Capítulo 7💋

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Manteniéndose atrás, Jimin observaba con una sonrisa entre labios que daba la ilusión de que estaba enternecido por la pareja que discutía a unos pasos frente a él, cuando realmente se encontraba divertido porque Yoongi le estuviera negando algo no sólo a Su-ji, sino que a cualquiera que intentara abogar por ella.

Solo se trataba de quedarse en habitaciones separadas y no en la misma como había planeado su prima, pero obviamente Yoongi no tenía ningún deseo de compartir con ella con justa razón, por lo cual inmediatamente se había negado y para mantener toda la farsa de la feliz pareja, se la quitaba expresando por las tradiciones respecto a la mala suerte de los novios al verse antes de la boda.

Sin importar las excusas de Su-ji o los intentos de los demás, Yoongi se había mantenido firme mientras hablaba con los encargados para que le despejaran una habitación, ignorando totalmente a todos.

A Min Yoongi ciertamente no le interesaba mucho que su solicitud fuera un poco difícil considerando que la mayoría de las habitaciones ya habían sido tomadas por todos los invitados y por supuesto, los turistas. A él no le interesaba el método, solo quería que su pedido fuera cumplido y listo.

Y joder, Jimin realmente le estaba gustando presenciar al idiota Yoongi que trataba de conseguir todo lo que deseaba solo por el hecho, de con ello estaba molestando a su prima.

—Adivino que a tu prima nunca le han negado nada —pronunció cierto hombre de cuerpo firme y abultado con músculos detrás de esa ropa casual, pero con aire elegante, y con un inusual cabello rosa que destacaba.

—Por supuesto que no, la princesa siempre tiene que obtener lo que quiere —expresó con desagrado, manteniendo su sonrisita dulce en su rostro.

—Interesante contraste —observó divertido por la diferencia entre sus palabras y la sonrisa dulce—. Soy Kim Namjoon, el mejor amigo de Yoongi.

—Park Jimin —se presentó y ambos se dieron la mano—. Una cosa, ¿es normal que Yoongi siempre esté rodeado de guardaespaldas? —preguntó curioso—. Parece tener incluso más que mi padre.

—Jungkook es el encargado de la seguridad de Yoongi y en este momento no se encuentra con nosotros por motivos personales, por lo que dejó seguridad extra en caso de haber algún inconveniente —explicó—. Sin contar que mi amigo puede ser algo descuidado cuando se trata de su propia seguridad y este es un gran evento en el cual muchos tienen sus ojos puestos —le recordó.

—Sí, me puedo percatar de ello —murmuró con sus ojos recorriendo el lobby del hotel, fijándose en las personas con cámaras—. Eso es lo único que impide que Su-ji arme un total escándalo por no conseguir lo que quiere —resopló.

—Me lo imaginé —asintió y le observó—. Yoongi me explicó que tuviste un pequeño percance camino al aeropuerto y que necesitas de mis servicios —expresó.

—Tu amigo exagera, no necesito nada —aseguró.

—El corte en tu ceja ha vuelto a sangrar y desde que bajaste del avión que has estado sosteniendo tu costado —indicó.

Negándose a alejar su brazo de sus costillas, Jimin alzó su mano y pasó un dedo bajo sus lentes, encontrando un camino de sangre seco.

—Debió de suceder durante el viaje, dormite un poco en el avión mientras escuchaba música —argumentó.

—Como sea, mejor nos dirigimos a tu habitación para poder tratarte —indicó.

—No creo que sea posible en este momento —anunció y señalo disimuladamente con su cabeza en dirección a su padre, quien los observaba atentamente—. Ya se dio cuenta de que estás hablando conmigo.

—¿Y eso qué? —exclamó frunciendo el ceño.

—Oh no, ahora que frunciste el ceño vendrá para asegurarse de que no le he dicho nada crucial respecto al engaño de Su-ji al mejor amigo del prometido —suspiró.

Cerrando su boca, Namjoon contempló al senador Park acercarse inmediatamente, tal cual como lo había previsto Jimin.

—Hijo —pronunció el senador Park deteniéndose frente a ellos—. Tu madre me dijo que el viaje no te sentó muy bien, y tiene razón —le observó torciendo sus labios en lo que bien podría pasar por preocupación, cuando Jimin sabía la verdad—. Lo mejor será que te disculpes con el amigo de Yoongi y te dirijas a tu habitación —decretó con suavidad fingida.

—Aún no he podido retirar mi llave con el pequeño escándalo que está armando Su-ji —pronunció con inocencia—. Hay muchas cámaras por alrededor, no deberían de hacer tanto alboroto por algo tan simple como tener habitaciones separadas por unas cuantas horas, si siguen con ello se comenzarán a preguntar si ocurre algo más —expresó con fingida preocupación.

—Lo tomaré en cuenta —asintió y alzó su mano—. Tu llave, ahora ve y descansa en tu habitación el resto del día, te avisaremos cuando sea la boda —prometió.

—Qué considerado de tu parte —pronunció recibiendo la tarjeta llave—. Si me disculpas, debo de retirarme a mi habitación a descansar —expresó mirando a Namjoon.

—Por supuesto, si te sientes muy mal llama a mi habitación y te podría echar un pequeño vistazo, soy médico —anunció.

—No será necesario —interrumpió el senador Park—. Solo se encuentra algo mareado por el viaje, estar en aviones nunca ha sido lo suyo, ¿cierto hijo? —preguntó colocando una mano en su hombro.

Conteniéndose de torcer sus labios en dolor cuando su padre ejerció presión en su agarre, Jimin asintió despacio.

—Si me disculpan, creo que ya apareció el empleado con mi equipaje —anunció y se retiró rápidamente acercándose al joven hombre con uniforme rojo.

—¿Señor Park Jimin? —preguntó sosteniendo un carrito con su única maleta y mochila.

—El mismo —asintió.

—Sígame por favor —pidió comenzando a caminar saliendo del lobby.

En silencio, Jimin siguió por los pasillos al joven hombre que seguía hablando de las maravillas del hotel hasta que finalmente se detuvieron en una habitación.

—Sus padres y familiares se encuentran en un piso diferente —anunció mientras abría la puerta.

—Por supuesto —murmuró Jimin, entrando y contemplando el interior de la habitación pequeña, algo que muy seguramente solo a él le había tocado—. Gracias —pronunció entregándole una propina al joven antes de cerrar la puerta.

Observando la pequeña cama, Jimin soltó un cansado suspiro y camino los escasos pasos que la separaban de esta para tomar asiento con cuidado y seguido inclinarse hacia atrás hasta que su espalda estuvo sobre el colchón.

Quitándose los lentes, refunfuñó por lo bajo ante la incomodes que había bajo su cuerpo debido al maldito choque o porque realmente le había tocado un colchón malo, lo cual no sería una sorpresa considerando la habitación que le habían dado.

Y se odió a sí mismo en ese momento por haberse concentrado tanto el día anterior en cambiar su imagen y probarse trajes que eran realmente de su gusto, llegando a ignorar las llamadas de Kang, las de sus padres, concentrándose solamente en él mismo hasta el punto en que se le olvidó totalmente en cambiar cualquier arreglo que había hecho su familia para él.

Si se hubiera encargado de eso, no habría discutido con el taxista ni tenido un accidente automovilístico que le jodió su costado derecho, tampoco estaría en ese momento en una minúscula habitación cerrada, sin vista al mar y con apenas una cama y un baño.

Esperaba que hubiera un baño realmente.

Pero tenía que aguantar, todo valdría la pena después de todo esa misma tarde, donde obtendría su dulce venganza gracias a Yoongi y entonces podría desligarse de su familia.

Con la puerta siendo golpeada, Jimin se sentó con esfuerzo y se levantó abriéndola, esperando encontrarse con Hoseok, Su-ji o hasta su tía, no con el mismo Namjoon otra vez.

—¿Cómo supiste que esta era mi habitación? —preguntó frunciendo el ceño.

—Pregunte en la recepción cuando todos se retiraron —anunció y se autoinvitó a la habitación de Jimin—. ¿Qué es esto? ¿El cuarto del conserje? —arrugó su nariz.

