Capítulo 29

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

🍎

—¡A mi no me vas a faltar al respeto!

La chica que acompaña a Iván, grita asustada, mientras que Scott, deja escapar una risa.

—¡¿Qué te pasa?! —Cassandra se escandaliza, abrazando a Paul, quien se aleja de ella, para acortar la distancia ente nosotros.

—Así me gusta, que me peguen —susurra con media sonrisa.

Mi respiración me traiciona, provocando una risa en él.

—Cretino... —murmuro borrando su increíble sonrisa—. ¿Sabes?
Tenías razón, tú y yo somos muy diferentes, porque yo no te faltaría al respeto, por más daño que me hayas echo, a mi si me enseñaron modales.

—¿Ahora vas a restregarme en la cara, tu educación de excelencia? —Se carcajea con ironía, y Cassandra le sigue el juego—. Solo eso te faltaba, Reina Scarlett.

—Pero si lo presumida no se te ha quitado —Cassandra se coloca a su lado.

Iván y su acompañante suben a su moto, parece que ya se van, y yo también debo hacerlo, estoy cansada de esto.

—¿No se supone que estabas en prisión? —La reto con la mirada.

—Ya veo que mi hermano te ha mantenido informada, parece que ustedes se entienden muy bien —Su comentario solo hace que Paul vuelva a molestarse—. Pero ya ves, solo moví mis influencias, además yo soy inocente, no he echo nada malo.

Levanta una ceja retadora, es claro que no le ha dicho nada a Paul.

—Ya veniste a correr con tu amiguito, por qué no te vas, regresa por donde llegaste, y deja de molestarme.

Las palabras de Paul me duelen, pero no voy a darle el gusto de llorar aquí.

—Yo no vine a verte a ti, vine por Carola...

—¿Carola? —vuelve a reírse de mí—. ¡Estas con Scott, no con Carola!

—Que tonta eres niña —Cassandra se une a su risa.

Iván y su acompañante me observan con tristeza.

«¡Cielos, no! Nadie va a sentir lástima por mí».

—¡Ya veremos si te sigues riendo cuando tu novia y tu hermana, pasen los años tras las rejas!

Scott me toma de la mano y subimos a su moto.

—¿De qué hablas? —Paul me toma del brazo, cuando estoy arriba de la motocicleta.

Quito su mano con brusquedad, y me sostengo a la cintura de Scott.

—Preparate para la guerra, Paul Johnson.

Scott arranca, y  solo nos toma unos minutos para regresar con Carola y los chicos.

—¡Scarlett! —Carola me recibe, mientras Alan me ayuda a bajar de la moto—. Iván nos dijo que Paul y tú, estaban peleando.

—Es un tonto... —Me tomo del brazo de Alan, a estas alturas ya no sé en qué momento puedo desmayarme—. Gracias por defenderme, Scott.

—Cuando quieras, bonita. Nos vemos después, Scarlett, y no te metas en problemas —Me regala un beso en la mejilla y vuelve a subir a su moto, para alejarse del lugar.

—Vamos a casa, Scarlett —habla Mateo, detrás de mí.

—Ya hablaremos después, Carola.

—Nos vemos el lunes en la facultad.

Me despido de los chicos, prometiendo reunirme pronto con ellos.

—¿Sabe que voy a hablar con sus padres de esto? —cuestiona Alan, tomando las llaves que le ofrezco, para que él maneje.

—No lo sabía, pero...

—¡Scarlett!

Los tres volteamos a ver al dueño, de esa voz inconfundible.

—Iván...

—¿Tendras algún tiempo libre en tu apretada agenda? Quiero hablar contigo.

Mateo sube al auto y Alan abre la puerta del asiento del copiloto, para que pueda subir, mientras él camina al otro lado del auto.

—El lunes, después de clases, a las dos de la tarde...

Paul y Cassandra, pasan caminando a nuestro lado, ella lo abraza muy de cerca, mientras él la jala a su lado, tomándola con fuerza por la cintura.

«Esto es demasiado para mí, este pobre corazón que llevo a cuestas, ya no puede romperse más».

—Nos vemos el lunes... —murmura siguiendo mi mirada.

—Hasta entonces.

Respondo bajando la cabeza, y subo al auto a toda prisa.

Regresamos a la mansión, y una vez que estoy a solas con Mat, le comento lo que sucedió con Paul, mientras nos preparamos para dormir.

—¡Hay nena! —Me abraza con fuerza, cubriendome con las sábanas—. No quiero pensar que Paul es malo, ese chico parecía el indicado.

—Tú lo has dicho, parecía...

Cierro los ojos, dejando escapar una lagrima.

Tengo que dejar a Paul atrás, esta claro que él no cambiará, parece que solo fui su diversión, tal como lo dijo Cassandra, al final siempre regresa con ella.

Ya es lunes por la mañana, mis padres han regresado a casa, al parecer papá ha puesto a mamá sobre aviso, con respecto a todo lo que ha sucedido, además, ya he hablado con ellos del testamento y lo que me dijo la bestia; ninguno de los dos sabe si es verdad o no, pero ya tengo un plan para averiguarlo.

También les he compartido mis planes de demoler la casa y construir una nueva, a lo que mi padre ha propuesto comenzar ya, con ayuda de sus amistades y la casa constructora de Max, el hermano de mi Mateo.

Además de eso, les he dicho que corrí en la montaña, si van a enterarse, pues que sea por mi. Por supuesto que mamá está molesta, pero esta vez no tengo una razón de peso para regresar.

Mateo y yo terminamos el desayuno, y caminamos hasta el garaje, donde mis padres se alistan para regresar a sus trabajos, aunque mamá solo va a supervisar mi caso.

—Nos vemos en la tarde —Penny me entrega una nueva tarjeta de crédito, y yo la observo perpleja—. Esta es una nueva cuenta, para que la uses todos los días, mientras aprendes a manejar tu dinero.

—No creo necesitarla, puedo seguir usando cambio...

—Scarlett —papá llama mi atención—. Eres la hija del reconocido doctor McCarthy, no puedes ir por la vida cargando cambio.

A veces olvido el gran apellido que llevo sobre mis hombros. Papá está por inaugurar su propio hospital, además de ser dueño de varios establecimientos en la ciudad y otros países; como las joyerias McCarthy, la cadena de restaurantes Duprí, y las inversiones en muchos otros lugares, sin dejar de lado, los hoteles que posee Pennelope; gracias a la herencia de sus padres, y los spa que ha levantado con su propio esfuerzo.

—De acuerdo.

Accedo como siempre, intentando complacer a mis padres, haciendo lo que ellos piden, con tal de verlos felices.

—¡Vamos, nena! —Mat sube al Lamborghini, este auto le encanta.

—Gracias.

Sonrío a mis padres, quienes me regresan el gesto y subo al auto.

Una vez en la facultad, cada uno va a sus clases, para el período de descanso, me encuentro con Carola, Mateo y James, a quienes pongo al tanto de todo lo sucedido, aunque para Mat ya no es sorpresa, y menos para Alan, quien permanece a mi lado, en todo momento.

—¡Woow! —Carola esta realmente sorprendida—. Parece que papá Noel te ha dejado un buen regalo para este año.

—¡Eres millonaria, billonaria, trillonaria! —comenta James, tomando un gran bocado de su hamburguesa.

—Ha, ha, lo mismo dijo Mateo.

Los cinco reímos divertidos, incluso Alan se une al grupo, pero la risa nos dura poco, cuando Drew hace acto de presencia en nuestra mesa.

—¿Podemos hablar?

Mis amigos guardan silencio, Alan lo observa con cautela y yo solo intento aguantar la risa.

—Lo siento, Drew, pero...

—Solo quiero pedirte una disculpa —Me ve con seriedad, realmente parece arrepentido—. Por lo del golpe.

—No te preocupes, me han dicho que mi padre ya arregló eso.

Dejo escapar una carcajada, y de inmediato me cubro la boca.

—Que bueno que eso te divierte... Yo solo quería una oportunidad contigo...
Tomo mis cosas, y los chicos me imitan, saben lo que sigue.

—Lo siento, pero no quiero problemas con tu novia —declaro con seriedad.

Todos nos ponemos de pie, al mismo tiempo que Lara llega a la mesa.

—Que tengan un bonito día, tortolitos —comenta Mat, cuando ve a Lara, posar sus brazos alrededor del cuello de Drew.

Nos alejamos a paso firme y rápido, como ese equipo de detectives que acaba de saber, quién fue el asesino del caso.

La profesora de la última clase sale diez minutos antes, lo que me da tiempo para leer mi carta.

—Acompáñame Alan.

—¿Vamos a salir? —sigue mis pasos por el pasillo—. ¿No debería estar buscando un lugar para hacer sus prácticas profesionales, como sus compañeros y amigos?

—Afortunadamente las hice hace dos semestres —respondo cuando bajamos las escaleras, siguiendo el camino a la sala de estudios—. Necesito privacidad para leer una carta, después tengo mi entrenamiento con el equipo de atletismo.

—No sabía que corría, pero eso explica su buena condición física.

Llegamos a la sala de estudios, que se encuentra vacía.

—No me hables de usted, soy más joven que tú.

Tomamos asiento en la mesa del fondo, cerca de un gran ventanal.

—Es por respeto, señorita Scarlett.

—Solo dime, Scarlett.

Saco la carta, y comienzo a leerla en silencio.

Mi pequeña, Scar.

No sé cómo tomarás las llegada de esta carta, pero te aseguro que encontrarás las respuestas a todas las preguntas que rondan tu mente.

Es verdad que he dejado varias propiedades a tu nombre, y he usado los apellidos de tus padres adoptivos, porque sé que mi hermano cumplió con su palabra de cuidarte; él me prometió que lo haría, el día que yo faltara.

Una carta es muy corta para explicarte todo, porque sé muy bien, que Bastian ya te habrá dicho que no es tu padre, y eso es verdad, así que, vas a tener que buscar mi diario, lo escondí muy bien en un pequeño cofre de madera, que a su vez se encuentra oculto en el ático, en aquel guardarropa de caoba, buscalo bien, porque ahí están todas las respuestas que buscas.

Una cosa más, tal vez no lo conozcas, porque sería como un milagro, pero si en algún momento puedes buscarlo, él será un gran apoyo, me refiero a Colin Fritz, un viejo amor de mi juventud.

Dejé de verlo por mucho tiempo, pero sé que no salió del continente, así que, tal vez un directorio telefónico te ayude.

Cuidate mucho mi niña, y no confíes en Bastian.

Con todo mi amor, Victoria, tu madre.


Me percato de las lágrimas, cuando una de estas cae en la carta.

—¿Qué sucede?

Alan me acerca un pañuelo.

—Está carta es de mi madre... mi madre biológica... —explico guardando la hoja—. Acabo de confirmar que... Quien pensé que era mi padre, no lo es... ese hombre me hizo la vida imposible... La bestia fue un animal conmigo, y ahora sé por qué...

—Entonces... El doctor McCarthy...

—Es mi tío, hermano de mi madre... Él me salvó del infierno...

Definitivamente soy un idiota.

No puedo creer que quise poner celosa a Scarlett, usando a Cassandra, esta claro que mi Scar es más madura que yo, no debí hacer eso, pero ya esta echo.

Tengo que seguir con mi camino, como ella lo está haciendo, más ahora que mi hermana me necesita.
Regresar a clases me ayuda, por lo menos mantengo la mente ocupada en otras cosas.

Ahora que termino las clases, voy a la casa productora, en mi primer día de trabajo, de paso me lo van a contar como mis practicas profesionales, algo bueno tenia que salir de todo esto.

Espero que no me olvides, mi Scar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro