Ariel

Estaba en la sala de mi casa escuchando los reclamos de mi madre, toda la mañana se la había pasado echándome en cara lo mal que había actuado; Pues para ella lo único que estaba haciendo, era dañar el plan, no tenía ninguna intención de llevarlo a cabo, me gustaba la vida que había elegido sin necesidad de tener como pareja a ese chico. Pero decirlo no a mí madre, era como estar alegando con una pared, digas lo que digas ella seguirá igual.

Había pasado mucho tiempo desde esa tragedia, desde que al dichosa hijo de la Luna le había dado por rechazarme, desde ese momento, mamá había decidido darle un castigo de muerte, un castigo que duraría para siempre. Y sí, yo soy la hija de la bruja, no la esposa de Lecuim, pero si no quiero morir en manos de mi madre; Debo hacerle creer que yo soy esa chica, antes de que sepa quién es realmente.

- ¡Vas ahora mismo a esa casa y traeras a Lecuim contigo! - El grito de mi madre me había hecho salir de mis pensamientos. Para ser sinceros no le había prestando atención - Ese idiota debe pagar por lo que te hizo.

- Mira mamá - Mencioné dispuesta a decirle lo que sentía - Ya no soy la misma que hace 500 años ¿Entiendes? Aquí la única dolida eres tú, déjalo que sea feliz con Helery, no tengo ninguna intención de dañar su felicidad.

- Escúchame bien Ariel - Musitó tras poner su mano en mi cuello - Lecuim no puede saber que Helery es su esposa y Helery no puede saber de sus poderes.

- Sueltame mamá, me haces daño - La sangre roja y escandalosa empezó a brotar de mi nariz - No quiero seguir siendo la mala.

- Me importa un comino lo que sientes, ve por ese gato o te mataré.

Al fin podía respirar con tranquilidad; Tomé un poco de papel y tapé mi nariz con ella, admito que fui muy mala con Helery, pero todo fue por culpa de mi madre y ahora me estaba obligando a enamorarme de ese gato cuando en realidad no lo amo, no sentía nada por él. Pero ya sabemos que pasa cuando le dices no a mi madre.

Tomé mis cosas y salí de mi casa, caminé hasta el departamento de Helery y toqué la puerta, cambia mi noble rostro a uno serio y desinteresado, tal vez mamá tenía razón, no tenía porqué dejarle mi felicidad a mi supuesta mejor amiga.

- ¿Qué mierda haces aquí? - Pregunto con enojo a lo que yo sonreí.

- Hola querida ¿Está tu hermana? - Seguía sonriendo mientras ella me miraba con sus ojos echando fuego.

- Lárgate Ariel, ella no quiere verte.

- Mira Sammer, dile a Helery que me devuelve ese gato, es mío - Musité sin pensar lo que decía.

- Pudrete - Lo próximo que sentí fue mi mejilla ardiendo tras su cachetada, cerrando la puerta en mi cara.

- ¡Me las pagarás Sammer! No tienes ni idea con quién te estás metiendo - Suspiré tranquila y caí al suelo.

- Miau.

Sí, toda mi vida había cambiado, para entenderla mejor daré una pequeña explicación: La Bruja que tengo como madre me había hecho recuperar mi memoria, ahora sé que también tengo magia, pero a comparación de una bruja, yo soy una cambia formas. Y mi nombre no es Ariel, soy Dinorah.

Entiendo que quizá se torna un poco enredada la historia, pero ya verán que todo se aclarará. También quiero que sepan que lo mejor está por venir y que publiqué los libros al revés 😁😁 si tienes alguna duda puedes escribirme al privado, responderé tus dudas siempre y cuando no sea spoiler.

Los quiero mis amores
Gracias por leer
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