•33• El caramelo.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Mis papilas gustativas detectan el sabor a uva del caramelo que tengo en la boca mientras me hallo sentada en una de las sillas que bordean la mesa de la cocina. Jungkook está frente a la encimera poniendo a hervir la comida de Kingkang mientras este yace en mis piernas. En realidad no tengo mucho que hacer aquí pero no quiero que parezca que le estoy echando encima mis responsabilidades como dueña del perro así que al menos voy a poner mi presencia.

La sección había sido por la tarde por lo que la noche había llegado cuando salimos de allí.

Estoy completamente atenta a lo que Jungkook está haciendo ,y aunque no pretendo estarle vacilando ni nada, mis ojos observan detenidamente su cuerpo, esa musculatura tonificada en las pantorrillas, o su espalda ancha guardada en ese suéter negro... Y luego como estoy en una silla desde donde puedo verle de perfil, también le vacilo el rostro mientras él vigila que la hornilla se está calentando.

Tan distraída estaba que tenía el caramelo derritiéndose en mi boca, y cuando intenté disimular mi mirada acosadora, casi me ahogo con mi propia saliva, no se como pude descuidarme así.

La risa de Jungkook le hace fondo a mi ridículo.

—No tiene gracia.— comenté poniéndome de pie para ir por un poco de agua que me ayudase con la molestia en la garganta. Dejo a Kingkang en el suelo y él se echa cerca de los pies de Jungkook, mirando bien atento lo que sucedía arriba en la encimera, supongo que sabe que le preparan su comida.

—Qué va.— le oigo mientras abro el refrigerador y cojo la jarra con agua.

Dejo el caramelo encima del refrigerador sin muchas ganas de querer volvérmelo a meter en la boca y me dispongo a servirme el agua.

Jungkook voltea hacia mí, veo por el rabillo del ojo que tiene aguantada la risa.

—¿Se puede saber qué te causa gracia?— se me nota que también quiero reírme mientras hablo.

Él suelta la risa con mi pregunta, yo ruedo los ojos antes de volver a abrir el refrigerador y guardar el agua.

—¿Ya no quieres el caramelo?— volteo a verle captando el momento exacto en que lo guarda en su boca.

—Supongo que ya no.

—O más bien ya sí.—susurró, con esa picardía en su mirada que me hace sentir ...cosas.

—¿Por que lo tienes tú en tu boca?—alcé una ceja, queriendo aparentar que no quiero que me invite a probar el sabor en sus labios.

Jungkook no dijo nada, simplemente me agarró la muñeca y me haló hacia él, dejándonos a unos pobres y para nada irrompibles centímetros. Después de que me cruzo con sus ojos color avellana, me concentro en el lunar que tiene debajo del labio, adornando la risita juguetona que me está enseñando.

—¿De qué te ríes?- le pregunto perdida  al ver que de repente empieza a soltar pequeñas carcajadas.

—De que te va a escurrir la saliva si no cierras la boca.

La cierro cuando me doy cuenta y aprovecho para mirarle mal por eso, no se cansa de hacerme pasar vergüenza, y yo... yo tengo que tener una conversación seria conmigo misma, algo me tiene demasiado lela últimamente.

Jungkook deja de reírse un poco. Yo tragué sin dejar de mirarlo, nerviosa.

—¿Qué, quieres?—sujeta el caramelo con los dientes, tentándome.

Mi débil resistencia a su labia desaparece en cuanto me muerdo el labio inferior. Lo siguiente fueron las manos de Jungkook en mi nuca surcando sutilmente mi cabello. Y como una cosa lleva a la otra, me besó. Nuestros labios encajan perfecto y la verdad es que fue demasiado fácil que yo acabase con el caramelo nuevamente en mi boca. Fuimos soltando los labios, nuestras lenguas se mezclaron y de repente se forjó un beso pausado e intenso que sin dudas me hizo sentir demasiado bien. Jungkook se separa al cabo de un minuto y, sin marcar mucho la distancia, me pasó el pulgar por el labio inferior.

Luego el intercambio de miradas fue inevitable, yo coloqué las manos en su cuello, y un nuevo beso fue aún más inevitable ante mis ojos pidiendo más. Pero no quería una hora de besos en la boca, me convencía a cada succión, a cada segundo. Cada pequeña acción me invitaba a querer más de él.

Jungkook condujo las manos mi cintura recordándome que las mías están mejor en su cuello. Le acaricio mientras el beso bloquea mi sensatez de la forma más invasiva. No hemos tenido de esto en todo el día y creo que ahora que sucede la oxitocina está revoloteando alrededor de nosotros fervientemente.

Pero sin darme cuenta tengo que parar de besarle porque tengo un ligero dolor en la nuca, lo que se vuelve bastante injusto si digo que estoy araciciándole continuamente esa parte del cuerpo a él.

—¿Qué ocurre?— él me mira perdido mientras yo protesto con la expresión que pongo.

Es entonces cuando extiende los labios antes de acortar la distancia entre nosotros nuevamente. Esta vez se ha agachado, es cómodo y pienso que estaremos así un rato, pero de pronto sus manos aparecen más abajo de mis nalgas. Me relajo y dejo que sus bipces aúpen y sostengan mi cuerpo mientras le rodeo las caderas con mis piernas. Agarro sus mejillas con afán disfrutando de estar más arriba, cada vez mas perdida en el delicioso sabor de sus labios.

Sus manos están debajo de mi saya tocando directamente mis nalgas,  una parte interna de mi quiere que sus dedos lleguen a mi entrepierna y se entretengan ahí.

Noto como mi cuerpo descansa sobre la mesa, Jungkook estanca el cuerpo entre mis piernas abiertas. Es necesario dejarnos respirar y seguir con otros preliminares así que él se separa de mi boca con pequeños besitos para enfocarse en mi mandíbula, en el lóbulo de mi oreja. Juro que estaba dejándome llevar, pero cuando su boca llega a mi cuello, efímeras imágenes desagradables interceptan el momento turbadamente, comenzando a ponerme mal. Cierro los ojos para intentar concentrarme en Jungkook,pero solo consigo sentir molestas esas manos en mis muslos y... su boca en mi cuello es tan abrumadora... No quiero, quiero que se aparte.

Balbuceo un "no" y un quejido involuntario antes de empujarle  con fuerza. 

Su mirada perdida me hace sentir mal, me acuerdo de todas las veces que no han podido ser esta semana por mí y  enseguida se me cristalizan los ojos.

—Hae...—Jungkook me observa con cautela, hay preocupación en su mirada.—¿Qué sucede, eh?— me pregunta, intentando auspiciar lo que cruza mi mente.

—Lo siento.— intento esconder mi frustración en una disculpa frívola y una mirada de completo desinterés fingido.

Jungkook se acerca los pocos centímetros que logré apartarle con mi empellon repentino, sin tocarme.

—¿Todavía no puedes superarlo?— busca mis orbes, pero estoy con la nada, la presión, la tristeza y la excitación juntas.

—Es difícil...— contesté.

Jungkook tiene el entrecejo fruncido.

Después de tomarse unos minutos mirándome, sube las manos a mis mejillas y se acerca tanto a mí que solo puedo mirarle los labios, entonces cierro los ojos.

—Eso ya pasó, Hae, todo está en tu mente.— susurró, sumiendo las manos en mi pelo para dar caricias sutiles a mi cráneo.

Se aleja un poco para mirarme a los ojos.— Mírame, tócame.— toma mis manos y las desliza por su torso.— Soy Jungkook... — se acercó a mi oído.— y a mí si me deseas ¿no es así?

Nuestras miradas se encuentran una vez más mientras sus manos retornan a mis muslos y se cuelan bajo mi saya. Separo levemente las piernas sin darme cuenta. Y asiento con la cabeza. Parezco tímida, pero estoy mojada y deseosa y eso elimina cualquier pedazo de ingenuidad que se me pueda ver.

Jungkook me alza el rostro por el mentón. Mis ojos van a sus labios y los míos se entreabren mientras me imagino un beso que no tarda en llegar. Cierro los ojos y me dejo hacer cuando sus manazas me mueven bien al borde de la mesa. Sus manos tanteando por mis muslos pegajosos por la excitación y la mordida que le pega a mi labio cuando se aparta me van dejando más en claro que es Jungkook quien está intentando hacerme sentir bien y no un viejo verde que pretende tocarme a la fuerza.

Los dedos del hombre entre mis extremidades terminan sobre mis panties húmedos , en donde tantean unos segundos antes de apartar la tela y tocar directamente. Boqueo entre besos, entretenida en su toque. Me cojo un corto receso de sus labios y bajo la vista para encontrar la bonita imagen de su mano escondida bajo mis saya. A pesar del incidente de hace unos minutos, estoy muy mojada y esos falanges sexys no pierden la oportunidad de penetrarme.

La pequeña intromisión me roba un suspiro ahogado y más adelante unos cada vez más placenteros empujes me sacan un poco de mi zona de confort. Esto es lo más lejos que hemos llegados desde la última vez en semanas. Y estoy casi segura de que mis ojos le están prometiendo a los suyos que hoy ya me he podido deshacer de aquellos recuerdos perturbadores y llegó el día en el que puede volver a hacerme suya.

Jungkook entra bien los dedos y empieza a empujar con afán, cepillando sin pudor mi punto G.

De pronto, empiezo a respirar con más dificultad y a soltar esos gemiditos completamente involuntarios que posiblemente les estén trabajando las ganas de hundirse dentro de mí.

Jeon me apiña los labios con la otra mano y se encarga de darme un beso morbosísimo en el cual no me puedo concentrar porque sus dedos están persiguiendo mi orgasmo a toda costa.

Mi lubricación enriquece el sonido de su piel entrando en mi carne. . Ya van par de veces que estoy a punto de decir su nombre con esta ridícula voz orgásmica y no hay nada más inexplicablemente bonito, perverso, y humillante que su sonrisa mientras me retuerzo y gimo con lo que me hace.

Su mano izquierda aprieta uno de mis senos con fuerza y como algo muy importante de lo que se acaba de acordar, alza las cejas y me levanta la blusa. Sin frenar la tarea de su diestra que me mantiene inquieta y disfrutando, se agacha y toma mi pesón con la boca. Esto me pone mucho más intranquila.

Pero como la blusa sigue estorbando y yo a pesar de que me gusta no se la sostengo, me la quita con mucha rabia, teniendo que sacar sus dedos de mi coño. Yo le ayudo con la camisa y ya de paso acabo sin las bragas. Todo termina en el piso.

Jungkook me pega más a él y ahora estoy un poco fuera de la mesa pero creo que a ninguno le importa eso. Él busca la manera de volver a meterme los dedos y esta vez si no hay impedimentos ente mi pecho y su boca. Los dedos entran al mismo tiempo en que me succiona la aureola, y tengo que gemir con fuerza porque sí.

La creciente desesperación nos une en un beso apasionado y húmedo que anuncia lo que va a pasar.

—No quieres que me detenga, ¿verdad?—susurra con voz agitada mientras se baja el chándal.

Excitada, trago en seco y le digo que no con la cabeza, y una negación literal que va acompañada de un jadeo.— N-no.

—¿Me quieres dentro?— preguntó. Yo cerré los ojos y le afirmé con la cabeza.

Cuando vuelvo a hallar su mirada oscura, su glande ya está dentro y en el siguiente milisegundo, todo él.

La primera embestida llega tan rápido como me lo espero. La satisfacción que estoy sintiendo me nubla los sentidos.

—No puedo ser sutil, HaeMi.— me promete.

Sus palabras no me asustan para nada. De hecho ,tengo tantas ganas de que no sea sutil que no puedo hablar.

.

.

.

.

Holaaa! 😅❤

Estaba a puntito de poner en pausa el fic pero no sé que luz divina iluminó mi mente y por fin pude terminar el capítulo.

¿Les gusto?

Nos leemos x ahí. Bye 👉👈💘

Graciasxleer🧡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro