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Taehyung.

-Soy fea , ¿no es verdad, papi?- comenta Eun desanimada mientras mirábamos la foto que nos acabamos de tomar.

-Claro que no. Eres hermosa, porque eres muy parecida a mí.

-¿Eso crees?- se gira para mirarme

-¡Claro que sí! -rocé nuestras narices y su melódica risa invadió mis tímpanos.

-¿No quieres más?- señalé el helado

Volteó rápidamente y siguió comiendo por si misma tranquilamente.

-¿Papi?- respondo con un sonidito a su llamado, agasajado en jugar con una de sus lindas coletas.

Mis dedos se alejan de su pelo por el giro de su cuello.

-Te quiero mucho.

Mis neuronas fallecieron y no pude pensar en otra cosa que no fuera esa adorable carita frente a mí mirándome con una enorme inocencia.

-¿Mucho?, ¿Cuánto es mucho?

Me hice de rogar levantando una ceja.

-¡Así! -abrió todo lo que pudo sus bracitos

- ¿Ah, si?, entonces besa mi mejilla.

Giré la cara y sentí sus labios chocar y la curva de mis labios fue notable.

(...)

Minutos después yo la observaba jugar con algunos niños. Me dedicaba una sonrisa y me llamaba cada que se deslizaba por el tobogán.

El día había estado nublado. La temporada de invierno de este año no tenía nada en particular pero se acercaba mucha mucha lluvia. Ayer en la noche llovió así que hay que tener algo de cuidado al caminar por el parque en donde nos encontrábamos.

Eran las dos justamente cuando miré mi reloj y un gota de lluvia cayó en el cristal, puse mi mano moviéndola en varias direcciones verificando que en verdad comenzaría a llover. Sin embargo no fue del todo necesario. El aguacero se desató haciéndome alarmar por completo. Eun-Sang acababa de llegar a tierra firme cuando volví a mirarla, ella también notó que llovía, yo grité su nombre llamándola.

Diablos, Tn se va a enojar, llegaremos tarde y mojados. Porque sí, caminar estaba dentro de mis planes hoy, motivo por el cual mi auto estaba bello y plástico en el estacionamiento del edificio donde vivo.

(...)

-Oh, por dios! ¿Que..

Corrimos como pudimos para tomar un taxi, lo conseguimos pero el chófer no sería tan amable de regalarnos una sombrilla o de acercarnos más de lo normal a la entrada. En ese tramo acabamos de mojarnos.

Pensé que Tn pelearía, pero rápidamente nos dijo que pasáramos.

-La señora de la limpieza me pondrá una demanda, regamos todo el lodo por los pasillos y el ascensor. -comento en el momento en que recibo la toalla que me trae Tn.

-Me preocupa Eun-Sang, absorbe todo tipo de enfermedades como si fuera una esponja. ¿Tú estas bien?, tienes que cambiarte ropa.

La escuché secando mi pelo.

-¿Tengo otra ropa?

-Sí. Está limpia y seca, creo que podrías usarla.

-Ah, bien. Será mejor que llevar esta. -dije negándome a pensar que alguna vez me quedé a dormir y ella conservaba mi ropa todavía.

(...)

-Cuidado, está caliente. -me advirtió que me apartará para ir acomodando las cosas de la mesa.

Aunque pareciera increíble. ¡Gracias, Dios!. Que llueva hasta mañana. Que caigan truenos y relámpagos, que haya un ciclón o algún otro fenómeno natural que sea una excusa para no salir de aquí. Si eso permitirá que pase tiempo con mi hija y la mujer a la que amo, entonces no me rehusaría a nada parecido.

La blusa de Tn me ofrecía la visita que en tres meses no tuve. Su vientre abultado no pasaba desapercibido ante mis ojos. Poco a poco iba creciendo, tal como ella lo había dicho. Solo espero poder tocar ese lugar algún día y que podamos sonreír juntos exudando felicidad por los ojos.

- ¡Eun-Sang!.

Yo guardé mi teléfono en mi chándal aprovechando a mirarla cuando me dio la espalda para buscar otras cosas. De repente reaccioné . Ush, soy tonto si se trata de ella.

-Deja que te ayude.

Sé que tal vez se haya esmerado para ofrecerme algo bueno, por mi forma de vida debe pensar que tengo chefs profesionales que me preparan todo tipo de platillos, cuando en verdad como cosas como moolhwe, Kimchi y fideos. No puedo darme el lujo de hacerla servirme como mi criada.

Tomé con cuidado los platos y me dirigí a la pequeña mesa ubicada en la sala de estar. Tendríamos que sentarnos en el suelo.

Eunnie por así decirlo vino saltando en una pata desde la habitación. Una vez puesto todo nos sentamos en el suelo.

-Espero te guste- dijo Tn mirándome.

-Si me gusta- dijo Eun-Sang mientras comía y nosotros reímos

-No hay algo que venga de ti que no me guste. -dije tras coger los palillos, encogí mis hombros restándole importancia a algo que claramente la tuvo.

Noté que a diferencia de antes ahora Tn comía en grandes cantidades, avance efectivamente beneficiario tanto para ella como para el bebé.

-Te ahogarás. - mencioné

Reí por lo bajo a la vez que me servía del delicioso Kimchi preparado por sus manos.

Ella toció algo avergonzada.

-No es mi culpa que alguien se trague todo lo que ingiero, como si no me hubiese llegado nunca al estómago.

-Umm, creo que de aquí saldrá un niño supremamente robusto, lo ves pequeño pero te juro que me hace comer por monto.

-Mejor uno robusto a uno bajo peso, ¿no crees? -digo sugerente terminado de tragar- yo lo querré como sea. De eso no hay duda.

La veo sonreír mientras come y eso me llena de vida por un momento.

- ¿Qué tal si hacemos un cine en casa? -escuchamos la típica vocecita de Eunnie. Raramente hoy no estaba tan cotilla, había estado algo callada.

-¿Cine en casa?, deja de tontear, Eun. - dijo Tn

-¿Pero por qué, mami?  -dijo en un tono notablemente decaído, a lo que Tn le miró de inmediato.

-Eun-Sang, nada de berrinches.

-¡El cine estaba cerrado!, ¡Veamos Bob esponja, por favor, por favor mamáaaaa!

¿Quién pudo haber terminado cediendo?

-Aquí están las palomitas. ¿Tienen la película?-dijo Tn. Yo hice el amago de ayudarla a sentarse pero vi que lo pudo hacer bien, así que me abstuve. Puso las palomitas y descansó la espalda en el sofá que quedaba cerca para luego acomodar el mechón de cabello que le estorba en los ojos.

No entiendo como otros hombres se interesan en mujeres con un cuerpo de infarto, curvas pronunciadas cenos voluminosos o trasero grande, en otras palabras, buscan toda una Barbie, y ni la Barbie de los animados está así de exagerada.

Tn no era exactamente lo contrario, ya que a mis ojos es bonita y tiene buen cuerpo, el pelo corto, sin piercings en la ceja ni cirugías estéticas en la nariz.

Y aunque su cuerpo no fuera el más exótico me provocaba mil infartos incluso si llevaba ropa interior, me ponía mucho más que se la quitaría y ella me permitía hacerlo.

Antes.

Nuestros ojos chocaron y casi se me vira el cuello cuando intenté disimular.

En un rato los tres comíamos palomitas prestando atención a los animados. No es lo más adecuado para un adulto pero queríamos complacer a Eun-Sang y no era para nada aburrido. Yo reía más por sus risas que por lo que relamante me debería dar gracia.

Iba a tomar más palomitas pero la mano de Tn estaba ahí así que hicimos contacto, ese tanto el visual. El momento fue algo incómodo pero disfruté de compartir miradas. Yo decidí sacar mi mano una vez cogi algunas dándole el turno.

Me encanta que se vista sencilla y que use blusas holgadas por el embarazo. Que lleve pequeños piercings en la oreja o que se concentre en poner los ojos en el televisor aunque sabe que la miro.

Pero lo que luego no pude hacer es ver a ninguna otra parte, todo dejó de andar, el televisor y las luces de todo el departamento.

-¡No no no, venía mi parte favorita, ush!- se quejó Eun-Sang. - Mami, no veo nada.

Tn se levantó y abrió las cortinas que habíamos cerrado para que al ser más oscuro fuera parecido al cine.

-No puedo creer que nos pase esto otra vez.- dejó la cortina para volver a la alfombra con nostros.

-Mi cumpleaños dejaba de ser aburrido- murmura Eun con un puchero y se tumba sobre la alfombra.

-¿Esto pasa amenudo?- pregunté

-No era así hace unas semanas. Pero parece que el transformador está teniendo problemas.- me responde

(...)

Todo transcurría en silencio excepto por los truenos que se escuchaban tras cada relámpago que alumbraba el cielo revoltijado. El agua no dejaba de caer, justo como quería que pasara. No supe cuantas horas fueron pero el silencio era abrumador, hasta pensé que se quedaría dormida.

Eun-Sang se había quedado dormida abrazando la barriga de Tn jalando su chupete, el cual no pensé que aún utilizaría.

Me puse bocarriba haciendo un esfuerzo para solo mirar el techo. ¿Es mi impresión o hemos terminado pasando el día juntos?

-En dos días es... la siguiente ecografía.

Fingí no sorprenderme por escucharla hablar.

-Ya quiero verlo denuevo, ¿Crees que sea diferente ahora?- dije

Mi pregunta dio inicio a un diálogo que deseaba mantener por un largo tiempo.

Me coloqué de lado y usé como almohada mi propio brazo dándole créditos mentales a mis bípces algo dotados, miré a la alfombra mientras esperaba por su respuesta.

-Bueno.. solo han pasado semanas. El cambio no debe haber sido tan grande.

-Tu vientre empieza a crecer. ¿Es pesado?.

-Soloun poco...

Yo miro ese sitio llamativo de su anatomía imaginando que ahí dentro esta nuestro futuro hijo. No todo es tragedia, los malos ratos que paso pensando en las cosas desagradables que he vivido y las que le he echo vivir a ella, se emparejan poco a poco por la felicidad que me invade al pensar en que volveré que se padre.

-¿Qué haremos cuando nazca el bebé?-consigo que ponga todo su interés en mi pregunta- estaría mal que cargaras con todo tú sola y ...tampoco sé como podría ayudarte. Quiero pasar tiempo hon él bebé también.

-Creo que deberíamos acordar algunos horarios.

-Aún así sería injusto. ¿Yo dormiré mientras tu trasnochas para cuidar de él?

-¿Se te ocurre alguna otra cosa?, solo quedaría que durmiéramos juntos.

Pude haber contestado con algo, sin embargo todo me parecía inusual y descabellado.

-La variante esta vez es que... ya no soy una adolescente inmadura que no puede con todo sola. Y...aunque no estés del todo presente sé que cuento contigo.

Me siento introvertido mirando hacia arriba. Pensando en momentos como esos. Felicidad y tristeza al mismo tiempo.

-Tú estarás ocupado... sé lo agobiante que puede ser la empresa a veces. Simplemente...adaptemos una hora para que puedas venir y...

-Cuando esté más grande podrías pasar días enteros en algún... algún fin de semana.

-Mhm.

Me limito a responder de esa manera. Respiro profundo buscando alivianar la punzada que recibe mi tórax. El techo es el lugar más adecuado al cual mirar, así que no aparto los ojos de ahí por los que fueron unos minutos exageradamente largos. Y cuando ya dábamos por terminada la conversación abrí mi boca para decir algo más.

-Será algo complicado hacerlo así.

Cuando tragué por segunda vez ya mis ojos debían haberse puesto algo rojos y acuosos.

-No hay otra manera.

Giré en un milisegundo, la voz se le quebró y eso solo significaba que estaba llorando, o de otra manera estaría reteniendo las lágrimas, justo como lo hacía yo.

-En realidad... no había necesidad de utilizar este método. ¿no lo crees?

Emito un sonido.

-¿Te imaginas cómo sería... si lo hubiéramos sabido antes?

La mitad de la tensión abandonó la conversación después de su efímera carcajada. Supongo que eso le llevó a soltar la lágrima que se limpió misma enseguida.
Yo por mis impulsos sonreí también. Mientras en mi mente se creaba un escenario muy distinto al de ese día. Donde ella me mostraba su tez de embarazo con una linda sonrisa profandando su rostro. Entonces yo era el hombre más feliz que la llenaba de besos y abrazos.

-Quizá todo hubiera marchado... con otros rumbos.-dijo

No quise mencionar nada más. Opté por quedarme callado incluso si la escuchaba sorber su nariz y de reojo la mirase secar sus lágrimas. Fui lo suficientemente fuerte como para aguantar las mías.

-Sigue lloviendo. Es mejor que te quedes a cenar. ¿Me ayudas con Eun-Sang?

Me encargué de cargar con sumo cuidado el pequeño cuerpo de mi hija y me dirigí a la primera habitación, la cual tenía la puerta abierta por lo que pude entrar de maravillas. La puse justo al medio de la cama y le puse un edredón encima para cubrirla del frío del lugar.

Me quedé todo el tiempo que pude para controlar mi desvarío de emociones.

Y a pesar de que hice el intento, toda la mala vibra me volvió al cuerpo al salir y verla usar el dorso de su mano como pañuelo. Ahora sentada en el sofá y con los codos apoyados en sus rodillas.

-Solo son las hormonas. A veces lloro por cosas... insignificantes.

Me explica con una expresión muy contradictoria a lo que decía.

El almohadón del sofá se hundió gracias a mi peso.

-No es bueno que llores. El bebé absorbe todo tu nerviosismo. Ten calma, por favor.

-Hace mucho que no sé que es calma. Esto ha sido un poco duro, la verdad.- se limpia las esquinas con los nudillos y sobre su nariz.

-¿Y te crees que para mí no ha sido así? -me animé a colocar mi mano sobre su muslo derecho para de alguna manera fomentar su llanto.

-No creo que lo que sientas se compare a lo que yo- se vuelve para mirarme con algo de sequedad- Al final yo no he sido la que te engañó. Decir que para ti es dificil es muy cínico de tu parte, ¿Sabías?

Miró a otro lado sorbiendo su nariz.

-¿Puedo abrazarte?- pregunto consiguiendo que me mire

La abracé sin decirle nada.

Cerré los ojos al sentir como abrazó mi torso segundos después. Soñé incontables veces un momento como este o parecido. Un cuerpo brindándole esa malditamante bendita calidez al otro. Unos minutos para poder sentirla serca de nuevo. Aunque en mi mente esté clara la idea de qué por más cerca que se vea con respecto a mí, la posibilidad de un 'nosotros' es remotamente imaginable.

El abrazo terminó. Se sustituyó por un intercambio de miradas por ambos.

Retiré las lágrimas que bañaban su rostro con ayuda de mis pulgares.

Pese a la cercanía, lo que primero hicimos fue bajar los ojos solamente para mirar ese lugar que con ansias queríamos tocar. Cometeríamos una estupidez. Lo sabíamos antes de que nuestras bocas se llenaran de una incontrolable fuerza de gravedad que tiró por la borda nuestro autocontrol.

Sus manos se aparearon en mi cuello, pronto enmañaron mi cabello. Las mías fueron a dar a sus mejillas. Nuestros ojos cerrados y nuestras mentes concientes de todo. Solo quería escuchar un
'te perdono' al acabar, pero una recóndita parte de mí me recalca cosas que me duele aceptar. Este beso solo sería para aplacar el despecho que nos habíamos causado nosotros mismos.

Nada más.

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