Capítulo 8

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

I say they're just the ones who gave me life
But I truly am my parents' child
Scattered 'cross my family line
I'm so good at telling lies
That came from my mother's side
Told a million to survive
Scattered 'cross my family line
God, I have my father's eyes
But my sister's when I cry
I can run, but I can't hide
From my family line
–Family line; Conan Gray


Me desperté agitada por las voces del exterior. Abrí los ojos, y una instantánea cortina negra me cubrió la vista.

5,4,3,2,1

5,4,3, 2...

Las molestas manchas se disolvieron, permitiéndome ver en donde me encontraba, de vuelta en el trece. Escaneé la habitación, sin siquiera estar segura de kue buscaba en un principio, hasta que lo encontré. Finnick se encontraba medio dormido en lo que parecía una incómoda silla. Me puse de pie, rezando por que la vista no se me nublara de nuevo, y me acerqué de puntillas a él para no asustarle.

—¿Finnick? — susurré una vez llegué a su lado.

Abrió los ojos con lentitud y pesadez, nunca había tenido un buen despertar, y me miró con confusión y molestia. Al menos hasta que me miró, cuando lo hizo me sonrió.

—Hola — me saludó de forma risueña 'no podía negar que eso me había resultado encantador' y me atrajo hacia sí, invitándome a sentarme sobre su regazo.

—Que atrevido — vacilé yo mientras aceptaba.

Le acaricié la mejilla con suavidad mientras le miraba a los ojos y pensaba en los eventos del día anterior.

—¿Cuánto estuve desmayada?

—No tanto, ¿cinco horas? — me dijo, restándole importancia, pero podía ver claramente las bolsas oscuras bajo sus ojos.

—¿Te quedaste cinco horas conmigo? —no me respondió, simplemente alcanzó la mano que tenía en su rostro —Te quedaste.

Ni siquiera esperé a una respuesta antes de posar mis labios sobre los suyos.

—Solaline, no es para tan- — le interrumpí antes de que pudiera continuar esa frase, posando mi dedo índice en su boca, para acallarlo. Era consciente de que podía sonar tonto, pero para mí no lo era. No cuando lo último que esperaba de la gente era que se quedara.

Nuestras lenguas se entrelazaron, se movían en círculos, casi parecían espirales. Mis labios estaban presionados fuertemente contra los suyos, y la respiración de ambos se volvía cada vez más y más irregular.

Finnick se levantó del asiento, agarrándome por debajo de los muslos, y yo pasé los brazos por al rededor de su cuello mientras caminaba hacia la cama, sin apenas separar nuestros rostros. Fue cuando me posó en la cama con delicadeza que sentí mi cuerpo paralizarse por primera vez, recordando.

—Oye, Finnick, yo no he...no antes de...— comencé a decir, sin saber como ordenar esa oración en una situación como esa.

—Yo tampoco — me respondió, sabiendo perfectamente a que me refería.

Esa afirmación me tranquilizó, más de lo que debería haberlo hecho.

Colocó su brazo derecho al lado de mi cuerpo y yo lo atraje por el cuello de la camiseta hasta que estuvo, prácticamente, encima mía.

Me gustaría poder decir que recuerdo más de eso, pero a partir de ahí todo fueron manos desconocidas, toqueteos que jamás había pedido y recuerdos de lágrimas pasadas.

Supongo que mi mente había aprendido a bloquearse, de alguna forma, cada vez que sentía ese tipo de roces.

Lo peor fue cuando Finnick se paró a mirarme y se encontró con una cara llena de lágrimas silenciosas. Lo peor fue su cara de preocupación. Lo peor fue que rompí en llanto sin poder articular ninguna palabra. Lo peor cuando me abrazó durante unos largos minutos.

No, el premio al peor suceso se lo llevaría el hecho de que ese sería el último abrazo que tendría, ya que mi mente y cuerpo empezarían a repudiar cada segundo del contacto físico, porque de haberlo sabido, no lo hubiese soltado nunca.

