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 Welcome To Burlesque

(AN: vamos a suponer que los anillos se destruyeron la misma noche en la que los recuperaron y no la mañana siguiente. enjoy :) )



Era el día después de que Alice viera a ese hombre misterioso con traje. Desde entonces, Alice no había dejado de pensar en él. Había algo en su mirada que la atraía. Tenía esa vibra de ser un hombre que oculta sus demonios detrás de su pinta de trajes elegantes y modales. Alice era muy buena en leer a las personas. Era algo que compartía con dos de sus mejores amigas, aunque no era algo por lo cual extrañarse. Después de todo, Camille e Irisa eran hermanas, tenían que parecerse y siendo amigas de Alice desde que estaban en pañales, algo tenía que habérsele pegado.

Camille siempre solía preguntarle que si porque no había estudiado psicología. A lo que la artista siempre respondía sonriendo de lado: 'Soy una chica de New Orleans, Cami. Llevo la música y el arte en las venas'. Camille solo rodaba los ojos, pero lo entendía, su hermana era igual, si le dabas a elegir entre un libro o un disco de vinil, tomaba el disco sin dudarlo.

Los pensamientos de Alice seguían en ese hombre. No podía evitar sentirse intrigada por él. Necesitaba conocer su nombre, conocerlo a él, y saber que oculta detrás de esa mirada llena de pesar, dolor y secretos.

—¡Alice! ¿Estas escuchándome? —la voz de Davina la saca de sus pensamientos. Alice salta asustada, olvidando completamente que se encontraba con la adolescente.

—Huh... —Alice ve a Davina confundida—...si, ¡claro que te escucho! ¿Decías que...? —duda haciendo reír a Davina.

—Nada importante. ¿Qué te tiene siendo 'Alicia en el país de las maravillas'? —la bruja pregunta divertida. Alice rueda los ojos tratando de controlar su sonrojo. Davina lo nota y chilla emocionada—. ¡¿No me digas que es un hombre?! ¡Alice Faure, quien lo habría pensado de ti! ¡Apuesto a que Irisa esta tan orgullosa!

—Shh... —Alice la calla reprimiendo las ganas de taparle la boca a la adolescente con su mano—: La gente nos está mirando —susurra a Davina, saludando a las personas que pasan embarazosamente. Davina ignora su advertencia y espera una respuesta—. Bien —la rubia suspira—, si hay un hombre... —levanta su mano para callar a Davina antes de que empiece a gritar de nuevo—. Solo lo vi anoche, cuando vino al Burlesque, pero... su mirada... su mirada contenía tantos secretos, y tú sabes cuánto amo los secretos —Alice se queja con un puchero.

—Y ahora quieres descubrir los suyos —Davina sentencia conociendo muy bien a su amiga.

—Siiiiii —Alice pone cara de sufrimiento.

—Pues no tengo ninguna duda de que ese sexy-hombre-misterioso va a volver esta noche —la bruja declara con determinación en su voz.

—¿Eso crees? —Alice pregunta con una chispa de picardía en sus ojos azules.

—Pff, ¡claro que lo hará! Ya te conoció, Aly. Ya está hechizado por ti, eres como una sirena conquistando hombres con tu voz —ambas ríen por la referencia.

Llegan a la tienda de discos de Joe y Alice se sorprende al encontrarla cerrada, pero Davina no, en el fondo sabe que fue Joe está muerto.

—Está cerrado, Que raro, Joe siempre tiene abierto —Alice comenta frunciendo el ceño. Voltea ver a Davina con una ceja alzada—, de todos modos, ¿para que querías música folk de Islandia?

Antes de que Davina pudiera responder otra voz se hace presente.

—Bueno, esto apesta. No hay intercambios hoy —ambas chicas voltean a ver a un chico de no más 17 años, con ojos azules, complexión blanca y rizos rubio oscuro. La atención del chico estaba centrada en Davina, cosa que Alice no paso por desapercibido—. Quiero decir, peor para ti, claro. El hombre tenía su mercancía en la antigua música folk islandesa —él bromea sacando una risa de la morena.

—Como le iba a decir a Alice, esos no eran para mi —Davina aclara, Alice bufa incrédula.

¿Para quién más serian?, piensa la rubia con sarcasmo rodando ligeramente los ojos.

—Soy Kaleb —el chico 'Kaleb' se presente saludando con la mano a Davina y después a Alice.

—Davina —la bruja responde.

—Bonito nombre. Terrible gusto en música, obviamente me necesitas —Kaleb coquetea y Davina se sonroja. Alice se aclara la garganta falsamente viendo a Davina moviendo las cejas de arriba abajo.

—Y ella es Alice —dice mirando mal a la rubia apuntándola con su dedo índice.

—Hola —Alice saluda moviendo ligeramente la mano.

—Hola. Um, ¿quieres tomar un café... o salir? —Kaleb le pregunta a Davina.

La invitación sorprende a la bruja, Alice lo nota y la golpea ligeramente por un lado para que reaccione.

—Si, me gustaría —la menor responde con una sonrisa y un pequeño color rojo en sus mejillas. Alice sonríe orgullosa.

—Genial, dame tu número y nos ponemos de acuerdo —ofrece Kaleb. Davina asiente y pone su número en el celular del chico. Él se despide de ambas con una sonrisa.

Davina suspira y mira a Alice que ya la está mirando con travesura.

—¿Qué? —Davina pregunta al notar la mirada.

—Nada, es solo que te burlabas de mi por actuar como una tonta enamorada y ¡Mírate! ¡Estas peor que yo! —es el turno de Alice de burlarse—. Pero, dejando las bromas a un lado. Me alegro por ti, no te había visto tan feliz desde Tim —añade suavemente con una sonrisa llena de cariño. Davina asiente agradecida de tener una amiga como Alice a su lado. El celular de la rubia suena, ella mira su teléfono y abre los ojos asustada—. ¡Diablos! Ya son las cinco de la tarde. ¡Tessa va a matarme! —exclama aterrorizada de la regañada que su madre le va a dar cuando llegue una hora tarde al ensayo.

—¡Vámonos, que esperas! —Davina toma la mano de Alice y ambas corren hacia el Burlesque riendo como locas.




✩✩✩




—¡Lo siento! ¡Lo siento! Estábamos caminando y luego decidimos ir con Joe, estaba cerrado lo cual es muy raro y... —Alice para su explicación cuando Tessa levanta una mano para que se calle.

—Sabes que no hay excusa que valga la pena —Tessa la regaña tratando de parecer enojada pero su mirada pronto se llena de diversión—. ¡Sube ahí y has lo tuyo! —ríe, Alice ríe igual y sube al escenario.

Empiezan a ensayar los pasos de baile, Irisa mira a Alice divertida.

—¡Hey, Irisa! —la rubia, que ahora lleva una peluca rojiza, mira a la adolescente —, ¿crees que a Marcel le daría un infarto si me subo a ese escenario? —Davina bromea con una mirada picara.

—Oh, cariño. A él definitivamente le daría un infarto si te ve aquí. No quiero ni imaginar lo molesto que se pondrá... ¡¿Qué estas esperando?! ¡Sube! —Irisa grita con maldad pensando en todos los diferentes colores que Marcel se pondrá si llegara a ver a su pequeña 'hija' en ese escenario.

Davina obedece y sube, trata de copear los pasos de Irisa, Alice y las bailarinas. Pronto el ensayo se convierte en un salón de juegos. Lleno de bromas y ridiculeces por parte de todas, en especial de dos rubias y una morena.




✩✩✩




Había pasado una semana desde que Alice vio al hombre de traje por primera vez. Y durante ese tiempo siempre era lo mismo.

Él hombre venia, se sentaba en una silla en una mesa en el centro del local. Miraba a Alice bailar y cantar y después se iba.

Durante esa semana Elijah Mikaelson descubrió que el nombre de la mujer con la hermosa voz se llamaba Odette. El original quería conocerla, pero siempre cuando ella terminaba de actuar él se iba. No se atrevía a hablar con ella.

En el caso de Alice o Odette que es como la llamaban por las noches en el Burlesque, siempre que salía del escenario y se cambiaba de atuendo, caminaba al bar con la esperanza de encontrar al hombre de traje y ojos cafés. O como Irisa lo llama 'El Sr. Sexy-soy-muy-bueno-para-ropa-casual'. Siempre que salía, él ya no estaba. No tenía nada sobre él.

Pero esta noche, oh, esta noche, eso iba a cambiar, pensó Alice.

Era su noche libre, así que siguiendo el plan que tenía con Irisa, se pondría lo más guapa posible y se sentaría en el bar como una clienta esperando ver al hombre de traje. Esta noche Alice iba a conocer el nombre de él y no se iba a apartar hasta conseguirlo.

Poniendo los últimos toques a su atuendo, ella se miró por última vez en el espejo en el vestuario de las bailarinas, miro su atuendo y sonrío complacida.

Llevaba un vestido negro, ajustado desde los hombros hasta la cintura y tenía un poco de vuelo en la parte de abajo, el vestido le llegaba unos cuatro dedos debajo de la mejilla del trasero. Algo... demasiando revelador, pero se miraba hermosa, y sexy como el infierno. O al menos así es como lo puso Irisa cuando le presto el vestido. A pesar de que Alice bailaba todas las noches con ropa reveladora o pequeña, su guardarropa no estaba hecho de esa manera.

La mayoría de las prendas que ella tenía eran pantalones jeans, chaquetas, blusas de botones, botines o botas de piso o con tacón. Su guardarropa era demasiado básico, si acaso tenia uno o dos vestidos y era conservadores.

Suspirando, Alice salió de los vestuarios y camino por el lugar. Ya estaba lleno, pero eso no era sorpresa, siempre era así.

Llego a la barra y tomo asiento frente a ella. Miro a su padre atendiendo a unos clientes y lo llamo. Jack Gerard volteo a ver a su hija y sonrío, se acercó a ella y puso una copa de Bourbon frente a ella. Alice asintió agradecida llevando la copa a sus labios, Jack termino de atender a los clientes por el momento y volvió con Alice.

—Así que... ¿Planeas acosar a tu acosador? —el hombre dijo divertido. Alice lo vio sorprendida—. Princesa, nada se me escapa. Estas paredes tienen oídos, recuérdalo cuando platiques de nuevo con Irisa como vas a tomar a él sexy hombre de traje —le guiña el ojo a su hija y esta se sonroja.

—¿Crees que venga? —Alice pregunta curiosa.

—¿Qué si vendrá? ¡De eso no tengo duda! —Jack bufa—: Aunque se encontrara decepcionado cuando no te vea ahí arriba —apunta al escenario—. Es la primera noche libre que tienes desde que él se presentó por primera vez aquí

—Bueno, esperemos que no esté decepcionado al solo hablar conmigo —Alice suelta un suspiro.

—Créeme, cariño. Que no será así, él estará en el cielo —ambos sonríen, Jack mira detrás de Alice y su sonrisa se ensancha—... Y hablando del rey de roma —la rubia sigue su mirada y ve como el hombre misterioso entra al lugar, y se sienta en el mismo lugar desde hace una semana, Alice empieza a caminar hacia el pero su padre la detiene—. Espera. Deja que vea unos cuantos números, dejemos que se decepcione un poco —la chica asiente complacida por la idea maléfica de su padre.

Habían pasado ya cinco números. Elijah se estaba volviendo impaciente, él quería ver a Odette. Mientras el vampiro apretaba su copa mirando con intensidad al escenario, Alice miraba la escena divertida. Decidiendo que ya había hecho sufrir al hombre bastante, tomo su trago y otro más, se dirigió a la mesa donde estaba el hombre de traje y se sentó en la silla frente a él.

—Sabes, por la cara que llevas y las miradas que continuas lanzando al escenario, uno pensaría que no estas disfrutando el espectáculo, lo cual sería terrible para el negocio —Alice suspira mirando al escenario donde su madre se encontraba junto con Irisa y otras bailarinas—. Así que dime, misterioso hombre elegante ¿Qué es lo que estás buscando? — la rubia cuestiona con coquetería en su cuerpo. Una que pondría a Irisa orgullosa. Dejando al original sin palabras. Alice alza una ceja en interrogativa.

—Bueno, ya no la busco más —el original responde enderezándose en su asiento recuperando su compostura. Alice se sorprende al escuchar un deje de acento inglés en su voz.

—¿La? Entonces es una mujer... ¿Quién es la chica afortunada? —Alice susurra un mordiéndose el labio.

—Oh, ella... —Elijah suspira—: Ella es una magnifica artista. Su voz es como ninguna otra y su baile parece bendecido por afrodita. Tiene el cabello tan dorado como los rayos del sol en un atardecer, un par de ojos tan azules como el agua y unos labios rojos como la sangre más pura —describe a Alice o Odette como la conoce, con una sensualidad que hace a la chica tragar seco.

—Debe ser una chica con suerte —Alice suspira pesadamente ante la mirada del original.

Ella era buena leyendo a la gente, pero en este momento se sentía expuesta ante el hombre. Como si con una sola mirada a esos ojos cafés la harían confesar sus más oscuros secretos. No es que ella tuviera muchos. Amaba los secretos, vivía por ellos, pero ella no poseía ninguno propio.

—Oh no. Yo soy el hombre afortunado. Más ahora que puedo estar frente a su presencia... —Elijah le da un guiño juguetón y le ofrece su mano a la chica—. Elijah Mikaelson —se presenta. Alice pone su mano en la de Elijah, ella podía saborear su nombre. Elijah, incluso su nombre es de la vieja escuela, me encanta, piensa—. Y, ¿Cuál es el nombre de tan hermosa dama?

Alice duda en si decirle su verdadero nombre o el que usa en el escenario. Suspirando ella responde un simple:

—Odette —el original pone un pequeño beso en el dorso de la cantante, mandando miles de chispas por su brazo y acelerando los latidos de su corazón.

Elijah lo escucha y sonríe complacido por el efecto que tiene en ella.

—¿Y Odette no tiene un apellido? —Elijah pregunta liberando la mano de Odette sin verdaderas ganas de hacerlo.

—Tal vez... —Alice hace una seña a un mesero. Cuando el chico se acerca ella toma una copa llena de las que el trae y pone las otras tres vacías en su lugar. El mesero se va y los deja de nuevo solos—: Pero eso tendrás que ganártelo —le da la copa Elijah y se acerca sobre la mesa a él susurrándole cerca de los labios—. Esta va por la casa —sin esperar ella se da la media vuelta y se aleja moviendo deliberadamente las caderas acompañándola con una sonrisa en los labios.

Elijah la vealejarse, lleva la copa a sus labios y piensa en maneras de cómo ganarse elregalo de saber el apellido de Odette.



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