2.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Después del exámen de álgebra mi cerebro había quedado seco y no había podido concentrarme en otra clase, ahora si parecía un zombie, estaba cansada, quería salir de esta prisión a la que todos llamaban escuela, pero para mí mala suerte, me quedaba una clase más. Mi favorita -Nótese el sarcasmo-

Llegué al salón diez minutos antes, como esperaba, no había ni una sola alma ahí dentro, gracias al cielo. Me senté en el lugar de siempre, hasta atrás junto a la ventana, coloque mis audífonos y subí el volumen al máximo para tratar de acallar mis pensamientos, que en ese momento eran muy ruidosos, tiempo después y con la llegada del maestro, la clase comenzó.

El hombre cuya calvicie resplandecía debido a la luz solar, no dejaba de balbucear. Ese era el profesor Kang, el de historia, pero siendo sincera, no le prestaba atención, mi vista estaba más enfocada en las aves volando libremente por los cielos.

—Señorita Son, veo que hay algo haya afuera que llama más su atención —espetó obligándome a verlo —Puede repetir lo que acaba de mencionar su compañero, si es tan amable.

Si no sabía con exactitud lo que ocurría en mi miserable vida, ¿Quería que supiera lo que mi compañero había dicho?

—Lo siento mucho profesor, pero no tengo la menor idea —respondí casi de mal humor. Como si no supiese que en ese momento trataba con una autoridad.

—¿A qué entra a clases entonces? —me preguntó completamente indignado. Siempre acudiendo al drama.

—Sinceramente —suspiré recargando mis codos sobre la mesa—Ni siquiera se lo que estoy haciendo aquí —le respondí.

—Retirese de mi clase—soltó.

—Justo lo que necesitaba —susurre levantándome de la silla— Se lo agradezco mucho profesor — dije antes de salir del salón, por alguna razón siempre terminaba fuera de clase con ese maestro. Esta era la tercera vez en la semana.

Sin embargo me sentía en calma, y la calma era justo lo que necesitaba. Sin nada por hacer, me deslicé por la pared hasta sentarme sobre el suelo, justo en el pasillo principal; aquel se encontraba completamente solitario, entonces, dejando que la serenidad terminara de envolverme, cerré mis ojos para una corta siesta, no había podido dormir gracias al ruido causado por mi padre durante la noche.

De repente, toda esa paz que yacía dentro mío, se vio interrumpida cínicamente por un fuerte ruido que me hizo abrir los ojos de trancazo.

Enfoque la mirada hacia la derecha...Y esa fue la primera vez que lo vi.

Un chico alto, delgado pero fornido, cara y cuerpo simetríco, revestido de una piel suave y algo pálida, poseía cabello negro, corto pero un poco alborotado que lo hacía lucir misterioso. Al parecer había notado mi presencia, pues nuestra mirada terminó por encontrarse, sus ojos eran cautivadores, el anillo limbal, o sea el círculo que rodeaba su iris estaba demasiado delineado, perdiéndose completamente hacia las sienes de sus negras pestañas, y por favor, no olvidemos esa perfecta y respingada nariz, su nariz era sobresaliente. Levemente una perfecta sonrisa era enmarcada por unos labios aparentemente suaves y rosados.

¡Maldición! ¿Era necesario pegarme una bofetada para reaccionar? Si, tal vez, pero sólo me limité a sacudir la cabeza un poco y a fruncir el ceño.

—¡Oye tú!—vocifere regresando a mi posición anterior—¿Podrías ser menos escandaloso? Estoy tratando de descansar

Entonces su sonrisa se hizo más grande, como si me conociera de hace años y me desarmo por completo. Algo nuevo para mi.

—Gracias al cielo—exclamó y comenzó a caminar hacia mí dirección.

No te acerques.
No te acerques.
No te acerques. Se repetía en mi cabeza.

—Y ya estás aquí —dije levantándome de mal humor cuando ya lo tenia básicamente frente —¿Se te ofrece algo?

—¿Podrías ayudarme? Verás, soy de Bangkok, siempre he sido bueno en el instituto, tengo buenas notas, así que...

—No te pregunte tu vida —le respondí con fastidio, un bufido pesado me abandonó—Solo ve directo al grano, quieres.

—Claro, perdóname—me respondió rascando su nuca avergonzado—Es que mañana es mi primer día aquí, pero para poder asistir debo entregar los papeles de trasferencia en dirección, ¿Podrías decirme donde está?

Lo miré tímida, me había encarado con la perfección en persona, noté como la boca se me abrió lentamente, bajé la mirada, diría que no, era mi momento de descanso. Aún indecisa, me atreví a levantar la vista para mirarle una vez más, mis ojos se destellaron de encanto, traté de ocultar el traicionero rubor en mis mejillas, pero joder, era dueño de unos bellos ojos donde parecía que el mismísimo Picasso había creado una obra de arte.

Pero...¿Qué demonios estaba pensando?. Me grité obligándome a aterrizar de nuevo en tierra, puesto que había volado hasta el infinito y más allá.
Qué emociones tan extrañas estaba experimentado.

—Sígueme —antes de que pudiera decir algo, comencé a caminar con destino hacia la dirección de la escuela.

Dios. Me había dejado convencer demasiado rápido.

—Dejemos algo claro de una buena vez—solté carraspeando la garganta para guardar la compostura—Esto no nos va a hacer amigos ¿De acuerdo? No debes hablarme y actuar como si me conocieras mañana ¿Okay?

—Yo...

—Aquí es —le interrumpí frenando cerca de una puerta marrón con una placa en plata grabada con la palabra: "Dirección" en ella, ¿Acaso era tan difícil dar con ella?—Ahora si me disculpas...—divague volteando dispuesta a seguir con mi camino, y así regresar a mi descanso.

—¡Espera un segundo! —gritó detrás mío, curiosa me detuve aún dándole la espalda —Soy Chittaphon Leechaiyapornkul, pero dime Ten, ¿Puedo saber tu nombre?

Una risa apareció internamente por tan peculiar y largo nombre. Definitivamente debía ser algo único e irrepetible como el.

—No necesitas saberlo —conteste volteando a mirarlo por encima de mi hombro—Está es la primera y última vez que hablaremos —dije dándole punto final a este encuentro, y me giré de vuelta dispuesta a irme.

Si me involucraba con menos personas era mejor.
Entre más personas me veían, más me dañaba la gente.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro