12: Dos mentirosos se juntan.

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Lo primero que supo era que su padre no la quería.

Logan.

Yo no soy nadie.

Yo era quien quería el culo de Agnes Urriaga para mí, deseaba que fuese solo mía y aunque Ángel la tuvo yo no estaba dispuesto a dejar mi deseo pasar.

Agnes fue asesinada por Calíope, Ángel fue asesinado por Selene por Calíope y yo estaba frente a Selene por culpa de Calíope. Quería obtener una aliada, a pesar de que Calíope era una sola yo no estaba dispuesto a dejarla morir, aquel castigo era demasiado bueno para ella, tenía que vivir y respirar el mismo aire de quienes la hundieron en la cárcel.

—No creo que sepas lo que haces. —Selene habló, su estupidez era tan evidente que, me preguntaba como carajos Calíope la tenía como mejor amiga, aunque no se puede esperar mucho de alguien que mata a quién ama por su mejor amiga o tal vez si se debe esperar mucho y no bueno.

Yo lo único que deseo es venganza. Cuando estaba con Calíope sabia sus movimientos, podía tratar de frenarla, pero... ahora. No sé nada de lo que podrá hacer.

—Debemos meter a Calíope en un psiquiatra o mejor, a la cárcel. —La carcajada llena de burla de Selene hizo que la mirara fijamente. —Se lo que hiciste. —Su sonrisa se borró de inmediato.

—Si lo sabes, dime... ¿Qué puede impedir que te mate a ti?

—Calíope y sus mentiras. —Vi como sus ojos se oscurecieron.

—Ella no es mentirosa, cuida como hablas de ella. —Una sonrisa ladina se dibujó en mis labios.

—Tampoco es que le moleste su mala fama, Selene. ¿Acaso no sabías que tu diosa no escucha lo que los mortales como tú y yo opinan? —Aquello era cierto, pero mi persona no debía agregarse ahí. Yo sentía y sabía que Calíope no estuvo de acuerdo con las muertes, pero no diría nada, tener un discípulo no está mal.

—Dime algo... ¿Por qué mataste a Ángel? —Chasquee mi lengua ligeramente. —¿Y por qué mataste a la maestra? —El cuerpo de ella se levantó, dirigiéndose hasta la cocina, sabia sus intenciones por lo que también me levanté.

No disimuló ni un poco, al volver el cuchillo en sus manos fue lo primero que captó mi atención. Vi como caminaba hacia mí de forma decidida, pero mi mano derecha fue a la parte trasera de mi pantalón y apunté hacia ella.

—Siéntate y respóndeme. —Ella se quedó de pie. —Bien, no me molesta hacerlo de pie. —La frase fue con doble intención, ella captó de inmediato y una de sus cejas se arqueó al momento. —¿Por qué los mataste?

—La maestra se metió contigo Logan y Ángel se metió con ella, nadie lo hace, él la maltrató, la dañó. —Una carcajada salió de mis labios y la mire.

—Oh, pequeña estúpida, te jodiste tú sola. —Pareció no entender las palabras que dije por lo que fui hasta ella. —Tira el cuchillo.

—Tira el cuchillo.

—¿Vas a matarme? —Sonreí perplejo, ¿alguien que mato a la ligera a dos personas teme a la muerte?

—Solo quería asegurarme de verte a los ojos hasta el último minuto. —Mis dientes se apretaron entre sí.

Al terminar esas palabras tiró el cuchillo de mala gana, aproveché el momento para acercarme hacia ella y hacer que su espalda se pegara a mi cuerpo, mis labios fueron a su oído y mi lengua salió lamiendo su oreja.

—Hijo de puta.

—¿Sabes por qué me das risa? —Me carcajee suave cerca de su oído. —Mataste a Ángel por una estupidez, dime algo ¿Calíope sabe que también me acosté contigo? Ella no ha tenido suerte con los hombres, Jaxon se revolcó con su madre y yo con su mejor amiga y una maestra, ¿crees que no nos mataría a nosotros también? —Selene se removió tratando de liberar su cuerpo de mí.

—Aléjate de mí.

—¿Segura? ¿no quieres recodar como te cogía mientras tus padres no estaban? Que, por cierto, hoy tampoco están en casa.

—Juro que te mataré, Logan. Te lo juro por las personas que maté. —Ella dejó de moverse y yo por mi parte la giré para que nuestros cuerpos estuviesen frente a frente. El arma en mi mano estaba a mi costado. No bajaría la guardia.

—No sé porqué te empeñas en matarme, si quien se revolcó con Ángel fue Calíope, pero eso ya lo sabias ¿no? —Sonreí de lado. —También sabes que mató al detective. ¿Qué más sabes?

—¿Qué más sabes tú?

Ambos nos miramos fijamente, Selene no estaba dispuesta a traicionar a Calíope por lo que mi cuerpo fue hasta ella y mis labios saborearon los suyos.

Mi venganza estaba hecha, lo único que faltaba era hundir a Calíope y a todas sus mentiras en la cárcel o tal vez en un psiquiátrico.
Selene estaba empeñada a dejar a Calíope hacer lo que quisiera con las personas de su alrededor y también con ella misma, seguramente era por las mentiras que le había dicho; ella deseaba tener misericordia, pero Calíope carecía de ello.

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