4.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng



—¿Está diciendo que mi padre está enfermo? —pregunté desconcertada

—Solo pregunté si algún familiar suyo poseía algún trastorno

—Ah yo, no, no lo sé —negué repetidas veces —El nunca habló de su familia

—Eso creí

—¿Qué ocurre? —mire a la doctora —¿Qué tiene mi padre?

—Escucha querida, tú padre posee cambios de humor muy drásticos, poco comunes

—Pero es normal, el ha sido así siempre, el...

—Está enfermo —me interrumpió

—¿Qué? —la miré sorprendida —Eso no puede ser

—Preguntaba si algún familiar poseía una enfermedad parecida porque, según estudios del Laboratorio Genomica de Enfermedades Psiquiatras y Neurodegenerativas, existe un 99% de posibilidad, de que las personas con un trastorno parecido sea heredado a sus hijos, de los cuales sólo el 30% puede desarrollarlo

—¿Eso quiere decir que ...

—Tú padre sufre una especie de enfermedad llamada Transtorno Bipolar

—No —dirigí mi mano con lentitud hacia mi frente —No es verdad, el está bien, está perfecto

—Cariño, el va a estarlo si recibe el medicamento correcto, y si sigue así, podrá salir de la cárcel en breve —sonrió

—¿Puedo verlo entonces? —pregunté

—Me temo que hoy no podrá ser posible amor, pero ven el próximo fin de semana


—Pero está mejor, si le presentan al juez el diagnóstico de la psicologa, su sentencia será reducida ¿no? —me animo mi amiga —Y podrás tenerlo de vuelta

—Mi padre, ¿Enfermo? —estaba realmente confundida

—Vamos Son, no deberías preocuparte tanto

—¿No debería? —la miré

—Es el hombre por el que pasaste atormentada durante más de diez años

—Por qué tenia trastorno bipolar y no lo sabía—espeté

—Eso no es excusa y lo sabes

—Pero, podria serlo...

—Solo, come de tu helado ¿ok? —me  sonrió dulcemente

—¿Y tú? ¿Estás bien? —la miré

—¿Qué? —río nerviosa —Estoy mejor que nunca, ¿Por qué preguntas algo tan absurdo?

—Porqué, te compré un helado, de chocolate y ni siquiera lo has probado —lo señale —¿Sabes lo preocupante que es eso?

—Yo... Solo tengo muchas cosas en la cabeza —miró su reloj —¡Jesús! ¡Es tardísimo! —me deposito su helado derretido en mi mano libre

—¿Tarde para qué?

—Necesito hacer algo, te veré luego ¿De acuerdo? —comenzó a alejarse

—De acuerdo, pero llamame ¿si? —le grite


—Dios Son Hye ¿Es que acaso tengo una hija vampiro? —reclamo mamá —Prende aunque sea una lámpara, lastimaras tus ojos

—¿Por qué no me ha llamado? —solté mirando mi celular sobre el escritorio

—¿Ten?

—Seul Gi —corregí —Está tarde estuvo actuando rara, no sé, la note, ¿Deprimida?

—Quizás no fue un día muy bueno para ella

—No, Gi, ella siempre se las arregla para que un día sea bueno

—Son Hye, uno no siempre tiene días perfectos

Mi teléfono comenzó a vibrar. Lo cogí automáticamente.

—¿Bueno?

—Hola, Hye —habló una señora mayor al otro lado del teléfono —Soy la señora Park, mamá de Seul Gi

—Ohh, Buenas noches —hice una reverencia, lo cual fue estúpido, porque literalmente le hacía una reverencia al aire.
Mamá rodó los ojos y salió de la habitación.

—¿Gi está contigo? —preguntó

—¿Eh? —exclame atónita

—Estoy preocupada, son más de las 8:00 y ella no ha vuelto, cuando llegue de trabajar, noté un desastre en su habitación, y, creí que tu...

—Yo... —estaba sin palabras —La veré en 5 minutos —colgué

Tome una sudadera, unos tenis y salí de mi habitación velozmente.
TENÍA QUE SER UN PUTA BROMA.

Toqué el timbre repetidas veces de la gran casa color blanca y al abrirse la puerta, pude notar a una señora joven, poco más baja de estatura, cabello corto color castaño como el de su hija. Su semblante era preocupante, algo, en definitivo, no estaba bien.

—Qué bueno que llegaste, pasa —se hizo a un lado dejándome suficiente espacio para entrar

—Dice que Gi no volvió a casa

—Estuvo aquí —empezó —De eso no tengo la menor duda

Subimos las escaleras y pasé por el corredor principal, hasta toparme con su habitación. Señale la puerta esperando la aprobación de su madre para abrir, una vez recibida gire lentamente la perilla.
Me estremeció por completo.
Todo era un completo desastre.
Su cama estaba desordenada, había pedazos de vidrio en el suelo, resultado de un espejo roto.
Pero en definitiva, lo que más llamó mi atención, fueron las fotos que se encontraban esparcidas en su escritorio.

Tomé una.

—¿Quién es ella? —me atreví a preguntar

—¡Oh por Dios! , debí imaginarlo—habló su mamá con la voz entrecortada

Observe la foto con detenimiento.
Y por cada segundo que lo hacía, podía notar un nuevo detalle en ella.
Mi amiga sonreía plenamente, una sonrisa que jamás había visto. 
Y a su lado se encontraba una chica.
Se veía mayor.
Cabello oscuro hasta los hombros, pecas definidas, pequeña nariz y labios rosados, quién sostenía a Seul Gi por los hombros.
Fruncí el ceño.

—Es Iseul —me interrumpió —Su hermana mayor

—¿Dónde está ella ahora? —pregunté en voz baja pero audible

—Muerta —soltó

Esa palabra se repetía una y otra y otra vez en mi cabeza.
Seul Gi en ningún momento me habia hablado de una hermana muerta.
De hecho, pensando con claridad.
Jamás me había preguntado más allá de su vida personal.
Siempre estuve encerrada en mi bolita de cristal.
Era una tonta.

Hasta ahora había recorrido los lugares que ella habitaba con frecuencia, el parque, la cafetería... Incluso en su panadería favorita, pero no estaba en ningún lado.
Me estaba volviendo loca.

—¿La encontraste? —preguntó Ten al otro lado de la línea

—No, ¡No está por ningún lado! —respondí cansada, mi tono de voz era desesperado

—Linda, tranquilizante, la encontraremos ¿De acuerdo? —trato de calmarme —Sook me avisara si sabe algo

—Bien —suspiré pasando mis dedos por el cabello—Avisame ¿Ok? —colgué —¿Dónde estás Park Seul Gi?

Y cómo arte de magia.
Una luz se prendió en mi cabeza.
Imágenes.
Recordé la foto anteriormente vista en su habitación.
Había sido tomada en el Río Han.
¿Podría estar ahí?
Bueno, la única manera de saberlo, era llendo a aquel lugar.

A está hora los taxis ya no estaban transitando.
Así que sin pensarlo dos veces, comencé a correr.
Corrí y corri.
La última vez que había corrido de esa manera, fue cuando quisieron robarme mi celular en aquel callejón cerca de casa.

Al llegar, busqué con la mirada por todas partes.
Hasta que la encontré.
Relaje mis hombros y traté de controlar mi respiración agitada.
Me acerque a ella.

—¿Gi? —tomé su hombro delicadamente, su mirada anteriormente perdida  la posó en mi

—¿Cómo sabias donde...

—Llevó casi toda la puta noche buscándote —exclamé con enfado—¿Sabes lo preocupada que estaba? Creí que te había ocurrido algo malo

Sus ojos comenzaron a cristalizarse.
Y me sentí aún más patética.
Se veía tan vulnerable.

—Yo, lo siento —traté de calmarme—Lo siento, es sólo que, si te pierdo, probablemente me perdería también

Un profundo silencio se hizo presente.
Me senté a su lado. Estaba cansada.

—La extraño tanto que duele —habló por fin, baje la mirada hacia sus manos, y pude notar que sostenía algo —¿Éste dolor se irá alguna vez? ¿Va a ser así por siempre? —comenzó a hablar desesperada —Aún puedo verla Hye, escucho su voz claramente, ¿Crees que alguna vez la olvidaré?

—Gi...

—Por qué temo algún día poder hacerlo —las lágrimas no paraban de salir, y me destrozó por completo—Ella era mi persona

—Está bien —la abracé rápidamente con desesperación —Está bien, puedes llorar todo lo que quieras —me separé y la mire directamente a los ojos —Siempre la extrañaras Park Seul Gi, pero eventualmente se volverá más fácil, y dolerá menos —le sonreí débilmente —Te lo prometo

—¿Puedes ayudarme a resolverlo? —preguntó —Porqué tú siempre sabes como resolver las cosas

—¿Somos amigas no? —la mire —Es estúpido que me preguntes algo así —Una ligera sonrisa se formó en su rostro—Ponte esto —me quité la sudadera que tenía puesta, colocándosela en la espalda —¿Cuánto tiempo llevas aquí? ¿Cinco horas? Me sorprende que no te hayas congelado —me levanté

—Tú te pareces mucho a ella —habló

—Entonces debió ser grandiosa, si se parecía a mi...

Quise bromar para aligerar el ambiente.

—Vaya que lo era, excepto por algo —limpio sus lágrimas bruscamente —Jamás supo defenderse

La mire con el entrecejo fruncido.

—Había una chica, que todo el tiempo la molestaba —dijo bruscamente —La humillaba y la trataba como una basura, y ella... Ella jamás dijo nada

—A veces no son necesarias las palabras cuando la ignorancia habla Gi

—Pero entonces porque no simplemente lo dejo pasar—soltó —Porqué tenía que atentar contra su propia vida, yo no lo entiendo...

—Porque, porque... —me coloque de cuclillas frente a ella tomado su mano—Cuándo se trata de sucesos traumáticos como la agresión, amenazan con robarnos nuestra dignidad, nuestro espíritu, no se suele hablar de ello, de hecho, muchos, nunca revelan a nadie lo que les ocurrió. Las razones son múltiples Gi y probablemente incluyan la vergüenza, y el temor

—Es injusto —bajo la mirada

—La vida es una puta injusticia —dije —Y hagas lo que hagas, no va a cambiar nada, porque ella tomo esa decisión, y por más difícil que sea, debes apoyarla y aceptar que ella se haya ido

La pequeña se abalanzó hacia a mi envolviendome con sus brazos.
Su respiración era incontrolable y su corazón parecía salir de su pecho.
Acaricié su cabello con delicadeza repetidamente.

—No debiste ocultarmelo —susurré acariciando su cabello—Quiero que me digas, a partir de ahora todo lo que ocurre contigo, todo lo que hay aquí adentro —toque su cabeza

La separé despacio.

—Yo puedo ser tu persona..

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro