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Antes de leer el siguiente capítulo, aclaro que es muy muy largo, así que tomen asiento y búsquense un snack y una bebida porque ésto va para rato, éste cap llevo escribiéndolo casi un mes y tiene nueve mil palabras, antes tenía dieciséis mil y tuve que dividirlo porque era demasiado largo, será muy soft y fluff, adicionalmente, si ven algún error ortográfico me avisan para corregirlo, a veces mi miopía me gana:( , disfrútenlo.

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Cuando las puertas dobles del gran castillo color oro se abrieron, Jungkook apretó la mano de Jimin entre las suyas y contuvo el aliento, encogiéndose en su lugar y mirando de lado a lado con sus ojitos brillando, había llegado el momento, ya estaban allí; los líderes de Gwangju habían sido muy generosos al ofrecer una fiesta dedicada a los omegas, pero él no podía sentirse igual de atraído a la idea de convivir con desconocidos, así fuese sólo por un rato, no sentía la confianza suficiente para mantener una conversación sin tener que hablar entre susurros ni esconderse detrás de alguien, su hyung había mencionado que sus otros amigos también estarían allí pero Jungkook se negaba a confiar en la mención de sus presencias de manera anticipada. ¿Y si les ocurría algo y no podían asistir? Podían tener otra clase de compromisos a los que ir y él no quería quedarse solo allí, y a sus ojos, era más que obvio que no pertenecía a esa manada, los omegas de Gwangju tenían olores distintos a los de él y algo extraños a su parecer, hacia tan sólo un segundo que había estado cerca de una chica con un raro aroma a algas marinas que lo hizo arrugar la nariz.

¡Realmente desagradable! ¡Puag!
-chilló su omega en su interior, rasguñando el suelo con sus patas en señal de protesta- Jungkook sonrió, negando, sus ojos se tiñeron de un color oliva que combinaba un verde musgo y un amarillo mostaza, reemplazando a sus ojos oscuros; fue una suerte que ninguna persona a su alrededor notara ese pequeño cambio en él, no quería tener que dar ningún tipo de explicaciones y tampoco era el momento para hablar de las peculiaridades de su lobo.

¿De qué estás hablando? Yo soy normal - le respondió su omega, Jungkook rodó los ojos, veía a Jimin acercarse a paso rápido en su dirección, sosteniendo dos copas de vino, fingió actuar natural y ignoró a su lobo.

"Gracias" Dijo, con una pequeña sonrisa en sus labios en cuanto el alfa le entregó el envase de vidrio, le dio un ligero sorbo a la bebida y hizo una mueca de desagrado, Jimin empezó a reírse escandalosamente de su expresión apretándose el abdomen.

Jungkook apoyó la punta de su lengua contra su mejilla de manera insistente como cada que intentaba no reírse, no queriendo burlarse de sus propias desgracias delante del castaño, su rostro se tiñó de un rosa suave.

"No da risa, lo ves?" Habló, cruzándose de brazos, Jimin rió aún más fuerte, por lo que al final, el omega terminó por unírsele. "Odio el vino de manzana, ¿Por qué sigues intentando que me guste cuando es obvio que sabe peor que horrible?" Gruñó, haciendo un puchero, Jimin estuvo a punto de responderle, pero un chico pelinegro se acercó a ellos portando una sonrisa cuadrada, en cuanto tuvo a Jungkook en frente no dudó en cargarlo y mecerlo de un lado a otro con alegría.

El peliazul reconoció de inmediato el intenso olor a limón.

"¡Tete hyung!" Exclamó, retorciéndose en los brazos contrarios cuando su mayor presionó sus costillas levemente sacándole risitas.

"Hola pequeño, te extrañé mucho" Saludó Taehyung desde abajo, dándole un abrazo de oso, Jungkook chilló y pataleó, exigiendo ser bajado.

"Taehyung-ssi, ¿Qué te he dicho sobre no abrazar a la gente así? Mira al pobre Kook, le estás sacando el aire" Murmuró un chico de tez pálida y ojos gatunos a la vez que negaba, venía caminando despacio y no parecía tener mucha prisa por llegar hasta ellos. El mencionado rodó los ojos y bajó a Jungkook justo en el momento en que su rostro empezaba a tornarse morado.

Jungkook inhaló aire, recuperándose, no era la primera vez que su amigo lo abrazaba, pero sabía que ese alfa tenía una fuerza bruta descomunal y a veces, se le salía un poco de las manos incluso si no era intencional.

El chico pálido se acercó al peliazul para besarle la frente afectuosamente y darle palmaditas en la espalda a modo de consuelo.

"Hola Koo, perdona que no te saludara pero es que éste mequetrefe de aquí casi te asfixia" Señaló a Taehyung con un asentimiento, el menor le sacó la lengua, haciendo reír a Jungkook, que se dejó hacer, apoyando su cabeza en el hombro de su hyung.

"No te preocupes Yoongi hyung, creo que ya me acostumbré" Rió, Yoongi hizo una mueca. "Me sorprende verte aquí, creí que estarías en la celebración de tu manada" Susurró, no queriendo ser escuchado por temor a que su hyung se ofendiera, pero Yoongi negó, sonriendo.

"Decidí venir a darme una vuelta aprovechando que tendré una pequeña reunión con el hijo de los Jung, además, no salgo hace mucho de Daegu y Jimin nos comentó que estarías aquí hoy....y quería verte, no nos vemos muy seguido" Se sonrojó ligeramente al mencionar lo último y se encogió en su lugar, apartando la mirada del peliazul, Jungkook lo abrazó, sonriéndole.

"Yo también los extrañé, supongo que es la desventaja de vivir lejos del otro" Hizo un puchero, observando a Taehyung también, que en ese momento estaba conversando con Jimin un poco más alejados.

El híbrido apretó al omega entre sus brazos, también mirando al par.

"Cada reunión es especial y esta no será la excepción a nuestra regla" Comentó Yoongi, Jungkook alzó la barbilla, mirándolo curioso.

"Lo haces sonar como si no nos viéramos por siglos hyung"

"Es porque así es" Dijo otra voz de pronto, el híbrido y el omega voltearon de inmediato para ver de quién se trataba.

Un chico alto y de cabellos cobrizos se acercaba a ellos con una linda sonrisa en su rostro, en cuanto estuvo a tres metros de distancia corrió hasta llegar a Jungkook, chillando, para después cargarlo como a un bebé.

"Llegó por quien llorabas, pan con miel" Dijo en un tono burlón y meloso, Jungkook rodó los ojos, pero no se bajó de sus brazos, le acomodó el flequillo con una sonrisa.

"No lloré por ti, Jinnie hyung....pero buen intento" El alfa bufó, fingiendo estar molesto. Jungkook soltó una carcajada.

"Omega malagradecido, viajé cinco horas para poder verte" Se quejó Seokjin, gruñéndole a modo de broma.

Jungkook fingió quitarse una falsa pelusa del traje.

"Ni que fuera para tanto, te mueres por mí, por eso estás aquí" Una sonrisa presumida se extendió por todo su rostro, Seokjin negó, entrecerrando sus ojos como si desaprobara el comportamiento de su menor, el peliazul lo miró con un brillo de temor en sus ojitos, y cuando su hyung supo que lo había engañado lo suficiente, empezó a hacerle cosquillas por todos lados, Jungkook chilló al primer contacto siendo tomado desprevenido.

"¡Esto te ganas por ser un omega malagradecido!" Decía Seokjin, riendo al igual que Jungkook, al cabo de unos minutos Yoongi, Taehyung y Jimin no tardaron en unírseles, iniciando una guerra de cosquillas entre todos mientras reían a sonoras carcajadas.

Algunos alfas y omegas reunidos en el salón dejaron lo que estaban haciendo para prestar atención a la divertida escena que montaron aquellos cinco, también riendo por lo bajo de sus actitudes infantiles; el grupo de amigos estaba tan concentrado en lo que hacía que no notaron los pasos apresurados que se dirigían hacia ellos hasta que Seokjin recibió una fuerte palmada en la nuca que lo hizo jadear de dolor y apartarse de todos, mirándolos con recelo.

Los demás fruncieron el entrecejo al ver lo que estaba detrás del alfa mayor.

"¡Ajá!. Los agarré, mocosos, ¿Quién fue? ¿Fuiste tú Taehyung? Joder, hermanito, que me ha dolido un buen, tienes la mano como piedra..." Se quejó el alfa, haciendo un puchero con sus labios y sobándose la nuca, Taehyung abrió la boca para replicar, mirando a su hermano mayor ofendido, pero una tercera voz cortó lo que estaba a punto de decir.

"Por la mierda, Seokjin hyung, te he estado buscando por cada rincón de este gigantesco palacio y...a ustedes también hijos de puta..." Dijo, entrecerrando los ojos en dirección a los otros, incluyendo al pobre omega que estaba muy sorprendido con su presencia. "¡Me dejaron plantado en el gran comedor! ¡Llevo dos horas esperándolos allí! ¡Tuve que excusarnos con los Kang! y....los Choi preguntaron por ti, Yoongi hyung....pero volviendo al tema, ¡Qué traicioneros me salieron! ¡¿No que los amigos son como la familia?!" Les gruñó, resoplando y cruzándose de brazos, al no ver respuesta de los contrarios volvió a quejarse: "No, esperen...¡Taehyung y Seokjin sí son mi familia! De ahora en más, no sé quién los va a cubrir con papá y mamá cuando salgan con omegas a escondidas durante sus celos pero...¡Conmigo no cuenten!" Dramatizó, se dio la vuelta para largarse de allí y chocó su hombro con el de su hermano mayor cuando iba pasando a propósito, pero antes de que pudiera irse, Seokjin lo jaló del cuello y lo devolvió a su lugar.

"Que diva me saliste, Kim Namjoon, ¿Estás en tus días? porque eso parece, no ha pasado ni siquiera la primera hora, exagerado, estábamos por ir hacia allá y...en mi defensa, sólo quería pasar tiempo con mi Jungkookie, tenía muchísimo tiempo sin ver a mi cachorro, ¿Sabes?" En cuanto terminó de hablar, Jin apresó al peliazul en un cálido abrazo, reposando su mejilla sobre los cabellos del menor, Jungkook le dio una sonrisita pequeña, y fue en ese momento, que los ojos del alfa peligris volaron hasta él, su expresión se suavizó significativamente cuando los ojos del menor y los suyos se encontraron. Jungkook se separó lentamente de los brazos de Seokjin y se acercó con algo de timidez a Namjoon, que ya lo esperaba con los brazos abiertos.

Se miraron con las mejillas ardiendo y se fundieron en un necesitado abrazo, tenían más de cinco meses sin verse y la espera por un nuevo encuentro les había parecido muy larga, pero la volverían a repetir si al final era el otro quien estaba al final del camino.

Se separaron, sonriéndose con verdadero gusto.

"Es bueno verte, Jungkook-ssi" Murmuró el peligris, estirando su mano para darle un suave apretón a la del omega.

"También es bueno verte, Namjoon-ssi" Correspondió el menor, con las mejillas rojas y la mirada gacha.

Alguien se aclaró la garganta, cortando la intensidad del momento.

"Si ya terminaron con su drama de mejores amigos, debemos irnos" Dijo Yoongi, bufando, tomó a Jungkook de la mano y entrelazó su antebrazo con el contrario, al mismo tiempo alejándolo de Namjoon, que le gruñó en protesta, dolido. El pálido le mostró sus filosos colmillos de pantera, sus ojos tomaron un vivo color verde y un par de orejas grises se asomaron por sobre su negro cabello. "Ya tendremos tiempo para conversar entre todos, ahora compórtate, Namjoon-ah" Su tono de voz fue calmado y suave, pero no dejó de mostrarle los colmillos inyectados de veneno, Namjoon se encogió en su lugar, nervioso, pero asintió y caminó detrás de ellos junto a los demás.

En el camino al gran comedor, Jungkook se permitió observar los alrededores del castillo, había visitado palacios con anterioridad, pero más que todo, frecuentaba las mansiones donde vivían sus amigos, cuya decoración era en su mayoría bastante simple y acogedora, llena de tonos oscuros y fríos -que caracterizaban en sí a todo el lado norte- no había tenido la oportunidad de conocer nunca las costumbres del lado sur, y ciertamente, comenzaba a agradarle el ambiente del hogar de los Jung, el castillo estaba rodeado de vegetación y areas verdes, los salones no tenían aire acondicionado ni paredes de concreto, sólo grandes ventanales y puertas corredizas de cristal que dejaban a la vista tanto el interior como el exterior del lugar, pero lo que más llamó su atención fue un pasillo en particular, donde sólo había una puerta, estaba cubierta de enredaderas de flores que cubrían una puerta de color dorado con diseños extravagantes y inscripciones grabadas en ella, y lo que la hacía especial era una gigantesca letra "H" de un intenso color blanco que decoraba el centro de la misma, obligándote a detenerte un momento para admirarla de cerca. Jungkook juraba haber sentido un escalofrío sólo con detallar esa simple letra, debajo de ella había una fecha, no sabía si era una fecha de nacimiento o el recordatorio de una muerte, pero sí sabía que el dieciocho de febrero de mil novecientos noventa y cuatro él no había nacido todavía, por lo que esa persona, de estar viva, era mayor que él por varios años.

"H" es nuestro alfa, ¡Alfa estará aquí hoy, Jungkook!...estoy seguro - Chilló su omega de entusiasmo, dando vueltas en círculos y después rodando en el suelo para mostrar su pancita, exponiendo su vulnerabilidad, y esperando por ser acariciada por el único lobo al que necesitaba.

Suspiró, negando con la cabeza para alejar todos aquellos pensamientos (incluyendo al extraño comportamiento de su omega), y volteó para observar a sus amigos, que seguían hablando de temas que él ignoraba: liderazgo de manadas, guerras, casamientos, clases sociales y proyectos de vida. En ocasiones, seguía preguntándose cómo se había hecho amigo de los descendientes de los líderes de las manadas vecinas a la suya, pero después recordaba que en realidad nunca supo que ellos eran personas superiores a él, tan sólo pudo verlos como niños amables que salvaron a un cachorro de diez años de casi ser devorado por un lobo forastero.

