•Ésta noche puedes llamarme como tú quieras•

Al cabo de unos minutos el rubio regresó, traía en sus manos un Bananadaiquiri y un Toblerone, ambos cocteles con un ingrediente secreto especial —impuesto así por el menor— que era nada más y nada menos que un cuarto de vaso de Vodka Devil's Spring, un poderoso Vodka que tenía ochenta grados de alcohol, pero que bien mezclado ni se sentiría en sus bebidas.

El pelinegro recibió con gusto su Toblerone, removió con la pajilla el contenido y lamió la vainilla de decoración con su lengua antes de sorber, gimiendo con satisfacción.

Jimin, que había retrasado su oportunidad de presentarse, lo observó con deleite, su mirada indudablemente se posó en los labios gomosos de Yoongi, que sorbian de la bebida blanca con verdadero éxtasis, y con sólo ese gesto, lo decidió.

Ese chico sería quien lo desvirgara, y ocurriría ésa noche, estaba seguro.
Entonces, finalmente, mientras bebía de su coctel, apartó su vaso y lo colocó sobre la barra, pasó una mano entre sus hebras, revolviendo su cabello en un intento por llamar la atención del de piel pálida —consiguiéndolo de inmediato— haciendo que Yoongi apartara su vaso también para prestarle atención.

Jimin le sonrió y mordió su labio inferior, muy nervioso, abrió las piernas involuntariamente y uno de sus pies adquirió un tic, pisando insistentemente, pero Yoongi, al ver cómo sus rodillas se separaban la una de la otra, acercó más su silla a la de él, quedando una de sus piernas entre las del menor.

El rubio abrió su boca para hablar, pero Yoongi había tomado su mano, lo que le sorprendió, y ahora, jugaba con ella, acariciándola.

"¿Cuál es tu nombre?" Preguntó, el rubio se mordió el labio de nuevo, ésta vez aguantando la risa que luchaba por salir de su garganta.

"Jimin, pero ésta noche puedo llamarme como tú quieras" Coqueteó, Yoongi se apartó ligeramente, riendo, pero no dejó de acariciar su mano. Al ver que su chiste había causado efecto, prosiguió. "¿Y tú? Alguien tan guapo debería tener un nombre" Yoongi se sonrojó furiosamente por el cumplido, no habían muchas personas que se atrevieran a coquetearle con tanto descaro, y eso le gustaba de Jimin.

"Tú puedes llamarme Yoongi, o hyung, pero también puedo llamarme de otra forma si lo deseas" Murmuró junto a una sonrisa ladina, Jimin asintió de acuerdo, y así comenzó la noche que sería una perdición para los dos.