45; MATRIMONIO DE CUATRO

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MATRIMONIO DE CUATRO

Había pasado un año desde los eventos de Driftmark y aún se podía sentir la tensión y la tristeza rodeando a la familia Targaryen. Durante ese año la familia de Dragonstone no visitó King's Landing o Driftmark, solo recibieron las visitas de los Velaryon un mes después del regreso de Cerys y pudieron sentarse a hablar de lo sucedido. Claramente las cosas ya no serían igual, empezando porque ni Daemon ni Cerys podían mirar a Lucerys sin recordar el rostro mutilado de su hijo. Hijo al que no habían podido ver en mucho tiempo, se escribían cartas de vez en cuando, pero no eran muchas porque sabían que la reina interceptaba los mensajes antes de que llegaran a su hijo. Las cosas con el rey no estaban mejores, Cerys se rehusaba a hablar con su padre y Daemon la apoyaba, la única comunicación entre el hombre y la familia de su hija eran sus nietos que le escribían con frecuencia.

Daeron había mantenido su puesto como copero de Cerys y se mandaba cartas con sus hermanos constantemente, muchas veces sirviendo como intermediario entre Laenor y Aegon porque su hermano mayor no quería provocar la ira de su madre. Él, Alyssa y Viserys fueron los únicos que visitaron King's Landing durante ese año. Daeron para ver a sus hermanos, Alyssa para encargarse de cosas privadas, y Viserys para visitar a su abuelo. Pero ahora tendrían que visitar la fortaleza por orden del rey.

Viserys estaba viejo y temía morir sin haber arreglado las cosas con su hija, por eso la mandó a llamar junto a toda su familia. En un principio Daemon se había negado insultando a todos los miembros de la corte y jurando que iba a asesinar a alguien, pero la emoción de sus hijos por ver a su abuelo logró convencerlo de ir. Cerys tampoco estaba muy feliz con la situación, pero no podía negar que extrañaba a su padre y le dolía leer las cartas que él le mandaba con frecuencia. Dos días después de recibir la orden del rey la familia partió a King's Landing sobre sus respectivos dragones.

Once dragones decoraron el cielo matutino de King's Landing anunciando la llegada de la princesa heredera y su familia. Si alguien no supiera a quién pertenecían los dragones de seguro pensaría que estaban bajo ataque. Otros pocos pensaron que aquella imagen era muy parecida a los relatos de Aegon el conquistador volando sobre Balerion junto a sus hermanas-esposas. Sin duda una imagen que generaba miedo.

—Padre.

Como siempre Cerys y Aiyana aterrizaron en las colinas detrás de la fosa de dragones mientras los demás aterrizaron en la misma fosa. Para sorpresa de las dos el rey estaba ahí con una sonrisa enorme en el rostro acompañado por Otto Hightower y Alicent.

—Hija—el rey miró a los dragones—, se ven más grandes.

Calma, Caníbal—el dragón negro gruño moviéndose inquieto—. Creo que iré a dar una vuelta para tranquilizarlo, no quiero que se coma a nadie—los ojos de la princesa pasaron por los Hightower.

Cerys se bajó del lomo de Dhagara viendo a su hija emprender el vuelo una vez más. Tenían mucho tiempo sin visitar King's Landing, era de esperarse que el dragón se sintiera inquieto.

—Tiene un vínculo muy fuerte con él—Viserys se acercó a su hija apoyándose en su bastón.

—Es el primer jinete que Caníbal ha tenido en su vida, supongo que eso influye en algo—Cerys miró a su padre—. Es bueno verte, padre.

—Lo mismo digo, hija.

Viajaron en carruaje a la fortaleza donde se encontraron con Daemon y sus hijos que no dudaron en rodear a su abuelo para recibir su atención. Tomaron el desayuno con la familia del rey cuando Aiyana regresó de su vuelo con Caníbal, fue demasiado incómodo para todos, pero nadie dijo nada. Aemond estaba visiblemente inquieto en su lugar, su ojo viajando a sus padres más de una vez, pero apenas uno de los dos miraba en su dirección él apartaba la mirada. Después del desayuno todos se dividieron yendo en diferentes direcciones.

Cerys y Daemon se encerraron en los aposentos del rey para hablar con el hombre mientras su hijos iban a causar terror en la fortaleza. Viserys y Aegon desaparecieron de la vista de todos a penas tuvieron la oportunidad. Aemond, Daeron y Aiyana fueron al campo de entrenamiento siendo seguidos por Haelyn que solo quería verlos entrenar. Alyssa también había desaparecido a quién sabe dónde y nadie se molestó en preguntar, la niña siempre desaparecía sin dejar rastro. Y por último Jaehaerys y Rhaella se unieron a Helaena bajo el weirwood para leer. Los últimos tres se habían vuelto muy cercanos en el último año, enviando cartas más seguido que el resto de sus hermanos.

—Quisiera poder quedarme aquí para siempre—Rhaella suspiro con los ojos cerrados disfrutando de las manos de Helaena acariciando su cabello.

—Pensé que te gustaría más estar en medio de un campo de guerra—Jaehaerys apartó la mirada de su libro para mirar a su hermana-prometida.

—Nada es mejor que estar rodeada de las personas que amo—sus ojos se abrieron encontrándose con los de su tía que se sonrojo apartando la mirada—, aunque supongo que verla sonrojada es aún mejor.

—No tienes vergüenza—murmuró Helaena sintiendo sus orejas calientes.

—¿Por qué habría de tenerla?—los ojos de Rhaella fueron a Jaehaerys que las miraba con una sonrisa. —Estamos solos.

Helaena iba a decir algo más, pero las manos de su sobrina tomando su rostro silenciaron sus palabras. Rhaella le regaló una sonrisa antes de inclinarse y besarla. Su cercanía por medio de cartas implicaba más que solo una amistad, a pesar de no verse por más de un año el llamado de la sangre del dragón era fuerte.

—¡Rhaella!—Helaena golpeó la mano de su sobrina que comenzó a reírse.

—Esperé mucho para hacer eso.

—Vas a matarla, mira lo roja que está—Jaehaerys la regaño.

Rhaella estiró su mano tomando la de Jaehaerys y tiró de él para acercarlo más a ellas.

—Definitivamente prefiero esto antes que el campo de batalla—concluyó recostando su cabeza en las piernas de Helaena.

Después de ese espectáculo los tres volvieron a quedarse en silencio disfrutando de la compañía, o al menos hasta que Alyssa apareció casi saltando acompañada de Aegon y Viserys que lucían confundidos.

—¡Hermanos!—llamó la menor con un tono cantarín—¡Adivinen lo que encontré!

—Alyssa, no...—Viserys intentó agarrar a su hermana.

Intento.

—Encontré a Aemond y Haelyn besándose—susurro cuando llegó junto a ellos.

—¿Qué?—Rhaella se sentó de forma repentina golpeando a Helaena por accidente.

—Seguro viste mal—Jaehaerys frunció el entrecejo.

—¿Te golpee?—todos se giraron para ver a Helaena y Rhaella. —Lo siento, mi luna, no quise hacerlo.

El apodo fue dicho con tanto cariño que todos se congelaron en su lugar, menos ellas que parecían estar en su propia burbuja murmurando cosas que solo ellas escuchaban.

—¿Alguien más quiere avisar que está saliendo con alguno de nuestros tíos?—Alyssa se giró para mirar a Viserys y Aegon con intensidad.

—¡Alyssa!—Viserys se sonrojo y estiró su mano para agarrarla.

Los demás vieron como el mayor perseguía a la menor que gritaba incoherencias en alto Valyrio, cuando los dos se perdieron por el pasillo de regreso al interior de la fortaleza Aegon se giró para mirar a sus sobrinos y su hermana-prometida. Al verlos tan cerca no pudo evitar pensar en su hermana mayor y su tío, tal parece que salir con tu tío era algo que se pasaba de generación en generación.

—Así que...—tres pares de ojos lo miraron—¿Desde cuando?

—A ti que te importa—Rhaella le gruño mirándolo mal.

Ella—Helaena puso una mano en el hombro de su sobrina.

—Solo quiero saber cuál será el arreglo para cuando nos casemos—Aegon se cruzó de brazos—. Prometo que no tocaré a Helaena, no la quiero en ese sentido, pero la noche de bodas...

—No tenemos que hablar de eso—Jaehaerys se sonrojo apartando la mirada de su tío—, no ahora.

—Yo me encargo de eso—Rhaella dijo con orgullo.

—¿Están seguros?—Helaena miró a sus sobrinos con preocupación.

—Bien, entonces seremos un matrimonio de cuatro—Aegon se dio la vuelta—, pero ni sueñes que voy a tocarte, Ella.

Rhaella gruñó levantándose para atacar, Jaehaerys y Helaena suspiraron con cansancio y se levantaron para seguirlos, lo que menos querían era que acabarán matándose en medio de los pasillos.

La familia entera volvió a reunirse para el almuerzo, para entonces la atmósfera había cambiado y a los adultos les pareció extraño el comportamiento de los más jóvenes. Aiyana y Daeron parecían ser los únicos confundidos porque no se habían enterado de nada por andar entrenando, por eso miraban a sus hermanos como si fuesen bichos. Cerys y Daemon se miraron al notar las sonrisas cómplices que se lanzaban sus hijos con sus tíos, los dos sabían que nada bueno iba a salir de eso.

—¿Qué estuvieron haciendo toda la mañana?—preguntó Daemon sin soportar otra risa cómplice.

Pero todos se tensaron en ese momento, como si hubiesen olvidado que no estaban solos.

—Entrenamos—murmuró Daeron algo extrañado por la tensión que comenzaba a formarse.

—Con Aemond—Aiyana miró a su tío que estaba sonrojado hasta las orejas—, Haelyn también nos acompañó.

Alyssa dejó salir una carcajada y cubrió su boca cuando todos se giraron para mirarla.

—¿Algo que quieras decir, mi bruja?—Cerys la miró arqueando una ceja.

La menor se removió incómoda bajo la mirada de su madre, entonces la mano de su padre tocó su hombro y ella se sobresaltó. Sus ojos fueron a sus hermanos y tíos, todos le estaban lanzando miradas de advertencia, excepto Daeron y Aiyana que esperaban que soltara la lengua frente a todos.

—Yo...—Rhaella levantó su cuchillo en advertencia—el jugo está muy bueno.

Silencio.

—Alyssa—la voz de Daemon fue dura y ella no pudo soportar la presión.

—¡Aegon y Viserys se besaron!—exclamó poniéndose de pie.

Todos los que entendieron se quedaron atónitos viendo como ella huía por la puerta gritando que lo sentía. Aegon se ahogó con su vino y comenzó a toser mientras Viserys se levantaba listo para seguir a su hermana.

Creí que habían sido Aemond y Haelyn—habló confundida Rhaella.

—¿Qué?—Daemon miró a su hija que abrió los ojos sorprendida.

—Viserys, ni se te ocurra huir—Cerys miró a su hijo que se volvió a sentar de inmediato.

—Hijo—llamó el rey mirando a Aegon—¿Es cierto?

—¡Te juro que no!—gritó Aegon escandalizado—¡Nosotros...

Aemond cubrió la boca de su hermano con una mano sabiendo muy bien lo que iba a decir.

—¿Qué está pasando?—Alicent los miró confundida.

Haelyn se encogió en su silla y a su lado Jaehaerys dejó caer su cabeza sobre la mesa. Definitivamente preferían el desayuno incómodo a ese caos.

Tuvieron que terminar el almuerzo en ese momento para evitar que Aegon y Aemond se mataran en el forcejeo que tenían del otro lado de la mesa. Cerys y Daemon se llevaron a sus hijos y los interrogaron por lo que pareció una eternidad. Al final solo lograron sacarles que Aemond y Haelyn se habían besado, ninguno dijo algo sobre Rhaella, Jaehaerys y Helaena. Viserys fue él que más sufrió en el interrogatorio y sus hermanos llegaron a sentir pena por él, pero no hicieron nada para salvarlo, simplemente huyeron cuando los dejaron libres dejándolo atrás.

Sobrinos y tíos se volvieron a encontrar en el jardín del rey a petición de este mismo, para fortuna de ellos no les preguntó nada acerca de lo sucedido en el almuerzo. Viserys se unió a ellos poco tiempo después mirando mal a todos sus hermanos, claramente llamándolos traidores con sus ojos, sobre todo a Alyssa que se ocultó detrás de su abuelo al sentir la mirada pesada de su hermano. Bajo la vigilancia del rey ninguno hizo un intentó por hablar de lo que paso, solo se lanzaban miradas de complicidad y una que otra risa.

—¡No puedo más!—gritó Aiyana—¿Podrían explicarme qué rayos está pasando?

—No es nada—Rhaella se recostó en la pared junto a ellos—, solo Aemond y Haelyn besándose, y Jaehaerys y yo llegando a un acuerdo con Helaena y Aegon para mantener un matrimonio de cuatro—dijo como si no fuera nada del otro mundo—. Aunque todavía no sé sobre eso de Aegon y Viserys, la verdad es que no me sorprendería.

Daeron apenas pudo reaccionar para agarrar a Aiyana cuando perdió el balance tras recibir toda aquella información. Esa visita a King's Landing definitivamente sería un desastre total.

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NOTA:

EDADES DE LOS NIÑOS: Viserys y Aegon (14). Aiyana (13). Helaena (12). Rhaella y Aemond (11), Jaehaerys y Haelyn (10). Alyssa, Daeron y Jacaerys (7). Lucerys, Baela y Rhaena (6). Joffrey (2).

A diferencia del salto anterior este se va a enfocar más en los niños para que los vean crecer y conecten más con ellos, y porque me gusta escribir caos.

El matrimonio de cuatro fue algo de ultimo momento, pero necesitaba algo para mostrar que Laenor estaba llevando a Aegon por el buen camino y Helaena se merece ser amada.

A partir de aquí la historia puede ir en distintas direcciones, puede terminar de forma dolorosa o puede acabar con arcoíris y unicornios.

Espero que les haya gustado, gracias por leer, lu.

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