👒🐞

"¡Jungkookie! amor, no juegues tan cerca de los acantilados por favor, es peligroso, hijo" Había advertido su madre esa mañana, mirándolo con mucha preocupación, ese día, Jungkook se atrevería a explorar algunas de las zonas prohibidas del pueblo, como ese viejo acantilado que ya nadie frecuentaba y que estaba lleno de césped y plantas lo suficientemente crecidas como para llegarle a la cintura y pequeños bichos que se adherían a las partes bajas de sus pantalones, los cuales siempre tenían un poco de tierra.

A su corta edad, Jungkook era un niño muy curioso, siempre le había gustado la idea de trabajar la siembra y la cosecha como su mamá y sus abuelos, entonces cada vez que encontraba un lugar con la suficiente tierra como para sembrar sus propias plantas, se llevaba una pequeña pala de juguete junto a una cubeta -de esas que normalmente los niños utilizaban para hacer castillos de arena en la playa- y robaba un par de semillas sueltas que encontraba entre la ropa de su mamá, que siempre resultaban siendo de lilas y rosas.

Esa tarde en particular, había decidido replantar unas rosas que estaban en el jardín de su casa, así que después de que su mamá se marchó al huerto familiar, él bajó silenciosamente las escaleras -aún usando esa linda pijama de conejito rosa que traía un gorro con unas tiernas orejitas-, tomó su pala y su cubeta y se dirigió al jardín, se acuclilló frente a las rosas rojas y fue sacándolas una a una con cuidado de no maltratar la raíz; cuando logró sacarlas por completo, las colocó dentro de una bandeja de madera ligera que servía para transportar flores y posteriormente volvió a entrar a la casa, corriendo lo más rápido que pudo hasta su habitación, donde tomó las primeras prendas de ropa que encontró y se las puso apresuradamente y en el camino de salida se colocó un sombrero que le quedaba muy grande y tapaba todo su rostro, a él le gustaba así porque entonces nadie sabría quién era y su mamá no le regañaría si los vecinos decían algo al respecto, todo perfecto.

Pasó frente al espejo de la sala de estar y contempló su redondo rostro aniñado con una sonrisita que dejaba ver sus dientitos de leche, rió por lo bajo, se veía muy bonito, el overol que traía puesto era de un vivo azul claro, junto a una camiseta de franela de mangas largas y rayas amarillas, sus mejillas estaban levemente sonrojadas por el calor del día, la luz del sol entraba por la ventana dándole directo en la cara, y con la promesa de que sería un buen día, salió, marchándose por la entrada trasera de su casa para no levantar sospechas.

Pero se equivocó.

A las dos de la tarde de ese mismo día, Jungkook ya había terminado de replantar la quinta rosa y se limpiaba la frente con un pequeño pañuelo que siempre cargaba en sus bolsillos, con las rodillas ancladas al suelo, el silencio lo había acompañado por tres horas, junto a los insectos, y las hadas que volaban a su alrededor preguntando qué hacía entre risitas y cuchicheos que él amablemente respondía, explicando de forma pausada como replantar una flor sin dañarla.

Había visto a lo lejos a una ninfa transformarse en árbol cuando escuchó un crujido de pisadas (el cual se producía sólo si alguien aplastaba una hoja seca o una rama vieja). La reacción natural de las ninfas del bosque era transformarse si sentían algún peligro en el aire, aunque a veces también podía ser porque no les agradaras y como las eternas adolescentes caprichosas que eran, no era muy difícil el ofenderlas, pero Jungkook no creía que ese fuese el caso, ya que esa misma ninfa le había dicho afectuosamente que si necesitaba algo que la buscara y que ella lo conseguiría para él, por esa razón estaba empezando a mirar nervioso hacia los lados cada cinco segundos, el ambiente seguía tranquilo pero los latidos de su corazón retumbaban contra su pecho creando un compás sincronizado que se apegaba a su creciente ansiedad; trató de controlarse, inhalando y exhalando, tratando de que no se notara que se sentía mal, pero era en vano, porque sus manitos temblaron cuando sostuvieron la séptima rosa, la pala se le caía a cada rato porque sus dedos exudaban sudor y no podía controlarlo.

El crujir de hojas secas volvió a llamar su atención, esta vez era constante y no se molestaba con ocultarse como el resto de los sonidos de la naturaleza, se escuchó un resoplido y un bajo gruñido que tensó el ambiente, entonces Jungkook recordó las palabras que había dicho su madre y a las cuales no prestó total atención: "No juegues cerca de los acantilados" "Es peligroso", el verdadero acantilado estaba unos veinte metros más allá, pero eso no significaba que dejara de haber peligro a su alrededor ¿Verdad?.

Jungkook debió salir de allí en ese momento, él debió obedecer a su madre y jugar en un lugar seguro, pero contrario a eso, se quedó a replantar la décima flor con manos temblorosas, dio un par de toquecitos a la tierra con sus manos, tapando las raíces tanto como podía, y cuando terminó se volteó para buscar su cubeta con su pala y retirarse de allí, pero lo que vió lo dejó pasmado en su lugar, encogido de miedo.

Había un inmenso lobo con pelaje naranja parado justo detrás de él.

Era tan colosal que en cuatro patas era más grande que cualquier humano de estatura promedio, sus ojos azules lo miraban con rabia, había un leve rastro de espuma blanca alrededor de sus fauces, lo que hizo que Jungkook se encogiera aún más en su sitio, el lobo gruñó de forma amenazadora, avanzando hasta casi rozar su hocico con la nariz del menor; entonces el último hizo lo más racional que se le pudo ocurrir hacer en aquél momento:

Huir.

Retrocedió en su máxima velocidad arrastrándose en el suelo hacia atrás al punto en que sintió su piel arder cuando los ruedos de su overol se subieron y sus muslos descubiertos rozaron el pasto creando una fricción dolorosa que le provocó ganas de llorar, hasta que pudo levantarse y echar a correr con todo lo que su pequeño cuerpecito le daba. A medida que iba avanzando, su vista se iba nublando por las lágrimas, sus piernas tenían marcas de raspones ensangrentados que le cortaban la respiración, pero no podía parar, podía escuchar los gruñidos del lobo que lo perseguía, tenía que seguir aunque llegara a su casa hecho un desastre y su madre lo regañara, eso era algo que ya no importaba, sólo importaba sobrevivir, sólo importaba salir de allí con vida.

Corrió y corrió, pero aquél animal no se cansaba, para éste punto ya sentía que no podía respirar, su vista se volvía borrosa de a ratos y ya no tenía nada que ver con su llanto, el rastro de lágrimas secas se tatuó en sus mejillas terminando en su mentón, su cuerpo se sintió pesado y un mareo lo hizo trastabillar haciendo que casi se fuera al suelo de boca; entonces un alarido se oyó desde atrás y algo en él supo que era su fin, él lo supo.

Moriría devorado por un lobo, alguien que pertenecía a su misma especie.

Estaba tan enfocado en ver correctamente que no notó cuando su cuerpo se tambaleó hacia adelante y chocó contra una dura superficie, soltó un chillido por el impacto, el dolor dejándolo noqueado momentáneamente, cosa que el lobo tomó a su favor, acercándose a él mientras se relamía el hocico y sus ojos mostraban que se sentía victorioso, él había ganado, pero Jungkook, Jungkook moriría en ese momento.

El cachorro indefenso se hizo una bolita, su cuerpo quedó recostado en el pasto, él abrazando sus piernas y temblando, llorando en silencio por un destino que claramente no merecía. El lobo se acercó a él aprovechándose de que ya había intimidado a su víctima lo suficiente, se relamió el hocico de nuevo en expectativa y se inclinó frente al cuerpo frágil del niño, su fuerte aroma a miel invitándole a morderle de inmediato, Jungkook se abrazó con más fuerza, la respiración en su cuello lo hizo jadear y sacudirse en espasmos de miedo, nuevas lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas y justo cuando el animal abrió su boca y dejó a la vista sus afilados colmillos para morder la sonrosada piel del pequeño castaño que era su presa, se escuchó un fuerte rugido venir desde la entrada al bosque.

"¡No lo toques!" Habló el lobo más grande, gruñéndole a modo de advertencia -aunque era considerablemente pequeño en comparación con aquél depredador- se mantuvo firme, aproximándose al contrario sin mostrar ni una pizca de miedo, y es que, ¿Por qué lo tendría?, detrás de él habían tres lobos y una pantera, sus amigos, estaba bien respaldado y no había espacio para el miedo.

El lobo se alejó del menor con rapidez, volviéndose hacia aquellos desconocidos que habían interrumpido su momento de gloria mientras esbozaba una sonrisa burlona.

"¿Y quién me va a detener, uh? ¿Ustedes? Si sólo son unos cachorros que andan metiéndose en donde no les incumbe, váyanse de aquí ahora o los devoraré a ustedes también" Amenazó, utilizando su voz de mando que invitaba al lobo menor a doblegarse ante él para seguir sus órdenes. Para sorpresa del forastero, que esperaba crédulamente que su amenaza surtiera efecto, los cuatro lobos y la pantera, avanzaron hasta él hasta que sólo los separaban ochenta metros de distancia, prácticamente nada, un parpadeo y estarían encima de él arrancándole la cabeza de un tirón.

Jungkook, que aún seguía apoyado en el suelo, veía con cierta confusión el cómo ellos se gruñían y trataban de intimidarse mutuamente, pero no podía entender qué rayos era lo que estaba pasando, sólo escuchaba ladridos y gruñidos, y si antes tenía miedo, pues ahora lo tenía más, no sólo un lobo se lo almorzaría entero, sino cuatro más sumándole a ese extraño gato gris que le dió una mirada desbordante de amabilidad.

Se hizo un ovillo en el suelo, esperando por su fin mientras escondía su rostro entre sus rodillas, era el final, no habría vuelta atrás.

Al ver el comportamiento del cachorro, la pantera gris se acercó sutilmente a su amigo, que en ese momento, mantenía una batalla de miradas con el lobo naranja, y susurró:

"Seokjin, debemos atacar, él ya no resiste más, piensa que vamos a dañarlo" Entonces Seokjin giró sus ojos en dirección a Jungkook con disimulo y su lobo chilló en su interior al verlo tan desprotegido y solo, así que asintió, dándole la razón a la pantera.

"Sólo unos segundos más, Yoongi, lo sacaremos de aquí, te lo juro como futuro líder de mi manada que así será" Dicho esto, ordenó a los demás colocarse en sus posiciones de ataque, y a Yoongi, vigilar al cachorro y protegerlo del lobo naranja, a lo que él se mostró muy dispuesto.

Un sonoro alarido provino del lobo negro, declarándole la guerra al lobo mayor, sus garras se encajaron en el suelo en anticipación y sus colmillos se volvieron más filosos, comenzó a correr, teniendo la certeza de que sus amigos venían detrás de él y cuando llegó a su objetivo, empujó de golpe al forastero en la dirección contraria a donde Jungkook se encontraba, Yoongi inmediatamente se posicionó delante del cachorro a modo de protección, manteniendo cuatro metros de distancia para darle su espacio pero aún así estando pendiente de él, el castaño no se había atrevido a alzar su cabeza para saber qué estaba pasando, sólo había escuchado movimiento a su alrededor, estaba alerta, pero debía fingir o esos desconocidos se lo comerían más rápido.

A continuación, todo pasó muy rápido, los cuatro lobos restantes atacaron al extraño con grandes mordidas, todos al mismo tiempo, sacándole sangre inmediatamente pues las heridas eran muy profundas, el extraño chilló de dolor, retorciéndose debajo de ellos, en medio de toda esa conmoción Seokjin sonrió victorioso. El muy hijo de perra se estaba dejando ganar porque sabía que no tenía oportunidad contra ellos - pensó, y casualmente, al ver la sonrisa de satisfacción del contrario, el lobo naranja, como pudo, empujó a Seokjin lejos de su cuerpo y se levantó de un salto, volteando al menor y posicionándolo debajo de él para inmovilizarlo, pero Seokjin no se rindió, luchó y luchó, presionando sus garras sobre el pecho contrario, hasta que pudo salir de entre las patas del adverso y volver a la posición anterior. Mientras tanto, sus amigos estaban muy ocupados lastimando las patas traseras del enemigo y su estómago, golpeándolo sin piedad, haciendo que el lobo se debilitara con rapidez, lo que Seokjin tomó a su favor para encajar sus colmillos en el cuello contrario con fuerza, arrancándole pedazos de piel en el proceso que le sacaron lastimeros gemidos de dolor, en ese momento, decidió no matarlo, él no era un asesino, pero sí lo dejaría con suficientes marcas y golpes como para que no volviera a moverse nunca más.

Escupió todos los pedazos de pelaje con carne y sangre, y se alejó, haciéndole un gesto a sus amigos para que terminaran con el lobo, se volteó en dirección al cachorro y a Yoongi, comenzando a caminar hasta ellos, notando que el cachorro ya había dejado de ocultarse pero seguía abrazándose a su cuerpo, y en cuanto lo vió aproximarse, soltó un jadeo, sorprendido y asustado, Seokjin frunció el ceño, ¿Qué pasó? ¿Tenía algo en la cara?.

Yoongi pareció leer su expresión contrariada, porque sutilmente abrió la boca y meneó sus bigotes, señalando que tenía algo en la boca. El peludo rostro del lobo negro se sintió caliente por la vergüenza, y bajando las orejas, alzó una de sus patas y la acercó a su boca para limpiarse, cerrando los ojos en el proceso, la imagen fue tan tierna que le sacó a Jungkook una sonrisita, Seokjin lo miró y se sintió muy aliviado.

Cuando terminó de limpiarse, se inclinó frente al niño caballerosamente, haciéndole una pulcra reverencia. Jungkook amplió su expresión de asombro.

"¿Q-qué estás ha-haciendo? ¿N-no vas a co-comerme?" Seokjin se levantó, soltando un bufido y negando, Yoongi soltó una risita, provocando que el niño girara su rostro a él. "¿N-no lo va a hacer?" Yoongi negó, mirando al castaño con dulzura. "Oh, gracias...creo" Lo último lo susurró para sí mismo, frunciendo el entrecejo con confusión, todavía no entendía nada de lo que pasaba.

En medio de la tranquila escena, alguien irrumpió en la burbuja de aquellos tres.

Un lobo blanco se acercó a ellos a paso lento, posicionándose al lado de Seokjin. Jungkook lo observó y se quedó hipnotizado por un momento, era exactamente igual a los lobos de su manada, a los únicos lobos blancos que había visto eran su mamá y sus abuelos, pero éste lobo era de tamaño mediano y con pelaje reluciente y majestuoso, casi parecía brillar con luz propia -pero tal vez sólo era una ilusión óptica- tenía unos vivos ojos rojos que te hacían sentir intimidado si te estaba mirando directamente y Jungkook agradecía internamente eso, pues a pesar de que el lobo blanco fuese hermoso, daba muchísimo miedo, y él creía que ya había tenido suficiente por hoy.

"Hyung, dejamos al idiota inconsciente, no está muerto, pero no despertará hasta dentro de un par de horas, debemos irnos antes de que sea muy tarde de nuevo, a mamá no le gustará si no llego a la hora de la cena" Habló el lobo blanco atropelladamente, repentinamente nervioso, sus ojos tomaron un color más oscuro y sus orejas bajaron por sí solas, mostrando su desánimo. Seokjin se acercó a él para frotar su fuente de aroma con su hocico, en señal de consuelo.

"Tranquilo, Jimin-ah, llegarás a tiempo a la cena, lo juro por la patita, en serio, pero ahora ve con los demás, diles que vayan al lago y busquen los bolsos con la ropa, Nam sabe dónde están" Le indicó suavemente. Jimin asintió y trotó en dirección a los dos lobos negros que estaban esperándolo, adentrándose los tres en la profundidad del bosque un minuto más tarde.

[...]

El sol se estaba poniendo en el momento en que tres niños cruzaron el lindero del bosque, quitando la atención de Jungkook de Yoongi, que llevaba un rato recostado encima de sus piernas, mientras que el menor acariciaba el pelaje grisáceo de su lomo. La pantera protestó en el instante en el que el niño alejó sus manos, haciéndolo reír, y seguidamente, acariciando su lomo de nuevo, pero sin quitar los ojos de los tres niños.

Su mamá le mencionó alguna vez, que todos los lobos tenían sus formas humanas y que así como ella sólo sacaba a su lobo en situaciones de riesgo, los otros cambiaformas también hacían lo mismo. Fue en ese momento, que Jungkook confirmó, por sus propias deducciones, que esos tres niños en realidad eran los tres lobos que acompañaban al lobo negro y a la pantera gris, cuya presencia había pasado por alto, y que ahora, viéndolos actuar "normal", de igual manera no sabía cómo sentirse, pero algo dentro de él se relajó, no iban a comerlo, eso era bueno, en definitiva.

"Hyung" Llamó un niño de piel lechosa, cabellos castaños y mejillas regordetas. Seokjin y Yoongi voltearon inmediatamente ante el llamado. El castañito rió. "Seokjin hyung" Especificó, entonces el lobo negro lo siguió hasta llegar a los otros dos niños.

"Tete, ponle la manta...Nam, tú sostenla de arriba, sabes que a hyung le da vergüenza que lo vean transformándose" Se oyó un gruñido por debajo de la manta. El niño rodó los ojos. "Sabes que es cierto" Otro gruñido se escuchó, pero ésta vez, era un sonido humano.

"No, no lo es" Habló un joven, terminando de ajustarse los pantalones y peinándose el cabello con los dedos después. El castaño iba a protestar, pero su mirada se fijó en el niño que acariciaba el pelaje de la pantera gris, y que en ese momento, estaba viendo directamente en su dirección, sin disimular.

"¿Quién es él?" Consultó en un susurro, el mayor soltó una risita.

"Jimin-ssi. Si te hubieras dado cuenta de porqué atacamos a ese lobo idiota, creo que lo sabrías" Dijo, se despidió con la mano de sus hermanos y caminó de vuelta hacia Yoongi y Jungkook.

Jimin inclinó la cabeza de lado, confundido.

"¿Salvamos a alguien?" Se preguntó, sin ser consciente de que habían dos personas más escuchándolo.

Alguien le dio un codazo en las costillas, haciendo que volteara en esa dirección.

"Sí que eres un distraído, ¿Realmente no lo habías notado en todo éste tiempo? pero si...¡Es muy bonito!, yah~ ¿Cómo no te ibas a dar cuenta de que estaba allí?" Exclamó un niño pelinegro de sonrisa cuadrada, Jimin se encogió de hombros, el rubor subiendo a sus mejillas.

"No sé, Taehyung-ah, no lo había visto" Murmuró, bajando su cara de la vergüenza.

"Bueno, ya está, no?...de todas formas tenemos que acercarnos, Yoongi hyung aún no se cambia y tienes que acompañarle" Dijo ahora el otro niño, tenía el cabello negro y usaba unos lentes redondos que hacían ver su rostro más adorable.

"Namjoon hyung tiene razón, Jimin-ah, realmente no creo que ese niño te diga algo malo, si es eso lo que te preocupa, más bien, él pensaría que eres tú quien puede hacerle daño...digo, tiene una expresión de miedo que-" Namjoon lo miró entrecerrando los ojos, pidiéndole que se callara de manera silenciosa.

Jimin hizo un puchero.

"Espero caerle bien" Fue lo último que susurró, antes de que los tres se acercaran a paso rápido a Seokjin, Jungkook y Yoongi.

"Oh, ya están aquí, Yoon ve a cambiarte" Ordenó Seokjin suavemente, Jungkook hizo una mueca al ver a la pantera gris alejándose. "Tranquilo, volverá enseguida" Le dijo, sabiendo que el miedo del menor era quedarse solo.

Jungkook asintió, y se acomodó mejor encima del pasto, su piel aún ardía por las cortadas que se hizo, y al verlo tan incómodo, Seokjin lo miró preocupado.

"¿Te hiciste daño?" Jungkook asintió, sus ojitos se volvieron acuosos por el dolor que estaba sintiendo. De inmediato Seokjin le ordenó con la mirada a Namjoon que le pasara su bolso, el pelinegro lo hizo y posteriormente, el de cabellos cobrizos se inclinó frente a Jungkook con un recipiente entre sus manos, el castaño se alejó por instinto, no iba a dejar que un desconocido lo tocara.

"Hey...no tienes porqué temer, sólo voy a curarte, prometo que después de ésto te sentirás mejor, ¿Está bien?" Jungkook lo dudó por unos instantes, viéndolo con la incertidumbre bañando todo su rostro, pero al final, no le quedó más remedio que asentir de nuevo, por lo que tras consultarle brevemente con la mirada si se podía acercar, Seokjin le aplicó un par de gotas con un líquido cicatrizante para heridas -que de hecho pertenecía a la familia real Kim, y que Jin tomó sin el consentimiento de sus padres-, lo importante no era que lo tomara "prestado", lo que hacía realmente fascinante a ese gotero era su gran poder curativo, gracias al extracto de lágrimas de hadas. Las hadas eran seres muy pequeños pero tenían el triple de las capacidades de un cambiaformas, añadiendo el hecho de tener poderes mágicos por naturaleza; una lágrima de una hada era capaz de curar hasta a el hombre más enfermo y moribundo en la tierra-y fue por esa particular razón- que a Seokjin realmente no le sorprendió ver los grandes rasguños en la piel de Jungkook desaparecer automáticamente, era verdaderamente increíble, y el pequeño castaño, al ver sus piernas mejoradas y nuevamente funcionales, no se pudo contener y le dio un rápido abrazo a Seokjin, siendo tomado por sorpresa.

"¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!" Chillaba Jungkook, meciendo a Seokjin de lado a lado, llegando a marearlo hasta cierto punto, y haciendo que sutilmente lo alejara de su cuerpo, con una sonrisa amigable.

"No hay de qué, el placer es nuestro" Respondió Seokjin, haciendo una ligera reverencia y señalando a sus hermanos menores, que sabía que estaban detrás de él, Jungkook se ruborizó cuando alzó la mirada y se topó con la blanca sonrisa de un niño mayor, de cabello negro y rizado, que le tapaba la frente, el niño le hizo una reverencia, siendo imitado por el otro niño de lentes y hoyuelos adorables.

"Es un gusto conocerte, ¿Cómo te llamas?" Se animó a preguntar Taehyung, Jungkook se quedó un segundo paralizado, hasta que negó, avergonzado por haberse quedado pensando y murmuró:

"Mi nombre es Jeon Jungkook" Se sonrojó de nuevo, la brisa soplaba con fuerza y volaba sus cabellos hacia atrás haciéndolo ver tierno, los mayores le sonrieron y tras compartir una mirada entre los tres, decidieron revelar sus identidades.

"Soy Kim Seokjin" Dijo el más alto, de cabellos cobrizos, extendiéndole la mano, siendo estrechada por el pequeño Koo con algo de timidez.

"Yo soy Kim Taehyung, y ah...¡Eres muy lindo!" Soltó un chillido. Inmediatamente sus hermanos mayores lo miraron con desaprobación, pero para sorpresa de todos, Jungkook aceptó el cumplido, agradeciendo con un leve "gracias" y una sonrisita.

Cuando el último se iba a presentar, se escucharon un par de pasos detrás de él y pudo ver a Yoongi y Jimin caminando en su dirección, el primero revolviéndose el cabello. Tenía ciertos mechones gris entre las hebras negras que lo hacían resaltar y sus potentes ojos verdes no habían desaparecido, su piel era muy blanca y pálida pero se veía tan bien cuidada que al verlo bien, Jungkook no dudó en que se trataba del amigable gatito gris que había acariciado una hora atrás.

"Volviste" Dijo asombrado a Yoongi en cuanto lo tuvo en frente, el muchacho le sonrió amablemente y asintió. Entonces Seokjin notó la presencia de los chicos y les pidió con un gesto que se acercaran.

"Nos estamos presentando, faltan ustedes dos y Nam" Dijo, señalando a Namjoon, Jimin y a Yoongi, que se encogió un poco de timidez, como era usual en esas ocasiones. Seokjin se rió al verlo tan sobrecogido como de costumbre, así que le palmeó el hombro para darle ánimos. "Tranquilo Yoon, Jungkook no te morderá" Tras esas palabras, Yoongi sólo tragó grueso y asintió.

Se acercó a Namjoon, que le preguntó con la mirada si se podía presentar primero, a lo que Yoongi le hizo un gesto de confirmación, dándole el camino libre. El niño de lentes se aclaró la garganta.

"Me llamo Kim Namjoon, y es un placer conocerte, sinceramente me alegra mucho que te sientas mejor ahora" Lo último lo dijo sonriéndole a Jungkook abiertamente, el castaño también sonrió, agradeciendo la preocupación que Namjoon mostró hacia su persona a pesar de que lo acababa de conocer.

"A mí me alegra que ustedes hayan aparecido, muchas gracias, probablemente estaría muerto de no ser por....porque llegaron a tiempo" Todos negaron al mismo tiempo, Kook estaba siendo demasiado modesto.

"Estamos aquí para ayudar a los demás, ofreceríamos nuestra ayuda siempre que alguien la necesite, no es así chicos?" Le contestó Seokjin, quien se volteó para mirar a sus amigos al final, todos asintieron a su consulta. "Lo ves? Nos hace felices ayudar a los demás". Pero Jungkook no se conformó con esa frase, por lo que les hizo una profunda reverencia, levantándose un minuto después cuando su frente casi rozó el césped. Los niños lo miraron asombrados.

"Gracias" Dijo de nuevo, los mayores rieron, negando con las mejillas rojas.

"No hay de qué, cachorro....oh espera...se está haciendo de noche..." Habló Jimin por primera vez, nervioso, sus amigos confirmaron sus afirmaciones con una rápida ojeada al cielo, que ya se estaba pintando de tonos púrpuras y azules oscuros, por lo que empezaron a recoger sus cosas rápidamente junto a la cubeta y la pala rota que Jungkook había tirado lejos al momento del incidente.

Comenzaron a caminar todos juntos, saliendo con rumbo al lindero del bosque, debían atravesarlo para llegar al pueblo.

Jungkook iba sumido en sus pensamientos preguntándose cuál sería la reacción de su mamá al verlo llegar a esa hora y todo cubierto de tierra, no era el tipo de niño que recibía regaños por cualquier cosa ya que no se caracterizaba por ser alguien extrovertido o por desobedecer una orden, pero cada vez que la señora Jeon le alzaba la voz incluso si sólo era para llamarlo a comer, sus ojos picaban. Jungkook odiaba los gritos, tenía un trauma con ello, y por eso sus familiares siempre utilizaban voces calmadas y en tonos bajos para dirigirse a él.

Su distracción fue aprovechada por Yoongi y Jimin, que no tuvieron tiempo de hablar con él antes como los demás.

"Soy Yoongi, Min Yoongi...lamento no presentarme antes, pero el tiempo era corto" Jungkook saltó en su lugar al no saber que era Yoongi quien caminaba a su lado, llevando una mano a su pecho por el susto que se dió. El felino rió en silencio, sabiendo que su especie era naturalmente sigilosa. "Perdona, cachorro, no quería asustarte" Dijo, sus ojos verdes brillaron en la oscuridad cuando miró al niño con preocupación, creyendo que se había pasado.

Jungkook le sonrió poquito, mirándolo brevemente y después apartando su vista de él, los ojos de Yoongi brillaban con una intensidad antinatural, como si fueran dos bombillas de luz.

"Uh...tus ojos, s-siempre se ven así?" Yoongi alzó las cejas, el tono nervioso de Jungkook también lo había intimidado y puesto nervioso a él.

Rió, mirando hacia el frente para no incomodar al castaño.

"No, sólo se ven así cuando mi pantera interior está en alerta, aunque mis padres dicen que la luz de mis ojos me puede servir para guiarme en medio de la noche" Jungkook asintió, y entonces lo notó, lo que Yoongi decía era completamente cierto, la noche había caído con su negrura abriéndose paso, pero a su alrededor el camino estaba iluminado por una tenue luz de un verde fluorescente.

"¡Wow!" Exclamó, dándose cuenta de que no sólo el sendero estaba iluminado con esa luz verde, el cielo también se había teñido de verde, pero sólo se centraba únicamente en la zona por la que ellos caminaban, como una gran mancha que seguía el mismo camino que ellos.

"¿Qué están viend-.....ah" Taehyung miró hacia arriba, como Jungkook y Yoongi hacían y frunció el ceño, eso nunca había pasado antes. "Yoon, ¿Tú hiciste eso?" El mencionado se encogió de hombros.

"No lo sé, uh, creo que sí" Dijo, inseguro. Al escucharlo, Jimin sonrió.

"Creo que depende de tu estado de ánimo" Comentó como si nada, Yoongi giró a verlo como si le hubiese salido un tercer ojo.

"¿Qué?" No entendía de lo que estaba hablando.

"Pues eso, lo que me sorprende es que recién te hayas dado cuenta y ustedes también" Señaló al resto de sus amigos. "¿Recuerdas cuando rompiste el jarrón donde estaban las cenizas de tus ancestros? ese día el cielo se tiñó de rosa, y era de noche" Taehyung, Seokjin y Namjoon rieron al recordar ese día y a Yoongi rezándole a la madre naturaleza para que sus padres no lo castigaran. Jungkook los miró con curiosidad.

"Fue muy gracioso" Comentó Jimin al castaño menor, riendo. "Sus padres lo castigaron por tres meses, y teníamos que ir a sacarlo con una escalera por la ventana de su habitación, pero Yoon nunca saltaba porque es un gatito que le tiene miedo a las alturas" Volvió a reír, Yoongi se ruborizó, dándole un codazo al más bajito a modo de protesta.

"Cállate, Park, no es cierto" Protestó, no quería que lo avergonzaran en frente de Jungkook, quería darle una buena impresión al niño.

Jimin sonrió con malicia.

"Oh, claro que es cierto, él decía cosas como: bueno, si me muero me quedan otras once vidas, no pierdo nada" Los niños rompieron a reír a carcajadas, incluyendo ahora a Yoongi, que se tapaba la cara con vergüenza.

"¡Ay, cállate! en ese tiempo creía en la teoría de las doce vidas, no me puedes culpar" Taehyung rodó los ojos, al oírlo intentando justificarse.

"Yoon, si te mueres en esta vida, te moriste y ya, la madre naturaleza no te va a revivir, es como que yo diga que la teoría de que la diosa luna tiene una pareja destinada para cada uno de nosotros es real, ni mis padres son destinados y se aman mucho" Taehyung se cruzó de brazos, Yoongi asintió, dándole la razón.

"Bueno, chicos, realmente no tenemos idea de si nada de eso es cierto" Se metió Namjoon, que había permanecido callado todo éste tiempo, acomodando sus lentes sobre el tabique de su nariz, que se caían a cada rato. "Lo único que pido es que si Yoongi hyung tiene once vidas más, que en esas once vidas nos encuentre y volvamos a estar juntos todos de nuevo...eso te incluye, Jungkook" El castaño le sonrió, agradecido, mientras que los demás soltaron un "awww", enternecidos con los lindos pensamientos de Joon.

"Bueno, muy bien, anótalo en tu diario de vida, Yoongi-ah" Comentó Seokjin, el felino le guiñó un ojo, juguetón. Entonces el de cabellos cobrizos se giró a ver a Jimin, que no se había presentado ante Jungkook todavía y que de hecho, estaba tratando de no mirarlo, con las mejillas encendidas de la vergüenza. El mayor sonrió -¿Quién dijo que no se podía divertir un poco?- pensó, y con toda la intención del mundo, se aclaró la garganta y lo llamó:

"Jimin-ah" El castaño volteó a verlo con la duda reflejada en sus ojos, Seokjin se quería reír de la cara que puso su amigo, pero aguantó la risa lo más que pudo, y actuó serio al momento de soltar "¿No crees que te estás olvidando de algo? Yo siendo tú le daría una disculpa por lo menos, es de mala educación entablar una conversación con un desconocido y ni siquiera intentar presentarse ¿Sabes?" Jimin frunció el entrecejo, tratando de buscar entre sus recuerdos a qué se refería el mayor, y cuando por fin se dió cuenta, bajó la vista, su rostro se enrojeció por completo y ocultó una pequeña sonrisita. Al verlo así, Seokjin ya no lo pudo evitar y se rió con ganas, Jimin estaba muriéndose de la vergüenza.

Jungkook, que había captado de inmediato a quién se refería Jin, también se quiso reír de cómo Jimin parecía querer ocultarse de él, y se hizo el desentendido, mirando hacia el frente y dándose cuenta de que ya se habían adentrado al pueblo donde vivía.

Jimin posó su vista sobre él, pendiente de si le prestaría atención, y cuando Jungkook le devolvió la mirada, se animó a hablar.

"Seguramente ya será obvio, pero...uh, mi nombre es Jimin, Park Jimin...." Comenzó, dudoso, Jungkook rió.

"Sí, ya lo sé" Le respondió con un tono burlón, sonriéndole, Jimin también sonrió, con algo de nervios.

"Bueno, lo que no sabías es que vivo aquí en Busan, como tú, ya te había visto antes....los Jeon tienen su propio huerto familiar, verdad?" Jungkook asintió, sonriendo poquito, no le sorprendía que Jimin viviera en Busan, después de todo, su pelaje blanco lo había delatado horas antes, pero Jungkook apreciaba que el mayor se lo dijera directamente. "Mi mamá también tiene un huerto, a veces va a visitar a la señora Jeon para platicar y me comentó que tiene un hijo que casi es de mi edad" Le contó, Jungkook lo observó con sorpresa y curiosidad, no se esperaba ese nivel de cercanía entre sus madres, aunque en el pueblo todos se conocían, el nunca había visto a Jimin antes, tal vez porque no salía mucho.

"Oh...¿Qué edad tiene, hyung?" Se animó a preguntar, Jimin rió por lo formal que había sonado aquello.

"Tengo doce...ya sé que soy muy bajito para parecer de doce" Lo último lo dijo con un adorable puchero entre sus labios, Jungkook se acercó a él para darle un apretón en sus manos, sorprendiendo al niño.

"Yo tengo diez, y creo que estás bien así, hyungie" Murmuró, mirándolo con cariño. Jimin intensificó su puchero, entonces se escucharon sonidos de queja, y ambos castaños, voltearon a ver a los demás.

"A mí no me dices hyung, Jungkook" Seokjin fue el primero en quejarse, cruzándose de brazos con fingido enojo. Jungkook se rió a sonoras carcajadas, sacándole sonrisas a sus mayores.

"A mí tampoco" Corearon Yoongi, Namjoon y Taehyung al mismo tiempo, haciendo reír a Koo más fuerte.

"Ustedes también son mis hyungs ahora" Dijo el menor con una sonrisa.

"Pero a él se lo dijiste primero" Esta vez protestó Yoongi, que se creía más merecedor del título de hyung que Jimin, él había protegido a Jungkook y le había dado mimos, ¿Qué era mejor que eso?.

"Yoongi hyung, usted es mi hyung de oro" Admitió el castaño menor con las mejillas rojas, Yoongi también se sonrojó, sus ojos tomaron un brillante color azul. "Gracias por cuidarme, a todos, en realidad" Hizo una corta reverencia, dándose cuenta de que estaban frente al camino que conducía hacia su casa y que ya debía irse. Los niños le devolvieron la reverencia, con bonitas sonrisas en sus rostros.

"No hay de qué, Jungkookie, siempre que necesites algo estaremos a tu disposición, tú solo mándanos una carta y vendremos de inmediato" Dijo Taehyung, acercándose a él para darle un medio abrazo, Jungkook frunció el ceño.

"¿Una carta?" Preguntó, confundido, sabía que los lobos de los Kim y la pantera de Yoongi eran diferentes al suyo y a los miembros de su manada, pero en Busan siempre habían especies distintas por aquí y por allá, por lo que pensó que los niños también vivían allí.

"Sí, cachorro, la verdad es que vinimos de visita para pasar tiempo con Jiminnie, pero Nam, Tae y yo vivimos en Seúl y Yoon vive en Daegu" Seokjin le dió una sonrisa apenada, lamentablemente, no podían pasar el tiempo que quisieran juntos.

Jungkook hizo un puchero, mirando a los cinco jóvenes con ojitos brillantes.

"No nos veremos por mucho tiempo... ¿No es así?" Se abrazó a sí mismo, recién los había encontrado y también debían irse, él no tenía amigos, y ahora que por fin había encontrado un grupo al que quería pertenecer, vivían muy lejos.

Seokjin se acercó a él y lo rodeó a en un abrazo, sintiéndose mal porque al día siguiente cada uno volvería a su ciudad natal, y pasarían algunos meses antes de que sus padres les permitieran salir de nuevo.

"Hey, cachorro, no es el fin del mundo, ¿Está bien?, podremos contarnos todo por las cartas, y si es necesario vendremos, aunque sea a escondidas, te acabamos de encontrar y queremos que seas parte de nosotros, no nos rendiremos tan fácilmente" Sonrió, optimista, Jungkook asintió, todavía sin perder su puchero.

"Gracias por hoy" Murmuró, apretando a Seokjin entre sus brazos, el mayor le correspondió, y al cabo de unos segundos, sintió como un par de brazos más lo rodeaban, apretándolo suavemente.

Namjoon, Yoongi, Jimin y Taehyung, se habían unido al abrazo al ver a Kook tan vulnerable. Después de unos minutos más, se separaron, sonriéndose entre todos.

"Ya debo irme, probablemente mamá me castigue por toda mi vida, pero valdrá la pena" Dijo Jungkook, soltando una risita. Todos asintieron, dispuestos a despedirse, pero Namjoon lo miró con un poco de recelo, no quería que se fuera solo.

"¿Estás seguro de que llegarás a salvo? sé que sólo es una cuadra, ¿Quieres que te acompañemos? Jimin puede ir contigo si quieres, cachorro" Lo observó preocupado, esperando que aceptara su propuesta, pero Jungkook negó.

"Aceptaría si no fuera porque mis vecinos son demasiado chismosos, hyung, y no es que me importe a mí como tal, pero a mamá sí y si me ve con ustedes puede creer lo que sea que los vecinos inventen" Jungkook se encogió de hombros, rodando los ojos. Namjoon suspiró, rendido, asintiendo.

"Bueno, pero al menos deja que nos quedemos observando hasta que llegues a salvo, no me perdonaría que te pase algo de nuevo" Susurró sólo para que el menor lo escuchara. Jungkook no se contuvo y saltó a sus brazos, dándole un fuerte abrazo. Namjoon lo abrazó de vuelta, sintiéndose triste de pronto.

"Cuídate, Joonie hyung, para que cuando podamos vernos de nuevo, yo pueda decir que es bueno verte" Murmuró en su oído, Namjoon se separó del abrazo lentamente.

"Y entonces, yo diré que también es bueno verte, Koo" Dijo, sonriente. Jungkook inclinó la cabeza de lado al escuchar el peculiar apodo.

"¿Koo?" Se señaló a sí mismo, haciendo a Namjoon reír, Jungkook era muy tierno.

"Sí, Koo...es tu apodo desde ahora, pero...anda ya, debes irte...o probablemente te llevemos a vivir con nosotros si sigues aquí, verdad, chicos?" Sus amigos asintieron, riendo, Jungkook sonrió, su corazón empezó a latir muy fuerte, ¿Quién sabe por cuánto tiempo no se verían?.

Se acercó a cada uno de los chicos, y dejó un besito en la mejilla de cada uno, Jimin, Yoongi y Namjoon sonrojándose porque no se lo esperaban.

Cuando se separó, empezó a alejarse, caminando de espaldas a su vecindario, agitando sus manitos en dirección a los chicos.

"Nos veremos pronto" Dijo por último, lanzándoles un beso volador y agitando su mano una última vez, para comenzar a caminar en dirección a su casa, que desde su posición, podía ver que seguía teniendo las luces de afuera encendidas.

Como lo habían planeado, los niños no se movieron de sus lugares hasta que vieron a Jungkook subir las escaleras de la casa color crema, y posteriormente, dejar su cubeta y pala rotas sobre una silla que estaba en la entrada y quitarse los zapatos para caminar con ellos en mano hasta la puerta, sacando una llave de su bolsillo y pasando adentro rápidamente.

Namjoon fue el primero en darse la vuelta, siendo seguido por Taehyung y Yoongi, Jimin y Seokjin venían unos pasos más atrás, platicando animadamente.

"Será un omega, puedo deducirlo" Dijo Yoongi en medio del silencio, lo único que se escuchaba era el cantar suave de los grillos, el croar de las ranas a la distancia y el sonido de sus pisadas contra el suelo. Namjoon sonrió.

"El mejor omega de todos, será muy mimado por nosotros, seguramente" Yoongi le dió la razón con un asentimiento.

Nadie dijo nada más durante el camino de regreso a la casa de Jimin, donde se estarían quedando por lo que quedaba de la noche. Sin saber que en un futuro no muy lejano, su amistad con el pequeño Koo, sería la más valiosa y significativa de toda su vida.

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Me tardé en actualizar, no me maten, mi inspiración ha ido y venido durante éstas semanas y no he podido concentrarme mucho, pero aquí está, espero que les haya gustado. Hobi y Jungkook se conocerán finalmente en el próximo capítulo, espérenlo. Nos leemos pronto

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