Capítulo 9💋

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Observando su reflejo en el espejo, Jimin exhaló lentamente y pasó sus manos por su traje acariciando la suave textura de este.

Quería decir que no tenía miedo, que estaba seguro de sí mismo y que no se encontraba para nada nervioso, pero la verdad era todo lo contrario.

La persona frente al espejo... No estaba utilizando precisamente un traje de bodas, pero era exactamente una imagen de todo lo que no era y deseaba ser, de lo que le gustaba, de un Jimin libre que no se preocupaba por lo que pensaran los demás y...

Se sentía tan raro con ello.

Una parte de él seguía temiendo al cambio que representaba la imagen frente a él, pero otra ya estaba completamente cansado de vivir bajo las expectativas de los demás, del injusto trato de sus familiares, de sus propios padres hacia él.

Era hora de dejar la infantil molestia y resentimiento, los celos que sentía sobre el favoritismo que todos tenían hacia Su-ji.

Era momento de seguir adelante y ser egoísta por primera vez en su vida, preocupándose solamente por él y lo que quería, lo que deseaba.

No más senador Park.

No más Su-ji.

No más nadie más. Solo Park Jimin.

Respirando profundamente, pasó su mano por su cabello peinándolo todo hacia atrás y volvió a observar su reflejo esta vez con una sonrisa.

Sí, ese era el verdadero Park Jimin que había permanecido oculto por culpa de los demás.

Atractivo. Sexy. Sensual.

No era típico hombre aburrido que utilizaba ropa elegida por otros que estaba acostumbrado a mostrar al mundo, ya no se volvería a esconder por el bien de los demás.

Ya no más.

Decidido, se alejó del espejo y se acercó al balcón de su habitación, contemplando como las preparaciones de la boda finalmente habían sido terminadas y los invitados pasaban a tomar asiento.

Desde su posición, observó con curiosidad como Yoongi se colocaba también en su lugar, en la tarima junto al hombre que los iba a casar.

Yoongi acomodó la camisa de su nuevo traje y alzó la mirada hacia el último piso del edificio donde estaba su habitación, un destello de una figura alcanzó a apreciar, pero debido a la distancia no lo observó con detalles antes de que desapareciera.

—Psst...

Mirando a su izquierda, se encontró con Namjoon un paso atrás suyo.

—¿Qué sucede? —preguntó.

—¿Estás seguro de que tienes algo planeado? —preguntó con preocupación—. La boda está a punto de comenzar.

—Lo sé —asintió con tranquilidad—. Es justo como lo planeé.

—¿Y Jimin?

—Pronto lo verás —sonrió y su mirada reparo en la primera fila de asientos frente a él, donde la madre, el hermano mayor de Su-ji y su pareja estaban sentados.

Su mirada viajó a la otra fila, encontrándose con la madre de Jimin y otros familiares, pero no había señal del senador Park, lo que solo significaba una cosa.

Realmente iba a disfrutar cuando comenzara su boda.

Con los músicos colocándose en sus posiciones, dio el anuncio de que la novia estaba a punto de ser entregada.

La música comenzó a entonar llenando el lugar con la melodía, y pronto Su-ji y el senador Park aparecieron tomados del brazo con grandes sonrisas.

El vestido de novia de Su-ji era largo y con cola, tenía un corte en el cuello que mostraba sus clavículas junto a los hombros y tenía un encaje transparente de flores en sus mangas hasta los codos. Un corsé parecía apretar su cintura y luego la tela caía en cascada con un manto especial transparente lleno de brillo.

Con una tiara en la cabeza destacando en su castaño cabello con un hermoso peinado, Su-ji sostenía un ramo de flores igual de blancas.

Su vestido, hacía juego con el blanco del senador Park, y el ceño de ambos rostros se frunció ligeramente, cuando llegaron frente a Yoongi, encontrándolo con otro traje completamente diferente que Su-ji había escogido.

—Amor, ¿qué sucedió con tu traje? —preguntó Su-ji alzando su mano, a la espera de que Yoongi la recibiera.

—¿Qué tiene mi traje? —preguntó observando su ropa.

Estaba utilizando unos pantalones negros algo ajustados con una camisa blanca con los primeros botones desabrochados, junto a una chaqueta igualmente negra con bordes rojos abierta y para finalizar un pañuelo caía sobre su hombro con la marca "Gucci" y el diseño de un arquero griego entre tonos negros, dorado y rojo.

No era un traje que utilizaría exactamente alguien el día de su boda, por lo cual era perfecto.

—Combina perfecto con el traje de mi pareja —la observó e ignoró su mano.

—El traje que combinaban con Su-ji era blanco, no... Negro y con esa cosa de pañuelo —explicó el senador Park con disgusto—. Uno parecido al mío, pero más juvenil y a la moda —posó con orgullo.

—Como he dicho, este traje combina a la perfección con el de mi pareja —sonrió arrogante, y entonces observó sobre el hombro de su prometida, donde Park Jimin se paraba al comienzo de la alfombra.

Tal y como Yoongi le había ordenado a los músicos, estos comenzaron a tocar nuevamente mientras Park Jimin caminaba sobre la alfombra dorada, capturando la atención inmediatamente de todos.

Su traje rojo resaltaba la esbelta figura de Jimin, con su chaqueta abierta revelando una camisa en la cual los primeros tres botones estaban abiertos, mostrando su ligeramente bronceada piel brillante.

Un cinturón grueso rodeaba su torso destacando aquella estrecha y pequeña cintura mientras que sus pantalones abrazaban sus muslos, marcando un trasero digno de ser manoseado, apretado y mordido.

Pero a pesar de su increíble traje, lo que más estaba llamando la atención de Yoongi, era la confianza con la cual Jimin caminaba sobre la alfombra, con pasos seguros y sensuales, una sonrisa juguetona que era sexy y una mirada llena de vida.

Detrás de Jimin, el atardecer parecía haber acordado en salir al mismo tiempo que el sensual hombre, iluminando su entrada con vivos colores entre el naranjo, rojo y amarillo que hacían juego con su traje sensual.

Absolutamente todos estaban mirando a Jimin, anonadados por su nuevo look, por la imagen de un ángel sensual bajando del cielo para estar con ellos.

Jackson tuvo razón cuando había dicho que el hombre hacia al traje.

No había ni siquiera un rastro del sumiso hombre aburrido que se mantenía alejado, no, el Jimin de ese momento era un tipo lleno de confianza que exudaba sensualidad pura.

Cualquier dudaría de su sexualidad si ese Park Jimin hablara con ellos o les regalara una sonrisa con aquellos apetecibles labios rellenos.

Joder, Jimin era un diamante en bruto que había sido ocultado a la vista de todos los hombres gay con justa razón, parecía ser demasiado para cualquier persona.

Pero Yoongi no era cualquier persona.

Ante el pensamiento, Min sonrió y estiró la mano tomando la de Jimin cuando finalmente había llegado a su lado.

El chico no sólo había cambiado la vestimenta que usaba, sino que también cambió su corte de cabello aburrido a uno de moda con los lados rapados e incluso, se había teñido el frente con tres distintos colores, entre rojo, rosado y morado, lo cual destacaba entre su cabello rubio.

La palabra hermoso simplemente quedaba pequeña para alguien como Park Jimin.

—¿Yoongi? ¿Qué significa esto, Oppa? —cuestionó Su-ji entre dientes, fingiendo una gran sonrisa.

—¿Esto? Es mi boda con Park Jimin, claro —anunció y acercó el cuerpo esbelto rodeándolo con un brazo por la cintura.

Los murmullos a sus espaldas comenzaron, sus invitados inmediatamente empezaron a chismorrear al respecto mientras las cámaras tomaban fotografías sin parar.

—Jimin... —pronunció con tono severo el senador Park.

—Sí, sé que debimos de haberte dicho antes de esto, padre —pronunció Jimin, cargándose más en el cuerpo de Yoongi de forma que mostraba comodidad—. Pero tenía miedo de que no aceptaras mi relación con Yoonie porque no te agradan los gays, y por eso Su-ji inventó todo este teatro con mi novio para poder ayudarme a crear esta hermosa boda de en sueño —exclamó observando a su alrededor.

Asco.

Nada de eso era de su gusto, pero tenía que fingir todo lo contrario para que los invitados se creyeran el cuento.

—¿Su-ji? —preguntó el senador, observando a la joven mujer.

—No, yo... —balbuceo sin saber cómo reaccionar, si entrar en llanto porque estaba siendo plantada en el altar, o hacer un espectáculo porque nada estaba saliendo como lo había planeado.

Cualquiera de las dos opciones, terminaba en una humillación pública.

—¡Necesitamos un tiempo! —gritó Seung-woo observando a sus invitados.

—¡No! ¡No lo hacemos! —gritó al mismo tiempo Yoongi—. Sé que usted no apoya a los gays, pero le pido por favor que apoye nuestra relación —expresó observando al senador Park—. Este hombre —observó a Jimin—, es a quien amo con todo mi corazón y con quien deseo pasar el resto de mi vida. No arruine la boda de su único hijo solo por una mente estrecha.

—Por favor padre, lo hablamos con Su-ji, ella tenía planeado todo esto por nosotros —expresó Jimin observando con fingida ternura a su prima—. No arruines todos sus esfuerzos.

—Oh Dios —comenzó a llorar Su-ji—. No puedo con esto —sollozó corriendo lejos de ahí.

—¿Ves lo que causas por no apoyar nuestro amor? —cuestionó Jimin deprimido.

—Nosotros hablaremos después —gruñó el senador Park, alejándose para ir en la búsqueda de Su-ji.

Pronto, los demás familiares le siguieron.

Jimin observó los asientos vacíos donde su familia había estado y no pudo evitar la satisfacción que recorrió todo su cuerpo.

—Perdón, pero... ¿La boda sigue? —preguntó el señor que esperaba pacientemente al igual que los demás invitados, ansioso por compartir el nuevo chisme.

—Por supuesto que sigue —anunció Min y observó a Jimin tomando su rostro entre sus manos—. Lamento que tu familia no te esté apoyando en esto, amor, pero para eso me tienes a mí —expresó.

—Lo sé —sonrió inclinando su cabeza para apoyarse en sus manos—. Y aunque tal vez no debí de ocultar nuestra relación hasta este momento, no me arrepiento de los días que he pasado a tu lado, ni de los que estaré pasando —expresó girando su rostro para besar el interior de su mano.

Yoongi parpadeó y luego sonrió mientras atraía más el cuerpo de Jimin y lo besaba castamente, dejando sorprendido al menor hasta que reaccionar y corresponder abriendo sus labios.

Un pequeño jadeo escapó de sus labios y las manos de Yoongi lo sostuvieron con más fuerza, como si no quisiera dejarlo ir mientras sus bocas seguían juntándose y fundiéndose.

—Mis amigos, hay que seguir con la boda —les recordó Namjoon, divertido como el pequeño beso fugaz comenzaba a alargarse.

Con sus bocas separándose, Jimin abrió sus ojos y observó algo ruborizado a Min con su respiración igual de agitada.

—Sí, cierto —murmuró Yoongi, colocando una gran sonrisa en su rostro mientras miraba a Jimin de una forma que colocó nervioso al menor.

Estaba haciendo lo correcto, ¿cierto?

Pasar por la boda, el baile, la comida y compartir con invitados que ni siquiera habían sido de su agrado tenía completamente exhausto a Jimin.

Pero al igual que Yoongi, ambos tenían que fingir que estaban completamente encantados con la gran boda, fingiendo amarse de todo corazón.

Y vaya que Min habían hecho un buen trabajo, tocándolo cada vez que podía, rodeando su cintura y no permitiendo que se alejase demasiado. Tal vez era el simple hecho de que no confiaba en que no arruinará las cosas, de todas formas, había terminado todo a su favor.

—Definitivamente me gustó más nuestra boda en las Vegas —murmuró cuando finalmente entraron en el hotel.

Yoongi le observó—. No recuerdo como fue esa boda, pero las fotografías cutres esparcidas en el suelo no alentaban mucho.

—Tú pediste que nos tomáramos esas fotos —indicó divertido.

—No lo creo —negó inmediatamente.

—De hecho, yo si le creo —comentó Namjoon, divertido—. Te gusta tener la atención, Yoongi.

—No es que me guste tenerla, sino que siempre recae en mí —explicó con arrogancia.

