sesenta y dos

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Me encontraba bajando del Uber porque me había rehusado a dejar que Seokjin viniera por mi. Pese a que él me había dicho que me vistiera relajado, quería causar una buena impresión.

Así que había asistido a la cena con mi jean claro y una camisa blanca para al menos resaltar que tenía un buen estilo.  Una vez en la puerta del departamento de Seokjin tocaba timbre y su voz del otro lado me había puesto nervioso.

—Tae, ahí bajo

—No, solo abre la puerta

—De acuerdo —soltaba y la puerta hacía el famoso "ring" para permitirme abrirla.

Necesitaba tomar coraje solo, si lo veía antes de entrar me arrepentiría de ser parte de esa cena. Cuando finalmente se abría el ascensor en el piso de Seokjin, éste me esperaba parado en su puerta.

Al verlo no habían podido evitar sonreír.

— ¿Estamos iguales o es idea mía? —preguntaba.

Él también llevaba unos jeans del mismo color y una camisa blanca. La única diferencia era que los suyos tenían roturas.

—Te copiaste de mi

—Estamos pasando mucho tiempo juntos —exclamaba y sin más que añadir me tomaba de la nuca para recibirme con un dulce, pero intenso beso.

Seokjin se había tomado su tiempo para saborearme. Su lengua se movía tan bien dentro de mi boca, rozando la mía propia con suavidad y finalizaba con una de sus clásicas mordidas que me robaban un gemido.

—Aah...Hyung. Ahora voy a entrar con los labios rojos —exclamaba algo avergonzado.

—Es que el hecho de saber que estarás en mi casa y no podré tocarte y besarte a mi antojo me tienta a hacerlo ahora —replicaba dejando un beso húmedo en mi cuello—. Por cierto —bajaba el cuello de su camisa mostrando la marca que le había dejado.

—Lo siento, sé cuánto detestas eso. Lo lamento —replicaba dando un casto beso en la zona.

Él reía de manera adorable—. ¿Estás listo? o sea ya se conocen

— ¿Ella de en serio está de acuerdo?

—Mas que eso, está feliz. Ya hablaremos luego, ahora compruébalo por ti mismo

—Es mi primera vez siendo presentado como... Ya sabes "novio" —mencionaba nervioso.

—Pues que idiotas aquellos que no te lo pidieron. Eres un excelente compañero y mi madre lo notará. Bueno en realidad ella supo que estabas enamorado de mi antes que yo —exclamaba frunciendo el entrecejo con cierto puchero en sus labios.

Tapaba mi rostro algo avergonzado, esa mujer me había sacado la ficha en tres veces que la había visto el año pasado. Suspiraba y asentía, dándole a entender que podíamos entrar.

Él me tomaba de la mano para finalmente abrir la puerta haciéndome entrar detrás de él. A la distancia notaba como una joven de pelo castaño largo se levantaba del sofá y se giraba a verme, mientras Seokjin me había tomado de la cintura. No era nada nuevo, siempre me tomaba a esa altura.

—Oh, por dios —exclamaba la joven con la boca abierta—. Diablos, que bien se ven

—Tú debes ser Hana —exclamaba soltandome de Seokjin para estrechar su mano.

—Yo quiero abrazarte ¿Puedo abrazarte? ¿Puedo abrazarlo? —preguntaba a Seokjin luego.

—Si, si puedes —respondía. Ese había sido un lindo recibimiento.

Aunque no veía a su madre por ningún lado, pero la casa de Seokjin tenía un olor exquisito.

—Un gusto, Hana

—El gustó es todo mío. ¿Acaso planearon vestirse iguales? —preguntaba divertida.

—No, fue mera coincidencia —respondía Seokjin apretando mi hombro.

—Huele exquisito —exclamaba intentando no parecer tan nervioso por la ausencia de su madre en la sala.

—Espero que te guste, porque cociné pura y exclusivamente para ti —decía esa dulce voz que pese a que no la tenía muy escuchada la reconocía.

Me giraba a verla y ella salía de la habitación de invitados que Seokjin tenía. Venía quitándose su delantal y acomodando su cabello. Tragando duro, intentaba ofrecerle mi mejor sonrisa cuadrada—esas que mi Hyung adoraba—de paso también acomodaba mi camisa al verla a ella siendo tan prolija.

—Señora Wook —exclamaba inclinandome al verla.

