Carpe Diem

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Londres, Inglaterra, 14 de septiembre de 1890.

Era una nublada mañana en la ciudad de Londres, el maravilloso bullicio de los coches y la gente llenaba mis oídos melódicamente mientras terminaba de leer aquel hermosos libro cobrizo sobre mecánica que me habían regalado para mi decimosexto cumpleaños, puede que penséis que estoy loca, y que no entendáis como me puede gustar el estruendoso para muchos ruido de la calle, pero así soy yo, extraña, no soy como muchas de las chicas de esta época que se quedan en sus casas inventando utensilios de la vida cotidiana, tampoco como esos hombres que intentan construir nuevos prototipos de coches a vapor, pero prefiero en vez de llamarme rara, decir que soy bastante futurista.

Tras acabar de leer mi amado libro de mecánica fui a dar un paseo para inspirarme, debía crear algo sublime, exaltante, que nunca nadie antes hubiese visto como máquina, pero aún estaba en pijama, así que procedí a cambiarme, me puse mis pantalones anchos marrones con una camisa blanca, mis botas altas, una chaqueta larga hasta las rodillas también color marron, una bufanda roja, y para completar, mis gafas de metalicas,tipo de aviador.
Se supone que deberia llevar un vestido pero no, me gusta reservarlos para ocasiones especiales, y ahora iba a trabajar.

Me encamine dando un paseo más largo de lo normal hacia el taller, en vez de pasar por la avenida principal, me acerque a la orilla del rio, y ahí estaba, espléndido, grandioso, un gran barco de vapor, me quede unos instantes contemplandolo maravillada, pense que tenia que hacer algo grande, más grande que un barco, pero también debia ser útil, y entonces ¡eureka! La idea me vino a la cabeza, empeze a idear los planos, saber que materiales necesitaba, si podria permitirmelos o no..., y sobretodo, si funcionaria o seria un auténtico desastre.
Hice un prototipo en un tamaño estándar le puse conbustible (agua) y no funciono algo estaba fallando, tevise los planos una y otra vez, conprobe que las metalicas piezas no se hubieran oxidado, que las uniones estuvieran bien soldadas, y que no tuviese fallos, y así, después de revisar todo, me di cuenta que me faltaba la pueza más importante para el motor, pero lo era fácil de conseguir, un engranaje de cobre recubierto de plomo, y como objeto caro que es, no me hiba a gasta semejante dineral en el, por lo que sin más preambulos me dispuse a construir mi máquina, mi nuevo invento, un invento que revolucionaria la vida de todas las personas de la tierra si salia bien.

Trabaje durante días y días, ya que me habia propuesto terminarlo antes de la feria internacional de inventores y debia terminarlo, probarlo y en caso de algún fallo modificarlo, al fin tras un mes de arduo trabajo, lo conseguí, ahí estaba terminada mi creación, mi gran obra maestra, la meti enrollada dentro de un remolque, y me lo lleve cubierto con una lona hasta los campos verdes de Yorkshire, donde lo entendí y le coloqué el combutible, puse la rampa que necesitaria para darle el ultimo impulo y... ¡adelante! Estaba volando, ¡mi creación volaba! El gran dragón metálico con alas de acero estaba volando, y no era ni a uno ni a dos, sino a 19 pies del suelo, era la invención más revolucionaria de la época.

Dos días después, 28 de noviembre feria de inventores:

Al fin habia llegado el día, seguía en Yorkshire, donde se celebraría este año la feria de inventores. Gracias al cielo justo al lado del edificio había un amplio descampado, donde mi dragón cobrizo se hallaba esperando a su gran momento de gloria, pero sobretodo agradecia también, a que hiciese buen tiempo, el sol bañaba todo el recorrido, pero también, había grandes rivales, por ejemplo un tal Julio Verne, que tenia un vehículo capaz de sumergirse bajo el agua, submarino lo llamaba, esto sería conplicado.
Empezo la feria, los jueces pasaban pir cada mesa o sitio donde los inventos estaban, hasta que al fin llegaron a mi puesto, tenia los nervios a flor de piel, pero aun así la presentación me fue como  viento en popa, cuando quité la dabana que lo cubria, muchos fijaron su atención, y como no hacerlo ante tan monumental obra, le heche el combustible, alrededor de unos 1000 litros de agua, seria una distancia corta, termine de fijar la rampa y encendí el motor, me subi al pyesto de mando que era desde donde se manejaba, y voló, todo salió de maravilla, lo había conseguido, gracias a eso, deberia haber ganado eñ primer premio, pero no, lo gano Verne, y yo quede segunda, ¿por que?,  preguntareis, pues simple, soy mujer, al parecer no podemos rener tanto reconocimiento como los hombres, pero aún con todo, mi invención fue la que más éxito consiguio, al cabo de los años la fuí perfeccionando y la hice mas pequeña (avioneta), luego tecupere su tamaño inicial, pero ahuecandola  para llevar pasajeros (avión), graciad a mis investigaciones e ideas, me reconicieron en todo el mundo, más ahora en la actualidad 1950 a la edad de 76 años ya estoy retirada, y he de decir que oa jubilacion me ha sentado de miedo, me casé, tube dos hermosos hijos gemelos, mi vida fue muy tranquila y feliz, escribí una trilogia sobre mecánica, y como trabajo fui tambien profesora sobre esta materia, hermoso trabajo, y la que os axabo de contar queridos  míos, es la historia de como conseguí alcanzar mi mayor sueño, ser reconocida como mecánica, como inventora.

-Pero, abuela, ¿porque nos has contado todo esto?_dijo Cristal

-Verás mi niña, la vida es corta y hay que aprovecharla es cierto, pero, lo que trataba de deciros, es que si no empezais a trabajar duro, no conseguires alcanzar vuestros sueños; teneis que coger vuestra creatividad y exprimirla hasta que no quede ni una gota, ser curiosos, hacer preguntas, eso es lo mejor que podreis hacer nunca, y sobre todo, que nadie os quite vuestra imaginación.

-Tus palabras son hermosas abuela_opinó Conel.

-Gracias mis niños, pero, ¿podrias decirles a vuestros padres que vengan un momento?¿Por favor?

-Claro abuelita_respondieron los más jovenes con cariño.

Al cabo de un par de minutos los padres entraban por la puerta.

-Hola mamá_ saludo Jonathan

-Mi niño grande, precioso, ¿qué tal esta Marié?

-Perfectamente, ¿y tú?, ¿como estas tú?

-Voy  tirando hijo mio, la edad hace sus efectos. ¿Y tú qué, no vas a saludar a tu madre Jonel?

-Claro que si mamá, pero ya sabes, me pierdo entre las nubes, la poesia me llena y no es fácil no pensar en lo que se aproxima...

-Che, che, che, che, ssshhhh, no digas de más, cuando llegue el momento llegará, como bien dijo un poeta español, nuestras vidas son como los ríos que desembocan en el mar. Y si ese es el caso, yo soy un pececillo qie esta apunto de llegar a su libertad.

-Mamá..._dijeron los dos bastante afligidos por sus palabras.

-Hey, no os preocupeis, solo es que hoy estoy un poco cursi, pero queria deciros que os quiero mis pequeños, estoy muy orgullosa de vosotros. Jonathan recuerda, el vapor nos ayuda en la vida, pero no nos la da, por favor, no pases tantísimo tiempo en el taller, quien sabe cuantas cosas te podrías llegar a perder; y tu Jonel, recuerda, si la vida te da limones, exprime el jugo y aprovechalo al máximo, de lo que más se aprende es de los fracasos y errores.

-Mamá, estas haciendo que esto suene a una despedida_replicó Jonathan.

-No lo es, y si lo fuera, seria un hasta luego.

-Jonathan tiene razón, esto parece una despedida...

- Solo leeme uno de tus poemas Jonel, deleitanos con tus palabras hadta que acabe la hora de visitas del hospital, por favor.

-Esta bien mamá;

Giran y giran los engranajes,
que espléndida melodía,
giran y giran los engranajes,
pronto se acabará el día.

Y me desago de mis anclajes,
que encarcelan mis risas,
si, me deago de mis anclajes,
deseo ser libre, no un alma podrida.

Y la carcel no me retiene,
me ayuda a mejorar,
aún si mi deuda sigue pendiente.

Y volvere a ver la olas del mar,
para que mi vida vertiente,
deje a mi alma brillar.

-Precioso hijo, amo como te expresas con esas palabras tan bonitas, deberias enseñarle a tu hijo y tu sobrina, seguro lo apreciarían, les encanta el arte, y tú, Jonathan, te pediría que me hables de tu actual proyecto, pero o creo que sea lo mejor en estos momentos asi que, ¿por qué  no me tocas algo?

-Muy bien mamá._cogió su guitarra y empezo a tocar las cuerdas al ritmo de Cliff Edwards, con la canción de "I can give you anything but love".

Terminó de tocarla, y se dió cuenta de que su madre se habia dormido, la sombra le llevó el blanco día, día que para ella, había llegado pronto, pero, ahora, felizmente se hallaba descansando en eterno dulce sueño.

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