‧͙⁺˚*・༓☾ P R Ó L O G O ☽༓・*˚⁺‧͙

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Recargando su espalda en la pared de ladrillos, oculto entre las sombras del inicio del callejón, Park Jimin alzó su mano llevándola contra sus rellenos labios y aspiro su cigarrillo.

Observando el oscuro cielo, entreabrió su boca dejando escapar el humo de sus pulmones y volvió a bajar su mirada para contemplar el brillante casino frente a él, unas cuantas cuadras más abajo, casi cerca del muelle.

La gran estructura era bastante llamativa no solo por su gran porte, también por sus luces brillantes y carteles luminosos.

Casi nunca había espacio en el estacionamiento del casino, apenas se desocupaba un lugar en seguida se volvía a ocupar.

Era en realidad, un excelente lugar para robar, si uno estaba dispuesto a luchar contra los grandes hombres musculosos que custodiaban el lugar como furiosos perros de caza, claro.

En otras palabras, una paliza asegurada.

Aunque el casino en sí era la atracción principal del lugar, en realidad, las calles estaban repletas de clubes de todo tipo. Desde los que eran solo para bailar y beber, otros con striptease y los infaltables prostíbulos.

Incluso, si Jimin no recordaba mal, había un club BDSM no muy lejos del casino de excelente fama que pertenecía al mismo dueño.

Viviendo cerca de la zona por tantos años, para él no era inusual encontrarse con vendedores de drogas en los callejones o prostitutas en las esquinas, mucho menos idiotas borrachos apoyándose en las paredes o sentados en el asfalto.

Él mismo había sido cada uno de esos idiotas, vendiendo drogas o su propio cuerpo, aunque lo último no pasaba muy seguido, ya que parecía que un twink de cabello negro y drogadicto no era muy llamativo...

O tal vez su apariencia descuidada no era la mejor.

A Jimin no le importaba mucho siempre y cuando encontrara una forma de tener dinero para su comida, departamento y principalmente, vicio.

Cuando un cuerpo se apoyó a su lado en la pared sucia de ladrillos, Jimin siguió observando las iluminadas calles transitadas a pesar de que ya era de madrugada.

—Tengo algo nuevo —anunció el hombre a su lado.

—¿Cuánto de nuevo? —preguntó aspirando más de su cigarro.

—Un mes en el mercado —respondió.

Jimin torció sus labios y agitó su cabeza, moviendo su largo cabello negro hasta poco más arriba de sus hombros.

—Demasiado nuevo, dame lo usual —pidió arrojando al suelo su cigarro y aplastándolo con la suela de su bototo militar negro.

Haciendo un rápido intercambio entre ellos, Jimin se despidió con un movimiento de mano formando una V con dos dedos y se alejó del callejón.

Caminando en la dirección contraria al casino, se dirigió a su departamento entre las ruidosas y transitadas calles.

Con las manos metidas dentro de su chaqueta de cuero negro, Jimin sonrió ansioso por compartir su compra con su mejor amiga, Jennie.

Aquella mujer era solo un par de años mayor que él y actuaba como toda hermana sobreprotectora con complejo de madre.

Y él la respetaba viéndola como su única familia luego de que lo recogiera de la calle un día lluvioso, justo como el presente que tenía pinta de llover en cualquier momento.

Deteniéndose en la esquina en la que usualmente trabajaba Jennie, siguió de largo al no encontrarla. Y siendo que siempre usaba un vestido rosa brillante, era algo difícil perderla de vista.

Entrando al edificio, Jimin subió las escaleras hasta el tercer piso y se dirigió hacia su departamento compartido.

Frunció el ceño y chasqueo su lengua con disgusto al contemplar la puerta semi abierta.

Negando con su cabeza, entró en el departamento.

—Jennie, será mejor que no hayas traído a uno de tus clientes, este lugar no es un motel de mala muerte —gritó, pero no recibió respuesta.

Comprobando la hora, Jimin sabía que su amiga ya debía de estar en casa.

—Jennie, lo digo en serio —expresó caminando hasta la habitación de su amiga.

Abriendo la puerta, se había imaginado que la encontraría durmiendo desnuda sobre el cuerpo de un desconocido.

No tirada en el suelo con su cuerpo teniendo pequeños espasmos, grandes pupilas mirando a la nada mientras una jeringa con aguja seguía inyectada sobre la tierna piel del interior de brazo.

A su lado, residuos de vómitos decoraban la desgastada madera del suelo y descansaban otras jeringas vacías.

—Mierda, ¡Jennie! —exclamó corriendo a su lado, sus rodillas chocando contra el suelo de forma dolorosa.

Cuando el cuerpo de Jennie dejó de temblar, rápidamente comprobó la respiración de su amiga, pero como temía, no había nada.

—Vamos cariño, no me hagas esto —rogó con desesperación, intentando administrar RCP.

Pero no había reacción, sin importar cuanto insistiera.

Angustiado, comenzó a gritar mientras la sacudía de los hombros, pero no importaba lo que dijera o hiciera... Jennie simplemente no respondía.

Con furia, Jimin agarró la jeringa y la tiro a alguna parte de la habitación.

—¡Lo prometiste! —gritó con lágrimas cayendo de sus hermosos ojos azul-violeta.

No hubo respuestas, solo un tenso silencio sordo.

—Lo prometiste... —susurró esta vez, dejándose caer de trasero sobre el suelo observó con dolor a su amiga.

Inclinándose hacia adelante, Jimin agarró con sus manos su cabeza y tiró de su cabello mientras comenzaba a balancear su cuerpo suavemente de atrás hacia adelante. Murmurando palabras demasiado bajo para entender su significado.

Otra vez... Había vuelto a ocurrir.

Otra vez... Estaba solo.





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Muy bien, esta es la nueva historia mis copitos <3

Aquí el precioso booktrailer hecho por nuestro copito minimochi <3 Espero que sea de su agrado <3

https://youtu.be/O8Q4jgh7aX4

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