Ella respondía, pero rápidamente golpeaba mis hombros con dulzura para abrazarme.

—Taehyung-ssie —soltaba.

Su abrazo había sido tan maternal, no lo esperaba. La señora Wook era dulce por naturaleza, pero tampoco esperaba tal recibimiento.

—Un gustó volver a verla —respondía, correspondiendo a su abrazo.

Seokjin y Hana estaban poniendo la mesa, dejándonos a nosotros dos. Cuando finalmente me soltaba tomaba mis manos y me acomodaba el pelo como cualquier madre lo haría.

—Tan apuesto —decía—. Un gusto volver a verte ahora siendo el novio de mi hijo.

Pasaba saliva ante aquella palabra saliendo de su boca, tenía esa sonrisa de nerviosismo pintada en el rostro a punto de sentir dolor en mis pómulos.

—Vamos a la mesa —ordenaba dulcemente.

Todo estaba saliendo excelente, ellas estaban frente a nosotros. La comida había transcurrido tranquila, mientras yo iba relajándome poco a poco.

—Y bien Taehyung Oppa —decía mi ahora, cuñada.

—Tae —respondía—. Puedes llamarme Tae.

Hana sonreía—. ¿Cuáles son tus intenciones con mi hermano? —exclamaba divertida.

—Ay, Hana —reprendía la señora Wook con el mismo tono—. Jamás te preguntaría eso Taehyung. Basta con ver la forma en la que miras a mi hijo para que mi corazón esté tranquilo

—Mamá —exclamó un intimidado Seokjin.

—Ay hijo. Tú eras el único que no lo notaba —decía divertida.

—Bueno en eso... Tu mamá tiene razón — afirmaba divertido.

Seokjin hacía un puchero tan hermoso que lo único que había podido hacer, había sido morderme porque no lo besaría frente a su madre y hermana.

Esta cena iba mejor de lo que jamás hubiera imaginado. Mi madre era la mejor del mundo. Hana lo había hecho sentir cómodo al instante y él, él se veía tan nervioso y tan adorable. Tenía muchas ganas de besarlo, pero sería demasiado, porque no podría simplemente darle un casto beso.

—No se burlen —respondía—. Soy distraído por naturaleza

—Pero Taehyung es dueño de unas miradas tan explícitas y bonitas —me sonrojaba y Taehyung igual cuando mi madre había dicho aquello de sus miradas.

—Oye, Mina también me mira bonito —exclamaba Hana.

—Tu novia te mira como si quisiera comerte —reprendía mi madre—. Taehyung mira a tu hermano como... —mi madre se quedaba en silencio y sonreía apenada—. Lo siento quizás a veces hablo mucho

—No, no —respondía Taehyung—. ¿Cómo cree que lo miro?

—Como si seguir respirando dependiera de Seokjin y como si nadie más que él existiese para ti. Realmente te pierdes cuando te le quedas viendo.

Me había sentido avergonzado, sabía que Taehyung me amaba, pero probablemente mi madre ya estaba hablando incoherencias por el vino.

—Tiene razón —respondía Tae—. No existe nadie más —decía apoyando su rostro en su mano izquierda mientras me brindaba una sonrisa dulce.

Yo solo podía sonreirle, aunque, quería saltarle encima, pero solo había sonreído mientras aplicaba presión en su rodilla.

— ¿Quién quiere postre? —preguntaba intentando apartar la atención de los labios de Taehyung. Pero antes de ponerme en pie besaba su frente—. Te amo —susurraba.

—Ay, Seokjin. Puedes besarlo si quieres. No sé contengan por mi —exclamaba mi madre—. Quédate, yo traeré el postre

—No mamá, ya cocinaste déjame el postre a mi y Hana —exclamaba llamando su atención.

—Ay, solo por que eres mi único hermano te ayudaré —respondía con un falso tono de exasperación.

A la distancia los escuchaba hablar sobre el trabajo de Taehyung, mi madre lo felicitaba y él agradecía. Aunque estaba tan disconforme con eso, no se lo haría saber a mi madre.

— ¿Y tu trabajo, hijo?.

Me había atragantado con el helado de chocolate, aún no había hablado con Taehyung sobre esos planes que mi Jefe tenía para mí a futuro, donde me había hecho prometer que no lo defraudaría.

—Bien

— ¿Solo bien? —necesitaba desviar el tema.

Casualmente hacía semanas atrás estaba preguntándome en uno de nuestros tantos llamados, que había sucedió con Nueva York y ¿Por qué había vuelto?. Todavía no quería hablarle sobre Taehyung, así que solo había comentado lo que mi jefe Chanyeol me había dicho sobre la supuesta noticia y que iba a necesitar de mi. Cómo no tenía y aún seguía sin tener idea de que iba todo eso, no había querido hablarlo con Taehyung.

—Bien, mamá ¿Qué harás de cenar para acción de gracias? La comida de hoy fue exquisita. ¿No, Tae?

—Tiene un increíble don para la comida, señora Wook. Ya entiendo mejor de donde aprendió Seokjin.

Y un par de halagos de mi novio bastaron para distraerla y cambiar el tema. La noche había avanzado bastante y ya nos encontramos tocando las diez y media.

—Que descansen —decia Taehyung mientras mi madre y Hana se dirigían al cuarto.

Estaban cansadas y no habían dormido nada desde que habían llegado, aún debía llevar a Taehyung a su casa así que dejaba unas mantas de más para ambas y salía de la habitación cerrando la puerta.

La noche había perfecta. No podria estar más sorprendido y agradecido. Qué locura haber sentido tantos nervios si la señora Wook, la mamá de Seokjin era dulzura pura. Lo único es que, bueno por respeto no nos habíamos besado ni una vez y realmente extrañaba los labios de Seokjin quien se había visto toda la noche apetecible.

De espaldas a las habitaciones, comenzaba a sonar mi cuello, finalmente tantos nervios y tensión comenzaban a hacerse presentes.

— ¿Necesitas masajes? —decía Seokjin pegando sus labios a mi oreja.

Finalmente podía sentir el calor y el peso de su cuerpo en mi espalda. Sus manos se habían enrollado en mi cintura y comenzaba a besar mi cuello.
Yo había echado mi cabeza hacía el lado contrario para brindarle un mejor acceso, intentando ahogar pequeños gemidos de placer.

—Tengo que ir a casa. Ya es tarde —exclamaba girando para verlo y tomarlo de la nuca para finalmente besarlo.

Sus brazos me habían apretado aún más, volviéndome loco de deseo, luego de unos segundos largos, notaba que la sala se estaba llenando de nuestros sonidos.

—Oye, debo irme. Y nos estamos besando muy ruidosamente

—Te voy a llevar, pero no te aseguro no hacerte nada —exclamaba de forma juguetona.

En pleno viaje se me cerraban los ojos del cansancio. Definitivamente había drenado toda la tensión de mi cuerpo, la misma que había acumulado durante todo ese día.

—Fue una buena cena ¿Estás bien ahora?

—Con respecto a tu mamá, ya tengo paz. Solo estoy pensando que deberías conocer a mis padres

—No debes hacerlo porque conociste a la mía. Puedo esperar —exclamaba encogiéndose de hombros.

Daba una rápida caricia a su mejilla.

—Estoy cansado —mencionaba finalmente—. Discutí con mi Jefe

— ¿Le dijiste que querías tu antiguo puesto? —le asentía—. ¿Por qué le molesta tanto?

—Porque donde  estoy sirvo y no quiere contratar a nadie más  —fregaba mis ojos con mis dedos—. Me dijo que si dejo ese puesto que vaya pensando donde querría trabajar

— ¿Estás bromeando, cierto?.

Seokjin estaba tan sorprendido como yo, esta tarde después de haber discutido casi a los gritos con mi Jefe.

—Estoy haciendo parte de mi antiguo puesto con todas las actividades de ser el manager  —mi voz sonaba agotada—. Me ofreció un aumento. Lo acepté por el simple hecho de hacerle desperdiciar su dinero en mi. Pero estoy odiando lo que hago

—Bueno, sí quieres buscar algo nuevo, cuentas conmigo. ¿Lo sabes?.

Asentía lentamente, la sola idea de buscar algo nuevo laboralmente—cuando mi antiguo puesto estaba al alcance—me irritaba. Necesitaba un motivo mayor para irme, pero por haber buscado un cambio en su momento, había tomado la peor decisión.

Antes de bajar, le daba a Seokjin un casto beso, aparte de estar cansado me había irritado de nuevo todo el tema laboral. Seokjin había quedado estático ante mi seca despedida, pero no tenía ganas de lidiar con nada más por hoy. Me dirigía directo a mi puerta. Abriendola me meadentraba a mi cada, daba media vuelta para cerrarla pero la figura de Seokjin me tomaba desprevenido.

— ¿Am-...? —no había terminado de decir la palabra que me tomaba de la nuca para comenzar a besarme sin restricciones.

Como podía había cerrado la puerta para fundirme nuevamente en él. Parecía que no me hubiese visto en semanas por la forma en que me besaba.  Me había estampado contra la puerta para moverse por mi mentón y llegar a mi cuello.

—Joder... Seokjin  —me estaba excitando. No solo sus besos, si no toda su actitud desesperada.

—Necesitas relajarte —mencionaba ronco subiendo a mi oreja y mordiendo el lóbulo.

Había comenzado a bajar de nuevo, pero esta vez comenzaba a desabotonar mi camisa mientras dibujaba besos húmedos en mi pecho para luego bajar por mi ombligo y terminar dejando besos en mi bajo vientre haciendo que mi entrepierna ya estuviera más que  dura.

Era demasiada la presión que el jean estaba ejerciendo sobre mi erección, así que con sus dedos largos me desabotonaba el pantalón para bajarlo de un tirón con bóxer incluído y toda mi masculinidad saltaba frente al bonito rostro de mi Hyung.

— ¿Estás estresado? —preguntaba gravemente mientras que yo seguía asimilando como en menos de treinta minutos había terminado semi desnudo con Seokjin de rodillas frente a mi.

—Demasiado —respondía con mis labios entreabiertos. Joder, que obra de arte era Seokjin con sus labios hinchados y su cabello despeinado—. ¿Que vas a hacer al respecto? —cuestionaba, pero inconcientemente había tomado a Seokjin de la nuca tirando con cierta brusquedad de su pelo.

Los ojos de éste se habían vuelto más negros y su mirada era tan lasciva. Estaba seguro que nunca había sido tan reseco con él.

—Ordename  —respondía divertido con una sonrisa ladina en su bello rostro.

Me obligaba a meterme en un papel diferente.

—Quiero que me la chupes hasta hacerme acabar —volvía a tirar de su pelo y él gemía. Seokjin había gemido ante aquel acto—. Quiero correrme en tu boca.

Dicho eso me había inclinado para atrapar y morder su carnoso labio inferior. Tan fuerte, lo había hecho sangrar apenas y sentía el sabor metalizado entremezclado con saliva.

—Sss...Ash, joder —exclamaba en un hilo de voz clavando sus largos dedos en mis muslos.

Lo soltaba sonriendo y lo primero que había hecho, había sido pasar su lengua húmeda por todo el falo.

—Mmmm... bebé —soltaba ronco.

Luego su lengua pasaba por el glande mientras ejercía presión con su mano. Después su boca atrapaba mi polla en un chupón ahuecando sus mejillas y el descarado "plop" al soltarme.

Solo eso había hecho y yo era un mar de gemidos ahogados. Entre frustrado, cansado  y por sobre todo excitado. Seokjin sabía lo que hacía y lo que me hacía. Comenzando luego a lamer y chupar, mientras me masturbaba, más rápido, más fuerte y sin parar. Casi toda mi polla desaparecía dentro de su boca haciéndome ver las estrellas.

—Sii, si —estaba gimiendo y lloriqueando para que no me soltase—. Joder, si. Me encanta. Sigue, así —tenia mis dedos enredados en su cabello y con la otra mano quitaba su flequillo para dejar a la vista su frente y su rostro limpio.

— ¿Te gusta? —preguntaba en un momento en el que solo masajeaba mi erección formando círculos. 

Mis piernas temblaban como señal de lo mucho que me encantaba lo que estaba haciendo.

— ¿Qué si me gusta? me encanta —replicaba en un hilo de voz.

Luego de tantos masajes  y mamadas, Seokjin me soltaba para relamer dos de sus dedos.

— ¿Qué car-...? —los mismos los había llevado directo a mi entrada. El dedo anular insertado—. Joder...

Me sostenía de la puerta al sentir la intromisión y con la otra seguía sujetando el cabello de Seokjin. De adelante seguía haciendo su trabajo, había chupado un rato más mientras seguía dilantandome con un dedo.
Luego quitando su boca, había comenzado a pajearme, más fuerte e insertaba  un segundo dedo.

—Aaah.. Joder, joder —apretaba mis ojos y los volvía a abrir cuando los dedos Seokjin habían comenzado a golpear mi punto dulce—. ¡Ahí, mierda... J-joder. Aah!.

Había aflojado el agarre en su cabello porque no podía asimilar la doble atención que estaba recibiendo. Bajando mis ojos, me encontraba  con la imagen más hermosa jamás vista.
Seokjin casi no pestañaba al verme, sus carnosos labios estaban colorados, hinchados y entreabiertos. Sus ojos tenían una mirada tan lujuriosa, tan llena de deseo al verme.

—Eres hermoso —exclamaba con ese rostro sombrío.

—Aahh... Joder. Me voy a correr —Seokjin continuaba penetrandome ahora con más desesperación y al ritmo de su mano delantera, que era la encargada de mi polla.

—Hazlo... Lo voy a tragar todo —afirmaba, volviendo a morderse y aquella combinación había sido mi jodido final.

Todo el calor se había incrementado en mi bajo vientre cuando sus dedos tocaban una última vez mi próstata, haciéndome venir como un maldito hijo de perra con gritos que habían retumbado en el silencio de mi casa.

— ¡Joder, Jin! Mierda. Si, ay joder —al instante que comenzaba a correrme Seokjin dejaba a la vista su lengu. Abriendo esa preciosa boca, mientras que en mi entrada sus dedos se movían con más delicadeza.

Unas últimas lamidas para finalizar con un chupada que casi envolvía mi polla completamente blanda y vacía.

—Joder. Seokjin —exclamaba con mis piernas temblando, había sacado sus dedos, mientras se llevantaba para ver el mar de desastre que me había dejado.

—Tan hermoso —repitía, ahora besándome nuevamente con esa dulzura particular suya.

Una de mis manos estaba en su pecho, estaba tan, pero tan metido en aquel beso que no había notado como Seokjin metía la mano en su pantalón hasta que sus bruscos movimientos me habían hecho abrir los ojos.

Seokjin se estaba masturbando mientras me besaba y joder, me había encantado eso. Bajando la mirada y mordiendo mi labio, una sonrisa ladina se pintaba por si sola en mi rostro. Otro beso que ya empezaba a ser más mordidas de mi parte y gemidos bajitos de Seokjin.

— ¿Te la chupo? —preguntaba intentado bajar.

—No —respondía. Pronto un puchero se dibujaba en mi rostro, pero se había soltado y ahora llevaba mi mano a su polla—. Hazlo tú, pero no dejes de besarme —ordenaba.

—Si, señor —respondía satisfecho.

Decidido tomaba su erección para comenzar a masturbarlo, él me había tomado con ambas manos de la nuca mientras me besaba sin cesar.

—Ya me voy a correr, me contuve demasiado —mencionaba en mi boca. Con todo mi esmero continuaba masturbándolo, pero ahora atacando su cuello—. Mierda, ah... —luego de unos segundos, que si hubiera sido yo en su lugar, no podría haber resistido tanto, prontamente Seokjin se corría, soltando un gemido y echando su cabeza hacia atrás con su boca abierta y respiración pesada—. Si, mierda.

Mordiendo su mentón y levantando mi mano llevaba mis propios dedos a mi boca y chupaba toda la esencia de Seokjin. Éste me miraba intentando calmar su respiración.

—Tan sabroso, mi Hyung —instantáneamente atrapaba mi boca y me mordía—. Ssss...Auch

—Te lo debía —ahora su frente descansaba sobre la mía, con sus manos en mi cintura y las mías habían subido a sus hombros—. ¿Estás mejor?.

Reía ante su pregunta—. Si lo estoy —mis ojos estaban cerrados por que también necesitaba calmar mi propia respiración.

—Almuerza conmigo mañana —exclamaba en un susurro—. Por favor.

Lo observaba encontrando su dulce mirada, completamente diferente a la de hacía media hora atrás. Así que sólo sonreía y asentía. Él sabía cómo hacerme sentir mejor en muchos sentidos, no había nada más perfecto que él y su compañía.


2/2.

Cómo termino ese Lemon? Qué tuli? Quise hacer algo diferente.

¿Me extrañaron? Porque yo si.

Pregunta...

¿Quieren primer capítulo de "ALL OVER AGAIN - K.S -K.T"?

Con amor Niñita Nany 💜

Pd: estoy arreglando errores sobre la marcha, sepan disculpar quería actúalizar ya. Si les quedan ganas vuelvan a releer corregido. 🥺

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