☪ ✙CAPÍTULO 15✙ ☪

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Tal y como la primera vez, Jimin no pudo evitar quedar impresionado con la gran casa de Min Yoongi, donde el lujo estaba escrito en cada parte que se miraba.

Sintiendo la necesidad de comer algo dulce, Jimin hurgó en sus bolsillos hasta que encontró una pequeña paleta.

Sonriendo, le quitó la envoltura y se la echo a la boca, sintiendo inmediatamente el dulce sabor de leche y fresa invadir su paladar.

Se suponía que tenía que evitar comer cosas dulces, pero uno de vez en cuando no le iba a hacer tan mal, ¿cierto?

—Señor —pronunció el mayordomo, estirando sus brazos hacia él como si esperara algo.

—No tengo propina —anuncio sacando su dulce de la boca para luego volver a dejarlo en el interior.

—Está pidiendo tus cosas —corrigió Yoongi entregándole su maletín y chaqueta.

—No gracias amigo, prefiero tener mis cosas cerca —sonrió quitándose sus lentes de sol para colocárselo al revés, dejándolos descansar en su nuca.

—Entrégale tu mochila y chaqueta —indicó Min observándole—. No te irás de aquí pronto y no necesito que tengas lugares donde esconder cosas.

—Hombre inteligente —le guiño un ojo, obedeciendo finalmente—. Pero te sorprenderías de los lugares donde uno puede ocultar cosas.

Yoongi le observó de pies a cabeza, y Jimin realmente no se imaginó el calor que percibió en ellos tras terminar en sus ojos nuevamente.

—Prepara la cena para nosotros dos, MinJu —ordenó el rubio abogado.

—Si, señor —respondió el mayordomo, haciendo una pequeña reverencia antes de retirarse con las pertenencias de ambos entre sus manos.

La atención de Jimin se posó sobre una joven mujer con su cabello de color pelirosa, de bonito cuerpo y con lindas curvas que bajaba las escaleras, yendo directo a Yoongi con escasa vestimenta, la cual consistía solo en ropa interior.

—Bienvenido a casa, amo —expresó llegando a su lado, sentándose a sus pies.

Empujando por un costado su paleta, el pelinegro observó a Yoongi.

—¿Todos aquí tienen complejo de perros? —preguntó curioso.

—Pronto comprenderás todo esto —anuncio Min, y Jimin como que se preocupó un poco ante la sonrisa que le brindó el hombre mayor—. Vuelve a tu habitación, Ryujin, estaré ocupado hoy así que asegúrate de avisarle a Jeonghan también que no me molesten —ordenó observando a la mujer.

—Sí, amo —respondió levantándose con gracia, subiendo las escaleras nuevamente para desaparecer tras doblar en el pasillo.

—Acompáñame —pronunció Yoongi antes de comenzar a caminar, dirigiéndose a su despacho.

Rodeando su escritorio, Min corrió su silla y tomó asiento mientras desabrochaba el cuello de su camisa, quitándose la corbata.

—¿Y bien? ¿De qué tenemos que hablar? —preguntó Minnie tomando asiento frente a él.

—Vamos por lo primero —anuncio recargando su espalda en el respaldar de la silla—. Según los análisis Hoseok murió por una sobredosis, no creo en ello y sé que tú tampoco. Quiero que me ayudes a descubrir la verdad de lo que ocurrió esa noche.

Jimin le observó en silencio.

—Quiero ayudar, realmente, peeeeero... Tengo otras cosas que hacer y un trabajo que mantener —dijo finalmente.

—Estarías trabajando para mí a tiempo completo por lo que no te preocupes por el dinero, serás remunerado por todo —explicó Yoongi y percibió el interés en la mirada del menor.

—¿De cuánto estamos hablando? —preguntó.

—Depende según tus resultados.

—Entonces estaría perdiendo porque Hoseok no puede recordar nada de esa noche —le recordó apuntándole con su dulce.

—Entonces ayúdalo a recordar —dijo fácilmente—. No me importa el método que utilices, ya sea hablando con él a través de tus supuestos poderes, o investigando con el detective Jeon Jungkook.

—¿Qué tiene que ver el detective Jeon aquí? —preguntó fungiendo estar confundido.

—Sé que Jeon Jungkook está investigando por su cuenta con su compañero. Sé que hay una droga llamada Kaleidos. Y sé, que han estado recurriendo a ti por información —anuncio.

El joven pelinegro parpadeo lentamente.

—Wow —exclamó fingidamente—. Tenía entendido que era un hombre controlador que le gustaba que todo saliera a su manera, pero no sabía que eras así de prepotente realmente —sonrió burlón—. A poco te gusta tener la razón en todo y odias perder.

—Para qué luchar si no voy a ganar —sonrió fingidamente—. La vida es sí o no, poder o no poder, ganador o perdedor —expresó.

—Ya puedo ver por qué Hobi chocaba tanto contigo —mordió su paleta.

"En cierta parte admiraba eso de él, su terca determinación, pero... Odiaba que lo empleara para el mal" expresó Hoseok, en un susurro que Jimin ignoró agitando su mano cerca de su oído.

Estaban hablando de negocios en ese momento, no tenía tiempo para distraerse con Hoseok.

—Así que... En teoría me estás diciendo que me pagarás por ayudarte a averiguar lo que le ocurrió a Hoseok ese día —pronunció.

—Esencialmente —asintió—. Pero me tienes que decir lo que sea que te haya dicho Jungkook sobre el caso, y lo que te dirá a futuro.

"Pide un papel que diga eso Minnie, un contrato" susurro Hoseok. "Con mi hermano es mejor tener su palabra por escrito como un seguro"

—Te diré lo de Jungkook, pero quiero un dinero como base en caso de que los resultados no te dejen satisfecho —dijo de forma suspicaz—. Y quiero un papel con todo lo que hemos acordado.

Yoongi entrecerró sus ojos levemente.

—Tu actitud despreocupada e idiota, en realidad oculta alguien inteligente ¿no?

El pelinegro se encogió de hombros—. Tras vivir tantos años en más calles, aprendes algunos trucos —movió sus dedos.

—Bien, tendrás tu contrato —aceptó—. ¿Algo más que quieras pedir?

—Un adelanto.

—Todo será pagado al finalizar el trabajo —negó de forma tajante.

—¿Y cómo quieres que trabaje a tiempo completo para ti si no me vas a pagar? Necesito alimentarme y tener un techo sobre mi cabeza —le recordó.

—Lo cual, nos lleva a mi segunda propuesta —una esquina de sus labios se arqueó en una pequeña sonrisa.

"Uhhh... Está sonriendo. Yoongi sonriendo no es bueno" advirtió Hoseok en su mente.

—Habla —aceptó de igual forma Minnie, curioso.

—Ya sea que lo sepas o no, tú eres un sumiso —anuncio y Jimin rió escandalosamente.

"Minnie... Mi hermano no se rie" advirtió Hoseok.

—¿No era una broma? —preguntó el joven pelinegro dejando de reír finalmente, observando al hombre rubio.

—¿Crees que soy una persona que hace bromas? —cuestionó.

—Deberías, reír alegra la vida —se encogió de hombros.

—Yo no bromeo, Park Jimin.

—Uhh... Así que piensas que soy un sumiso —suspiro—. ¿Por qué?

—Como miras a mis sumisos es una pista. Y ahora mismo, desde que nos sentamos a conersar, has cambiado tanto tu desordenada forma de sentarte y hablar al notar como mi cuerpo se tensaba con molestia —observó—. Lo hiciste inconscientemente.

Jimin resopló y abrió su boca para negar aquello, pero se vio a sí mismo sentado correctamente, con su espalda derecha y sus manos sobre su regazo.

"Pero que mierda... " pensó Jimin frunciendo el ceño confundido.

"Descuida Minnie, la mayoría reacciona así a la presencia de mi hermano, incluyéndome" alivio Hoseok.

—Esto no quiere decir nada —se quejó—. Aunque no lo creas, puedes ser intimidante con tu molestaba arrogancia —argumento.

Yoongi le observó en silencio.

—Bieeeen... Digamos que tal vez una parte de mí sea lo que sea que dijiste —viró sus ojos—. ¿Qué tiene que ver eso con tener un techo sobre mi cabeza y comida en mi estómago?

—Quiero que seas mi sumiso en lo que termine tu trabajo —anunció.

Y Jimin no pudo volver a reír.

—Tienes a dos personas allá arriba dispuestas a actuar como tu perro, ¿y tú quieres que actúe también como tu mascota? —preguntó confundido.

—Ellos no actúan como mis perros, ellos son mis sumisos y es para ellos natural ser así, buscar complacerme —gruño.

—¿Te complace que estén sentados a tus pies casi desnudos? —exclamó sorprendido.

—No se trata solo de eso.

—Así es como lo veo.

—Eso es porque aún no estás en este mundo.

—Y no quiero estarlo realmente si al final tengo que actuar de esa forma —suspiró—. Ya estuve un tiempo como un prostituto en más calles, y aunque admito que a momentos ser coqueto me ayuda a salir de ciertas situaciones, no deseo actuar al igual que esas dos personas de allá arriba se han mostrado ante ti —expresó sincero—. Así que, aunque sea increíble y hermoso, olvídame cariño.

Yoongi abrió su boca y luego la cerró. Levantándose, se dirigió a un mueble con puertas de vidrio el cual guardaba botellas de licor.

Sirviéndose un vaso, Min Yoongi bebió un poco de whisky, intentando relajarse y ahuyentar su mal humor.

Nunca antes una persona le había molestado tanto, descontrolado tanto.

Las respuestas y contestaciones de Jimin solo le habían molestado y excitado, quería volver a golpear en su trasero al delgado joven para enseñarle una lección sobre no responder a su amo, su maestro.

Era la primera vez que se sentía así.

—Deja esa pluma ahí —advirtió dándose media vuelta, observándolo otra vez.

Sonriendo inocente, Jimin la volvió a dejar sobre el escritorio y le observó.

El silencio reinó por unos largos segundos, unos donde ambos no hacían más que observarse.

Cuando Min se dio vuelta para dejar el vaso dentro del mueble junto a la botella, alejando su mirada, Jimin se relajó internamente.

Aquellos fríos e inflexibles ojos grises casi parecían atravesar su alma, rodeándola con una pesada cadena.

—¿Me encuentras atractivo, Jimin? —preguntó repentinamente Yoongi, volteando a verlo otra vez.

—Sabes que lo eres —se encogió de hombros.

—Eso no fue lo que pregunte —advirtió acercándose.

Observando el gran cuerpo vestido de traje, el joven muchacho pelinegro asintió.

—Sí, te encuentro atractivo y caliente —aceptó.

No había por qué negar lo que el abogado ocasionaba en su cuerpo, a pesar de que este fuera un arrogante de mierda y malhumorado, seguía siendo sexy.

Y estúpidamente, su arrogancia y seguridad, solo lo hacía más atractivo.

—Y yo también lo creo de ti —asintió colocando su mano en la silla, corriéndola más atrás, se ubicó entre el cuerpo de Jimin y su escritorio.

—¿Gracias? —pronunció abriendo sus piernas instintivamente, pasando su lengua por sus labios, dejando un rastro húmedo sobre ellos.

Inclinándose hacia adelante, Yoongi atrapó el mentón del joven pelinegro y le obligó a mantener su mirada.

—Haremos esto, te permitiré actuar como tú lo haces, como eres —anuncio mirando fijamente aquellos bonitos ojos azul-violeta—. Pero tendrás que aceptar los castigo que conlleva cuando haces o actúas mal.

Minnie trago.

—¿Hablas de las nalgadas? —preguntó en una exhalación.

—Las nalgadas es una forma —anuncio con una sonrisa malvada.

—¿Qué más? —preguntó.

—Nuestra relación no será la usual de sumiso y dominante, pero permitirás que juegue con tu cuerpo como me plazca cuando estemos en el dormitorio.

—T-te refieres a algo... Cómo qué, exactamente —relamió sus labios nuevamente, sin poder detenerse.

"¿Por qué infiernos me estoy sintiendo tan caliente?" se preguntó confundido.

—Veelo... Simplemente como algo Kinky —dijo luego de pensarlo—. Seguiré siendo dominante para ti en todos ámbitos, pero no esperaré que respondas sumisamente al igual que Ryujin y Jeonghan, a menos que estemos los dos solos en una habitación. ¿Entiendes?

—¿Qué gano yo con esto? —preguntó concentrándose.

—Vivirás en una de las habitaciones de los invitados y te proporcionaremos alimento, también asistencia médica en caso de que te llegaras a enfermar o lastimar —expresó enderezándose, cruzando los brazos sobre su pecho—. ¿Qué me dices?

—¿Tendrás sexo conmigo aun cuando tienes a los otros dos arriba? —preguntó sin poder evitarlo.

—Mi contrato con ellos aún no termina —respondió simplemente.

—¿Tendré yo también un contrato de esto?

—Sí —asintió—. Mis sumisos siempre tienen que firmar un contrato.

—Pero yo no seré completamente tu sumiso —le recordó.

—Pero serás una de mis parejas sexuales —señalo.

—Cierto —aceptó—. ¿Me puedo acostar aun así con otras personas?

—¿Tienes a alguien en mente? —gruñó.

—Tal vez sí, o tal vez no —sonrió—. Pero ¿por qué debo de mantenerme santo contigo cuando tú puedes jugar con otros? ¿Qué pasa si estoy caliente y tú estás ocupado con una de tus mascotas? ¿Tendría que esperar mi turno? Joder no, quien me dice que en realidad me ayudarás a resolver el problema entre mis piernas —exclamó.

Yoongi se quedó en silencio, observándolo fijamente. Él realmente nunca firmaba un contrato de exclusividad, nunca lo había necesitado, todos los sumisos ni siquiera pensarían en otra persona cuando estaban con él.

Y aunque Jimin era un ser exquisito a pesar de su molesta personalidad, no haría algo que nunca había hecho solo para complacerlo.

Ahora, si el hermoso joven pelinegro se lo rogaba podría considerarlo, pero para que eso pasara, Jimin tendría que aceptar completamente esa parte sumisa dentro de él.

Algo que pronto sucedería con su entrenamiento.

Pero había algo que le seguía molestando respecto a otra persona tocando algo que era suyo, y tenía la sensación, de que ese otro podría ser el detective Jeon, lo cual no era mejor.

—¿Esa otra persona sería Jeon Jungkook? —preguntó con una mueca.

Jimin rio—. Yo no dije eso, pero piensas jugar con tus otros amantes, ¿por qué yo no me puedo divertir de igual forma con otras personas?

No era como si tuviera un amante en realidad, pero tenía que admitir, que era divertido poner esa arruguita entre ambas cejas rubias.

Dios, era tan fácil poner de malhumor al hombre que llevaba a ser divertido.

—No, no me arriesgaré a que tomes alguna enfermedad que me puedas transmitir. Tú serás exclusivo para mí y te pagaré para mantener tu cuerpo solo para mí —anuncio luego de pensarlo.

Minnie sonrió en grande—. Eso suena bien, no justo pero atractivo. ¿Qué pasará con tus mascotas?

—Ryujin y Jeonghan vivirán aquí hasta que su contrato termine, yo les informaré sobre ti pronto —anunció—. Otro asunto importante, en el momento que te vea o descubra que estás ingiriendo alguna clase de droga, todo se termina —advirtió con un tono amenazante.

—No hay problema, adicto en recuperación, un año limpio —prometió alzando su mano—. Palabra de scout.

Un golpeteo en la puerta les interrumpió.

—Señor, la cena ya está servida —anuncio MinJu detrás de la puerta.

—Ya vamos —anuncio Yoongi sin quitarle los ojos de encima—. Entonces, ¿qué dices?

En ese momento realmente le vendría bien escuchar la opinión de Hoseok, ya que este conocía de toda la vida a su hermano.

Pero tal parecía que Hobi se había alejado o no quería dar su opinión. Por lo que la respuesta recaía enteramente en él.

—Bieeeen... ¿Dónde firmo, baby?




______________________________________

Perdón lo tarde mis copitos, pero si no lo hacia ahora ya mañana no tendría tiempo porque tengo visitas (~ ̄▽ ̄)~ (nótese mi cara de felicidad jsjsjsjs)

Que tengan un buen fin de semana mis copitos, se me cuidan un montón<3 

Un abrazote y un besote, no vemos <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro