veinticuatro

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Me encontraba despierto hacía una hora aproximadamente, ya tendría que haberme ido, pero mi acompañante me había jugado sucio. Sentía rabia, quería irme de inmediato y no podía.

Finalmente el descarado comenzaba a despertarse, poniendo su brazo encima de mi para apretujarme a su antojo.

— ¡Taehyung-ssi!

—No me llames así, Hyungsik —ordenaba, estaba más que claro que era Tae o Taehyung para él.

—Oye, tranquilo. Nunca te quedas conmigo y hoy lo hiciste —intentaba besarme, pero de inmediato había girado mi rostro para esquivarlo.

—Me quede porque escondiste mi maldito teléfono —soltaba en su rostro y me lo quitaba de encima para levantarme—. Dámelo, quiero irme ya.

Se levantaba como si nada y exclamaba—. Quédate y desayuna conmigo

—No, ya lo hablamos —repetía con rabia.

—Esto podría ser algo bueno si así lo quisieras —mencionaba.

—Ahi está tu respuesta, no lo quiero —esta charla me tenía harto, más de una vez había dejado en claro que solo sería sexo.

No había forma de que pudiera desarrollar ningún tipo de sentimientos hacía él o hacía cualquiera.

—Taehyung —exclamaba con un falso y dulce tono, poniendo cara de perro mojado—. Sabes lo que siento por tí

—Si, lo mismo que sientes por Soomin, Mark y Lee —se acostaba con todo el maldito mundo y pretendía hacerse el enamorado conmigo—. Ya dame mi jodido teléfono.

Él descarado se daba el tupé de suspirar y lo sacaba de un escondite que tenía en su ropero para finalmente devolvermelo.

Me encontraba cambiado y listo para salir de allí, pero no sin antes agregar—: Borra mi número, no quiero volver a estar contigo.

Me dirigía a la puerta y dejaba a Hyungsik con las palabras en su boca, su actitud chiquilina me había cansado. No necesitaba ese drama en mi vida.

Hacía ya tres meses y medio que estaba en Nueva York, pero para mí parecía ser mucho más.

Por pedido de mis jefes y está nueva empresa, me habían pedido trabajar un tiempo aquí y así ser el intermediario en esta nueva alianza. Primero eran tres meses fijo, pero un día antes de volar a USA mis jefes me habían tirado la bomba de que quizás mi estadía sería más larga.

Ese había sido el detonante que me había hecho confesarle todo a Taehyung-ssi antes de irme. Lo extrañaba, lo extrañaba demasiado y para colmo la empresa para la que trabajaba me quería concentrado, así que habían dado de baja mi número y me habían entregado uno nuevo con los contactos importante de aquí y Corea,incluyendo los contactos personales—que consideraban importantes—luego mi número original sería dado de alta una vez que volviera a Corea.

Con ésto de la tecnología y mi trabajo solo pocos números sabía de memoria, con respecto a mis amistades, uno de ellos era el de Seon, quien jamás lo había cambiado desde que nos habíamos conocido y el otro era el número fijo de la casa de mis padres.

En estos meses todo lo que hacía era trabajar, nada más. Pero una vez a la semana me llegaba un mensaje de Seon, expresándome que quería llamarme y yo necesitaba escuchar una voz familiar.

¡Seokjinnie! —decía entusiasmado.

—Hyung, un gusto hablar y escuchar tu voz en tiempo real —debido a la diferencia horaria nos mandabamos audios a destiempo.

—Jinnie, dime que me extrañas

—Sabes que si ¿Cómo estás sin mi? —preguntaba entre risas.

—Yo bien, debes estar devastado sin mi ¿Cierto?

—Ya quisieras —habiamos reído de la poca seriedad que manejabamos.

—Ya, en serio ¿Cómo va ese trabajo?

—Ah, cansador. Vivo para trabajar, volver a cama y volver a empezar

¿Has hecho amigos?

— ¿Para qué? —preguntaba, frunciendo mis cejas.

¿Porque llevas más de tres meses trabajando ahí y es natural hacer amigos?

—No tengo tiempo —confesaba. No era del todo cierto, pero bueno.

¿Has visto algo de Nueva York? ¿Su cultura, lugares? ¿O solo estuviste metido en el trabajo?

—La tercera, aunque si salí a restaurantes. Sabes que la comida me puede

¡Bien! Sales acompañado o- ...

—Solo —exclamaba sin mucha importancia.

Seokjinnie —Seon exclamaba mi nombre con algo de pena en su tono—. ¿Has intentado contactarlo?

—. ¿A quién? —cuestionaba, haciéndome el desentendido.

¡Aish,, ya deja jugar! —decía hartado—. ¿Hablaste con él?

—No recuerdo su número

¿Y su Instagram o Twitter?

—No tengo esas redes en el teléfono

—Diablo, pareces un preso —exclamaba sorprendido.

—Solo es por un tiempo, mejor así. Me mantengo enfocado y hago todo lo más rápido posible para que me dejen volver de una vez

¿Aún no te dijeron cuánto tiempo más estarás allí? —preguntaba consternado.

—No, solo espero que no se extienda a un año —suspiraba fuerte en el teléfono.

Si me dejaras yo podría darl- ...

— ¡No! —Seon insistía en darle mi número laboral a Tae—. Ya lo hablamos, si él no te lo pide, no se lo des porque claramente no quiere saber de mi

—Seokjin —suspiraba.

—Quiza lo merezco. Yo sé sé...

En algún momento volverás y tendrán que verse las caras —decía Seon.

—Hasta entonces deja que descanse de éste imbecil —replicaba y luego agregaba—. Aparte, quizás ya esté con alguien...

Mmhm... —«¿Qué significa"mmhm"?»

— ¿Está con alguien más? —preguntaba con temor.

No lo sé —respondía sincero—. Sale muy poco conmigo y con Dae

— ¿Pero sale por su cuenta? —cuestionaba.

Jin...

—Solo dilo, yo estoy preguntando

No quiero decir nada que pueda lastimarte

—Seon...

Sale casi todos los fines de semana a un nuevo bar que abrió cerca de su casa y se volvió su hogar. Intentamos pedirle que dejará de concurrirlo, pero es un adulto

—Lo entiendo, debe de estar bien. Eso me alegra —exclamaba, pero tenía un nudo en la garganta—. Qué bueno que siguió adelante

Yo no lo vería de esa manera, pero tú deberías hacer lo mismo —decía mi amigo.

Largaba una carcajada irónica.

—Por mucho tiempo no supe que quería, ahora lo sé, pero no lo puedo tener ¿Creés que cualquiera podría darme lo que estoy necesitando de Taehyung?

—Ay, y yo que sé que tan grande es su p-...

— ¡Seon!.

Lo cortaba antes de que siguiera, aunque la verdad era que me había robado una auténtica risa, lo necesitaba.

De acuerdo, voy a dormir. Fue bueno hablar contigo Seokjinnie —decia Seon—. Ojalá vuelvas pronto

—Ojala —repetía luego de él—. Te mando un abrazo y otro para Dae

¿Y a Taehyung que le digo? Ah ya sé, le daré tu número

—No seas estupido teníamos un trato —mencionaba nuevamente.

—Entonces te daré el suyo —recalcaba.

—Lo borraré, no es decisión mía si volvemos a estar en contacto. Esto no depende de mí

—Espero, realmente como amigo de ambos... —decía—, que puedan darse una oportunidad de arreglar esto

—No depende de mí. Te quiero, cuídate y no le des nada a me-...

—A menos que él me lo pida, Señor si Señor —repetía para luego de un par de risas terminar con la llamada.

Estos meses habían sido tan duros y Seon me enviaba su número cada dos por tres, pero yo sabía lo que había hecho, lo mucho que lo había lastimado inconscientemente.

La verdad era que no dependía de mi arreglar esto, él estaba en todo su derecho de sacarme de su vida o abrirme la puerta.
Claramente, yo estaba más que dispuesto a esperarlo, de todas formas nadie me había hecho sentir como él.

No sabia que estaba haciendo Taehyung, pero estaba en todo su derecho y yo merecía pasar por este infierno de tenerlo lejos y de haberme dado cuenta tan tarde lo que sentía por él.

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