•36• Sintiendo más.

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Me despierto a las horas, después de una siesta larguísima en la que no me perturbó ningún ruido ni hubo ninguna claridad molesta. Me senté en la cama por unos minutos mientras recuperaba la razón, observando a Kingkang oliendo la puerta , al parecer queriendo salir. Como seguía con una molestia en los ojos y el rostro posiblemente sudado debido a las horas de profundo sueño, me dirigí al baño para lavarme la cara y espabilar.

Pasé por el espejo antes de salir recordando lo espléndido que luce mi nuevo tinte.

Luego voy a abrirle la puerta a Kang y ambos salimos , él primero que yo y muy apurado. Tal vez quiera hacer una necesidad en el patio.

Veo a través de los cristales que se ha hecho de noche. No se como que horas sean pero me ruge el estómago. Llegando a la cocina ciento ciertos ruidos, así que me asomo con cuidado, encontrando, efectivamente, a mi fuente de alimentación produciendo comida para mí.

Jeon está cortando una especia en la tabla, al otro extremo de la cocina está el cachorrito acostado sobre una cobijita durmiendo. Pero Kingkang entra a la cocina como si nada y parece que no me he escondido bien porque me descubren.

-Oh. ¿Estabas ahí?

-Umhm. Espiándote.- admito como si nada y entro a la cocina.

-¿Ya dormiste?

-Hasta ahora.-respondo.

-Bien.

Me senté en la mesa. Apoyé la cabeza en mi mano, observándole vaciar lo que cortó en una olla. Huele bien.

-Puedo... ayudar en algo.- mencioné , Jeon giró el cuello por segunda vez para mirarme.

-¿Como en qué?- me miró con una expresión que subtitulada decía: "pero si no sabes hacer nada".

-No sé... ¿qué necesitas? Sé cortar verduras y... ¿verter agua?- me rasqué la cabeza.

-Pues ven. Si no sabes, te enseño.

Me vuelve a dar la espalda. Yo agrupo toda mi disposición de ser útil y me paro junto a él frente a la encimera.

Jungkook fue al refrigerador y sacó un recipiente con carne.

Me puso en frente la tabla de cortar y colocó una porción de carne cruda. Luego me dio un cuchillo.

-¿Qué hago, lo corto en trocitos?- deduje mientras él me subía las mangas del suéter.

-Sí- movió la cabeza asintiendo.-Mira- me quitó el cuchillo y empezó a picar en pedacitos pequeños. Parecía muy fácil.-Así.

-Vale, entiendo.- digo volviendo a tomar el cuchillo con mi diestra.

-Te tienes que recoger el cabello también.- se seca las manos del delantal y se coloca detrás de mí tomando todo mi cabello entre sus manos.- Mmm, no tengo nada a la mano.

-Espera,  me encargaré de eso.

Jungkook.

Me río un poco viéndola correr escaleras arriba y cojo un delantal para ella. A los pocos instantes regresa con el cabello recogido y una diadema de tela sujetando su flequillo firmemente.

Yo me acerqué con el delantal en mis manos, pensé en ponérselo pero quizás le agobiaba así que se lo di para que ella misma hiciera los amarres a su gusto.

Unos minutos más tarde cada cual se puso a lo suyo, yo me encargaba de lavar algunas verduras y poner el sartén a cocinar la carne que ella cortaba con sutileza.

Y sé que debo estar pendiente a lo mío, pero ella me distrae y es una aseveración demasiado cierta.

-¿Está bien así?- de pronto su carita llena todo mi campo de visión y en mi mente se desdibuja nuestro entorno por un milisegundo , tal cual fuese importante enfocar solamente su rostro.

(...)

-¿No lo vas a llevar a que duerma en tu habitación?-me pregunta HaeMi con las manos apoyadas en sus rodillas mientras observamos a Bam con el hocico metido en su plato.

-No lo sé- encojo los hombros.

-Tienes que hacerlo, Jungkook , no vas a dejarlo solo aquí abajo. Kang está en mi habitación por las noches. - me recuerda, al parecer más preocupada que yo.

-¿Y tú?‐ me pongo de pie y comienzo a acercármele, ella me mira expectante, no entendiendo- ¿No quieres que te lleve a dormir a mi habitación?

Su expresión cambia en cuanto enfoco la pregunta, y entonces cruza los brazos sobre su pecho. Me acerco tanto que tiene que echarse un poco hacia atrás para poder verme a los ojos.

-¿Me estas invitando?

-Claro -asentí- el tapete para tu perro y mi cama te la comparto a ti.

Ella me mira con las cejas alzadas.

Espero no ser el único al que le apetezca mucho que esta noche sea igual o mejor que la de ayer.

-La cama es buena, ya verás que vas a estar como en las nubes.- le doy propaganda al colchón con un muy buen doble sentido.- aunque ya lo debes saber.

Su mirada contiene una mezcla entre vergüenza y reclamo.

-Te encanta hacerme esto ¿no?

-¿Qué me encantas?

-Pero que tonto!. - me pega en el pecho y se va caminando.

-Ven.- la alcanzo y le tomo la mano.

HaeMi me sigue, caminando rápido porque la llevo a prisa. Supongo que solo estoy contento porque vamos a estar juntos toda la noche y no hay nada intentando impedirlo. Unas horas teniéndola entre mis brazos con su pelo en mi nariz no estaría nada mal, independientemente de lo que se sabe que va a suceder teniendo en cuenta que vamos a estar un buen rato en una cama juntos y a solas.

-Que caliente.- escucho a Hae mientras cierro la puerta.

-¿Sí? ¿Te gusta?‐ vale, me encargué del ambientador y de la organización que se contempla con antelación. Estaba planeando esto desde el medio día.

Me tomo la libertad de estrechar sus caderas entre mis manos, ella se sorprende un poquito y se da media vuelta para quedar frente a mí -¿Qué quieres ha-

HaeMi- alias la mujer a la que prácticamente ando mendigándole besos- agarró mis mejillas con firmeza y posó sus labios sobre los míos. Pensé que la cosa quedaría ahí pero ella quiso profundizar , y yo le correspondí. Sus labios empezaron a succionarme sin pudor y a penas el beso fue tomando más soltura, bajé un poco más las manos y toqué sus nalgas sutilmente.

Pero cuando toda mi sangre ha fluido en dirección sur, el intercambio termina con un ruidoso chasquido. Y aunque estoy desconcertado, excitado y un poco confundido, no puedo reflejarlo, así que pongo una mirada suave sobre ella.

La lámpara que hay a una esquina, alumbra tenuemente un lado de su rostro. Me niego a que me brillen los ojos pero; qué bonita, Dios, me gusta y la quiero tanto.

Espero a que me diga algo pero ella solo se abraza de mi torso con repentina emoción.

Le abrazo yo también, casi simultáneamente, gozando de la espontaneidad con la que había hecho eso, con la excitación calmándoseme dentro. El ambiente se coloca agradable desde que reconozco lo bonita que es por millonésima vez en mi vida.

-Tu suéter... huele bien.- me dice, casi murmurando.

Es tan grato estar así que le he empezado a mecer entre mis brazos de manera inconsciente.

-¿En serio?- le pregunto con una leve sonrisa.

-Sí.- admite sin problemas. En otros tiempos ella no fuese capaz de admitir ni la cosa más mínima que me pudiese adular

Unos instantes más tarde, estábamos sobre mi edredón, y sí, abrazaditos.

Hay un silencio rodeándonos con afabilidad, el cual le doy el derecho de romper primero ya que no quiero importunar con algún tema que le pueda incomodar. De hecho, estoy medio nervioso, pero no puedo no amar este momento.

-¿Por qué estás respirando así?- HaeMi se levanta repentinamente y me mira con una media sonrisa.

-¿Así como?- es verdad lo que insinúa y es por eso que trato de normalizar mi respiración. Creo que no quiero explicarle que estar de este modo con ella me compone y me descompone al mismo tiempo.

Ella mira mi pecho fijamente. -¿Te sientes mal o algo?- se coloca el cabello detrás de la oreja y pone sutilmente su mano sobre mis pectorales.

-No sé de que hablas, estoy bien.- le acaricio la mejilla con una sonrisita de "no te preocupes".

-¿Seguro?- sus ojos me están mirando con rara fijeza, anticipo su siguiente movimiento a penas estos se concentran en mi boca.

Mi mano se sumerge en su mata de pelo, empujando casi inconscientemente en la nuca con el muy posible y ansiado fin de que se acerque.

Parece que no quiere más preámbulos y, se lanza sobre mí. El beso fluye inmediatamente porque lo veo venir, la escena se está proyectando en mi cabeza de veinte formas hace quince minutos.

El deseo toma el control de mis mociones, haciéndome sentar en la cama. El beso continúa unos segundos hasta que nos tenemos que apartar porque por alguna razón divina HaeMi decide abandonar su suéter y sentarse a horcajadas en mi regazo, quedándose con un pequeño tope que no dejaba nada a la imaginación. Sin duda a mi miembro se le suman unas pulgadas después de esa iniciativa tan maravillosa. Estoy volviendo a perder la cabeza pero mucho más que hace unos minutos, porque es que me esperaba que esto sucediera pero que ella me confirme al primer momento que hemos venido a esto, me vuelve loco.

Doy un apretón ansioso a sus tetas mientras nuestras bocas se profanan, causando un gemidito gutural por su parte.

Hae tiene los labios rojos y una mirada de completa lujuria que me descontrola de forma no medible. Seguidamente, oculto el rostro en su blanquecino cuello y empiezo un juego de besos, chupones y mordiscos que la ponen muy inquieta

La piel se le eriza por completo y me echo hacia atrás para vacilarle el rostro sonrojado con una sonrisa ladina.

-¿Que ocurre?- sostengo su cuello y no se qué intenta cambiando la mirada y luego bajando la cabeza, tiene vergüenza y se le nota.

Como nerviosa, pone la cara en mi cuello, la punta de su nariz haciéndome cosquillas, eso sin mencionar la forma profunda en la que inspira y expira aire sobre mi piel.

De repente ahora son sus manos bajo mi camisa, las tiene frías.

-Hae.- le llamo, su carita sale tímida de mi cuello- Me vuelves loco, muy loco. - pego mi frente a la suya, nuestras respiraciones mezclándose.

-Y tú a mí, Jungkook, no sé como explicarlo pero es que de verdad...- no la callo, ella lo hace por sí misma , con un suspirito al final de su confesión inconclusa.

-¿De verdad...?- sostengo sus mejillas, mordiéndome los labios ansiosamente.

-No sé que me esta pasando, Jungkook, simplemente... me encanta todo lo que hacemos y... - me causa una emoción tremenda verle abriéndose así conmigo. Mi reacción es una sonrisa leve.

-¿Acaso ...estas sintiendo más que solo atracción sexual?- la impulso a que siga.

Hae se queda muda unos segundos.

-No lo sé, Jungkook.- me responde, frustrada. Amo el puchero que pone y como se acerca a mí como buscando calmar la frustración de la que yo mismo he sido el causando.

-¿Y no será que lo sabes y no quieres reconocerlo?- me tomo el trabajo de quitarle el cabello del oído y susurrarle.

Luego van unos besitos suaves y mojados en su lóbulo que vuelven a poner en marcha la actividad.

-No, no sé nada- le oigo voz confusa, pero está disfrutando de mis besos y mis caricias al mismo tiempo.

-Yo creo que si sabes.- vuelvo a decirle en un murmuro insistente.

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Casi 2000 palabras inéditas para impulsar la obra, no se me preocupen que esto sigue 🥰

Graciasxleer

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