Pasaron varios días desde que mi vida se había vuelto más sofocante de lo que ya solía ser. Había hablado con mi madre, quién me confirmó que lo que me había dicho Nadeline era cierto. Rompí a llorar de nuevo. Normalmente no lloraba frente a otras personas, me hacía sentir pequeña, pero daba la sensación de que era lo único que sabía hacer últimamente. Vi la cara de tristeza de mi madre cuando hablamos, y la de frustración de Finnick cuando se lo conté y supo que no podía hacer nada para reconfortarme.

Creo que fue ahí cuando me di cuenta de que quizás no era débil, sino que estaba traumatizada.

Partimos hacia el distrito ocho, donde nos recibió la comandante Paylor, quien dio un discurso al cual no presté demasiado atención por estar atenta a la gente de mi alrededor. Katniss había decidido presentarse, a pesar de las órdenes directas de Coin sobre quedarse en el trece. Bien por ella, no me fiaba de esa mujer en absoluto. 

Nos dirigieron a todos hacia unas casetas, donde habían armas de todo tipo, y muchos soldados. Estaba inspeccionando los sables cuando una voz me sorprendió desde atrás.

—Solaline.

Tan solo la había escuchado un par de veces, pero sabía perfectamente de quien era.

—No tengo nada que hablar contigo — le dije, continuando examinando las armas.

— Solaline, creo que si me dejaras explicártelo, podrías comprenderlo.

Creo que lo que verdaderamente me molestó de la frase fue que diera por hecho que debía comprenderle, cuando no era nadie en mi vida.

—¿Comprenderlo? Siempre intento comprender a las personas, pero esta vez no tengo la necesidad de hacerlo - me giré a mirarle a los ojos.

—Sol, tan solo...

-No, de Sol nada - le volví a interrumpir. — Perdón si no tengo ganas de llamarte papá, porque eso era lo que me ibas a decir, ¿Verdad? Que, después de todo, sigues siendo mi padre.

No hubo respuesta de su parte, al menos no inmediata. Miré a los lados y me di cuenta de que teníamos varios ojos sobre nosotros, pero ninguno me afectó tanto como los de Nadeline.

—Tengo a mamá, que es todo lo que necesito, vete a ser el padre de otra — mascullé antes de girarme y caminar hacia otra mesa diferente.

-Solaline —siguió insistiendo, siguiéndome y repitiendo mi nombre en repetidas ocasiones.

—Para ya, por favor — me vi a misma rogando —.Para ya, no tengo la necesidad de escucharte mientras me cuentas como tan solo un año después de abandonar a tu hija de tres años decidiste volver a ser padre, y convertirte en el más maravilloso del mundo. No necesito que me cuentes como me viste en los juegos del hambre, y tan solo me reconociste por mi apellido.

—No es justo, Solaline.

—¿No es justo? - repliqué de forma irónica, pero al borde de las lágrimas. No obstante, me negaba a volver a llorar por él — ¿Sabes lo que no es justo? Que me haya pasado toda mi vida preguntándome por qué un día estabas contándome una historia y al siguiente hubieses desaparecido. ¿Quieres hablar de injusticia? Déjame hablarte de como fue llegar aquí y enterarme que tienes una hija que piensa el cielo de ti después de lo que te acabo de contar. Así que, venga, ayúdame a entender que cojones fue lo que hice mal.

—¡Tú no hiciste nada mal! — exclamó, parecía frustrado.

-¿Entonces por qué aquí sí y en el diez no?

-Porque me enamoré, Solaline.

Traté de evitarlo, lo juro, pero la carcajada escapó de mis labios sin control ni aviso ninguno.

—Créeme, no hay día en el que no me preocupara el como estuvieras, y cuando vi que habías sido elegida...

—Pues lo siento mucho, pero fue tu decisión.

Me alejé de él de nuevo, y esta vez no me siguió. Hacía tan solo unos minutos tenía un nudo en la garganta. Ahora estaba bien, como si el nudo hubiese estado atado por todas esas palabras que me había callado por años y el decirlas lo hubiese desatado.

Divisé con la mirada a Finnick, y me acerqué con rapidez a él.

—Oye, Finnick.

—Hola a ti también — vaciló, pero aún tenía ese destello de preocupación en los ojos. Llevaba ahí varios días, y lo odiaba.

