Rocío–

Fui a la cocina a buscar un vaso de agua, ya que no me podía dormir; subía las escaleras y escuché el timbre, no sabía si ir o no, porque quién mierda tocaría timbre a las 3 am? Raro.
Mire por el agujero de la puerta y era Tiago, se veía bastante mal, el pelo muy despeinado, los ojos entrecerrados y parecía dormirse parado.

-Qué hacés acá?

-Ro, mi amor, te amo tanto -quiso abrazarme y me di cuenta de que estaba muy en pedo.

-Encima venís en pedo porque no te dan los huevos para venir estando sobrio? Ah bueno, perfecto

-Puedo pasar? Te extrañé mucho

-No, te vas ya

-No tengo donde quedarme

-Ese ya no es mi problema, vos y yo no tenemos nada. Buenas noches -dije y cerré la puerta; dolía bastante pero estaba orgullosa de mí por manejar bien la situación.

Tocó timbre una vez más pero me quedé sentada en la escalera, si seguía tocando iba a despertar a mi sobrino o a Lucía, y no quería eso.
Por suerte se fue, y subí a mi habitación sabiendo que si ya no me podía dormir, ahora menos.

Siempre fui una persona de sobrepensar mucho todo, estar en coma hizo que deba aferrarme a eso; no me quedaba nada más. Tiago me ayudaba mucho a no sobrepensar y a sentirme segura y amada, pero es algo que tenía que darme yo sola de ahora en adelante.
En todo el tiempo que estuve en el hospital y cuando salí, me di cuenta de que mi relación con Tiago siempre tuvo muchos "frenos", terceras personas, las veces que me secuestraron, el embarazo perdido, nuestras peleas, su carrera, etc. Lo cual me hizo pensar por un momento que esto debía terminar así, que no estabamos "destinados" a estar juntos, que capaz fue un error cruzarnos y forzarlo teniendo tantas señales de que no era ahí.
Pero si de algo estaba segura era de que lo amé un montón, que tuvo un gran lugar en mi vida y que nunca va a ser un error eso, que no terminamos con el "y fueron felices por siempre" pero mientras estuvimos, al menos de mi parte, si lo fui.