Capítulo 7

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

🍎


Un amigo me trajo —contesta Carola sonriente, una sonrisa poco usual en ella.

Antes de preguntar me detengo, prefiero no averiguarlo, no me gustaría saber que fue alguno de los chicos que vi frente a su casa.

—Yo los seguiré en mi auto, así que... vayan con Josh —explico caminando al garaje—. Mateo también viene y no vamos a alcanzar en la camioneta.

—Ok —acepta Carola, viendo a la acera, donde Josh acaba de estacionarse.

—¡Vamos chicos, nos espera la gran fiesta! —grita Josh desde el asiento del conductor.

—Vayan, esperaré a Mateo —Les pido a Drew y Carola.

Y con solo nombrarlo se aparece, su hermano mayor lo trae en su motocicleta.

—Perdón, se me hizo tarde —Se disculpa Mateo, bajando a toda velocidad de ese monstruo.

—Hola Scarlett, te ves preciosa en ese vestido —Me dice Max, el hermano de Mateo.

—Gracias Max —Le sonrío y el me guiña el ojo antes de ponerse el casco.

—¡Que se la pasen bien chicos! —grita para que lo escuchemos sobre el rugido de la motocicleta.

Y después desaparece en la carretera.

—Vamos Mateo, te llevo en mi auto —Le propongo abriendo la puerta del conductor.

—La verdad... mejor me voy con Josh y Camila, ¿por qué no llevas a Drew? —sugiere caminando hasta la camioneta de Josh—. Vamos Carola, necesito que me digas dónde conseguiste ese conjunto.

Carola le sonríe con complicidad y de pronto no sé qué está pasando, me quedo helada junto a mi auto.

—O-k. Vamos Drew —Le pido y entro al auto. Espero a que entre y pongo el auto en marcha—. Así que... ¿Tú y tus amigos harán de DJ esta noche? —pregunto en cuanto salimos a la carretera.

—Sí, así es. Tom y Stuart aceptaron ayudarme con eso —contesta viéndome sonriente.

Tom y Stuart son estudiantes de Arquitectura, conocieron a Drew en el jardín de niños y desde entonces son los tres mosqueteros.

—Yo haré primero mi ronda, así tendré tiempo para bailar contigo —continúa Drew, aún está viéndome y yo hago mi agarre más fuerte en el volante.

—¿Tan seguro estás? —pregunto desafiándolo y él suelta una carcajada.

—No me retes, Scarlett, ambos sabemos que soy más rápido con algunas cosas —advierte, acercándose más a mí asiento.

Estamos siguiendo la camioneta de Josh, el salón donde se lleva a cabo la fiesta de bienvenida no está muy lejos del campus y sólo nos faltan cinco minutos para estar ahí.

—En eso tienes razón, pero ambos sabemos que siempre que buscas algo de mí, no lo consigues —ataco intentando dejar las cosas claras.

Sé que tal vez sonó duro, pero es la verdad. Se queda callado por un momento y aparco en la entrada del salón. Afuera hay un chico del parking.

—Esta vez te equivocas... —murmura para salir del auto y lo sigo.

Le entrego las llaves del auto al parking y me da una tarjeta.
Drew me toma la mano y nos encontramos con los chicos, en la entrada del salón.

—¿A qué te referías con lo que dijiste hace un momento en el auto? —Le pregunto en voz baja, para que nadie nos escuche.

—La otra noche, cuando fui a tu casa a cenar. Quería besarte... y lo conseguí. Así que, sí. Puedo conseguir lo que quiero de ti —susurra de vuelta y el corazón se me acelera, no sé si está declaración es positiva o negativa—. Lo que quiero de ti. Es una oportunidad. Solo una por favor —súplica y mis emociones afloran.

—Drew... —entramos al salón, está atestado de gente, a pesar de que es temprano.

Hay dos grandes barras a los costados, donde se están sirviendo todo tipo de bebidas de la más alta calidad. Pequeñas mesas con cuatro bancos cada una colocadas al fondo del lugar, delante de la cabina del DJ, donde no hay nadie, la música que suena es programada.

En el segundo piso, se encuentran varios reservados de terciopelo color rojo, con vista a la pista de baile.

—¿Podemos hablar un minuto? —Le
pregunto, aún tomando su mano.

—En cinco minutos debo estar arriba —contesta viendo por todo el lugar, después regresa su vista a mí—. Vamos a una mesa, preciosa —Me sugiere y yo asiento.

Los chicos eligen una mesa en el rincón, así podemos hablar sin necesidad de gritar tanto. Josh y Camila van a saludar a los otros miembros del comité estudiantil y Carola y Mateo se sientan frente a nosotros, están enfrascados en una conversación sobre los colores de invierno.

—¿Y bien? Dime —pide Drew, tomando mis manos entre las suyas.

Lo estoy viendo a los ojos. Drew es todo lo que existe en este momento, es el chico que quiero en mi vida, aunque sé que probablemente será difícil y que en algún momento tendré que contarle todo mi pasado. Sé que me entenderá. Y ya no puedo aplazar mi desicion, no va con mi filosofía de vida. Tomo una respiración profunda y decido hablar.

—Te... daré... una oportunidad. Creo que... puedo intentarlo —Le contesto un poco nerviosa, pero su sonrisa me tranquiliza.

—Scarlett... —No dice más, se inclina un poco y me besa—. No te defraudare, te lo prometo —Está tan feliz, que su sonrisa se contagia—. Eso significa que... ¿Somos novios?

—Bueno... no me lo has preguntado, así que...

—¿Scarlett McCarthy Jackson, quieres ser mi novia?

Antes de que pueda contestar, nos interrumpen.

—¡Drew, es tu turno! —grita Stuart corriendo hasta nosotros.

Ambos levantamos la mirada y Stuart se detiene frente a Drew.

—Hola Scarlett, hola Drew.

—Hola Stuart —Lo saludo amablemente.

—Hermano, si quieres la primera ronda, es hora. O Tom la tomará —advierte con algo de prisa.

—Claro. Scarlett, hablamos en un rato —Me dice un poco molesto, poniéndose de pie.

—Claro, aquí estaré, no me voy a ningún lado.

—¡Venga ya! —Drew se va con Stuart y un minuto después sube al escenario.

—Dime cariño, ¿ya son novios? O ¿Por qué fue el beso? —pregunta Mateo delante de mí.

—No. Aún no, pero... le daré una oportunidad —contesto un poco tímida—. Sabes que no me gusta posponer mucho las cosas.

—Eso es todo chica, te lo mereces —Mateo me da un apretón en la mano y me sonríe.

—Debo admitir que hacen bonita pareja —interfiere Carola con su expresión seria, como siempre. Aunque el fantasma de una sonrisa dibuja su rostro—. Y él no es como los otros chicos. Así que... si le das una oportunidad... tal vez... debo felicitarte —termina un poco indecisa, no la veo muy convencida de sus palabras.

—¿Tú... tienes novio? —Le pregunto un poco intrigada, nunca se lo había preguntado antes y seguramente que sí tiene.

—No, pero digamos que estoy en la misma situación que tú. Estamos... por dar ese paso —termina con media sonrisa.

—Basta de cotilleo, voy por unos tragos —Mateo se levanta y mientras se dirige a la barra, la música comienza a sonar de nuevo.

Crazy In Love de Beyoncé y Jay Z, se escucha a través de las bocinas. Volteo a ver a la cabina y Drew está metido en su mezcla, con los audífonos en la cabeza y moviendo los comandos de la consola, haciendo rodar sus dedos en los vinilos.

Es todo un haz en la música. Levanta la mirada y me atrapa viéndolo, me sonríe y le guiño un ojo.

—Tu amor es todo un adonis —murmura Mateo, que llega con las bebidas —. ¡Tengan chicas, a divertirse!

Meto mi pequeño bolso en la bolsa de mi vestido, alcanza bien, aunque
hace un poco de bulto.

Mateo nos ha traído vodka con soda.

—¡Por la amistad! —propongo levantando mí copa para hacer un brindis.

—¡Por la amistad! —Secundan Carola y Mateo al mismo tiempo y tomamos nuestros tragos rápidamente.

La música cambia, a una de Patrick Hernandez; Born To Be Alive.

—¡Oh por Dios! —exclama Mateo, poniéndose de pie como si el lugar estuviera en llamas—. ¡Me encanta está canción! ¡Venga, vamos a bailar! —toma la mano de Carola y la jala a la pista, ella me toma de la mano y me lleva con ellos.

Estamos en el centro de la pista. Rodeados de más chicos y chicas que se han animado a bailar. Mateo saca sus mejores pasos y Carola y yo, lo seguimos. Aunque es evidente que Carola no está en su ambiente, está intentando adaptarse.

Unos minutos después, la música vuelve a cambiar, está vez; DNCE, está cantando Cake By The Ocean.
Me gusta bailar, es la única cosa que hago abiertamente, aunque solo sé bailar pop, electrónica y baile de salón; entre ellos mi pasión, el foxtrot.

Me muevo al ritmo de la música, Mateo y yo siempre hacemos pareja para el baile, pero está vez, guiamos a Carola, quien parece un poco perdida en la pista.

La música vuelve a cambiar y vamos a la barra por unos tragos.
Caminamos hasta la mesa, con piñas coladas y nos sentamos un momento.

—Tenemos que regresar —Mateo se pone de pie y me toma de la mano.

—Vamos Carola —Le pido ofreciéndole la mano.

—No gracias, tal vez a la siguiente, estoy un poco cansada —Se excusa con timidez.

Se ve un poco insegura, probablemente este ambiente no le gusta, pero igual, se le ve cansada.

—Ok, ahora regresamos —Le aseguro y Mateo me guía a la pista, donde todos bailan al ritmo de Michel Teló; Eu Te Amo E Open Bar.

Mateo es un buen bailarín, sus padres lo inscribieron en clases desde pequeño, se las sabe de todas y a él le encanta. Yo por mi parte, fui obligada a asistir a clases de baile de salón, cuando tenía doce años, me quedé por el foxtrot. Tiempo después cuando conocí a Mateo, me enseñó a bailar pop y electrónica.

Las populares llegan a la pista y nos hacen a un lado, tomando el centro del lugar para ellas, como suelen hacerlo sirmpre. Mateo, yo y algunos chicos más las vemos con desconcierto.

Nora podrá ser mi amiga, pero Lara es un fastidio. Así que camino de regreso a donde estaba y sigo bailando. Mateo me ve con la boca abierta, no se cree lo que estoy haciendo y yo menos, pero ya es tarde para retractarse.

So Hot  en la version de Blackpink está sonando a todo volumen, no puedo resistirme.

Lara me barre con la mirada, ella y sus secuaces están usando vestidos cortos y ajustados. Da un paso delante de mí y comienza a bailar de una manera tan sensual, que me estoy arrepintiendo de hacer esto.

—¿Quieres pelea? —Le doy la mirada más fría que puedo.

Todos alrededor forman un círculo animando el ambiente, mientras Lara y yo damos vueltas, sin apartar la mirada de la otra.

Comienzo moviéndome lo mejor que puedo, pero Lara me empuja por los hombros y comienza a moverse nuevamente, haciendo el mismo paso anterior.
Aún así, los chicos le aplauden y le chiflan.

La empujo y comienzo a bailar más provocativamente, sin caer en lo vulgar claro. Mis pasos son más femeninos y dulces, los de ella ya son arrebatados y corrientes. Los chicos me aplauden, me chiflan y me apoyan.

Lara de pronto se ve un poco intimidada y sus pasos se vuelven menos precisos y más repetitivos. Comienza a buscar a sus amigas entre el público y yo noto que Carola me está sonriendo y me apoya.

Doy un vistazo rápido a la cabina del DJ, Drew, me sonríe y levanta un pulgar. Termino haciendo los pasos de una pequeña coreografía que monté con Mateo y Lara me ve con odio puro. La música termina y comienza a sonar algo de electrónica.

Lara se da la vuelta y sale del círculo, empujando a la gente a su paso.
Todos me aplauden y me felicitan por derrotar a la reina del drama.

—¡Caramba, Scarlett, le diste su merecido a esa chica! —Carola me choca los cinco y Mateo se nos une para regresar a la mesa.

—Mira, la verdad es que no me gusta pelear, soy una chica de paz, así que pensé que lo mejor sería una competencia de baile.

Le aclaro a Carola en cuanto nos sentamos a la mesa.

—Lara siempre ha sido mala con todo el mundo, su padre es uno de los muchos multimillonarios del país, siendo dueño de los bancos Brendel, no sé podía esperar meno, y a pesar de que el dinero es de él y no de ella... no deja de menospreciar a todos, creyéndose la reina del mundo.

—No entiendo eso. Su padre es un amor de hombre, siempre atento con su esposa y ella también es un amor. No sé de dónde ha sacado Lara esas mañas —agrega Mateo levantándose—. Voy por más tragos chicas.

—Bueno, esa tal Lara no dará problema en un tiempo. Eso es seguro —Carola me sonríe, pero se le nota un poco triste.

—¿Estás bien? ¿Quieres que te lleve a casa? —Le preguntó.

—No, estoy bien. Solo que no me quedaré por mucho tiempo. Mis amigos también tienen una fiesta de bienvenida, cerca de mi casa y me invitaron. Así que...

—¿Quieres que te lleve ahí? —cuestiono amablemente, aunque no quiero que se vaya.

Carola ha resultado ser una buena amiga y no me ha dejado botada como lo hizo Nora, así que no me gustaría dejarla ir sola.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro