🦋6 años de edad.

—¡Bruuummm! —exclamó Jungkook, imitando el sonido de un avioncito, mientras movía su juguete de un lado a otro, en la extensión que le alcanzaban sus bracitos—. ¡Bruuum! —volvió a emitir, riendo entretenido.

Frente a él, dentro de la bañera, se encontraba Taehyung también, entre la espuma en la que tanto le gustaba ducharse, jugando con su hermoso patito de hule amarillo, fingiendo que le daba un tour por el ancho mar.

Se sentía muy bien estar así.

No importaba que no estuvieran jugando a lo mismo, o que no compartieran palabras: todo era significativo si estaban juntos, aunque cada uno en su mundo.

Sin embargo, el avioncito del azabache se le resbaló de las manos en un vuelo directo a las islas de Hawái, haciendo que la burbuja en la que ambos estaban: explotara.

No quedó más, su mirada grisosa fue enseguida a la amielada del castaño, quien había dejado de jugar con su patito y ahora lo veía con susto y dolor.

—Papá —murmuró y Jungkook abrió los ojos en grande, entendiendo y moviéndose de inmediato a enredar el cuerpecito de su mejor amigo entre sus brazos.

—No, Tete, eso no —le dijo, arrepentido por ser tan tonto—. Perdón —soltó, con un pucherito en sus labios rositas, viendo cómo Taehyung lo dibujaba también y solo llevaba su rostro a esconderlo en el cuellito desnudo de su Jungkookie.

Sí, eran muy chiquitos aún, no entendían muchas cosas de la vida adulta, pero sí sabían la causa del porqué, ninguno de los dos, tenía un papá.

Un par de minutos pasaron así, abrazaditos, apoyándose ante un recuerdo que ni siquiera era suyo, hasta que, de pronto, el ojigris soltó una risita.

—¿Que ocurre? —recibió como pregunta y solo volvió a reír, tomando una manita del ajeno para mostrársela.

—Estás arrugadito, como una pasita —confesó y se echó a reír levemente, mientras sus dedos acariciaban los de Taehyung, quién solo veía tal acto con mucha atención—. Cuando estés viejito, también te vas a ver bonito.

—¿Tú crees?... ¿Aunque me convierta en una pasita?

—Eso no importa —dijo, realmente pensando como tal—. Aunque pase un chorrototote de años, yo siempre voy a verte como el Taehyung más más más pero más lindo del mundo.

—¿En serio?... ¿Y me vas a seguir queriendo?

—¡Claro!, ¡Más que a nada!

—¡Ay, Jungkook!, ¡Gracias!

—¿Cuál gracias?, Me debes un helado.

—Aiñ, no, siempre me haces lo mismo —dijo en un puchero, cruzándose de brazos y alejándose de su mejor amigo—. Mi mesada se gasta en ti.

—Es que lo mío es tuyo y lo tuyo es mío.

—No veo tu mesada en mi bolsillo —indicó Taehyung, pestañeando ante la sabiduría que sabía que tenía, pero su expresión se disolvió cuando Jungkook se rio, demostrando ya su mirada astuta.

—Es porque estás desnudito, osito —dijo, soltando un beso tronado en la punta de la nariz del ojimiel, haciéndolo enojar de verdad.

—¡Mami!, ¡Jungkook me está molestando!

—¡Jungkook! —se escuchó desde la planta baja de la casa.

—¡No es verdad, señora Tzuyu, estaba bromeando! —dijo, con susto, y solo volvió a abrazar a su Tete, pidiéndole perdón mientras le acariciaba sus cabellitos mojados.

Anoche los servidores de Wattpad estuvieron fallando, así que no pude publicar el capítulo respectivo; pero los preciosos lectores no tienen la culpa, por ello, vine a dejarlo y más tarde publicaré el capítulo perteneciente a este día.

Muchas gracias por leer, espero que te guste.