—¿Tú estás enamorado de mí? — tenía este problema en el que no pensaba, y me limitaba a hablar sin saber siquiera.

El rubio me miró perplejo y se aclaró la garganta.

—Era una broma, eh — traté de arreglar la situación, pero estaba claro que no lo había sido, más aún de donde me provenía la necesidad de validación por su parte.

—¿Está todo bien, Sole?

-Sí, ahora sí.

Él asintió, algo inseguro. Lo sabía porque había apretado los labios, lo cual solo hacía cuando algún pensamiento le molestaba.

—Deberíamos volver al inicio con el resto, parece queso ya están todos en su pelotón.

—Claro, vamos.

Katniss nos divisó a lo lejos y se acercó a paso acelerado a nosotros.

—¿Están conmigo? — preguntó, acercándose a darle un abrazo a Finnick. Fue a hacer lo mismo conmigo, pero retrocedí un paso como instinto. Me alegró ver como asentía, respetándolo.

—Eso parece — contestó el chico.

—Pelotón 451, son mi unidad - anunció un hombre que no conocía, pero que pronto aprendería que se llamaba Boggs —.La teniente Jackson es mi segunda mano. Cada uno de ustedes sobresale en alguna forma de combate, pero no somos una unidad de combate. Estaremos días detrás de las líneas del frente.

—Serán los rostros de la invasión en pantalla, "El pelotón estrella". Se decidió que son los ojos más efectivos ante los ojos de las masas — interrumpió una mujer rubia.

Vamos, que nos habían elegido por nuestra participación en los juegos o por la relación que tuvimos con ellos. Justo como quería acabar con los juegos, igual que como empezaron.

—¿No vamos a pelear? — cuestionó Gale.

—Harás lo que se te ordene — contestó de forma tangente Boogs—.No te corresponde hacer preguntas,

—Sí, señor.

Tuve que ahogar una risa ante esa breve conversación. El discurso continuó avisándonos de los peligros que corríamos aunque no fuéramos el pelotón de primera línea. Se nos entregó una píldora Nightlock por si el Capitolio nos atrapaba. Un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando tuve la mía en las manos, ¿Cómo algo tan insignificante podía llegar tener tanto poder?

Tras ello, nos explicaron que era un Holo. Se trataba de un artilugio que producía imágenes comola que vimos en el Comando. Podían hacer zoom en cualquier área de lacuadricula, y ver qué dispositivos nos esperaban en ellos. El Holo era una unidadindependiente, realmente es un mapa glorificado, dado que estos no podían enviar ni recibir señales.

Un Holo es activado por la voz específica de él o la comandante, diciendo sunombre. Una vez funcionando, responde a las otras voces en el escuadrón. Si alguien en el escuadrón repitiese tres veces seguidas lapalabra Nightlock, el Holo explotaría, arrasando con todo lo que estuviera en un radio decinco metros.

Nos acercamos a Katniss, su mirada estaba algo perdida. Jamás sabía en que estaba pensando, que sentía quizás ni ella misma lo sabía.

—Damas y caballeros, bienvenidos a los 76º Juegos del Hambre — bromeó Finnick.

—Bueno, a la tercera va la vencida, ¿Verdad? — le seguí yo.

No obstante, ninguno de los tres reímos. Nos limitamos a mirar al horizonte, cada uno sumergido en su propio mundo, en sus propias dudas y preocupaciones, ¿Las mías? darme cuenta de que esto verdaderamente iba a pasar. No íbamos a empezar una revolución, puesto que aquello comenzó antes de que nos diésemos cuenta. Íbamos a acabar con el Capitolio, y eso era espeluznante.

Finnick y yo nos mantuvimos algo alejados del resto, supongo que ninguno tenía muchas ganas de convivir con más personas. El rubio no paraba de alternar la mirada entre el resto y mi rostro, como si quisiera decirme algo pero no se atreviese.

—Sole — me llamó finalmente, yo subí la cabeza para mirarlo —.Sí lo estoy.

Fruncí el ceño, confundida debido a su falta de contexto. Levantó las cejas y señaló con la cabeza el lugar en donde estábamos antes. Entonces, lo comprendí. Sentí mis mejillas acalorarse y desvié la mirada algo avergonzada. Después la volví a dirigir hacia él y sonreí. Mi expresión debía de ser parecida a la suya.

Comenzamos a avanzar por el distrito, estaba desértico, tan solo se escuchaban nuestras pisadas y el sonido electrónico de algunos aparatos. Boggs nos detuvo.

—Encontré una vaina. Vamos a cubrirnos — ordenó.

Nadie mencionó palabra, ni dudó de la suya, nos limitamos a seguirlo. Katniss, siguiendo sus indicaciones, se dispuso a lanzar una flecha entre dos edificios. No obstante, antes de poder dispararla, Cressida colocó a su equipo a grabar. Me giré a mirar a Finnick con desaprobación, él se subió de hombros. Entendía las propos, pero no el tener que pararnos a grabar cada minúsculo detalle. Al fin y al cabo, estábamos en guerra, y cada minuto era oro. No me podía imaginar los juegos del hambre si cada quien tuviese que grabar su perspectiva. También es verdad que no podía imaginarme una idea tan cruel como la de los juegos, aún habiéndolos experimentado. Jamás entendería a la gente del Capitolio, aunque a esa conclusión había llegado a su tiempo.

Me sacó de mis pensamientos el sonido de una explosión. Mi corazón dio un brinco, y en seguida miré a mi alrededor para ver que había sucedido. Katniss había tirado la flecha.

Tendía a disociar y a perderme en el momento, sobre todo en uno como este.

—Todo claro.

Tras haber avanzado y dejado el peligro atrás, nos sentamos a descansar bajo un refugio.

—Katniss planea algo — le comenté a Finnick mientras observaba a la mencionada y a su amigo conversar en voz baja.

—Bueno, no sería Katniss si no planeara algo, ¿verdad? — trató de vacilar mi novio mientras mostraba una de sus vacilona sonrisas.

A pesar de sus intentos, la escena se sentía tensa. No era culpa de ninguno, simplemente las cosas habían estado así últimamente, ¿Cómo si no?

Se escuchó el sonido de un camión a lo lejos, lo cual provocó que todos nos pusiéramos de pie y avanzáramos con rapidez en dirección del sonido. Del camión se bajaron dos rostros conocidos, resguardados por dos agentes.

Supe que algo iba a ir estrepitosamente mal cuando me di cuenta de que esos rostros eran los de Peeta y mi madre.

Supe que algo saldría peor cuando comenzaron a acercarse y no pude hacer otra cosa que fijarme en el nuevo anillo que resplandecía desde el dedo anular de mi progenitora.

Buenas, buenas para los pocos que me recuerdan después de unos tres meses de ausencia. Y para los que no, soy gab, la autora de este fic (aunque suene obvio).
En pocas palabras, me ausencia se debió a que se me saturó la vida y la presión para actualizar en wattpad no ayudó, por lo que al final pasó lo que pasó.
El descanso me vino bastante bien, ya que ahora he vuelto a wattpad con más ganas que antes. No obstante, no voy a volver a actualizar cada semana, simplemente cuando me apetezca y tenga tiempo (lo más probable es que no vuelva a estar sin subir 3 meses, no se preocupen).
Y ahora dirá...pero, Gab...¿Por qué un capítulo tan dramático? + algún insulto, así que les respondo: porque soy piscis. No, bueno, poniéndonos más serios, porque quiero adelantar ya con toda la trama que había pensando para sole desde el principio, ya que (redoble de tambores) nos acercamos al final. Espero que les haya gustado el cap y me digan su opinión y lo que quieran por coments! (Admito que no está corregido)

Ya que estamos...¿VIERON TBOSAS? yo estoy obsesionada. 

Yyyy voy a aprovechar a hacerme spam...estoy planeando un fan fic con Haymitch, tendría lugar durante los 50 juegos del hambre, ahí lo dejo. Ya iré informando por si alguien está interesado!!

Ahora si, esto es todo, nos vemos pronto y...que la suerte esté siempre siempre de su parte!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro