• 002 | grumpy yoongi & the island of memories.

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El primer mes en Corea se esfumó en un parpadeo, uno relativamente ameno donde Hoseok iba todos los días a visitar a Yoongi a The Little Cup; la cafetería se mantenía abarrotada de lunes a viernes, mientras que los fines de semana la clientela era un poco más suave. Después de aquella primera conversación, Hoseok y Yoongi no volvieron a mantener una charla larga, y eso estaba comenzando a incomodar al rubio, puesto que se limitaban a un trato simple de vendedor-cliente, y Yoongi evitaba mirarlo por más de veinte segundos, ignorándolo a propósito; Hoseok no lo entendía, ¿Había hecho algo mal?, tal vez el haber ido tras el menor para preguntarle su nombre ese día había sido demasiado, tal vez el que cumpliera su promesa asustó al omega, pero Hoseok debía darse algo de crédito por ser un hombre leal a su palabra, él no daba la espalda a cualquier cosa que prometiera o alguna frase que saliera de su boca ofreciendo un compromiso, incluso si se trataba de algo tan insignificante como salir con alguien a pasear, Hoseok siempre estaría allí para esa persona, era una de las naturalezas de su raza felina que detestaba pero que no podía evitar hacer por más que lo quisiera.

En ese momento, se encontraba leyendo un libro en una mesa apartada de la entrada, separada por un gran asiento de madera que se asemejaba a una pared; se le había hecho una costumbre el sentarse allí porque el bullicio de las personas no llegaba a sus oídos con tanta frecuencia, y porque...bueno, desde su cómodo asiento podía ver a Yoongi tranquilamente preparando las órdenes de café, a veces gruñía y regañaba a los reposteros -quienes trabajaban en la sala contigua a la suya- por todo el desastre que causaban y lo poco que limpiaban, ¡Él odiaba el desorden con todo su ser!, y más aún, el tener que limpiar cuando no era él quien causaba catástrofes en la cocina, sus reglas eran claras: "Si ensucias, limpias"; pero Jimin y Jungkook, sus compañeros de trabajo, no se caracterizaban por ser los empleados más ordenados que conociera, arrugó la nariz, frunciendo el ceño, su rostro se tornó rojo y su aroma a cereza se volvió tan agrio que Hoseok buscó con la vista de dónde provenía aquél olor... Yoongi estaba hecho una furia, gritaba a diestra y siniestra cómo debían hacerse o no hacerse las cosas en esa cafetería, resaltando que él era el jefe del personal de cocina y que en vez de prestar atención a sus palabras, sólo causaban más desastres.

A su lado, un chico rubio, alado y de orejas puntiagudas, intentaba calmarlo tratando de sostenerlo por los hombros, pero Yoongi se zafaba de su agarre con movimientos bruscos. Hoseok se preocupó al presenciar la escena, dejando lo que hacía para prestar más atención a la conversación de aquellos tres. Poco a poco, los murmullos a su alrededor se hacían más constantes, algunos clientes se acercaban curiosos para saber qué sucedía.

"¡Suéltame Jimin!, te lo repito por última vez, Jungkook, la próxima vez que rompas la vajilla de ésta cocina recibirás tu tercera amonestación, una más y estás fuera, ¿Entendiste?" Habló, tosco. El pequeño castaño lo miró con ojitos brillosos, su labio estaba temblando y su nariz se enrojecía cada vez más. "Quiero escucharte, ¿Entendiste o no?". Jungkook hizo un puchero, asintiendo a la vez que bajaba la vista a sus zapatos.

"S-sí, subaenim" Se llevó las manos al rostro y salió corriendo fuera del lugar, sus sollozos se hacían cada vez más sonoros, alertando a quien estuviese cerca de él por su aroma a fresas podridas gracias a su tristeza. El hada le echó una mirada furiosa al omega pelinegro antes de comenzar a dirigirse a la salida de la cocina.

"¿No podías ser menos bruto? Jungkookie está pasando por un momento difícil justo ahora, además, no fue él quien rompió los platos, la vajilla se cayó sola de la repisa con la vibración de la batidora, bien sabes que esa repisa tiene un tornillo suelto y aún así lo regañaste como si todo lo que pasa aquí fuese su culpa" Hizo una pausa, negando con una sonrisa sarcástica surcando sus labios. "Eres increíble, ¿Y sabes qué? Sinceramente espero que te quedes solo, Yoongi, con ese carácter de mierda...¿Quién podría llegar a soportarte? Y no te preocupes, para la próxima semana mi omega ya no trabajará aquí, prefiero que se vaya por su cuenta o seré yo quien terminará hechizándote para que lo dejes en paz. Consíguete una vida" Le enseñó el dedo medio y se fue, transformándose para seguir a Jungkook con mayor rapidez.

Yoongi sintió un sabor amargo en su boca, apretando su labio inferior entre sus dientes. Otra vez se había sobrepasado, otra vez había explotado sin medir las consecuencias de sus actos.

Hoseok se levantó de su asiento, cargando el libro en su brazo izquierdo, se acercó con cautela a la entrada de la cocina sin importarle que al frente hubiese un cartel en el que se leía: "Sólo personal autorizado", con su mano libre tocó dos veces la puerta, anunciando su presencia.

Yoongi no se movió ni medio milímetro al escucharlo.

"Hey...¿Estás bien?" Preguntó el rubio, la timidez haciéndose presente en su voz, Yoongi se encogió de hombros. Hoseok suspiró, pasándose una mano por el cabello con una sonrisa incómoda. "Tú...¿Necesitas hablar con alguien? Yo...estoy aquí...si quieres...uhm...bueno-" Yoongi hizo una mueca negando.

Alzó la mirada, sus ojos se habían tornado de un suave color amarillo. Hoseok tragó, intimidado.
"No deberías estar aquí" Fue todo lo que respondió el omega, haciendo al contrario retroceder dos pasos mientras analizaba el nuevo patrón de comportamiento del pelinegro.

Yoongi volvió a su trabajo, colocando agua dentro de la máquina de café express y luego poniendo una taza debajo de una de las boquillas, todo bajo la atenta mirada de Hoseok.

"Yo sólo...escuché lo que pasó y, quería saber si estás bien, o si necesitas algo" Terminó por decir, colocando los brazos detrás de su espalda como apoyo.

Yoongi dejó lo que estaba haciendo, apoyando sus palmas sobre la mesa, viendo cómo la taza se llenaba del líquido oscuro.

"Estoy bien, gracias. No necesito la lástima de nadie" Respondió en un tono frío, Hoseok intensificó su mueca. Wow... Él realmente era despreciable.

"No es lástima, sólo estoy preocupado por ti" Aclaró, ofendido. Yoongi no lo soportó más y dió un golpe a la mesa que hizo saltar a Hoseok por el estruendo.

Sonrió con sorna.

"¿Tú preocuparte por mí? Pero si sólo eres un cliente que vió a un omega bonito y cree que sólo hablándole podrá llevárselo a la cama, al igual que todos los que vienen por aquí, pero te diré algo: escogiste al omega equivocado, no le abro las piernas a cualquiera y mucho menos voy a caer en tus brazos porque me digas palabras lindas, así que, ¿Por qué mejor no desapareces de mi vista? León estúpido" Bramó, sin siquiera voltearse a verlo. Hoseok soltó una risa histérica, asustando al más bajo porque su voz se oyó seis decibeles más ronca de lo normal.

Un rugido salió de lo más profundo de su ser, sus ojos se volvieron de un color negro como la noche, su rubio cabello creció hasta su mentón y sus uñas se volvieron largas y afiladas, el pelaje naranja sobresalía por debajo de su ropa.

Dió unos cuantos pasos hasta acorralar al omega contra la mesa, girándolo en un ágil movimiento con sus manos. Yoongi se hizo pequeño, mirando nervioso a quien creyó que era un amable turista.

Hoseok acarició el cabello negro del contrario con delicadeza.

"Ay, mi querido Gigi, si hubiese querido acostarme contigo...muy fácilmente pude haberte hipnotizado el primer día que te conocí, ¿No crees?. Estoy aquí porque me agradas, y quiero formar una amistad contigo...eres la única persona en ésta isla que conozco. Piénsalo un poco, no habría venido todos estos días si no fuese para intentar pasar tiempo contigo. ¿En serio crees que quiero utilizarte? ¿De verdad lo crees?" Yoongi asintió, la voz sombría que había usado Hoseok no lo había convencido ni un poquito.

"Nunca voy a creerte si-si te ves así" Señaló con la barbilla el aspecto desordenado y felino del rubio. El contrario se cruzó de brazos, esbozando una sonrisa que dejó a la vista sus puntiagudos y grandes colmillos.

"¿Y eso qué? ¡Es tu culpa! Provocaste a mi león a propósito, ¿Y qué querías? ¿Que no se defendiera?, es mi instinto, no puedo controlarlo siempre...y deberías agradecerme que no haya tomado el control completo de mi cuerpo, o estarías muerto justo ahora, omega amargado" Exclamó, entrecerrando los ojos. Yoongi ignoró deliberadamente todo lo dicho y captó únicamente la última parte de su oración, empujándolo por los hombros para cruzarse de brazos.

"¿Que yo soy amargado? ¡Tú eres un entrometido! ¡Desde que llegaste has estado persiguiéndome y ya no te soporto! ¡Fuera de aquí! ¡Largo!" Quitó las manos contrarias de su cadera y lo empujó de nuevo, pero ésta vez, para dirigirlo a la salida.

Hoseok se resistió anclando sus pies al suelo.

"Si salgo de ésta cocina tú vienes conmigo" Sentenció, girándose para alzar al menor por la cintura y ponerlo sobre su hombro. Yoongi comenzó a patalear y golpear la espalda del rubio con fuerza. "¡Auch! Quieto, omega" Ordenó, saliendo de la cocina en aquella posición, se acercó a su mesa y recogió su bolso como pudo, dejando una propina sobre el servilletero, los clientes observaron con miradas extrañadas la escena que estaban montando esos dos.

Hoseok hizo su camino a la puerta de entrada, tarareando una canción tranquilamente mientras ignoraba los fingidos llamados de auxilio de Yoongi.

"¡AYUDA! ¡ME ESTÁ SECUESTRANDO UN LEÓN PSICÓPATA!" Gritó otra vez, Hoseok saludó con la mano al hada y a el omega que se abrazaban detrás del mostrador del lugar, ambos rieron divertidos cuando Yoongi pretendió estar llorando.

"Él estará bien, no se preocupen" Hoseok le restó importancia, cruzando la puerta para empezar a caminar en dirección a la playa.

"¿A dónde me llevas, acosador?" Preguntó ésta vez el pelinegro, dejando de patalear para quedarse en silencio, sus piernas rodearon la cintura del rubio, extendiendo sus manos para acariciar la espalda baja del contrario por sobre la tela. Hoseok sonrió, rodando los ojos.

"¿Se te ocurren nuevos apodos a cada segundo o qué? Me llamaste estúpido, entrometido, psicópata, secuestrador, ¿Y ahora me dices acosador?, cómo me encanta caerte tan bien" Murmuró en un tono irónico. Para su sorpresa, Yoongi rió, escondiéndose en su cuello para evitar que notara su sonrojo.

Sabía que había sido muy grosero con Hoseok, y tal vez...con Jimin y Jungkook también, pero a veces no podía evitar ser tan impulsivo, debía aprender a controlarse en algún momento, y esperaba hacerlo antes de seguir tratando mal a todos.

"Lo siento" Dijo, una vez que Hoseok lo sentó con delicadeza sobre una silla reclinable, estaban frente al mar, en el mismo lugar donde conversaron por primera vez.

Cuando el rubio se alejó para ocupar la silla frente a él, notó que ya había vuelto a la normalidad, pero ésta vez, sus ojos portaban un cálido color naranja. Hoseok apoyó su mentón sobre una de sus manos para observarlo mejor.

"¿Qué sientes?" Interrogó en un tono bajo, Yoongi se mordió el labio con nerviosismo.

"Lamento haberte tratado así, he estado bastante estresado estos días y pagué mi molestia contigo injustamente" Explicó, abrazando sus piernas, con la mirada perdida en el océano. "El primer cheque de mi hipoteca llegará pronto y no he juntado el dinero suficiente todavía, y si no lo consigo para la próxima semana...me quedaré sin casa" Confesó, escondiendo su rostro entre sus rodillas.

Hoseok dudó, pero terminó por sentarse en el lado de la silla que Yoongi no estaba ocupando, tomó una de sus manos y comenzó a acariciarla con cuidado.

"Podrías...quedarte en mi apartamento si sucediera algo malo con tu casa, puedo apoyarte sólo si quieres aceptar mi ayuda" Sugirió, trazando líneas imaginarias en la piel nívea del menor, Yoongi frunció el ceño.

"Pensé que estabas quedándote en un hotel" Sonó confundido, Hoseok era un turista, ¿Por qué tendría él un apartamento en la isla?.

El rubio sonrió.

"Me quedé en un hotel los primeros tres días, pero decidí mudarme a un apartamento porque es más cómodo, económico y completo, además de que no tengo que bajar a desayunar, almorzar o cenar a un horario específico, y no me voy a quedar sin comida por culpa de alguien más, tampoco tengo que seguir un plan de estadía y visitar lugares turísticos a los que tal vez no quiera ir porque odio levantarme temprano, y no hablaré acerca del miedo que me daba salir a la calle y que alguna de mis cosas no estuviesen" Acabó, suspirando con desgano, Yoongi sonrió poquito, él también detestaba las guías planificadas de los hoteles y los lugares turísticos con demasiadas personas.

"¿Así que te dieron un plan con todo incluido, eh?" Bromeó, riendo cuando Hoseok hizo una mueca de desagrado.

"Creo que lo único que me gustaba, era que mi habitación estaba frente al área de piscina, y que los tragos eran gratis, pero...sólo disfruté de la vista, si estoy solo no debo emborracharme, soy de las personas que pierden el conocimiento con tres botellas de Soju" Negó, se dejó caer a un lado del pelinegro, dejando que los rayos de sol dieran directamente en su rostro.

Yoongi se recostó a su lado, observándolo con atención, sus manos picaron por delinear la barbilla marcada y la nariz perfilada del rubio; suspiró cuando el contrario relamió sus labios con la punta de su lengua, abriendo los ojos despacio para devolverle la mirada.

"Gigi"

"¿Sí?" Continuó observando sus labios, sin ser consciente de que Hoseok también veía los suyos.

El mayor apartó la mirada, pasando una mano por su cabello para despejar su mente.

"No has respondido a mi sugerencia" Dejó salir. Yoongi parpadeó, ¿Estaban hablando de algo importante?.

Rebobinó la conversación de hacía treinta minutos atrás y cuando entendió a qué se refería el rubio, asintió despacio, alcanzando la mano del contrario para darle un apretón.

"Lo pensaré" Susurró. Hoseok asintió, conforme con que Yoongi realmente estuviese considerándolo, sólo quería ayudarlo y esperaba que lo tomara en cuenta.

Lo siguiente, no lo habría visto venir ni en sus más locos sueños; Yoongi se subió a su regazo y lo abrazó, ocultando su rostro en el cuello bronceado del mayor, aspiró hondo el aroma a roble y ronroneó gustoso. Hoseok no supo que hacer, se quedó quieto como estatua, sin reaccionar incluso cuando Yoongi se acercó más a él, sus narices se rozaron y el olor a cerezas dulces lo mareó por completo.

"¿Podrías abrazarme, por favor?" Dijo el omega en un hilo de voz, sus ojos se habían cristalizado y sorbía por la nariz, el rubio no necesitó escuchar más para atraerlo a sus brazos y hundir su cara entre los negros cabellos que tanto deseó tocar días atrás, llevó sus manos a la nuca del pelinegro y masajeó con cariño, sonriendo cuando escuchó el suave ronroneo de parte del contrario.

Sin embargo, sus ronroneos se transformaron en sollozos, acompañados de un llanto roto que estrujó el corazón de Hoseok. Apretó al omega entre sus brazos, atreviéndose a dejar un casto beso detrás de su oreja cuando su llanto se intensificó.

"Estoy aquí, yo te cuido" Susurró, rozando su nariz sobre la mejilla contraria, Yoongi hizo un puchero.

"Hobi no te vayas" Pidió con voz gangosa, haciendo un puño con la camisa del mayor.

"No lo haré" Dijo, sonriendo, Yoongi salió de su escondite para tomar el rostro de Hoseok entre sus manos.

"¿Lo prometes?" Preguntó, rozando sus narices una y otra vez en un besito esquimal.

"Lo prometo, omega" Sonrió, estrechándolo contra su cuerpo.

Ese día, Hoseok hizo la primera promesa que no podría cumplir, una de la que se arrepentiría en el futuro.

☕️🍰🍼

Una de las cosas que Hoseok amaba de la isla Jeju, cuando se asomaba todas las mañanas por el ventanal de su cocina, era la falta de los ruidos de autos, de las personas gritando y los camiones dejando ese humo negro en el ambiente; Jeju era un escape de la realidad que vivía en Tokyo, una realidad a la que muy pronto, tendría que volver.

El segundo mes en Corea se pasó con aún más rapidez que el primero, el único cambio fue la presencia de alguien más a su lado: Min Yoongi.

El omega pelinegro finalmente había accedido a salir con él, y aunque jamás se trató de una cita formal, se convirtió en una costumbre a la que ambos se habían adaptado fácilmente. Eso nos lleva al momento presente, donde Hoseok esperaba por el menor, balanceando sus pies, sentado en una banca de la entrada a la cafetería. El tintineo de la campanilla se escuchó, y el rubio giró su rostro en dirección a la puerta, un Yoongi sonriente se acercaba a él sosteniendo un vaso de café desechable.

"¿Te hice esperar mucho?" Preguntó, llegando hasta él para entregarle el envase, Hoseok lo aceptó mientras negaba, dándole un sorbo a la bebida de inmediato.

Gimió con satisfacción.

"¡Oh! Lo recordaste, realmente es mi favorito" Comentó, riendo, levantándose para envolver al omega en un cálido abrazo.

El pelinegro sonrió poquito, escondiendo su rostro en el cuello del contrario.

"¿Pensaste que no me daría cuenta? Ordenas Caramel Macchiato cada que vienes al café, literalmente lo haces desde que llegaste, así que...uhm...y-yo...lo preparé para ti, ¿T-te gustó?" Susurró lo último, pero Hoseok consiguió escucharlo igual debido a la cercanía.

Besó la frente del pelinegro con cariño, Yoongi se sonrojó más al sentir el contacto en su frente.

Ronroneó, haciendo a Hoseok reír.

"Me encantó, Yoonie...¿Vamos?, se nos hace tarde, el trayecto a Cheonyijeon es de una hora y media, sin contar el viaje en el todoterreno que es de dos horas..." Comenzó a parlotear Hoseok, jalando al menor por el brazo para que caminara junto a él a la parada de autobuses. Yoongi lo escuchaba en silencio mientras seguía el rastro de las pisadas contrarias con la mirada. "Sólo espero que podamos llegar antes de que anochezca...¿Te imaginas caer de una cascada como esa y de noche? Qué miedo" Hoseok fingió temblar, el omega soltó una risita.

"No llegaremos de noche, Hobi, son las dos de la tarde...¿Estás nervioso? Te ves pálido" Bromeó, dándole un codazo, Hoseok frunció el entrecejo, el aroma a roble quemado delatando cómo se sentía.

"T-tengo...yo...le tengo algo de miedo a las alturas" Confesó en un tono bajo, Yoongi lo observó con sorpresa, pero al verlo tan decaído súbitamente, picó sus costillas para hacerle cosquillas, el león se alejó riendo, esquivando las manos del omega.

"¡Ah! ¡Para!" Pidió, soltando risitas.

"¿Por qué le tienes miedo a las alturas? ¿Te dejaron caer de pequeño?" Intentó bromear de nuevo, pero esta vez, Hoseok lo miró impasible, el omega se alarmó, abriendo los ojos de más y apresurándose a disculparse. "Oh, perdona, realmente no lo sabí-".

"Caí de un acantilado cuando era un cachorro, mi madre murió intentando salvarme" Soltó sin más, haciendo una mueca y esquivando la mirada del menor, esta vez, fue el turno de Yoongi de palidecer.

"¿Cómo sobreviviste?" Fue lo único que se atrevió a preguntar. Hoseok se encogió de hombros, abrazando al omega cuando un ciclista pasó corriendo a su lado.

"Fue sólo suerte...creo, un hada me ayudó a salir de la fosa en la que caí, recuerdo que tenía ciertas dificultades para respirar, él me hizo tomar de un líquido brillante y después volví a la normalidad" Contó, con la vista enfocada en las calles.

Yoongi apretó los labios, no quería incomodar más a Hoseok, pero debía preguntar qué había pasado con su madre.

"¿Y...tu madre? ¿Cómo fue que ella..." No se atrevió a terminar la pregunta, Hoseok sonrió con nostalgia.

"¿Murió?" Completó. Yoongi asintió. "Estábamos haciendo una carrera para estirar las patas, tenía ocho años y mi león siempre quería jugar, pero papá no tenía tiempo para correr conmigo porque debía atender asuntos importantes de la manada cada que se lo pedía, en cambio, mamá siempre estaba dispuesta a acompañarme, así que lo hicimos, en esa entonces vivía en Osaka, y acercarse al bosque no era tan difícil si el líder de la manada era mi padre...nos transformamos, y corrimos los primeros cien kilómetros sin detenernos, luego de eso, mamá sugirió que hiciéramos una apuesta, me dijo que si ella ganaba, yo lavaría los platos del almuerzo por un mes" La sonrisa felina de Jung Wheein, su madre, se mostró en sus memorias, haciéndolo sonreír a él también. Ayudó a Yoongi a subir al colectivo cuando éste paró frente a ellos.

"¿Y qué pasaba si tú ganabas?" Consultó con curiosidad, animándolo a seguir. Hoseok sonrió de nuevo, tomando la mano contraria para entrelazarla con la suya a la vez que apoyaba su cabeza contra el respaldo del asiento.

"Si yo ganaba, ella me cantaría todas las noches, como cuando tenía cinco" Dijo en un hilo de voz, abrazando a Yoongi por la cintura, el pelinegro correspondió, dejando un beso sobre el mentón del mayor que lo hizo estremecerse. "Después de que comenzamos con la apuesta y seguimos con la carrera, la perdí de vista, creí que venía detrás de mí y seguí corriendo, de alguna manera sentí que estaba por llegar a una especie de meta, o así lo veía a esa edad" Rió. "Pero todo se volvió confuso cuando escuché su voz de nuevo, me gritó '¡Cuidado!' y me empujó en la dirección contraria, pero cuando la vi caer, me lancé detrás de ella, pero no pude salvarla Yoonie, y-yo no llegué a tiempo" Su labio inferior empezó a temblar, y sus ojos se aguaron. Yoongi liberó más su aroma, rozando su nariz en la curvatura del cuello contrario para calmarlo. Hoseok apretó sus caderas, sonriendo poquito. "Gracias, omega" El pelinegro negó, restándole importancia. "Mamá fue encontrada dos horas después de que me rescataran, se estrelló contra una roca gigante y murió de una hemorragia cerebral al instante...papá me culpó de su muerte por mucho tiempo" Susurró lo último, bajando la mirada.

Yoongi se alejó de él para acunar su rostro entre sus manos, frunciendo el ceño.

"Hoseok" Lo llamó, el mayor no reaccionó, lágrimas delgadas hicieron un camino por sus mejillas. Yoongi limpió rápidamente cada una de ellas. "Hey, mírame" El rubio alzó la mirada, haciendo un puchero, Yoongi acarició sus pómulos, acercándose para juntar sus frentes.

"Yoon..." Pidió sin aliento, necesitaba respirar un aire que no tuviera el delicioso aroma a cerezas o su león tomaría el control de su cuerpo y besaría a Yoongi como tanto venía ansiándolo desde que se volvieron cercanos.

"No te soltaré" Negó sin aceptar su reclamo, acercándose aún más, sentándose sobre el regazo del contrario. Hoseok intentó no suspirar, sólo sosteniendo al menor para que no cayera. "Tienes que entenderlo, no fue tu culpa, eras un cachorro cuando tu madre murió, tu padre debió ser más comprensivo y apoyarte, se alejó de ti todo ese tiempo injustamente" Argumentó, abultando los labios, Hoseok asintió, casi no prestando atención a sus palabras por observarlo embobado. "No te merece" Se quejó, ronroneando cuando Hoseok liberó su aroma a roble para él.

"Creo que quien no te merece, soy yo" Comentó coqueto, guiñándole un ojo. Yoongi se sonrojó, dando un golpe suave en su pecho a modo de protesta.

"León tonto" Murmuró, el rubio soltó una carcajada, haciendo al omega rodar los ojos. "Estábamos hablando de algo importante" Reclamó, Hoseok se encogió de hombros con una sonrisa, e iba a responder, pero el conductor anunció la llegada a su destino. "Esto no se queda así" Protestó Yoongi, aceptando la mano del contrario cuando lo ayudó a bajar del autobús.

"Eso ya lo veremos" Dejó un casto beso en la comisura de sus labios y se alejó riendo, Yoongi se quedó paralizado, llevándose una mano a la zona por instinto, su rostro y orejas enrojecieron y su omega interior aulló, rodando para exponer su pancita.

Nuestro destinado me agrada...hay que quedarnos con él - Habló su lobo en un tono meloso, moviendo su cola con alegría.

Yoongi abrió los ojos como platos. ¿Hoseok era su...?

Omega idiota, ¿No podías mencionar ese detalle antes? - Le contestó, gruñendo internamente.

El lobo blanco rodó los ojos, bufando.

No me ibas a creer si te lo decía, nunca me crees nada de hecho...pero, ahora que me prestas atención, sí, él es nuestro destinado, y lo sé desde que lo conociste - Comentó como si nada.

Yoongi abrió la boca, indignado.

"Eres un..." Comenzó a decir, pero Hoseok se acercó a él para ofrecerle una paleta de chocolate, había aprovechado la distracción del menor para ir a comprar helados a una tienda cercana.

"¿Todo bien?" Preguntó el rubio, curioso al verlo con la mirada perdida todavía. Yoongi asintió, dándole un mordisco al dulce frío a la vez que llevaba una mano a su frente para taparse del sol.

"Sí, sólo hablaba con mi lobo" Respondió, comenzando a caminar junto al rubio por las calles de Seogwipo, Hoseok lo miró con curiosidad de nuevo.

"¿Y le caigo bien?" Yoongi rió, asintiendo.

"Le agradas" Ocultó una sonrisa tonta que intentó escapar de sus labios, el rubio sonrió, decidiéndose a cambiar de tema, ya que estaban acercándose al lugar donde iniciaba su recorrido guiado hasta la cascada de Cheonyijeon.

"¿Trajiste todo, Yoonie? Debemos estar preparados para lo que sea, o al menos eso decía el folleto" Comentó, nervioso, no le gustaba la idea de pasar la noche en ese lugar por muy hermoso que fuera. Yoongi asintió, entrelazando su brazo con el contrario.

"No nos quedademos ashapados ashi Hobi, trandfquilo" Respondió con la boca llena. Hoseok rió a carcajadas, encantado con lo tierno que se veía el omega con las mejillas infladas.

"¿Qué?" Se burló, el omega suspiró, tragando el helado que había en su boca.

"Decía que no nos quedaremos atrapados allí, confía un poco ¿Sí?, todo saldrá bien, hyung" Lo alentó, abrazándolo por los hombros, el rubio se sonrojó, era la primera vez que Yoongi usaba un honorífico con él.

Hoseok estiró su mano para tomar la del menor, acariciándola cuando la tuvo en su palma.

"Sólo... Espero no morir hoy" Contestó a modo de broma -aunque en realidad no lo era- Hoseok no había vuelto a subir a nada que se viera similar al acantilado del que cayó cuando era un niño, ni montañas, cerros o cascadas, esta era la primera vez que se atrevería a subir a un lugar así de nuevo, en el fondo estaba aterrado.

Yoongi lo detuvo, faltaban sólo unos pasos más para llegar junto al jeep en el que viajarían hasta la cascada. Hoseok lo miró confundido.

"Los miedos sólo se pueden superar enfrentándolos, nunca sabrás si puedes volver a pisar lugares altos si no lo intentas, estaré allí contigo y no soltaré tu mano nunca, ¿Está bien?" Lo atrajo a sí mismo para abrazarlo, Hoseok asintió, aspirando el aroma a cerezas del pelinegro para calmarse.

"Gracias, Yoonie"

"No tienes que agradecerme, si te atreves a subir conmigo, sabré que ayudé a inspirarte" Hoseok suspiró, alejándose para observarlo con una gran sonrisa.

"Tú siempre me inspiras" Fue su respuesta, Yoongi rió, nervioso.

"Ya estás diciendo tonterías de nuevo" Esquivó su halago, pasando de largo para saludar al chofer y al guía turístico del recorrido.

Unos minutos más tarde, Hoseok se encontraba abrazando a Yoongi por la cintura mientras dormitaba en su hombro, embriagado con su aroma, el omega sonreía, apoyando su cabeza sobre los cabellos rubios, a la vez que prestaba atención a las palabras del guía y oía a los demás pasajeros hacer preguntas.


☕️🍰🍼

Cuando Hoseok despertó, los otros dos pasajeros y Yoongi, bajaban del auto mientras el guía comenzaba a dar indicaciones de cómo debían subir a la cascada Cheonyijeon, resaltando que tuvieran cuidado con el camino rocoso y recordándoles que no podían nadar en el río junto a la caída de agua, ya que era muy profundo y la corriente podía arrastrar a miles de personas a la vez; tenía algo de sueño, pero se espabiló rápidamente, saliendo de un salto y cerrando la puerta del jeep con más fuerza de la necesaria, haciendo una mueca apenada cuando varios pares de ojos se posaron sobre él.

"Iremos en grupos para no perdernos, Seokhan ven aquí..." Continuó diciendo Yeosung. Llamó al conductor para que se acercara, éste lo hizo, haciendo una reverencia ante los clientes. "Chicos, Seokhan irá con ustedes" Señaló a Hoseok y a Yoongi, que asintieron de acuerdo con el guía. "Perfecto, y ustedes vendrán conmigo" Señaló a los dos jóvenes restantes, que se habían presentado con anterioridad como Heesung y Sunghoon.

Comenzaron a caminar por el sendero empinado, cada uno llevaba un bolso con una lista de equipaje exclusiva para excursiones, incluyendo linternas, comida, agua y bolsas de dormir por si debían quedarse en la cascada de noche.

"Y no lo olviden, si nos separamos en algún momento, utilizarán estos silbatos para llamarnos a Yeosung o a mí, no importa si no es en una situación de peligro, es para saber en qué parte de la montaña está cada uno" Aclaró Seokhan, entregándole a los cuatro muchachos los instrumentos con forma de cuernos.

Hoseok y Yoongi observaron los suyos con curiosidad.

"¿No funciona si los llamamos con un aullido o rugido?" Preguntó el rubio, abriendo su boca con asombro cuando los guías negaron.

"No, a lo mucho podrían alertar a las manadas cercanas, y no queremos eso, en cambio, éste silbato es exclusivo para elfos como nosotros, en nuestras tierras, se usan para anunciar la llegada de un miembro de la realeza" Expuso Yeosung, Seokhan asintió a sus palabras, dándole veracidad a lo que decía.

"El silbato emitirá un pitido que sólo los de nuestra especie puede escuchar, así que no lo soplen dos veces, por favor, es bastante desagradable de oír si cae en las manos equivocadas...cuídenlo" Finalizó el conductor, caminando por delante de Hoseok y Yoongi para indicarles que lo siguieran.

El omega quiso saber por qué debía cuidar ese cuerno con tanto ahínco, y habría preguntado más de no ser por la concentración de los guías en mostrarles el sendero; nunca había conocido a elfos antes, así que su especie era algo completamente nuevo para él.

"Bien, aquí nos separamos" Dijo Yeosung, parado al lado de un cartel que anunciaba la llegada a la cascada Cheonjiyeon en cinco kilómetros más. "Ustedes irán a la izquierda y nosotros a la derecha, nos encontramos en la cima, ¿De acuerdo?" Seokhan asintió, palmeando el hombro de su compañero como despedida.

"¡Ah! ¡Casi lo olvido! ¡Tengan cuidado con las nin..." Gritó Yeosung a lo lejos, su voz volviéndose un eco ininteligible, Yoongi inclinó la cabeza de lado, confundido.

"¿De qué estaba hablando?" Preguntó el pelinegro, más para sí mismo que para Seokhan y Hoseok.

A medida que se acercaban más a la cascada, un bosque se abría paso ante sus ojos, eran las cuatro de la tarde para ese momento y el sol comenzaba a bajar, haciendo que el león apretara la mano de Yoongi entre las suyas, lo que no quería, estaba sucediendo inevitablemente.

Yoongi, aún confundido por las palabras del guía que no logró entender, se asustó cuando al voltear para seguir a Seokhan, un árbol se transformó en la esbelta figura de una mujer, sus piernas se formaban y desformaban gracias a las pequeñas mariposas verdes que le servían de cuerpo. El omega chilló, anclándose al cuello de Hoseok y rodeando la cintura contraria con sus piernas.

"Ya estoy enloqueciendo" Dijo el menor en un hilo de voz, hundiendo su cara en la fuente de aroma del rubio, quien rió, sosteniéndolo de los muslos para seguir caminando. "Acabo de ver a un árbol convirtiéndose en chica, eso... ¿E-eso es normal?" Preguntó con temor, Hoseok volvió a reír, asintiendo a la vez que besaba la frente de Yoongi.

"Sí, Yoonie, viste a una ninfa del bosque, de eso hablaba Yeosung subae hace un rato, las ninfas son...una especie con la que debemos tener cuidado, no te acerques a una si ella no lo hace primero, tampoco les hables, es muy fácil hacerlas enojar, así que es mejor sólo mirarlas desde lejos" Susurró Hoseok en su oído, Yoongi se apegó más a su cuerpo, haciéndolo trastabillar un poco por el suelo rocoso.

"Tengo miedo hyung" El omega se escondió un poco más en la curvatura de su cuello, sintiéndose más tranquilo cuando su aroma a cerezas se mezcló con el aroma a roble de Hoseok.

"Estoy aquí contigo, nada te pasará si hyung te protege, yo te cuido" Le recordó, apretando a Yoongi entre sus brazos, gruñendo con satisfacción cuando el omega besó su clavícula izquierda, donde algún día, habría un tatuaje que representara a su destinado.

"¿Siempre vas a protegerme, hyung?" El corazón de Hoseok dió un vuelco al escuchar el honorífico otra vez, amaba tanto que Yoongi lo llamara así.

"Siempre, Yoonie, estaré a tu lado incluso si sólo te asustas porque se cayó un plato de tu repisa" Respondió, haciendo referencia a aquél problema que tuvo el menor con sus compañeros de trabajo semanas atrás, soltando una risita cuando Yoongi le golpeó el pecho con su pequeño puño.

"Tú si que sabes arruinar momentos, Hobi" Bromeó, rodando los ojos, Hoseok le sonrió coqueto.

"Es mi especialidad" Le guiñó con picardía, y habría seguido coqueteándole descaradamente al omega de no ser porque Seokhan se aclaró la garganta, había olvidado que no estaban solos.

"Chicos, bienvenidos a la cascada de Cheonyijeon" Anunció. Fue entonces que Hoseok notó dónde estaba parado, gritando sorprendido cuando se percató de que habían llegado a la cima de la montaña, y que efectivamente, había una inmensa cascada unos metros más alejada de donde se encontraban.

Bajó a Yoongi con cuidado, abrazándolo por la espalda cuando sus pies estuvieron seguros en tierra firme.

"¡Wow! ¡Esto es gigante!" Se oyó una voz a sus espaldas, haciéndolos girarse con curiosidad. Sunghoon, uno de los pasajeros que los acompañó minutos antes, se acercaba a ellos mientras contemplaba la vista a su alrededor; unos pasos detrás, venían Heesung y Yeosung, al parecer, bastante cansados por el trayecto.

"¡Oye tú, mequetrefe!, ¿No podías ir un poco más despacio? Siento que corrí un maratón" Le reclamó Heesung a Sunghoon, dándole un manotazo en cuanto lo tuvo cerca. Sin embargo, Sunghoon sonrió altanero, inflando el pecho en orgullo.

"Los leones no necesitamos descanso, además, ¡Fueron sólo cinco kilómetros, no cien! Deberías ponerte en forma, alfa" Exclamó, burlándose de su amigo, Hoseok le dió la razón, chocando los cinco con él. El trayecto había sido sumamente corto para ambos leones, dado que su especie estaba condicionada para correr tramos muy largos, por lo que una simple caminata como aquella, fue sólo un abreboca de lo que en realidad estaban acostumbrados a hacer.

"¡Muy bien, todos!. ¿Quién tiene hambre? Iré por unas ramas para hacer la fogata y tú, Yeosung, saca el jappaguri y los sándwiches que traíamos, Hoseok-ssi y Yoongi-ssi se encargaran de preparar el neoduri, el ramen está en esa mochila...ajá, aquella... Y Heesung y Sunghoon, sirvan las bebidas, por favor" Ordenó Seokhan, dando media vuelta para regresar al bosque. Hoseok rió, llamando la atención de Yeosung con un silbido.

"¿Siempre es así de mandón?" Preguntó el rubio en broma, Yeosung se carcajeó, asintiendo.

"Han es un elfo de la raza de sabiduría, así que siempre lo verás auto ejerciendo el papel de líder aunque no le corresponda, está en su naturaleza" Comentó, extendiéndole a cada uno un sándwich, que aceptaron con leves inclinaciones, estaban hambrientos como si no hubiesen comido desde hacía un mes.

"¿Y tú? ¿A qué raza perteneces?" Inquirió el omega, mientras se ocupaba de desenvolver el ramen del plástico, pasándole a Heesung una cuchara de madera cuando se la pidió entre susurros.

Yeosung rió, encogiéndose de hombros.

"Pensé que era obvio, pertenezco a la raza camaleónica" Explicó, revoleando los ojos, haciendo reír a los demás cuando sus cabellos se tornaron rojos.

"¡Oh!, ¿Puedes cambiar tu cabello de color? ¡Quiero ver!" Sunghoon se acercó a Yeosung para zarandearlo, el guía suspiró, volviendo a cambiar su tono de cabello, pero esta vez, a un color celeste.

"Qué divertido, seguro puedes camuflarte fácilmente con cualquier ambiente, ¿Verdad?" Dijo el rubio, reconociendo que la especie élfica era realmente interesante.

Se sumieron en una larga conversación de los pros y los contras de ser un elfo, y el guía los instó a compartir los beneficios de sus especies también, no todo el tiempo tenía la oportunidad de interactuar con otras especies distintas a la suya y su curiosidad nunca mermaba, era igual a un niño perdido en una juguetería.

El resto de la tarde se pasó rápido, los seis chicos disfrutaron de su paseo por la cascada, tomando fotos y jugando entre ellos; Hoseok nunca soltó la mano de Yoongi, se mantuvieron abrazados, dándose calor cuando la noche llegó, y no existió el miedo, Hoseok no recordó la muerte de su madre otra vez y Yoongi se permitió relajarse en los brazos del rubio, sin importarle que algo malo le pasara porque su hyung siempre estaría allí para cuidarlo.

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