Me gusta todo de ti chica, ¿Que no lo entiendes?

Adoro cada parte tuya
¡Pero odio a tu novio!

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—¡Lisa-ssi! —Una voz conocida hizo eco en los pasillos medio vacíos, llamando la atención de la mencionada quien guardaba algunas cosas en su locker.

La pelinegra volteó a ver a la castaña, esta se aproximaba velozmente hacia ella, que todavía parecía no reaccionar del todo.

Apenas fue consciente de la situación no pudo evitar que sus mejillas se colorearan de un rojo intenso y su corazón comenzara a latir aceleradamente, tanto que sentía que con un poco más de silencio podría ser escuchado.

"No seas una tonta, Manoban, compórtate como una persona normal y no vayas a cagarla". Pensó.

—¿Uh..? ¿Qué ocurre, Jennie..? —Intentó sonar normal, como si la presencia de la menor no le afectara en lo más mínimo. Mientras tanto, su interior ardía en llamas de entusiasmo.

—¿Cómo se encuentra tu brazo? —Cuestionó Jennie, una leve pizca de preocupación se asomó por sus ojos al mirar a la más alta.

—B..Bien, puedo moverlo mucho mejor. — Titubeó, tratando de no mirar a la chica parada a su lado. Tal vez si evitaba hacer contacto visual esta no se daría cuenta de lo nerviosa que estaba.

La contraria sonrió ingenuamente ante la respuesta.

—¡No tienes idea de cuanto me alegra! —Dicho esto, parecía querer agregar algo más, no obstante frunció un poco el ceño durante un par de segundos. No pasó mucho para que inclinase un poco su cuerpo, ladeando la cabeza mientras inspeccionaba el rostro de la morena con la mirada. —¿Acaso tienes fiebre, Lisa-ssi?

—¡No! Eh.. bueno, al menos no que yo sepa. — Nerviosa, intentó dejar pasar las cosas. —En realidad quise decir.. que no. O sea, sí, pero no.

Jennie la miró confundida, sin saber que decir exactamente.

—¿Pero, estás bien? —Preguntó una vez más.

—Por supuesto.

—En ese caso, nos vemos luego. —Sonrió con ternura mientras se daba la vuelta, dispuesta a irse, más un agarre en su muñeca la detuvo, haciéndola verse obligada a voltear. —¿Uh? ¿Qué pasa?

—Nada serio en realidad. Sólo.. quería preguntarte si.. —Lisa dio un respiro hondo sintiendo su pecho pesado de pronto, cosa que no era buena justo ahora. Tontos sentimientos. —Si te gustaría ir a verme en el partido de mañana. Jugaremos contra la selección de la escuela contraria al área.

Los ojos de Jennie brillaron ante la pregunta.

—¡Por supuesto que sí! ¡Me tendrás allí sin duda! —Respondió casi de inmediato, disipando los nervios de la mayor. Su mano se estiró hacia el rostro ajeno, palmeando su mejilla con suavidad un par de veces. —Suerte, Lisa-ssi. Te veré mañana.

Jennie le dedicó una sonrisa antes de retomar su camino hacia el aula que le correspondía, dejando a Lisa con una sonrisa tonta en los labios mientras tanteaba su mejilla levemente enrojecida.