Pero... El contrato —pronunció, parpadeando confundido.

—Olvídate del contrato y todo lo que puse en este, fue una estupidez de principio a fin —declaró—. Lo hice porque en ese momento no te conocía, no podía confiar plenamente en ti como lo hago ahora —expresó.

Jimin mordió suavemente su labio inferior.

—¿Y tu prometida? —le recordó—. Me dijiste que estabas buscando una mujer perfecta con la que casarte para que te diera hijos —argumentó y frunció el ceño—. Si es porque yo puedo...

—No —negó inmediatamente—. Para el momento en que me di cuenta de que estaba enamorado de ti y dejó de preocuparme los deseos de mis padres, yo aún no sabía que eras un m-preg —aclaró—. Solo piénsalo, en qué momento mi actitud cambio hacia ti, debiste de haberte dado cuenta.

Jimin asintió lentamente al recordar el día que se acostaron juntos en Hawái, había sentido a Yoongi extraño antes de eso y lo seguía estando después.

—Cuando te pedí de hablar de nuestra relación, fue porque deseaba que olvidáramos el contrato y todo lo demás, quiero que nosotros comencemos a salir de verdad —explicó—. Yo quiero estar contigo.

Observándolo a los ojos, Jimin no pudo más que contemplar la verdad en la mirada de Yoongi, lo que por supuesto aceleró su lastimado corazón en respuesta.

—No soy un buen partido en este momento —negó—. Tengo demasiado equipaje...

—Ese equipaje se volvió nuestro desde que te pusiste este anillo —le recordó acariciando con su pulgar su mano atrapada en la suya—. Ya he enfrentado a tu familia antes, no me importa hacerlo una o mil veces más con tal de que estés conmigo y lejos de ellos —prometió.

Los ojos de Jimin se volvieron a llenar de lágrimas.

—Perdí a nuestro hijo porque no me cuidé lo suficiente —pronunció con sus lágrimas deslizándose silenciosamente por su rostro.

—Lo perdiste porque te caíste por las escaleras, tu cuerpo recibió daño —corrigió deslizando su mano que apresaba su mentón para cubrir un costado de su rostro—. Aún estás lastimado —observó los hematomas visibles.

—Pero yo no me cuide realmente, yo bebí alcohol, no me alimente bien —le recordó angustiado.

—Beber alcohol no produce un aborto —argumentó—. Caerte por las escaleras lo hizo todo.

—¿Y si mi cuerpo no puede tener más bebés? —cuestionó con angustia.

—Bien, lo superaremos juntos —se acercó—. Me enamoré de ti antes de saber que podías tenerlos, esto no cambia nada.

—Aún tengo problemas en mi mente que resolver y superar —insistió.

—Todos los tenemos, Jimin, pero te aseguro que yo estaré al lado tuyo para resolverlos —sonrió.

Y Jimin simplemente no pudo más, sollozando, se lanzó a los brazos de Yoongi y lo abrazó con fuerza sin querer dejarlo ir.

—Llévame a tu casa —pidió en un suave sollozo, enterrando su rostro en la curvatura de su cuello—. Contigo, no quiero estar más solo, es peor.

—Por supuesto hermoso, era lo que tenía pensado hacer de todas formas —prometió besando con dulzura su cabello.

Finalmente, podía sentir algo de tranquilidad ahora que tenía a su esposo entre sus brazos, el lugar donde pertenecía.



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Espero que estén teniendo una buena semana mis copitos! Se les quiere y disculpen lo tarde que es 💕😘

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