—No te dijeron que tu sutileza es igual a la de tu amigo —bufó cerrando la puerta—. Se me olvidó cambiar la reservación que ellos hicieron por mí —explicó.

—¿Me estás diciendo que cada vez que salen en familia, algo así es lo que te toca siempre? —cuestionó alzando una ceja.

—Por eso me aseguro de revisar antes de viajar, pero ayer mi mente estaba en otras cosas —resopló y tomó asiento nuevamente en la orilla de la cama.

—¿Hiciste algo que te convirtió en la oveja negra de la familia Park? —preguntó dejando un maletín al lado de Jimin.

—¿Aparte de nacer? —se burló—. Solo se me ocurre que fueron engañados con las palabras de Su-ji, le gusta decir mierda de mí que me deja como malo ante los demás —se encogió de hombros y se quejó ante el movimiento.

—Quítate esa sudadera y lo que sea que lleves debajo de ella —ordenó—. No debes de sentir vergüenza de mostrarme tu cuerpo

—No llevo nada debajo de ella —murmuró quitándosela con algo de esfuerzo, revelando su firme torso con abdominales marcados y piel ligeramente bronceada.

—Wow —pronunció Namjoon, admirando la piel dorada de Jimin con aspecto suave—. Eres delgado —musitó contemplando su estrecha cintura pequeña.

—¿Qué esperabas? —alzó una ceja.

—Bueno, yo... Yoongi y ropa... —negó—. Solo olvídalo —pidió acercándose y comenzando a revisar su costado—. ¿Cómo fue el accidente?

—Algo sin importancia, el auto se desvió a la derecha y chocamos con otro. Mi costado derecho se estrelló con la puerta, pero el cinturón de seguridad impidió que algo más grave pasara —explicó torciendo sus labios cuando Namjoon ejercía presión en ciertos lugares—. Mierda, eso duele.

—Se está formando una gran contusión en tu costado, pero no siento que algo esté roto —comentó.

—Si así fuera no podría haber escapado tan fácilmente —resopló—. ¿Realmente eres médico?

—Sí, me especializo en pediatría —asintió cambiando su atención al rostro de Jimin.

—No muevas mi cabello —se quejó alejando su rostro de aquellas manos.

—No es un corte profundo, pero tal vez florezca un pequeño hematoma por alrededor —observó—. Si pudiera, te colocaría uno o dos puntos de sutura, pero no vine preparado a este viaje para atender a alguien —suspiro resignado—. Y me imagino que ir a un hospital por ello está descartado.

—Absolutamente.

—De acuerdo —asintió alejándose—. Le preguntaré a Yoongi qué fue lo que te dieron las azafatas y le diré a un empleado que te traiga algo —anunció.

—No creo sinceramente que tenga servicio a la habitación —sonrió amargo, volviendo a colocarse su sudadera con esfuerzo.

—Solo espera pacientemente aquí —pidió saliendo de la habitación.

Contar hasta diez ya no estaba funcionando y Yoongi estaba a punto de mandar todo a la mierda con tal de que Su-ji dejara de apegarse a él como una sanguijuela y parara de hablar de la perfecta boda de ensueños que iban a tener.

Ye-eun, era la prometida de Hoseok, el hermano mayor de Su-ji, y los estaba acompañando mientras recorrían el jardín del hotel donde se realizaría la boda al aire libre, quedando encantada con las costosas y ostentosas preparaciones para la boda.

A Yoongi no le molestaba particularmente gastar dinero, si le gustaba o deseaba algo lo compraba sin dudar ni escatimar al respecto, como Namjoon decía, era asquerosamente millonario y los gastos que realizaba no le afectaba directamente a su bolsillo, pero...

Gastar una exorbitante cantidad de dinero en una escultura de hielo que supuestamente le representaba junto a Su-ji, era algo absurdo.

Es que ni siquiera le encontraba el sentido a comprar algo así que se derretiría con el tiempo transformándose en agua y deformando su perfecto rostro.