—¿Siempre es así? —preguntó el hermoso rubio, observando a Namjoon.

—Siempre —asintió sin dudarlo.

Subiendo los tres al ascensor, Min volvió a mirar a Jimin, quien se recargaba nuevamente en una esquina de la caja metálica mientras se abrazaba a sí mismo.

¿Le estaría doliendo sus costillas nuevamente?

—¿Estás bien? —preguntó fruncido ligeramente el ceño.

—Sí —asintió—. Solo pensando en el desastre que nos viene ahora —torció sus labios.

—Me refiero a tus costillas —indicó—. De tus padres no me preocupo.

—Dices eso porque no los conoces en realidad —torció sus labios en una sonrisa—. Y el dolor en mis costillas está volviendo, seguramente porque ya es hora de que tome algo.

—Me bajaré aquí, este es mi piso. Te conseguiré algo y mandaré a un empleado a su habitación —anunció Namjoon observando su celular—. La noticia de su boda ya es de conocimiento mundial y SeokJin me está exigiendo que le explique todo.

—Si hubiese venido a mi boda como tú estaría al tanto de ello —bufó Yoongi.

—Sabes lo que pensaba de Su-ji y la boda —le recordó saliendo del ascensor.

—¿Y? Tú pensabas igual y viniste de todas formas —argumentó.

—No puedes decir eso cuando a mí me contaste... —las puertas se cerraron impidiendo que Namjoon terminara.

—Siempre te gusta tener la última palabra, eh —comentó Jimin, con una pequeña sonrisa de labios.

—Así es como debería de ser —respondió—. Te desenvolviste bastante bien allá afuera con los invitados, pensé que no eras bueno socializando y por eso te mantenías alejados de todos —comentó.

—Trabajo como publicista, saber manejarme bien entre las personas es como un segundo instinto, debo de hacerlo para tener más conexiones, pero que me guste hacerlo es otra cosa completamente diferente —explicó observando como los números cambiaban—. Además, siempre nos juntamos en las reuniones familiares, nunca me viste en algún evento o algo así.

—Tampoco me habría interesado verte en esas fiestas —anunció—. Pero... Sí en algún bar —reconoció y sus ojos recorrieron toda la estatura de Jimin—. Si el día de nuestra boda estabas utilizando algo así, entonces no me sorprende en lo que terminó.

—¿Qué quieres decir? —preguntó sonrojado.

—Exactamente lo que dije —respondió y salió del ascensor cuando las puertas se abrieron.

Siguiéndole, Jimin se detuvo casi instintivamente cuando reconoció a su padre y su primo, los principales protectores de Su-ji, esperándoles en el pasillo.

Su tía obviamente también entraba en ese papel, pero seguramente esta intentaba consolar a una destrozada Su-ji.

Sabía lo que venía ahora, las intenciones de su padre y primo estaban escritas en todos lados.

Y ahora era el momento que había estado temiendo, ¿sería capaz realmente de seguir con todo ello?

Como si percibiera sus dudas, Yoongi colocó una mano en la espalda baja del menor en silencioso apoyo y lo acercó más a su cuerpo, sosteniéndolo a su lado.

—¿Hay algo en lo que le podamos ayudar? —preguntó con una encantadora sonrisa.

Sin decir una palabra, el senador Park fue directamente hacia ellos y alzó su mano. De forma instintiva, Jimin cerró sus ojos y esperó, cuando nada llegó, los abrió nuevamente y observó como Yoongi sostenía la mano de su padre en lo alto.

—Yo que usted no haría algo tan estúpido, senador Park —pronunció con frialdad, empujando aquella mano—. Aunque no los pueda ver, tengo personas cuidando de mí, y si intenta algo nuevamente con mi esposo o conmigo, no los detendré.

Y como por arte de magia, personas con traje negro de distintos lados aparecieron en el pasillo confirmando sus palabras.

—¿Me estás amenazando? —espetó sosteniendo su mano.

—No, solo le estoy diciendo lo que ocurrirá —contestó.

—¿Cómo pudiste hacerle todo esto a mi hermana? —cuestionó Hoseok—. Ella es familia.

Jimin resopló.

—Su-ji solo es una niña malcriada a la cual ustedes miman demasiado.

—Arruinaste el día más feliz de su vida —acusó.

—Su-ji también ha arruinado días portantes para mí y ninguno de ustedes ha dicho o hecho algo al respecto —atacó.

—¿Esto es por la envidia que sientes por ella? ¿Todo es debido a eso? —cuestionó su padre, observándole con reprobación.

—¿Realmente crees que me casé con Yoongi por una razón tan estúpida como la envidia? —enfrentó alzando una ceja—. Sí, en tiempo pasado me afectaba toda la atención que recibía Su-ji, pero en este momento no me interesa, me he aburrido de estar a la sombra de ustedes tratando de superar tus expectativas para solo recibir desaprobación y comentarios malignos —expresó—. Me cansé de que el único momento en que todos recuerden mi existencia es cuando tienen que resolver los problemas en que se mete Su-ji o cualquiera de ustedes. Me he hartado de escuchar tus constantes quejas sobre todo lo que me concierne, desde mi vestimenta, amigos, comida, y vida —observó directamente a su padre—. Y ya no volveré a preocuparme por nada de eso.

—Por lo que serás la puta de este aquí —expresó con desagrado, señalando a Yoongi.

—Su-ji fue una puta al acostarse con Kang y nadie le dijo nada, ¿pero el que yo me casé con alguien de quien me he enamorado me transforma en una puta? —cuestionó—. La hipocresía en ustedes ya no tiene límites, ¿no?

—¿Hipocresía? Lo dice quien estaba quejándose respecto a Su-ji acostándose con su supuesto novio y ahora tú sales con esto —espetó su primo, dando un paso al frente, intentando golpear a Jimin.

Las sombras que en todo momento le habían estado siguiendo en silencio se interpusieron entre ellos, protegiendo a Jimin y Yoongi.

Jimin parpadeó, sin poder creer que su primo hubieran intentado golpearlo. Lo había esperado de su padre, había ocurrido antes aunque no le gustara admitirlo, pero Hoseok...

—¿Sabes? Realmente creí que en ti podía haber algo diferente a ellos, porque a pesar de apoyar a Su-ji nunca fuiste especialmente desagradable conmigo a diferencia de los demás —observó a su padre—. Tonto de mi parte pensar en eso, ¿no? ¿Por qué no le dijiste a Su-ji también que somos familia cuando se metió con Kang? —cuestionó mirando a Hoseok.

—¿Quieres olvidarte de una vez lo que hace tu prima y concentrarse en tus propios errores? —espetó irritado su padre.

—¿Oh? ¿Así que lo que hace Su-ji no es un error, pero lo que hace Jimin sí? —preguntó Yoongi—. Eso va más allá de la doble cara, señor Park, pero como senador me imagino que es parte de su esencia —sonrió con inocencia.

—Y tú, no puedo creer que hayas decidido participar en todo este teatro hecho por mi estúpido hijo —espetó el senador Park, observando a Yoongi con desagrado—. Pensé que eras un hombre digno de confianza.

—Soy de confianza y no es un espectáculo, nos enamoramos y decidimos casarnos —contestó con simpleza.

—Por favor, todos aquí sabemos que es mentira y se lo haremos saber a todo el mundo —amenazó.

—Interesante, inténtelo si puede, senador Park, pero recuerde que quien limpiaba sus desastres ahora ha dejado de trabajar para usted —sonrió y besó la mejilla de Jimin—. Vamos cariño, no tenemos que estar pasando por estos malos ratos —pronunció comenzando a caminar.

Pasando por al lado de su padre, Jimin no lo observó y mantuvo su cabeza en alto, ignorando su mirada asesina.

—Se arrepentirán de esto —amenazó Seung-woo mientras la puerta se cerraba.

Jimin no volteó a mirarlo, pero no dudaba que su padre comenzaría a atacar sin importarle que se trataba de su propio hijo a quien podría lastimar en el proceso.

La humillación que había sufrido ese día, sería algo que no olvidaría nadie.



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Sii finalmente llegó el día tan esperado jsdfhjsd

Estaré subiendo algunas fotos de los trajes y la boda en insta por si tienen curiosidad, se les quiere mis copitos, se me cuidan! <3

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