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Ya había pasado una semana desde el desastroso reencuentro con su madre y todo continuaba a la perfección. La pareja regresó a clases y no tardaron en ponerse al corriente con los temas perdidos.

Jeongin ni siquiera había puesto un pie en su casa, su mejor amigo le había traído ropa de esta sin problema alguno. No había vuelto a ver a aquel Omega de cabello azul de nuevo, pero por lo que minho le contó él es su destinado.

— Invité a unos amigos a comer — aviso el castaño, hyunjin arrugó la nariz —. Pareces un Hurón~

Hwang que estaba sentado en el sofá jugando fue hasta el menor, lo acorraló contra la pared y le besó la nariz.

— Tú pareces un zorrito asustado — un golpe aterrizó en su hombro —. Dime qué no es Lee...

— Si, él y su primo, también chan y no sé si el Omega de pelo azul también venga — completo con su hermosa sonrisa.

El Alfa levantó una ceja antes de negar sonriendo. Lo sujetó por la cintura y lo subió apoyandolo en su hombro. El castaño murmuro un "otra vez no", el azabache comenzó a girar sobre sí hasta marearse. Ambos cayeron riendo al sofá, jeongin encima de su novio.

— Tú vas a cocinar — sentencio rodeándolo con ambos brazos. El Omega asintió.

Hyunjin sonrió malicioso, metió sus manos frías por debajo de la prenda para tocar la espalda del menor quien se retorció.

— ¡No, jinni! — gritó mientras las manos del otro recorrían su espalda y costados —. Para, por favor.

Retiró sus manos cuando sintió la piel erizada del otro. Acarició sus cabellos viendo con ternura la manera en que el Omega se acercaba más a su mano y emitía gemidos gustosos.

Los párpados comenzaron a pesarle al castaño e inconscientemente se acomodó mejor sobre el cálido pecho de su Alfa, se quedó dormido. Hyunjin regresó a jugar en la consola, quitó el sonido para no molestar al contrario.

Al poco tiempo golpearon la puerta, el olor que se sentía era muy hogareño, un Omega.

No está seguro de como logró dejar en el sofá al chico de encima suyo sin despertarlo pero lo hizo.

Abrió la puerta, un Omega alto y delgado esperaba paciente afuera con bolsas en los brazos. Su piel blanca le recordó al Alfa que le quitaba la atención de su novio.

— ¿Aquí vive jeongin? — preguntó suave.

Hwang tardó en llegar a la conclusión que ese chico frente a él es el primo de Minho y el que le roba el sueño a su amigo.

— Ah, si — se quitó de en medio para que entre —. Se quedó dormido hace rato. — justificó a su menor —. ¿Seungmin, cierto?

El nombrado asintió con una sonrisa, el lobo Alfa le reprendió al ver al Omega con bolsas y no ayudarlo. Pero seungmin se negó a recibir ayuda.

— ¿Puedo usar a tu cocina? — el dueño asintió, dejó las bolsas en la encimera —. ¿Hwang hyunjin? — una afirmación —. ¿Qué tu no eres el que hizo llorar a inie?

La ironía en las frías palabras de seungmin le recordaron al Alfa que es de familia algunas actitudes, pero no solo le recordaron eso sí no también del imbecil que puede llegar a ser.

No respondió, se limitó a rascarse la nuca deseando que su Omega despertara para salvarlo de la dura mirada que le estaban dando.

— Yo ya lo perdoné — intervino un somnoliento jeongin.

Frotaba con el puño su ojo algo brusco hasta que el azabache lo detuvo, como de costumbre. El moreno corrió a abrazar a su amigo en modo de saludo.

— ¿Te puedo ayudar? — el menor hizo ojitos de cachorro obteniendo un si en respuesta —. ¿Qué hago?

El Alfa se sentó en un banco de la barra y miraba al castaño moverse emocionado junto con el otro, no pudo evitar sentir nostalgia de cuando él era la única persona por la que se alegraba por ver y estar. Se golpeó mentalmente por egoísta.

Sintió una presión en su mejilla, cuando regresó a la realidad se dió cuenta de que el no tan pequeño jeongin le estaba besando el cachete.

Con su diestra acunó el rostro del menor separando un poco sus labios con el pulgar para besar suave estos.

La puerta se abrió y escucharon claramente los gruñidos, de nuevo los mismos Alfas gruñendo al otro.
El peliazul pidió ayuda a seung con la mirada y este tomó la pala que el usando y fue hasta la puerta.

— Lee Minho, cállate — lo apunto con el utensilio.

No pudo dirigirle la palabra al otro porque su familiar lo abrazó posesivo y lo alejó de la vista del Alfa.

— Alfas — se quejó jisung con una mueca —. Han jisung — tendió ambas manos a la pareja.

Jeongin pasó de las formalidades y lo estrechó entre sus brazos, el contrario dudó antes de corresponder.

Hyunjin rió en silencio por la cara de embobado del más viejo al ver seungmin cocinar junto al castaño.

Jeongin se alejó junto con el pálido para poder hablar con él a solas. Para recibir toda su atención sostuvo los costados de su rostro manteniendo su mirada en él.

— Sé que quieres cuidarlo — dijo jisung. De fondo escucharon a chan hablando al Omega, y el peliazul tuvo que ejercer fuerza para que no volteara —. Déjalo cometer sus errores, sí lo lastiman puedes intervenir pero antes no, ¿De acuerdo? — unió sus frentes —. ¿De acuerdo?

— Bien — aceptó con un gruñido.

Se abrazaron. Jeongin observó la bonita escena de ambos y se alegró que su amigo encontrará a su futuro Omega.

Cuando la comida estuvo lista se  sentaron en donde pudieron, eran más que obvias las miradas de molestia entre los tres Alfas. El menor se estaba comenzando a exasperar.

— ¿No pueden siquiera disimular? No es divertido — se quejó inie —. No he podido comprender porque no se llevan bien y puedo apostar a que no es por ningún problema personal.

Todos miraban sorprendidos al menor de los chicos, el castaño se puso de pie con la intención de calmarse a sí mismo. Dió en el clavo con sus palabras.

— No pido que sean los mejores amigos solo que no se gruñan como perros ni se maten con la mirada.

Jisung se rió, no pudo evitarlo por la graciosa comparación. Esa risa rompió el hielo de una buena vez, se le fueron uniendo.

Ya no estaban esas incómodas miradas ni las muecas, solo risas y pláticas como si nunca se hubieran llevado mal, incluso Minho estaba sonriendo.

Terminaron viendo una película en la televisión, para decidir cuál verían, demostraron su madurez jugando piedra, papel o tijera. El pálido ganó y terminó poniendo una de terror, la misma que vió con jeongin.

— Me odias — replicó jeong cuando vió la portada del CD.

— Para nada, solo me gustó — le restó importancia encogiéndose de hombros.

Pero Minho se arrepintió de su elección al ver como seungmin solía esconderse en el cuello de chan cada que no toleraba una escena de la cinta. Jeongin estaba asustado pero no iría a "refugiarse" en el Alfa a su lado, no es un cliché.

Jeongin ya no se aterro como la primera vez pues sabe lo que va a pasar, se levantó y — ¡No hagan cosas sucias con nosotros aquí! — gritó jisung.

(...)

Volvieron a estar solos en la comodidad de su hogar, jeongin acurrucado sobre su mayor mientras trazaba figuras imaginarias en su piel.

— ¿Vamos a casarnos? — cuestionó un somnoliento Omega.

— Por supuesto, bebé — besó su coronilla —. Sueño con verte vestido de blanco aceptando ser mi esposo y poder ver mi argolla en tu dedo.

— ¿Tendremos cachorros? — preguntó sonrojado —. Yo quiero cinco.

— ¿Quieres prácticar como se hace un bebé?

La lasciva voz de hyunjin mandó descargas por todo su cuerpo.
Por un demonio, claro que quiere.

3/5

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