Sí, había momentos en que compraba estupideces que ni siquiera terminaba por usar, pero una escultura de hielo era un nuevo nivel.

El triunfo que había tenido cuando finalmente el hotel le entregó la mejor habitación que contaba como el penthouse, no era nada si al final había terminado siendo arrastrado por todos lados como si fuera un lindo trofeo que mostrar sin permitirle alejarse de todos en su habitación.

Y oh, no dudaba que así lo veía Su-ji, su maldito trofeo con mucho dinero que gastar.

—Yoongi —llamó su mejor amigo y un suspiro involuntario de alivio salió de sus labios.

Ya no soportaba más estar atrapado ahí.

—¿Por qué no contestas tu teléfono? Te estuve buscando por todos lados —se quejó deteniéndose a su lado.

—¿Mi teléfono? —repitió y metió la mano en su bolsillo para sacarlo, encontrándolo apagado—. Estaba encendido hace un momento atrás mientras hablaba con Kook —musitó frunciendo el ceño.

—Oh, será que cuando lo tomaste le hiciste algo sin darte cuenta —comentó Ye-eun observando a Su-ji.

Su prometida hizo un sonidito con su garganta y Ye-eun inmediatamente le observó apenada, como si hubiese comprendido su metedura de pata.

—¿Tocaste mi teléfono? —cuestionó Min con un tono severo, finalmente tomando algo de distancia de ella.

—No tenía la intención de apagarlo, simplemente lo dejaste sobre la mesa cuando nos detuvimos a comprar una bebida e intenté contestar una llamada, pero no alcance —se excusó observándole apenada.

Si, Yoongi no le creyó ni una sola palabra y Namjoon mucho menos.

—No lo vuelvas a tocar, tengo un trabajo importante —espetó y se concentró en Namjoon ignorando sus excusas—. ¿Qué ocurre?

—Uh, es en privado —pronuncio—. Un problema con SeokJin y mi hermana —añadió.

—Ustedes sigan supervisando la preparación de la boda, voy con Namjoon —anunció.

—Te podemos esperar —aseguró Su-ji tomando su mano.

—No, no sé cuánto demoraré —le sonrió—. Disfruten —pronunció soltando su mano, alejándose rápidamente del par de mujeres.

—¿Ella en verdad tomó tu teléfono? —cuestionó Namjoon.

—Realmente, fui estafado por todos ellos —resoplo con molestia—. ¿Y? ¿Para qué me buscabas?

—Cuando me dijiste que Park Jimin era diferente a su familia, deberías de haber añadido tal vez la crueldad e indiferencia con el que le tratan —comentó con desagrado—. La habitación que le dejaron parece el cuarto del conserje y su padre prácticamente le dijo que se quedara en la habitación por todo el maldito día —negó.

—Yo tampoco sabía que era así hasta que comencé a hablar con él —se encogió de hombros—. ¿Cómo estaban sus heridas? ¿Revisaste sus costillas? Lloró de dolor cuando lo toque ahí.

—Otra cosa, debiste de haberme advertido el cuerpo que poseía, quede como un idiota frente a él —refunfuñó—. Pensé que utilizaba ese tipo de vestimenta debido a que tenía sobre peso o algo, no pensé que escondiese un cuerpo mejor que el tuyo.

—No puedes decir eso, no me has visto desnudo completamente —frunció el ceño.

—Soy tu mejor amigo desde la infancia —indicó—. Le crecerá un feo hematoma en las costillas y le dolerá por unos días, pero nada grave. El corte en su ceja es igual —anunció—. Se nota que está sufriendo de dolor ahora y quiero darle algo para ello, pero necesito saber qué fue lo que recibió en el avión —se explicó.

—Yo arreglo eso —anunció—. Ahora sigamos fingiendo que resolvemos un problema muy importante porque en el momento en que me vean solo me volverán a llevar a esa tortura de teatro —exclamó con desagrado mientras fingía una sonrisa al encontrarse con la mirada de Su-ji.

Relajándola lo suficiente con ello como para que volviera felizmente a lo suyo con la ilusión de que todo estaba bien nuevamente.

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