4.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


—¿Cómo va la escuela Son? —esa pregunta me saca de mis pensamientos.

Puedo ver al chico llegando a mi lado con dos bolsas de café en mano.

—Pues, ¿Qué puedo decirte? Va como siempre —le respondí mientras pasaba aquel trapo por el mostrador.

—¿Peleaste otra vez? —dijo observando demasiado a mi rostro —Vaya, necesitas un poco de hielo —menciono sonriente, había quedado inmóvil ante aquel acto.

Entonces, él carraspeó de una persona terminó por sacarme de aquel trance en el que me había visto envuelta.

—¿Interrumpo algo? —preguntó con un tono molesto.

Instantáneamente me separé en seco bajando la mirada.

—Para nada —contestó mi jefe con amabilidad—Traeré un poco de hielo para eso, atiende a nuestro cliente —dijo y yo asentí repetidas veces hasta que el desapareció.

Mi corazón estaba latiendo muy rápido por tan repentina cercanía.

—Con que aquí trabajas—afirmó el chico cuyo rostro aún no había visto, levanté la mirada al oír su voz.

—¿Tú otra vez? —cuestione ahora fastidiada, cambiando  mi semblante a uno serio —¿Ahora me sigues al trabajo?

—En mi defensa, no tenía idea de qué te encontraría aquí, mucho menos como cajera —confesó con esa genuina sonrisa —Pero fue una linda coincidencia.

—¿Qué vas a tomar? —dije rápidamente tratando de cambiar el tema.

—Un capuchino doble, con doble crema batida, pero olvida las chispas de chocolate —me mostró una linda sonrisa de oreja a oreja, asentí para después comenzar a prepararlo —Es un tipo agradable.

—¿Quién? —pregunte y voltee a mirarlo confundida.

—El chico con el que estabas antes ¿Es tu novio? —preguntó mientras fruncia el ceño.

—¡¿Qué?!—pregunté sorprendida —No, no, claro que no, ¿Cómo se te ocurrió semejante tontería? —corregí nerviosa—Es mi jefe.

—Oh, se ve bastante joven.

—Es bastante joven de hecho, solo es dos años mayor que yo —le dije—Pero su padre le dejo el legado.

—Ahora entiendo porque se comporta bastante amistoso contigo.

—¿Perdón? —espete fulminándole con la mirada.

—Qué llevaré un emparedado de pollo también, por favor —soltó rápidamente con una sonrisa que dejaba ver todos sus dientes.

—Claro —rodee los ojos—Aquí tienes, un capuchino doble y un emparedado de pollo —le entregué —¿Algo más?

—Si, de hecho me preguntaba, si, tu, tal vez, quisieras...

—Eso no va a pasar nunca—lo interrumpí antes de siquiera dejarle hablar.

—Pero ni siquiera te...

—Son 1500₩ por favor.

El fin de semana estaba a la vuelta de la esquina, ya era viernes y eso no me ponía absolutamente nada feliz, significaba estar dos días encerrada en mi habitación escuchando a mi padre y a los idiotas de sus amigos bebiendo y haciendo escándalo solo por un partido.

—¿Estarás ocupada el fin de semana? —preguntó la enana sonriente a mi lado.

—Si, bastante ocupada de hecho, muy, muy, ocupada—claramente (y está de más decirlo) estaba mintiendo.

—Te va a crecer la nariz como Pinocho —comenzó a reír.

—Gi, por favor, deja de reír—mencione al sentir las miradas puestas sobre nosotras—Pareces una foca con retraso, es incómodo—y eso la hizo reír aún más.

—Hola Gi —exclamó una tercera voz, más grave, sentándose a su lado.

¿Enserio? Otra vez este chico

—Hola Tennie —respondió mi amiga con un tono, a mi parecer, bastante irritante.

—Hola Hye —espera ¿Qué? ¿Quién le había dicho mi nombre? —Vine a entregarles esta invitación, habrá una fiesta en casa de un amigo, y yo, quise invitarlas, van de parte mía.

—Encantadas, ¿Verdad Hye?

—Gracias, pero no gracias—dije y me levanté de la silla tomando mi charola de comida en manos.

—Espera, ven a la fiesta por favor —dijo el chico caminando a mi paso

¿Pero que le pasaba a este? ¿Me escucha cuándo hablo? Claramente había dicho que no ¿Por qué no me quiere dejar en paz?

—No voy repetirte las cosas siete veces para que me entiendas, no voy a ir a tu estúpida fiesta —le respondí enfadada —Ahora largo.

Se limitó a sonreírme para después entregarme la dichosa invitación que rompí automáticamente.

—Mira Son Hye, hay una cosa llamada educación —se torno serio—Te guardas la invitación y la rompes en tu puta casa, pero delante de mí cara no —espetó recogiendo los papeles del suelo, dio un paso hacia mí y los deposito en mi mano.

—Solo déjame tranquila —me alejé a paso rápido de ahí y de paso los tiré al bote de basura.

—Me disculparé por ella—dijo Seul Gi acercándose a él.

—¿Siempre es así? —le preguntó el chico de cabello negro frunciendo el ceño.

—De hecho, si la conoces bien...si, sigue siendo de esa manera tan fría y cortante —respondió divertida —Me costó dos años volverme su amiga. Siempre fui una molestia para ella.

—¿Por qué no simplemente dejaste de insistir? —preguntó confundido.

—El que persevera alcanza ¿no? —dijo encogiéndose de hombros —De hecho, presiento que hay algo más ahí, es un chica con muchos secretos, quizás sucedió algo que la volvió de esa manera, ella siempre está... —bajo la mirada pensando.

—¿Enojada?

—Triste —completó con lastima —Y no me gusta juzgar a un libro por su portada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro